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MENSAJE DE LA PONTIFICIA COMISIÓN PARA AMÉRICA LATINA
AL II CONGRESO LATINOAMERICANO DE PRENSA CATÓLICA

 

Señor Nuncio Apostólico en Bogotá:

Con viva satisfacción he sabido que la "Unión Latinoamericana de Prensa Católica" se apresta a celebrar en esa capital su II Congreso, del 23 al 28 del presente mes de julio.

Es para mí particularmente grato enviar, por medio de vuestra excelencia reverendísima, un afectuoso saludo a los representantes de la Prensa Católica, reunidos para un fraternal intercambio de experiencias acerca de los problemas comunes a su importante actividad.

Parece muy conveniente el tema del Congreso: "La inquietud de la Iglesia es la inquietud de la Prensa Católica", y no sólo en su enunciad' genérico, sino también en las subdivisiones de la materia para las varias secciones que se proponen examinar los aspectos técnicos de la información y de las actividades editoriales.

La importancia y la función específica de la Prensa Católica en el cuadro general de la Prensa las ha destacado muchas veces la Iglesia, por los benéficos resultados que ella puede y debe obtener mediante la formación de la opinión pública y la orientación que debe darse a las masas acerca de las cuestiones que se refieren más de inmediato al campo religioso y moral.

En las audiencias benévolamente concedidas con motivo de los congresos y celebraciones aniversarias de los órganos y asociaciones de Prensa, los Sumos Pontífices no han dejado de impartir luminosas directivas y sabias enseñanzas enderezadas a delimitar el campo y a indicar el camino que deben seguir todos aquellos que se dedican a estas labores.

Me complazco en recordar aquí la idea central que se repite continuamente en las enseñanzas pontificias y que constituye su constante preocupación: el respeto y la defensa de la verdad, sin faltar a la caridad.

"Fin supremo de la Prensa, y sobre todo de la católica —afirmaba el Sumo Pontífice Pío XII, de feliz memoria—, es el de servir a la verdad en la caridad y esto equivale a un deber supremo; la Prensa debe ponerse al servicio de la verdad, de la justicia y de la paz." (Discurros y radiomensajes de Su Santidad Pío XII, vol. II, págs. 359 y 365.)

En el discurso al III Congreso Nacional de Periodistas Católicos Italianos, el 4 de mayo de 1959, inculcaba el Pontífice reinante, Juan XXIII, la idea de que la Prensa debe ser: "Instrumento de la verdad y de la caridad", y que "la caridad al escribir, aun en medio de una polémica, no menoscaba la verdad, antes, por el contrario, la robustece y la hace agradable". (Discursos, mensajes y alocuciones de Su Santidad Juan XXIII, vol. I, pág. 305.) El Santo Padre se complacía en reafirmar la misma norma, en la recentísima audiencia concedida el 17 de junio pasado, con motivo del quincuagésimo aniversario del "Giornale d'Italia", como para hacer ver que el fundamento de la actividad periodística consiste en el respeto a la verdad, unido al ejercicio de la caridad. (L'Osservalore Romano, 19 de junio de 1962.)

Aun en su progreso organizativo y técnico la actividad editorial católica debe correr parejas con los progresos de los tiempos modernos. El Santo Padre no duda en afirmar que este progreso es necesario y "se convierte en cuestión sustancial". (Discursos, vol. I, pág. 305.)

Los peligros que pueda acarrear a la sociedad humana y a la Iglesia el uso indebido de la Prensa aumentan con el crecimiento de su poder. De ahí la responsabilidad que incumbe al periodista y el cúmulo de cualidades de que éste debe estar dotado.

Recuerda el Augusto Pontífice que un periodista no se improvisa: tiene necesidad de un largo período de preparación, porque le son necesarias "la delicadeza del médico, la agilidad del literato, la precisión del jurista y la profunda responsabilidad del educador". (Discursos, mensajes y alocuciones de Su Santidad Juan XXIII, vol. III, págs. 58-59.) Además, el "periodista católico no se deja llevar por los caprichos antojadizos de la opinión pública, .ni mucho menos los pone al servicio de sus planes, sino que experimenta la obligación de mantenerse al servicio de la verdad".

He querido refrescar los pensamientos que anteceden porque estoy seguro de que los problemas propuestos al Congreso, aun los de carácter técnico y editorial, ganarán en fecundidad y precisión, si se examinan atentamente a la luz del magisterio pontificio. Por lo demás, no dudo de que se adoptarán decisiones fructuosas, a fin de unir cada vez más las fuerzas católicas latinoamericanas que trabajan en el campo periodístico.

Pidiéndole se sirva ser intérprete de estos mis sentimientos ante los participantes del próximo Congreso, de vuestra excelencia reverendísima devotísimo,

Cardenal CONFALONIERI
Presidente

 

 

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