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COMISIÓN TEOLÓGICA INTERNACIONAL

REFLEXIONES SOBRE LOS FINES Y LOS MÉTODOS[*]

(1969)

 

La primera sesión de la Comisión teológica internacional ha tenido lugar en Roma, en la Domus Mariae, del 6 al 8 de octubre, bajo la presidencia de S. Em. el cardenal Šeper. Estaban presentes 29 de sus 30 miembros. La sesión tenía como objetivo dar ocasión a sus miembros de encontrarse y tomar los primeros contactos, hacerse una idea más exacta de la naturaleza y el fin de la Comisión, expresar su parecer sobre las cuestiones más urgentes que deberían tratarse, precisar el método de trabajo y constituir las primeras subcomisiones de estudio.

Los estatutos de la Comisión, creada este año por Pablo VI, a petición del Sínodo de los obispos de 1967, precisan que está al servicio de la Santa Sede y especialmente de la Congregación para la Doctrina de la fe en lo que se refiere a las cuestiones doctrinales más importantes. No forma parte de dicha Congregación, sino que se rige por normas propias. Sin embargo, el presidente de la Comisión es el cardenal prefecto de la Congregación para la Doctrina de la fe. Los resultados de los trabajos de la Comisión se transmiten directamente al Santo Padre y se dan después a la Congregación misma.

La Comisión no trata problemas doctrinales particulares, como sería el examen de un libro o de un artículo, sino que estudia los problemas doctrinales fundamentales que son hoy más cruciales en la vida de la Iglesia.

El clima psicológico de la sesión ha sido excelente. Los teólogos ha vivido juntos durante tres días y ha podido cambiar ideas entre sí con la mayor libertad. Ellos han hecho uso de tal libertad.

Idéntico clima de libertad y de confianza fraterna en las sesiones de estudio.

Ya antes de la sesión, los teólogos habían recibido un volumen que contenía: un informe del P. Karl Rahner sobre las principales cuestiones que, a su juicio, debían ser estudiadas por la Comisión; un informe de Mons. Gérard Philips sobre el espíritu y el método de organización del trabajo; los pareceres de cada uno de los miembros acerca de los problemas que debían tratarse, y del método de trabajo que debía emplearse.

En las sesiones de estudio, la discusión se ha concentrado, ante todo, en el problema del pluralismo teológico y en el del Magisterio y su ejercicio concreto en las condiciones actuales.

No estaban previstas discusiones exhaustivas. Se trataba más bien de tomar conciencia de la amplitud de los problemas. Suscitando estas cuestiones, los teólogos han intentado comprender mejor la crisis actual en la Iglesia. Naturalmente todos han admitido que existe un pluralismo, incluso doctrinal, legítimo y necesario. La diversidad de opiniones se ha manifestado a propósito de la extensión precisa de este pluralismo legítimo. Ha aparecido que ciertos puntos deben profundizarse para salvaguardar la unidad de la fe y de la Iglesia.

Se ha intentado darse cuenta de la manera con que los hombres de hoy reciben, de hecho, las intervenciones del Magisterio. Se ha observado que la situación actual hace difícil a éste el ejercicio de su tarea, pero que aquélla exige también a los teólogos un mayor sentido de responsabilidad.

Ha aparecido cuánta importancia tiene, tanto en la cuestión del pluralismo como en la del Magisterio, un modo recto de concebir la naturaleza y el valor del conocimiento religioso más aún de todo conocimiento y de su historicidad.

Es evidente que todos estos problemas tienen necesidad de una maduración seria y que ésta debe tener lugar en la más absoluta fidelidad a la Iglesia y en plena comprensión de las exigencias de nuestra época.

Las normas metodológicas que deben observarse en los futuros trabajos de la Comisión han sido elaboradas principalmente sobre las del Concilio Vaticano II y son suficientemente flexibles para permitir aquellas modificaciones que a su tiempo vayan apareciendo necesarias.

Entre las materias que la Comisión se propone estudiar, se han elegido, por el momento cuatro cuestiones:

1) Unidad de la fe;

2) El sacerdocio;

3) Teología de la esperanza: fe cristiana y futuro de la humanidad;

4) Los criterios del conocimiento moral cristiano.

Cuatro subcomisiones se han constituido para el estudio de estos cuatro temas. Corresponde a las subcomisiones determinar más precisamente su tema particular.

Otros temas serán tratados sucesivamente.

 


[*] Texto oficial latino en Commissio Theologica Internationalis, Documenta (1969-1985) (Città del Vaticano [Libreria Editrice Vaticana] 1988) 22-26.

 

 

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