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ACTA ("ROGITO")
EN LA QUE SE RECUERDA
LA VIDA Y LA OBRA
DEL ROMANO PONTÍFICE DIFUNTO

 

En la luz de Cristo resucitado de entre los muertos, el 2 de abril del año del Señor 2005, a las 21.37, mientras concluía el sábado, y ya habíamos entrado en el día del Señor, octava de Pascua y domingo de la Misericordia divina, el amado Pastor de la Iglesia, Juan Pablo II, pasó de este mundo al Padre. Toda la Iglesia acompañó en oración su tránsito, especialmente los jóvenes.

Juan Pablo II fue el 264° Papa. Su recuerdo permanece en el corazón de la Iglesia entera y de toda la humanidad.

Karol Wojtyla, elegido Sumo Pontífice el 16 de octubre de 1978, nació en Wadowice, ciudad situada a 50 kilómetros de Cracovia, el 18 de mayo de 1920 y, dos días después, fue bautizado en la iglesia parroquial por el sacerdote Franciszek Zak.

A los 9 años recibió la primera comunión, y a los 18 el sacramento de la confirmación.
Al interrumpir sus estudios a causa del cierre de la Universidad por parte de las fuerzas de ocupación nazis, trabajó en una cantera desde 1940 hasta 1944 y, después, en la fábrica química Solvay.

Desde 1942, sintiéndose llamado al sacerdocio, estudió en el seminario clandestino de Cracovia. El 1 de noviembre de 1946 recibió la ordenación sacerdotal de manos del cardenal Adam Sapieha. Después fue enviado a Roma, donde obtuvo primero la licenciatura y luego el doctorado en teología, con una tesis que llevaba por título "Doctrina de la fe en san Juan de la Cruz" (Doctrina de fide apud sanctum Ioannem a Cruce).

Regresó, luego, a Polonia, donde desempeñó diversas tareas pastorales y enseñó algunas disciplinas sagradas. El 4 de julio de 1958, el Papa Pío XII lo nombró obispo auxiliar de Cracovia. Y Pablo VI, en 1964, lo destinó a esa misma sede como arzobispo. Como arzobispo de Cracovia, intervino en el concilio Vaticano II. Pablo VI lo creó cardenal el 26 de junio de 1967.

En el Cónclave del 16 de octubre de 1978, fue elegido Sumo Pontífice por los cardenales, y tomó el nombre de Juan Pablo II. El 22 de octubre, día del Señor, comenzó solemnemente su ministerio petrino.

El pontificado de Juan Pablo II ha sido uno de los más largos de la historia de la Iglesia. Durante este período, bajo diversos aspectos, se han producido muchos cambios en el mundo, entre ellos, la caída de algunos regímenes, a la que él mismo contribuyó. Con la finalidad de anunciar el Evangelio, realizó innumerables viajes a diferentes países.

Ejerció el ministerio petrino con incansable espíritu misionero, dedicando todas sus energías movido por la "sollicitudo omnium Ecclesiarum" y por la caridad abierta a toda la humanidad. Más que todos sus predecesores se encontró con el pueblo de Dios y con los responsables de las naciones, en celebraciones, en audiencias generales y particulares, y en visitas pastorales.

Su amor a los jóvenes lo impulsó a iniciar las Jornadas mundiales de la juventud, convocando a millones de jóvenes de todo el mundo.

Promovió el diálogo con los judíos y con los representantes de las demás religiones, convocándolos en varias ocasiones a encuentros de oración por la paz, especialmente en Asís.

Amplió notablemente el Colegio cardenalicio, creando 231 cardenales (más uno "in pectore").
Convocó quince Asambleas del Sínodo de los obispos, siete generales ordinarias y ocho especiales. Erigió numerosas diócesis y circunscripciones eclesiásticas, especialmente en el este de Europa.

Reformó el Código de derecho canónico y el Código de cánones de las Iglesias orientales; y reorganizó la Curia romana.

Como "sacerdos magnus" ejerció el ministerio de la sagrada liturgia en la diócesis de Roma y en todo el orbe, en plena fidelidad al concilio Vaticano II. Promovió de manera ejemplar la vida y la espiritualidad litúrgica, y la oración contemplativa, especialmente la adoración eucarística y la plegaria del santo rosario (cf. carta apostólica Rosarium Virginis Mariae).

Bajo su guía, la Iglesia se acercó al tercer milenio y celebró el gran jubileo del año 2000, según las líneas indicadas por él en la carta apostólica Tertio millennio adveniente; y se asomó después a la nueva época, recibiendo sus indicaciones en la carta apostólica Novo millennio ineunte, en la que mostraba a los fieles el camino del tiempo futuro.

Con el Año de la Redención, el Año Mariano y el Año de la Eucaristía, promovió la renovación espiritual de la Iglesia. Realizó numerosas canonizaciones y beatificaciones para mostrar innumerables ejemplos de santidad de hoy, que sirvieran de estímulo a los hombres de nuestro tiempo. Proclamó doctora de la Iglesia a santa Teresa del Niño Jesús.

El magisterio doctrinal de Juan Pablo II fue muy rico. Custodio del depósito de la fe, se dedicó con sabiduría y valentía a promover la doctrina católica, teológica, moral y espiritual, y a contrarrestar durante todo su pontificado las tendencias contrarias a la genuina tradición de la Iglesia.
 

Entre sus principales documentos, se encuentran 14 cartas encíclicas, 15 exhortaciones apostólicas, 11 constituciones apostólicas, 45 cartas apostólicas, además de las catequesis impartidas en las audiencias generales y los discursos pronunciados en todas las partes del mundo. Con su enseñanza, Juan Pablo II confirmó e iluminó al pueblo de Dios acerca de la doctrina teológica (sobre todo en las tres principales encíclicas:  Redemptor hominis, Dives in misericordia, Dominum et vivificantem), antropológica y social (encíclicas Laborem exercens, Sollicitudo rei socialis, Centesimus annus), moral (encíclicas Veritatis splendor, Evangelium vitae), ecuménica (encíclica Ut unum sint), misionológica (encíclica Redemptoris missio) y mariológica (encíclica Redemptoris Mater).

Promulgó el Catecismo de la Iglesia católica, a la luz de la Revelación, autorizadamente interpretada por el concilio Vaticano II. Publicó también algunos libros como doctor privado.

Su magisterio culminó con la encíclica Ecclesia de Eucharistia y la carta apostólica Mane nobiscum Domine, durante el Año de la Eucaristía.

Juan Pablo II ha dejado a todos los hombres un testimonio admirable de piedad, de santidad de vida y de paternidad universal.

(Firmas de los testigos de las celebraciones y de la sepultura)

 

CORPUS IOANNIS PAULI II P.M.
VIXIT ANNOS LXXXIV
MENSES X  DIES XV
ECCLESIAE UNIVERSAE PRAEFUIT
ANNOS XXVI  MENSES V  DIES XVII
Semper in Christo vivas, Pater Sancte!

 

 

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