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PONTIFICIUM OPUS A SANCTA INFANTIA

LA INFANCIA MISIONERA O SANTA INFANCIA
EN NUESTRA COMUNIDAD

 

INTRODUCCIÓN

        Compartimos con alegría la realidad maravillosa de la Obra Pontificia de la Infancia Misionera o Santa Infancia, para conocerla y aprovecharla mejor en nuestras propias comunidades.

        A través de Obispos, misioneros, animadores y niños, Dios está ayudando a los niños a realizar maravillas evangelizadoras en su familia, con los demás niños y por la evangelización universal. Constatamos, además, con inmensa gratitud que esta Obra está constituyendo para los niños un camino especial para su maduración cristiana y misionera.

         Cada parroquia, cada Diócesis y la Iglesia universal pueden sentir como propia esta Obra de la Infancia Misionera.

1. LA INFANCIA MISIONERA O SANTA INFANCIA

         La Infancia Misionera o Santa Infancia, ha celebrado sus 150 años en 1993. Hoy son millones de "pequeños misioneros" distribuidos en parroquias, escuelas y movimientos de los cinco continentes.

         En concreto, la Obra Pontificia de la Infancia Misionera se propone :

  1. Ayudar a los educadores a despertar progresivamente en los niños una conciencia misionera universal.

  2. Ayudar a los niños a desarrollar su protagonismo misionero.

  3. Mover a los niños a compartir la fe y los medios materiales, especialmente, con los niños de las regiones y de las Iglesias más necesitadas.

  4. Promover las vocaciones misioneras.

  5. Integrarse en la pastoral de conjunto de la educación cristiana, a la que aportará su proyección misionera.

        Para realizar sus objetivos, la Infancia Misionera está prestando dos servicios a los niños: el primero y principal, la educación misionera ; el segundo, la cooperación misionera a los niños más necesitados y a las misiones del mundo entero.

        Así, la Obra Pontificia de la Infancia Misionera o Santa Infancia, que es Obra de la Iglesia universal y de las Iglesias locales, está animando y formando misioneramente a los niños (hasta los 14 años de edad inclusive) y a sus educadores para que vivan en comunión eclesial misionera y para que realicen su misión local y su cooperación misionera a la evangelización universal, especialmente de los niños.

         Los niños y niñas de la Infancia Misionera, acompañados por sus animadores, se proponen ser misioneros en su comunidad y ayudar a los niños del mundo entero. Son amigos de Jesús y hacen amigos para Jesús.

         Los educadores, padres de familia, catequistas jóvenes, religiosas y sacerdotes, pueden participar en esta Obra como animadores de la Infancia Misionera. Los animadores ayudan y orientan a los niños, dejando que ellos asuman las responsabilidades que les corresponden y acompañándolos para que realicen todo lo que ellos mismos deben realizar.

         La Iglesia universal pide a todas las Instituciones y Movimientos eclesiales colaborar con la Infancia Misionera en su vida y servicio a los niños del mundo entero.

2. LA PASTORAL MISIONERA CON LOS NIÑOS

        Es Jesús mismo quien nos ha llamado: "ven y sígueme", "amigos", "Id y evangelizad a todas las gentes" (Mt 28,19). Espera que seamos sus discípulos y que hagamos discípulos para El. Esto es lo que se proponen los niños en la Infancia Misionera: "ser amigos de Jesús y hacer amigos para Jesús".

        La Infancia Misionera se propone conseguir que los niños cumplan adecuadamente su misión local y universal. En esta pastoral misionera, no sólo somos misioneros sino que ayudamos a que otros sean misioneros. Nos proponemos "ser" discípulos de Jesús, "hacer discípulos" para Jesús y ayudar a "que ellos hagan" más discípulos para El. Por ello, esta pastoral misionera ha de tener una efectiva prioridad dentro de la pastoral diocesana y parroquial (RM 83).

        La Infancia Misionera, realmente, es la principal Obra de la Iglesia universal y de cada Iglesia particular para la pastoral misionera con los niños.

