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FREDRICH OVERBECK (1789-1869)
ACUARELA SOBRE CARTÓN - MUSEOS VATICANOS

SÉPTIMA ESTACIÓN
Jesús cargado con la cruz
   

V /. Adoramus te, Christe, et benedicimus tibi.
R /. Quia per sanctam crucem tuam redemisti mundum.

Lectura del Evangelio según San Marcos. 5, 20

Terminada la burla,
le quitaron la púrpura
y le pusieron su ropa,
Y lo sacaron
para crucificarlo.

MEDITACIÓN

Fuera.
El justo injustamente condenado tiene que morir fuera:
fuera del campamento, fuera de la ciudad santa,
fuera de la sociedad humna.
Los soldados lo desnudany lo visten:
Él ya no puede disponer tampoco del propio cuerpo.
Le cargan sobre los hombros un palo, trozo pesado del patíbulo,
señal de maldición e instrumento de ejecución capital.
Madero de infamia,
que pesa, carga extenuante, sobre las espaldas llagadas de Jesús.
El odio que lo impregna hace insoportable el peso.
Sin embargo aquel madero de la cruz es rescatado por Jesús,
se convierte en la señal de una vida vivida
y ofrecida por amor a los hombres.
Según la tradición, Jesús vacila,
por tres veces caerá bajo aquel peso.
Jesús no ha puesto límites a su amor:
"habiendo amado a los suyos, los amó hasta el extremo" (Jn 13, 1).
Obediente a la palabra del Padre
-"Amarás al Señor tú Dios con todas tus fuerzas" (Dt 6, 5)-
Dios ha amado y ha cumplido su voluntad hasta el extremo.

ORACIÓN

Jesús, rey de gloria, coronado de espinas,
encorvado bajo el peso de la cruz
que las manos del hombre han preparado para ti,
imprime en nuestros corazones
la imagen de tu rostro cubierto de sangre,
para que nos recuerde que nos has amado
hasta entregarte tú mismo por nosotros (Ga 2, 20).
Nuestra mirada no se separe nunca de la señal de nuestra salvación,
levantado sobre el corazón del mundo,
para que, contemplándolo y creyendo en ti,
no nos condemos, sino que tengamos la vida eterna (Jn 3, 14-16).

Jesús,
sobre tus espaldas desgarradas pesa el innoble patíbulo:
por tu gracia la cruz se convierte en collar de piedras preciosas
y el árbol del Paraíso vuelve a ser árbol de la Vida.

R /. A ti la alabanza y la gloria por los siglos.

Todos:

Pater noster, qui es in cælis:
sanctificetur nomen tuum;
adveniat regnum tuum;
fiat voluntas tua, sicut in cælo, et in terra.
Panem nostrum cotidianum da nobis hodie;
et dimitte nobis debita nostra,
sicut et nos dimittimus debitoribus nostris;
et ne nos inducas in tentationem;
sed libera nos a malo.

Pro peccatis suæ gentis
vidit Iesum in tormentis
et flagellis subditum.

  

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