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DISCURSO DEL SANTO PADRE JUAN PABLO II
A LOS ARZOBISPOS METROPOLITANOS QUE RECIBIERON EL PALIO
EN LA SOLEMNIDAD DE SAN PEDRO Y SAN PABLO APÓSTOLES


Sábado 30 de junio de 2001

 

Amadísimos arzobispos metropolitanos: 

1. Después de la solemne celebración de ayer por la tarde, durante la cual os entregué el sagrado palio, tengo la alegría de encontrarme nuevamente con vosotros esta mañana, para renovarnos mi abrazo fraterno.

Me alegra acoger, junto con vosotros, a vuestros familiares, así como a los amigos y a los fieles de vuestras respectivas comunidades, que han querido acompañaros en este momento de singular importancia eclesial.

Os saludo, ante todo, a vosotros, venerados hermanos que pertenecéis a la amada Iglesia que  está en Italia:  monseñor Pietro Brollo, arzobispo de Údine; monseñor Carmelo Ferraro, arzobispo de Agrigento; monseñor Agostino  Superbo,  arzobispo de Potenza-Muro Lucano-Mársico  Nuovo; monseñor Antonio Cantisani, arzobispo de Catanzaro-Squillace; monseñor Giuseppe Agostino, arzobispo de Cosenza-Bisignano; monseñor Ennio Antonelli, arzobispo de Florencia; y monseñor Antonio Buoncristiani, arzobispo de Siena-Colle di Val d'Elsa-Montalcino. Que el Señor derrame abundantes gracias sobre vosotros y sobre el ministerio pastoral que os ha confiado. Por vuestra parte, queridos hermanos, servidlo a él con todo vuestro corazón y con todas vuestras fuerzas, siguiendo el ejemplo de los apóstoles san Pedro y san Pablo.

2. Saludo cordialmente a los nuevos arzobispos metropolitanos de lengua francesa que han venido a recibir el palio:  monseñor Arthé Guimond, de Grouard-McLennan (Canadá); monseñor Laurent Ulrich, de Chambéry (Francia); monseñor Pierre-Marie Carré, de Albi (Francia); monseñor Anselme Titianma Sanon, de Bobo-Diulasso (Burkina Faso); monseñor Séraphim Rouamba, de Kupéla (Burkina Faso); monseñor François Garnier, de Cambrai (Francia); monseñor Anatole Milandou, de Brazzaville (República del Congo); y monseñor Charles Kambale Mbogha, de Bukavu (República democrática del Congo). Que esta liturgia, en la fiesta de los apóstoles san Pedro y san Pablo, sostenga su ministerio episcopal. Saludo a sus familias, a sus amigos, a los sacerdotes y a los fieles que los han acompañado. Este signo es para todos una llamada a participar cada vez más activamente en la misión de la Iglesia, en comunión con sus obispos. Con mi bendición apostólica.

3. Me complace saludar a los arzobispos metropolitanos de lengua inglesa que ayer recibierono el palio:  cardenal Thedore Edgar McCarrick, de Washington; monseñor Roger Lawrence Schweitz, de Anchorage (Estados Unidos); monseñor Vincent Michael Concessao, de Delhi (India); monseñor Oswald Gracias, de Agra (India); monseñor George Pell, de Sydney (Australia); monseñor Denis James Hart, de Melbourne (Australia); monseñor Brendan Michael O'Brien, de Saint John's, Newfoundland (Canadá); y monseñor Edward Joseph Gilbert, de Puerto España (Trinidad y Tobago). Saludo a sus familiares y amigos, así como a los fieles de sus archidiócesis que los han acompañado a Roma.

El palio es símbolo del vínculo especial de comunión que os une a la Sede de Pedro y expresión de la universalidad de la única Iglesia de Cristo, fundada en la "roca" de la fe apostólica. Que vuestro testimonio de fe sea firme e incansable, para que guiéis efectivamente vuestras comunidades por los caminos de la verdad, la vida y el amor. Os pido que cuando volváis a vuestras Iglesias locales transmitáis a vuestros fieles mi saludo afectuoso en el Señor, que es "el mismo ayer, hoy y siempre" (Hb 13, 8).