        Este servicio misionero se realiza con el protagonismo de los mismos niños. Jesús mismo es quien les ha dado una misión muy importante en la Iglesia y en el mundo. Ellos mismos han de realizarla evangelizándose y evangelizando. Los niños ciertamente son destinatarios de la pastoral misionera. Pero, ante todo, son sus protagonistas: por ello, la pastoral misionera habrá de ser siempre "con" los niños.

        Una Pastoral Misionera con los niños requiere de la realización de servicios en cuatro áreas, entre sí complementarias:

  1. Animación Misionera:
    Para despertar, avivar y sostener en los niños el espíritu misionero universal. Los medios que generalmente se utilizan para ello son: la oración, la información misionera, la motivación misionera, los Encuentros, la asociación de los niños y su acompañamiento misionero.

  2. Formación Misionera:
    Para ayudar a que los niños hagan la "Escuela con Jesús" y, así, tengan criterios y mentalidad misionera, como la de su Maestro. Comprende como contenidos y actividades: la catequesis y teología de la misión, la espiritualidad misionera y la Metodología y práctica misioneras.

  3. Comunión y Organización Misionera:
    Para promover la comunión misionera entre los niños. La organización ayudará a utilizar adecuadamente los recursos disponibles para su servicio misionero y a integrar bien los servicios de los niños y los de sus animadores en la comunidad eclesial.

  4. Cooperación Misionera:
    Para ayudar a que cada niño realice los aportes misioneros que le corresponden en su comunidad local y en favor de la evangelización universal, especialmente por los niños en "la misión ad gentes".

         Así, la Infancia Misionera con esta animación, formación, comunión y cooperación misioneras, ayuda a cada niño para que sea misionero en su familia, en su escuela, en su comunidad y misionero para el mundo entero. Sirviendo a los niños en las cuatro áreas, la Infancia Misionera cumple su principal finalidad que es la de su educación misionera y logra, también, promover su creciente cooperación misionera universal.

3. ORGANIZADOS COMO LOS APÓSTOLES CON JESÚS

        La educación misionera la realizamos en "comunión" misionera, dentro de la cual cada uno, con Jesús, hace su propia parte.

        Conforme a las circunstancias pastorales de cada nación, la Infancia Misionera se organiza: como asociación misionera y como Institución de servicios; con ambas dimensiones se realiza plenamente el carisma original de esta Obra.

        En su dimensión asociativa, esta Obra instituida por la Iglesia universal y local, vive y sirve a través de los grupos, equipos, células, etc. de Infancia Misionera, los cuales se promueven en las parroquias, en las escuelas, o en torno a otras Instituciones y movimientos infantiles. Los grupos de la Infancia Misionera, viven y obran como fermento "misionero" (ayudan a que los demás también sean misioneros) en su escuela, en su familia y en su comunidad. Podemos encontrar estos niños, como los Apóstoles con Jesús, reunidos semanalmente en sus grupos o realizando sus servicios misioneros en su familia, en su escuela, en su comunidad. Los habremos encontrado siempre alegres y generosos, colaborando en la parroquia y haciendo algo por las misiones.

         En los grupos de la Infancia Misionera, como los Apóstoles con Jesús, los niños se hacen amigos de El; se forman en su Escuela de amor, van todos los días como misioneros a su familia y hacia sus compañeros; cooperan como misioneros para el mundo entero. En su encuentro (semanal o periódico) hacen su "Escuela con Jesús", recibiendo su Palabra en la catequesis misionera, asimilándola como espiritualidad misionera, comunicándola con palabras o con servicios (servicio misionero), y reforzando su comunión misionera. Cada grupo elige su nombre misionero, su patrono y sus compromisos concretos. Un niño guía el grupo, con la colaboración de su animador y la de todos sus compañeros.

         Estos niños asociados siguen participando y aprovechando, además, de la catequesis parroquial y de los demás servicios evangelizadores que le ofrecen su familia, la escuela y otras Instituciones o Movimientos.

         Otra expresión fundamental de esta Obra son los servicios de animación, formación, comunión y cooperación misionera (espiritual, material y con servicios evangelizadores) hacia todos los niños del mundo. Aunque no estén formalmente vinculados en la Infancia Misionera, los niños pueden aprovechar estos servicios según su necesidad y colaborar en ellos según su posibilidad.

