Excmo. y Rvdmo.
Mons. CASIMIRO MORCILLO,
presidente de la Comisión Episcopal de la OCSHA,
arzobispo de Zaragoza.
Excelentísimo y reverendísimo señor:
La Pontificia Comisión para América latina ha recibido y
atentamente examinado el estudio-proyecto que la Comisión Episcopal de la Obra de Cooperación
Sacerdotal Hispanoamericana ha presentado para encauzar y aprovechar aquellas
vocaciones eclesiásticas que quedan, en número tan considerable, sin poder entrar
en los seminarios de España y cuya admisión, debidamente organizada, haría
aumentar la cifra de sacerdotes destinados a América latina.
La CAL, que con tanto interés mira todas aquellas iniciativas que puedan
contribuir a resolver la escasez de clero en América latina confía en que este
vasto programa concebido por la OCSHA encuentre pronta y concreta verificación.
Para ello se cuenta de antemano con el celo de los eminentísimos y excelentísimos
ordinarios de las diócesis españolas, quienes ya tienen dada buena prueba del
entusiasmo con que se asocian al mayor bien espiritual de América latina.
Es obvio que la CAL dedica palabras de aliento a las líneas generales de este
plan, sin entrar en aquellas fases o pormenores del mismo, cuya ulterior
elaboración y realización cuidará la Comisión Episcopal de la OCSHA, de acuerdo
con los demás ordinarios de las diócesis españolas, sobre todo en lo referente
a la utilización de sus seminarios y al reclutamiento metódico de las
vocaciones.
En prueba del interés con que la CAL acoge este serio proyecto para aprovechar
candidatos al sacerdocio, de los que un día, directa o indirectamente, se
beneficiará la Iglesia en América latina, y con el deseo de prestar a tal fin
una ayuda que sirva a afrontar algunas de las necesidades más urgentes, me es
sumamente grato poderle significar que esta Comisión Pontificia ha dispuesto
destinar a la Comisión Episcopal de la OCSHA una apreciable aportación
económica.
Vuestra excelencia tendrá a bien el querer informar a la Pontificia Comisión,
en el momento oportuno, de la utilidad e inversión de esté fondo, a fin de que
los oferentes tengan la legítima satisfacción de saber que contribuyeron a
una obra verdaderamente digna de apoyo.
Con esta oportunidad reitero a vuestra excelencia reverendísima las seguridades
de mi más atenta y distinguida consideración.
C. Card. Confalonieri
Praesi.