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1 de febrero del 2000
« EUCHARISTIA »

Jornada dedicada a la misión - testimonio - « martyria »
Adoración del Santísimo Sacramento
De la Eucaristía a la misión


INDICACIONES GENERALES

ADORACIÓN EUCARÍSTICA


Indicaciones generales

1. En este tercer día de preparación, la atención está dirigida a la adoración de Cristo, presente en la Eucaristía, modelo de la consagración, signo de la comunión y de la fraternidad, fuente del servicio y de la misión. Todas las personas consagradas están invitadas a dar un signo fuerte, evidente y comunitario de su fe en la Eucaristía, en este año que es intensamente eucarístico (TMA, n. 55).

2. El templo elegido para la adoración eucarística comunitaria se preparará de manera que todo se pueda realizar con solemnidad y en un gran clima de contemplación y de alabanza. El altar para la exposición del Santísimo Sacramento se adornará convenientemente con flores y luces.

3. Se preparará un atril para entronizar la Palabra de Dios, de modo que se ponga de manifiesto la relación entre la Palabra y la Eucaristía.

4. Para subrayar el don y el compromiso de la misión, tras la adoración eucarística sería oportuno hacer un gesto colectivo de anuncio misionero o de servicio a los pobres como testimonio público de la llamada para anunciar el Evangelio a los pobres de nuestro mundo.


ADORACIÓN EUCARÍSTICA

I. Ritos iniciales: exposición

Mientras suena el órgano o se canta un cántico inicial se va en procesión desde una capilla lateral al altar, llevando el libro del Evangelio y la Eucaristía para la exposición del Santísimo. El Evangelio se coloca en el atril y la Eucaristía se coloca en el ostensorio, bien visible e iluminado.

El sacerdote inciensa el Santísimo mientras la asamblea canta un himno eucarístico.

Después de un breve silencio, un lector invita a todos a vivir en comunión la adoración del Santísimo sacramento como una confesión de fe y de amor en la presencia de Cristo que ha puesto su morada entre nosotros, y está presente en la Eucaristía, maestro y modelo de la vida consagrada.

Sigue un momento prolongado de silencio.

 

II. La Eucaristía: escucha de la Palabra, contemplación del misterio, llamada a la misión

CON JESÚS EN EL MONTE TABOR

Un lector introduce la lectura del Evangelio de la Transfiguración con las palabras del tercer párrafo del n. 14 de « Vita consecrata » hasta el final: « En el Evangelio son muchas... el camino de la cruz ».

Luego todos se ponen de pie y se escucha la proclamación del Evangelio de Mt 17,1-9, aclamando al final la Palabra del Señor.

Puede seguir un canto apropiado... y un momento de silencio para vivir en la contemplación el misterio y el icono del Tabor que da sentido a la vida consagrada.

CONTEMPLACIÓN Y CONFESIÓN DE FE

Siguen algunas aclamaciones a Cristo, que se inspiran en el n. 24 de V.C. y en el texto de San Agustín allí citado. La asamblea responde con una invocación: Kyrie eleison o Adoramus Te, Domine.

Invoquemos al Señor.

Tú que en la Santa montaña te has revelado como Hijo muy amado por el Padre, resplandeciente en la luz del Espíritu Santo.

Tú que eres el Transfigurado del Tabor y el Desfigurado sin belleza del Calvario.

Tú que eres el esplendor de la belleza divina y nos invitas a seguirte por las sendas del evangelio.

Tú que eres el Verbo Encarnado, bello en el cielo y en la tierra.

Tú que eres bello en el seno de la Virgen, en los brazos de la madre, sobre los hombros de José.

Tú que eres bello en las palabras y en los milagros, en tu estar con los discípulos, en la amistad de Betania, en el amor por los pobres.

Tú que eres bello en los suplicios, sobre la Cruz, tendido y amortajado en el sepulcro.

Tú que eres esplendor de belleza en la resurrección, en la paz donada a los discípulos, en el camino de Emaús, en la gloria de tu Ascensión.

Tú que eres en la Eucaristía esplendor de belleza escondida, presencia amiga, alimento para nuestro camino, atráenos siempre hacia el Padre, en el Espíritu Santo, junto con todos nuestros hermanos y hermanas del mundo, que tienen hambre y sed de la belleza divina.

Amén.

Todos oran en silencio algunos momentos.

 

III. En oración con la Eucaristía

ORACIÓN DE AGRADECIMIENTO Y DE SÚPLICA

Sigue un momento de oración inspirado en el estilo de la Plegaria eucarística.

Algunas personas consagradas, hombres y mujeres, ante el Santísimo Sacramento, expresan cuatro o cinco intenciones de oración, de agradecimiento y de súplica por el don de la vida consagrada.

Luego, el sacerdote se pone de pie y dice una oración de agradecimiento y de súplica por la vida consagrada utilizando el texto de la Oración de bendición de los profesos n. 1 del Ritual de la profesión perpetua. Ese texto, en el contexto de esta celebración de oración, es una solemne bendición a Dios y una súplica por la perseverancia y la fidelidad de los consagrados.

ORACIÓN Y GESTOS DE OFRENDA

Siguen unos gestos eucarísticos de ofrenda, que simbolizan la consagración para la misión.

Cada gesto realizado en silencio por diversos representantes de la vida consagrada puede ser anunciado por un lector:

– Ofrenda de una lámpara encendida como signo del amor a Dios y al próximo, vivido en plenitud por medio de la castidad consagrada.

– Ofrenda de una bandeja con pan y vino signo de la propia vida entregada en la pobreza y en el compartir.

– Ofrenda de sí mismos a través de la obediencia: una persona avanza hacia el altar con las manos abiertas en signo de ofrenda, y hace un profundo signo de adoración que simboliza el Fiat de Cristo y de María para cumplir la voluntad del Padre.

– Ofrenda de una rama de palma o de olivo, expresión de la entrega de la propia vida hasta el martirio, en memoria de todas las personas consagradas que han perdido la vida por Cristo.

– Ofrenda de un ramo de flores de colores diferentes que se coloca bajo el altar como expresión de los diversos carismas de la vida consagrada.

 

IV. Del Monte Tabor a la misión apostólica

Sigue, acompañada con música de fondo, la lectura del párrafo n. 40 de V.C., que invita a la misión. Se puede también leer, como exhortación, la meditación Misión – Testimonio – « Martyria » (Apéndice I.C).

 

V. Bendición eucarística

Tras quedar en silencio durante algún tiempo, se da la bendición eucarística como de costumbre.

Durante la reposición del Santísimo se canta el himno « Ave verum, Corpus natum de Maria Virgine ».

 

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