         Los niños beneficiarios de los servicios y los demás niños son invitados a vincularse como amigos y colaboradores; y, si son católicos, son invitados a vincularse como miembros activos de la Infancia Misionera. Así, todos los niños pueden participar en diverso grado y forma en la Infancia Misionera.

         Se recomienda a los niños de la Infancia Misionera que participen en la Eucaristía misionera cada domingo y tengan en su parroquia una fiesta misionera cada mes. Los mismos niños ayudarán a prepararla.

         Cada año, se celebra la Jornada de la Infancia Misionera, en la cual se intensifica la oración por las misiones, se recolecta la ofrenda económica y se realizan muchas otras iniciativas en favor de la animación misionera de los niños de la comunidad.

         En cada Parroquia y en cada Diócesis, conviene realizar un Encuentro anual de Infancia Misionera, con el cual se refuerza la vida y el servicio de los niños misioneros.

         En cada Diócesis el Obispo es el padre y animador principal de la Infancia Misionera. Colabora con él un Director Diocesano de Obras Misionales Pontificias, quien asume y trabaja con un Secretario o Delegado Diocesano para la Infancia Misionera.

        El principal responsable y animador de la Infancia Misionera en la parroquia es el párroco. El busca la colaboración de los animadores misioneros y encomienda a uno de ellos la coordinación parroquial de la Infancia Misionera.

4. LA COOPERACION MISIONERA DE LOS NIÑOS EN LA INFANCIA MISIONERA.

         Esta Obra promueve la cooperación misionera de los niños en tres formas:

  • Cooperación espiritual: con el ofrecimiento de la propia vida cristiana (testimonio), la continua oración por las misiones y la ofrenda de los propios sacrificios, uniéndolos a los de Jesús por la salvación de los niños y del mundo.

  • Cooperación material: con la "ofrenda misionera" económica o con otros bienes materiales.

  • Cooperación con servicios misioneros: Dios necesita nuestra colaboración, nos necesita a nosotros mismos como misioneros. Además, necesita que le ayudemos a promover las vocaciones misioneras.

         Para promover y canalizar esa cooperación, la Iglesia universal ha establecido que "teniendo en cuenta las posibilidades locales, la obra organiza anualmente una Jornada Universal de los Niños. Con ocasión de esta jornada, ha de orientarse la atención de los mismos hacia las necesidades espirituales y materiales de los niños de todo el mundo, animándoles a correr en su ayuda con las propias oraciones, sacrificios, ofrendas, y ayudándoles a descubrir el rostro de Jesucristo". (Est.. OMP, n° 20).

         También a través de su cooperación económica, los niños se proponen compartir su fe y ayudar a que los otros niños se hagan más amigos de Jesús.

         Durante más de 150 años, sin hacer discriminaciones de raza, cultura o religión, los niños de la Infancia Misionera, compartiendo su pan y su fe, han prestado ayuda a millones de niños para su alimentación, su vestido y salud, para la protección de su vida y su educación escolar y , sobre todo, para su educación cristiana y misionera. Las ofrendas de los niños, cada año, se utilizan para ayudar, con subsidios "ordinarios" y "extraordinarios", unos cuatro mil proyectos en favor de los niños más necesitados del mundo.

a) Subsidios ordinarios: para la pastoral de las diócesis en favor de los niños. Se otorgan sólo a las jurisdicciones eclesiásticas dependientes de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos. Es necesario que el Obispo diocesano solicite explícitamente este subsidio y envíe un informe sobre la situación de los niños, el servicio misionero realizado en su favor y la utilización del subsidio ordinario precedente.

b) Subsidios extraordinarios: para proyectos determinados. Se otorgan prioritariamente para la misión "ad Gentes" a las jurisdicciones eclesiásticas que dependen de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos (territorios de misión). Las diócesis que no dependen de ella podrían recibir subsidios extraordinarios.

