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LA TEOLOGÍA HOY:
PERSPECTIVAS, PRINCIPIOS Y CRITERIOS

Prefacio en «La théologie aujourd’hui. Perspectives, Príncipes et Critères», publicado en ediciones MEDISPAUL, Kinshasa 2013.

 

PREFACIO

Me siento feliz de presentar este admirable e importante documento de la Comisión Teológica Internacional (CTI) que trata de la naturaleza profunda y de la identidad auténtica de la teología católica.

En efecto, en este precioso documento, la CTI se propone ofrecer no sólo a los teólogos de profesión sino también a toda la Iglesia, los criterios metodológicos que permiten apreciar el carácter auténticamente católico de un trabajo teológico, lo que se puede calificar con Benedicto XVI como código genético de la teología católica.

El texto presenta una bella estructura. Comprende tres capítulos, con tres secciones para el primer capítulo, seis secciones para el segundo y tres secciones para el tercer capítulo. Cada sección finaliza enunciando un criterio de evaluación de la teología católica. Por tanto, encontramos doce criterios que permiten identificar los rasgos comunes que distinguen la teología católica de otras formas de teología. En otros términos, se trata de criterios que definen la naturaleza específica de la teología católica y, en consecuencia, garantizan su unidad fundamental en la diversidad misma de sus realizaciones concretas.

Las tres grandes partes del texto desarrollan tres polos principales del trabajo teológico: Teologalidad, Eclesialidad, Cientificidad.

El primer polo puede calificarse de polo teologalidad. Para la CTI, la primera prioridad de la teología es hablar de Dios. Pero la teología no habla de Dios como una hipótesis de nuestro pensamiento. Habla de Dios porque Dios él mismo ha hablado con nosotros. El verdadero trabajo de la teología consiste entonces en escuchar la palabra de Dios, en buscar comprenderla en su autenticidad y en hacerla comprender a nuestro mundo. La empresa teológica se encuentra totalmente situada en el interior del gran diálogo de saludo entre el Dios de Jesucristo y los hombres. La teología está así «envuelta en dos» entre dos tareas a la vez concomitantes e indispensables: por un lado, debe comprender la Palabra de Dios en su autenticidad y, por otro, debe abrirse a los interrogantes humanos para aclararlos.

Escucha de la Palabra de Dios en la Escritura y respuesta a esta palabra por la fe. La teología católica toma la fe de la Iglesia como su fuente, su contexto y su norma. Contiene al mismo tiempo la fides qua y la fides quae. La teología se esfuerza así en comprender lo que la Iglesia cree, porque ella lo cree y lo que puede conocerse sub specie Dei. Por tanto es fides quaerens intellectum.

El segundo polo es el de la eclesialidad. El documento afirma sin ambages que la eclesialidad es un aspecto constitutivo del trabajo teológico, porque la teología se fundamenta en la fe, y la fe ella misma es a la vez personal y eclesial.

La teología sólo es posible en el seno de la comunión de la Iglesia, sobre la base y según la norma de su traditio viviente. La eclesialidad bien comprendida no significa la adhesión a un sistema doctrinal abstracto, sino la inscripción en un proceso vivo de tradición y comunicación en el cual el único Evangelio de Jesucristo es interpretado y actualizado [1]. La afirmación del principio de eclesialidad permite superar la mala alternativa entre una comprensión subjetivista y una comprensión objetivista de la verdad. Es el nosotros englobante de la Iglesia el que es el sujeto de la fe y el lugar de la verdad [2].

Articulando este principio de la Eclesialidad, el documento hace referencia a seis grandes esferas teológicas: el estudio de la santa Escritura como alma de la teología, la fidelidad a la Tradición apostólica, la atención llevada al «sensus fidelium», la adhesión responsable al Magisterio de la Iglesia, la Comunidad de los teólogos y el diálogo con el mundo.

El tercer y último polo es de la cientificidad. La teología busca expresar la verdad divina según el modo racional y científico que es propio de la inteligencia humana. La teología es así considerada como una empresa humana racional que ocupa su auténtico e irremplazable lugar en el seno de toda búsqueda intelectual.

Pero la teología mantiene también lazos estrechos con la experiencia espiritual, que aclara y la nutre a cambio, y, por su propia naturaleza, se desarrolla en una sabiduría auténtica con un sentido agudo de la trascendencia del Dios de Jesucristo.

En fin, la originalidad de este importante documento se debe a la defensa e lustración de la paradoja fundamental de la teología católica: es al mismo tiempo, por su propia naturaleza, plenamente creyente, «confesante» y plenamente científica. Sólo puede ser plenamente científica en la medida en que sea creyente [3].

Es en esta perspectiva que la teología católica, siempre atenta al vínculo entre fe y razón, ha tenido un rol histórico en el nacimiento del universo. Y como afirma el Papa Benedicto XVI, una teología verdaderamente católica con sus dos movimientos «intellectus quaerens» y «fides quaerens intellectum» es hoy en día más necesaria que nunca para hacer posible una sinfonía de las ciencias y para evitar las derivas violentas «de una religiosidad que se opone a la razón y de una razón que se opone a la religión» [4].

He aquí un documento importante que, logrando presentar, sin ninguna pretensión de ser exhaustivo, la fisionomía auténtica de la teología, rinde un gran servicio a la Iglesia; ya que muestra que la teología es capital y vital para el crecimiento de la fe y de la misma Iglesia. Un documento así merece ser estudiado en los Seminarios y los Escolasticados, en las Facultades y las Instituciones universitarias de teología, en las Escuelas y Círculos teológicos, y más globalmente en toda la Iglesia.

 

Prof. Léonard Santedi

Facultad de teología de la
Universidad Católica del Congo (UCC)
Miembro de la Comisión teológica internacional

_________________

 

[1] W. KASPER, La théologie et l’Église, Cerf, París 1990, p. 14

[2] Esto lo ha puesto en relieve de forma remarcable J. RATZINGER, Theologische prinzipienlehre. Bausteine Zur Fundamentaltheologie, Munich, 1982. (Traducción española: Teoría de los principios teológicos: Materiales para una teología fundamental, Biblioteca Herder, 1986).

[3] Sobre este punto, ver las claves para leer este documento propuestas por S. BONINO, en La théologie aujourd’hui. Perspectives, principes et critères, Cerf, París 2012, p. 134.

[4] Ver BENEDICTO XVI, Discurso del viernes 2 de diciembre de 2011.

 

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