Ø Tiene una madurez humana de base.
Ø Es amado, elegido y enviado por Jesús.
Ø Es buen católico, vive una vida nueva, en el Espíritu, con un comportamiento ejemplar.
Ø Es creativo y abierto al compartir con los demás.
Ø Sabe como hacerse pequeño y estar en armonía con los niños.
Ø Sabe ejercer su liderazgo misionero.
Ø Tiene aptitudes personales y preparación suficiente para educar, organizar y promover entre los niños la cooperación misionera.
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Ø Vive como buen discípulo de Jesús: Vive con El, en amistad y compromiso crecientes. Vive como El, cada día más con su estilo misionero.
Ø Se une en El a los demás. Vive la comunión eclesial concreta en su comunidad. Además, es vínculo de comunión con los demás niños y con sus grupos.
Ø Tiene corazón misionero universal .
Ø Con uténticas motivaciones misioneras:
¨ Por la salvación de los otros
¨ Por amor a Dios
¨ Por su propia salvación
Ø Anima comunicando su entusiasmo misionero.
Ø Sabe compartir su camino misionero con los niños y con sus educadores.
Ø Vive en comunión con los animadores misioneros de la Infancia Misionera del mundo entero.
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Ø Va con El, como enviado, en su Nombre y con su poder.
Ø Ora intensamente y da la vida en la realización de su misión.
Ø Hace que los discípulos hagan discípulos. Ayuda a los niños a ser misioneros:
Ø Se dedica, de corazón, al servicio misionero con los niños, estimulando su protagonismo misionero.
Ø Integra bien su servicio en la pastoral diocesana o parroquial.
Ø Está en formación misionera permanente.
Ø Es animador misionero en su comunidad local.
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