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DISCURSO DEL SANTO PADRE JUAN PABLO II
A LOS REPRESENTANTES DEL ECPAT Y A LOS MIEMBROS
DEL CENTRO EUROPEO DE BIOÉTICA Y CALIDAD DE VIDA


Viernes 21 de marzo de 1997

 

Amadísimos hermanos y hermanas:

1. Me alegra dar mi cordial bienvenida a los ilustres representantes del ECPAT (End Child Prostitution in Asian Tourism). Saludo asimismo a los miembros del Centro europeo de bioética y calidad de la vida. Dirijo un saludo particular a monseñor Piero Monni, observador permanente de la Santa Sede ante la Organización mundial del turismo, agradeciéndole las amables palabras con las que ha interpretado los sentimientos de los presentes.

2. Desde hace años vuestra asociación se ha comprometido a eliminar el flagelo mundial de la prostitución infantil. Este compromiso, en el que colaboran cristianos y no cristianos, no sólo quiere combatir ese crimen horrendo, sino sobre todo defender a sus víctimas. ¿Cómo no expresar estima y respeto a una labor tan meritoria? ¿Cómo no desear que la sostengan de modo convencido y concreto la comunidad internacional y los Gobiernos, los políticos y los asistentes sociales, los organismos privados y toda la sociedad civil?

Frente al grito de dolor de millones de inocentes, a quienes han ultrajado en su dignidad y robado su futuro, nadie puede permanecer indiferente, sin asumir sus responsabilidades.

3. A este propósito, el reciente Congreso de Estocolmo, organizado por esta asociación en colaboración con el Gobierno sueco y con otras organizaciones internacionales, ha puesto una piedra miliar para la solución de este gravísimo problema. Apelando a la conciencia de cuantos son responsables del destino de la humanidad, esa asamblea ha propuesto oportunos medios políticos, legislativos y sociales para afrontar eficazmente este gravísimo problema, tanto a nivel nacional como internacional.

Compartiendo las preocupaciones manifestadas, deseo animar al ECPAT a proseguir en la necesaria denuncia de los abusos, así como en el estudio de sus causas y de sus oportunos remedios.

4. Como es sabido, con frecuencia la prostitución infantil tiene su origen en la crisis que afecta ampliamente a la familia. Mientras que en los países en vías de desarrollo la familia es víctima de las condiciones de pobreza extrema y de la carencia de estructuras sociales adecuadas, en los países ricos está condicionada por la visión hedonista de la vida, que puede llegar a destruir la conciencia moral, justificando cualquier medio capaz de procurar placer.

En este ámbito, ¿cómo no ver en la pornografía una incitación constante a abusar de los propios semejantes?

Estas preocupantes manifestaciones, que atacan la dignidad de la persona y el futuro de la convivencia familiar, repercuten inexorablemente en sus miembros más débiles y en los menores.

5. Frente a tanto sufrimiento, vuestra asociación se esfuerza por frenar la expansión de esos fenómenos, contando con la colaboración eficaz de los hombres y mujeres de buena voluntad.

Formulo fervientes votos para que vuestros llamamientos sean escuchados con atención, en todos los niveles de la vida social, por los políticos y los sociólogos, por los juristas y los economistas, así como por los responsables de la educación, la salud, las organizaciones sindicales y los organismos locales.

En efecto, sólo la acción conjunta de las instituciones nacionales e internacionales, de las asociaciones y de los individuos podrá poner la palabra fin a esta gravísima plaga social.

Pido al Señor que os dé fuerza para perseverar en la obra emprendida y, mientras encomiendo a la protección materna de la Virgen María a cada uno de vosotros, a vuestros colaboradores, a vuestras familias y a cuantos son objeto de vuestra preocupación, os bendigo a todos de corazón.



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