4. Me complace recibir a los señores arzobispos Ubaldo Ramón Santana, de Maracaibo (Venezuela); Cristian Caro Cordero, de Puerto Montt (Chile); Felipe Aguirre Franco, de Acapulco (México); Luis Abilio Sebastiani, de Ayacucho (Perú); y Rodolfo Quezada, de Guatemala, acompañados de sus familiares, sacerdotes y fieles, así como de las autoridades que han asistido ayer a la entrega del palio. Este antiguo símbolo eclesial manifiesta un estrecho vínculo del prelado metropolitano con la Sede apostólica y una especial responsabilidad de mantener y fomentar la comunión con las diócesis sufragáneas.

Confío este nuevo compromiso eclesial a la intercesión maternal de la Virgen María, invocada con tanta devoción en los pueblos latinoamericanos. Estoy seguro de que no les faltarán en su ministerio pastoral las oraciones, la cercanía y la colaboración generosa de todos sus fieles. Les ruego que lleven a sus respectivas provincias eclesiásticas el saludo cordial del Papa, que de corazón les imparte la bendición apostólica.

5. Te saludo con afecto a ti, querido nuevo arzobispo de Luanda (Angola), monseñor Damião António Franklin, y a ti, monseñor Tomé Makhweliha, arzobispo de Nampula (Mozambique); saludo también a los nuevos arzobispos de Brasil:  monseñor Celso José Pinto da Silva, de Teresina; monseñor Dadeus Grings, de Porto Alegre; y monseñor Geraldo Majela de Castro, de Montes Claros. Con mis felicitaciones por esta fecha, os expreso mis mejores deseos de que, al regresar a vuestras archidiócesis, revestidos del palio, signo de un vínculo particular de comunión con la Sede de Pedro, os dediquéis con renovado empeño en favor de esta comunión y de la unidad de la Iglesia, en cuya causa debéis sentiros comprometidos.

6. Te saludo de corazón a ti, arzobispo metropolitano de Rijeka (Croacia), monseñor Ivan Devcic, a tu clero y a todos tus fieles. Saludo en particular al numeroso grupo que ha venido contigo para fortalecer los vínculos de caridad que unen a la Iglesia de Rijeka con la Sede apostólica.

Te saludo con afecto a ti, querido arzobispo metropolitano de Belgrado, monseñor Stanislav Hocevar, a tus sacerdotes y a tus fieles, de modo particular a cuantos te acompañan en esta ocasión de la imposición del sagrado palio, signo de la unidad y testimonio de comunión con el Sucesor de Pedro. Os imparto de buen grado la bendición apostólica.

7. Saludo cordialmente al arzobispo de Bialystok, Wojciech Ziemba, a sus parientes y a los peregrinos de su archidiócesis, que han venido a Roma para participar en la solemnidad de los apóstoles san Pedro y san Pablo y en la entrega del palio a su arzobispo. Que este palio sea un signo de la unión de la archidiócesis de Bialystok con el pueblo de Dios en todo el mundo.
Encomiendo a la protección de la santísima Virgen María de Ostra Brama, patrona de la archidiócesis, al arzobispo Wojciech y a todos vosotros aquí presentes, y os bendigo de corazón.

8. Venerados hermanos, al volver a vuestras Iglesias particulares, llevaréis con vosotros el palio que ayer habéis recibido de mis manos. Sabed traducir en opciones pastorales coherentes lo que este tradicional signo litúrgico quiere significar, es decir, la comunión fiel y efectiva con la Sede apostólica. Que también os ayude en este camino la carta apostólica Novo millennio ineunte, que estáis profundizado con los diferentes componentes de vuestras comunidades.

Nuestra unidad debe estar siempre animada y alimentada ante todo por la oración. Si juntos dirigimos nuestra mirada a Cristo, contribuiremos eficazmente a guiar al pueblo de Dios por los caminos del Señor. Que nos sostenga en este compromiso la intercesión de los apóstoles san Pedro y san Pablo, así como la materna y solícita de María santísima, Madre de la Iglesia.

A cada uno de vosotros, venerados hermanos, a vuestros seres queridos y a todos los fieles confiados a vosotros, renuevo de corazón la bendición apostólica.

 



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