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CONGREGACIÓN PARA LA DOCTRINA DE LA FE

TRADUCCIÓN
AL ARTÍCULO «CARNIS RESURRECTIONEM»
DEL SÍMBOLO APOSTÓLICO

 

1. El artículo «Carnis resurrectionem» del Símbolo Apostólico ha sido traducido hasta ahora en diversos modos a las diferentes lenguas:

— traduciendo literalmente el texto latino del Símbolo Apostólico[1];

— traduciendo el término «carnis» con un término equivalente[2];

— traduciendo el término «mortuorum» tomado del artículo «et exspecto resurrectionem mortuorum» del Símbolo Niceno-Constantinopolitano[3].

2. La cuestión de la traducción del artículo «Carnis resurrectionem» del Símbolo Apostólico ha sido examinada por la Congregación para la Doctrina de la Fe, que en la Reunión Ordinaria ha adoptado las siguientes decisiones, acompañadas de las respectivas razones teológicas. Estas decisiones, aprobadas por el Santo Padre en la Audiencia concedida a Su Eminencia el Card. Joseph Ratzinger, Prefecto de la misma Congregación, con fecha 2 de diciembre de 1983, han sido transmitidas a este Dicasterio con carta del 14 de diciembre sucesivo (Prot. 121/75).

 

CONGREGACIÓN PARA LA DOCTRINA DE LA FE

 

A) Decisiones

1. No hay en absoluto razones doctrinales contra la traducción «resurrección de los muertos», como si esa fórmula no expresase la misma fe de la fórmula «resurrección de la carne», pero hay una convergencia de razones teológicas coyunturales a favor de mantener la traducción exacta tradicional (literal).

2. En las traducciones futuras que deban ser presentadas a aprobación eclesiástica se deberá mantener la traducción exacta tradicional.

3. En los lugares en que el cambio ya ha sido autorizado conviene comunicar a los obispos las razones que aconsejan la vuelta a la traducción exacta tradicional.

B) Razones teológicas coyunturales a favor de mantener la traducción exacta tradicional del artículo del Símbolo Apostólico «carnis resurrectionem»

1. Las dos fórmulas «resurrección de los muertos» y «resurrección de la carne» son expresiones diversas y complementarias de la misma tradición primitiva de la Iglesia, y, por ello, la prevalencia exclusiva o total de la fórmula «resurrección de los muertos» constituiría un empobrecimiento doctrinal. Sin embargo, es verdad que esta última contiene implícitamente la afirmación de la resurrección corporal, pero la fórmula «resurrección de la carne», como expresión, es más explícita en afirmar ese aspecto particular de la resurrección, como demuestra su origen mismo.

2. Abandonar la fórmula «resurrección de la carne» conlleva el riesgo de apoyar las teorías actuales que ponen la resurrección en el momento de la muerte, excluyendo en la práctica la resurrección corporal, en concreto de esta carne. Sobre la difusión hoy de una visión «espiritualista» de la resurrección, la Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe ha advertido a los Obispos en su Carta «sobre algunas cuestiones de escatología» (17-5-79).

 


[1] Cf. Traducción al italiano, francés y portugués.

— «La risurrezione della carne» (Messale Romano, Conferenza Episcopale Italiana [21983] p. 306);

— «La résurrection de la chair» (Missel Romain por les pays francophones [París 1974] p. [11]).

— «A ressureiçao da carne» (Missal Romano, Conferencia Nacional dos Bispos do Brasil [Río de Janeiro 1973] p. 351).

[2] Cf. traducción al inglés:

— «The resurrection of the body» (The Roman Ritual: Rite of Baptism for Children. English translation approved by the National Conference of Catholic Bishops and confirmed by the Apostolic See [Nueva York 1970] p. 89).

[3] Cf. Traducciones al alemán y español:

— «Auferstehung der Toten» (Messbuch für die Bistümer des deutschen Sprachgebietes [1974] Teil 1, p. 119);

— «La resurrección de los muertos» (Libro de la sede, Secretariado Nacional de Liturgia [Madrid 1983] p. 394).

 

 

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