EVANGELII GAUDIUM - page 211

211
frutos, pero sin pretender saber cómo, ni dónde,
ni cuándo. Tiene la seguridad de que no se pierde
ninguno de sus trabajos realizados con amor, no
se pierde ninguna de sus preocupaciones sinceras
por los demás, no se pierde ningún acto de amor
a Dios, no se pierde ningún cansancio generoso,
no se pierde ninguna dolorosa paciencia. Todo
eso da vueltas por el mundo como una fuerza
de vida. A veces nos parece que nuestra tarea no
ha logrado ningún resultado, pero la misión no
es un negocio ni un proyecto empresarial, no es
tampoco una organización humanitaria, no es un
espectáculo para contar cuánta gente asistió gra-
cias a nuestra propaganda; es algo mucho más
profundo, que escapa a toda medida. Quizás el
Señor toma nuestra entrega para derramar bendi-
ciones en otro lugar del mundo donde nosotros
nunca iremos. El Espíritu Santo obra como quie-
re, cuando quiere y donde quiere; nosotros nos
entregamos pero sin pretender ver resultados
llamativos. Sólo sabemos que nuestra entrega es
necesaria. Aprendamos a descansar en la ternura
de los brazos del Padre en medio de la entrega
creativa y generosa. Sigamos adelante, démoslo
todo, pero dejemos que sea Él quien haga fecun-
dos nuestros esfuerzos como a Él le parezca. 
280. Para mantener vivo el ardor misionero
hace falta una decidida confianza en el Espíritu
Santo, porque Él « viene en ayuda de nuestra de-
bilidad » (
Rm
8,26). Pero esa confianza genero-
sa tiene que alimentarse y para eso necesitamos
invocarlo constantemente. Él puede sanar todo
1...,201,202,203,204,205,206,207,208,209,210 212,213,214,215,216,217,218,219,220,221,...224
Powered by FlippingBook