        Estos subsidios extraordinarios se proporcionan en las siguientes áreas:

  1. Animación y formación misioneras

  2. Formación cristiana

  3. Educación escolar y pre-escolar

  4. Protección de la vida

5. LA INFANCIA MISIONERA EN LA PASTORAL DE CONJUNTO DIOCESANA Y PARROQUIAL

1- El servicio de la Infancia Misionera y su integración en la Pastoral que se desarrolla en la Diócesis y en la parroquia, depende fundamentalmente de que ella sea viva y sirva conforme a su propia identidad:

a- Conforme a su naturaleza eclesial, misionera y universal.
b- Conforme a sus objetivos de:

  • Animación, formación y comunión misionera.

  • Promover la cooperación misionera universal entre los niños y en favor de ellos.

2- La Infancia Misionera tiene un puesto principal en la pastoral misionera con los niños porque:

a- Tiene el cometido principal en la animación y formación misionera de ellos. (Cf. R.M. 84).
b- Es la institución principal para promover y canalizar la cooperación misionera universal de ellos.

3- La Infancia Misionera está al servicio de la comunión misionera:

a- Viviendo y promoviendo la comunión misionera entre los niños.
b- Con servicios en favor de todos los niños.
c- Asociando miembros activos dentro de ella.
d- Promoviendo el servicio misionero de todos los niños a la evangelización universal, especialmente de los niños más necesitados del mundo.

4- La Infancia misionera tiene su organización propia en la comunidad local, pero siempre con proyección universal.

5- Esta Obra se integra en la pastoral de conjunto diocesana y parroquial:

a- En sus estructuras y organismos:

  • Integrando sus programas y servicios dentro del Plan diocesano y parroquial de pastoral.

  • Participando en el Consejo diocesano y parroquial de Pastoral.

b- Con los responsables de pastoral:

  • Los servidores de la Infancia Misionera viven en especial amistad, obediencia y colaboración.

c- Se integra en el proceso pastoral diocesano y parroquial aportando los servicios que le corresponden conforme a los objetivos específicos que ella tiene. De manera especial, se integra con la catequesis diocesana y parroquial, con la educación escolar, con las actividades de pastoral misionera y con los demás servicios pastorales relativos a los niños.

6- La Infancia Misionera está al servicio de los niños, de sus grupos y movimientos, de sus educadores y de las instituciones que están a su servicio. Ante ellos, la Infancia Misionera es fermento misionero, servidora de la pastoral misionera.

7- En bien de los niños, de la Iglesia particular y de cada parroquia, hemos de fortalecer y consolidar los servicios y los grupos de la Infancia Misionera. Así, tendremos cada día más niños misioneros y mayor cooperación misionera a la evangelización universal.

6. ALGUNAS CONCLUSIONES:

6.1 La Infancia Misionera en la evangelización hoy y para el Tercer Milenio, es decisiva e insustituible

  • Para la formación cristiana y misionera de los niños y de sus educadores.

  • Para la evangelización de los demás niños, de la propia familia y de la comunidad. ·

  • Para la promoción de vocaciones misioneras laicales, consagradas y sacerdotales.

  • Para la evangelización de los no cristianos (sobre todo de los niños en la misión ad gentes).

  • Para la realización de la pastoral misionera con los niños.

6.2. Es una organización suya, de su comunidad eclesial y para su servicio.
       
La Dirección Nacional de las Obras Misionales Pontificias y este Secretariado General de la Infancia Misionera (Piazza di Spagna, 48 - 00187 Roma; Tel: (039-6) 6988.0260; Fax: (039-6) 6988.0276; e-mail: vati176@poim.va) estaremos siempre listos para servirle.

        Muchisimas gracias por su servicio misionero a los niños de la Infancia Misionera y a su animadores. Dios los recompense con abundantes frutos en sus Diócesis y en cada Parroquia

TALLER MISIONERO

EXPERIENCIAS Y PERSPECTIVAS DE NUESTRA ESAM

  1. Cada uno manifiesta cómo se está sintiendo dentro de la ESAM y qué logros personales está consiguiendo.

  2. Cada uno manifiesta su disponibilidad concreta (cuánto tiempo, cuándo, con qué clase de servicios) para colaborar en los programas de formación de animadores misioneros dentro de nuestras comunidades.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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