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La Curia Romana  
 

 

 
 
 
 
 

Discurso del Arzobispo Paul Josef Cordes

Presidente del Pontificio Consejo Cor Unum

en ocasión de la entrega de la Carta Pontificia

"Durante la última Cena"

a Cáritas Internationalis

 13 de noviembre de 2004

[Discurso pronunciado parte en inglés y parte en italiano]

 

Tengo el placer de dar la bienvenida a todos ustedes, aquí en la sede del Pontificio Consejo Cor Unum. Saludo a los Vicepresidentes, Mons. Jean-Bosco Ntep, Mons. Gregorio Rosa Chávez, Mons. Hilton Deakin, Mons. Lawrence Samanchit, la Señora Claudette Habesh, los Señores Denis Vienot y Michael Wiest, así como Mons. Nelson Viola, Asistente Eclesiástico de Cáritas Internationalis. Saludo también a los Señores Duncan MacLaren, Secretario General, y Anthony Curmi, Tesorero de la misma. Hago mención por último del Arzobispo Youhanna Fouad El-Hage, Arzobispo de Trípoli del Líbano y Presidente de Cáritas Internationalis, para expresarle mi bienvenida especial. En efecto, le agradezco vivamente su presencia, considerando sus circunstancias personales, con las que se está enfrentando en la actualidad.

 La razón de esta reunión es muy especial. El Santo Padre ha concedido la personalidad jurídica canónica pública a la Confederación Cáritas Internationalis que ustedes representan aquí, acogiendo la petición hecha a este propósito. La Carta Pontificia lleva como título "Durante la última Cena" y está dirigida a Mons. Fouad El-Hage. Tengo el placer de haber sido encargado, como Presidente del Pontificio Consejo Cor Unum, de poner en ejecución esta disposición del Santo Padre Juan Pablo II.

 

Para empezar, quisiera leerles la Carta del Papa.

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Al venerado hermano

Mons. YOUHANNA FOUAD EL-HAGE

Arzobispo de Trípoli del Líbano de los maronitas

Presidente de Cáritas internationalis

 

1.   Durante la última Cena, la víspera de su pasión, el Señor Jesús dio un mandato preciso a sus discípulos: "Os doy un mandamiento nuevo: que os améis los unos a los otros, como yo os he amado" (Jn 13, 34). La Iglesia, impulsada por este mandato, ha anunciado el Evangelio y dispensado la gracia de los sacramentos, preocupándose siempre de acompañar su acción con el testimonio del amor.

Así, desde sus orígenes, la vida de la comunidad cristiana se ha caracterizado por el ejercicio activo de la caridad, expresada de modo particular en la atención a los pobres y a los débiles (cf. Hch 2, 42-47). Además, desde hace casi dos siglos, han surgido en el ámbito diocesano y parroquial grupos que han asumido sucesivamente el nombre de Cáritas, con el objetivo de asistir a cuantos se encontraban en estado de necesidad. Con el tiempo, se han comenzado a coordinar también a nivel nacional e internacional.

En el contexto del Año santo de 1950, mi venerado predecesor el siervo de Dios Pío XII instituyó, en Roma, un organismo que, a nivel de Iglesia universal, reuniera las organizaciones caritativas nacionales autorizadas por los respectivos Episcopados, para favorecer su conocimiento recíproco, su coordinación y colaboración en la realización  de  la actividad caritativa y social en las diversas partes del mundo. También mis demás predecesores, de venerada memoria, han seguido con paterno y real interés el crecimiento de Cáritas internationalis. Así, el siervo de Dios Pablo VI pudo testimoniar con satisfacción que ella "actúa en todas partes" (Populorum progressio, 46).

 

2.    Nacida del impulso de esta Sede apostólica, que luego ha seguido y orientado su actividad, Cáritas internationalis se configura como una Confederación de organismos caritativos, por lo general Cáritas nacionales. Esta Confederación, sin quitar a las Cáritas nacionales la autonomía que les compete, favorece su colaboración, desarrollando tareas de animación, coordinación y representación. Por eso, Cáritas internationalis está unida, por su origen y naturaleza, con un vínculo muy estrecho, a los pastores de la Iglesia y, en particular, al Sucesor de Pedro, que preside la caridad universal (cf. san Ignacio de Antioquía, Ep. ad Romanos, inscr.), inspirándose para su acción en el Evangelio y en la tradición de la Iglesia.

Desde que fue constituida, han sido numerosas y relevantes las intervenciones que Cáritas internationalis ha realizado, mediante las organizaciones que la componen, obteniendo reconocimiento y prestigio incluso por parte de las autoridades civiles.

 

3.       Por tanto, como confirmación del papel eclesial desempeñado por esta benemérita Confederación, acogiendo la petición hecha explícitamente a este propósito, en virtud de la autoridad apostólica y a tenor del Código de derecho canónico, concedo a Cáritas internationalis la personalidad jurídica canónica pública (cf. cánones 116-123). Confirmo sus Estatutos y su Reglamento, que deberán interpretarse a la luz de cuanto se establece en este quirógrafo. Cualquier modificación deberá ser confirmada por mí, así como el posible traslado de su sede social, que actualmente se encuentra en Roma.

Por el vínculo especial de Cáritas internationalis con la Sede apostólica, la lista de los candidatos tanto para la función de presidente como para la de secretario general de la Confederación deberá someterse a la aprobación del Papa, antes de proponerse oficialmente al voto definitivo de la Asamblea general.

Además, la Santa Sede, valorando oportunamente las opiniones, nombra un consiliario, que participa de derecho en la actividad de los órganos institucionales.

 

4.       Teniendo en cuenta lo que se establece en la constitución apostólica Pastor bonus (cf. art. 146, § 2), encomiendo al Consejo pontificio Cor unum la tarea de seguir y acompañar la actividad de Cáritas internationalis, tanto en el ámbito internacional como en sus organizaciones regionales. Por tanto, el dicasterio será debidamente informado sobre las iniciativas de la Confederación en los diversos niveles y participará de derecho en las reuniones de los órganos de la misma, así como en las reuniones para la coordinación de la actividad organizada por Cáritas internationalis. Ese Consejo pontificio contribuirá a mantener vivo el espíritu eclesial en la Confederación y, en particular, velará para que la actividad de los miembros de la misma, llevada a cabo en coordinación internacional, se realice en colaboración con las Iglesias locales involucradas y con sus pastores. Por último, Cáritas internationalis deberá someter al Consejo pontificio Cor unum, antes de su publicación, los textos de orientación que quiera emanar. 

 

5.       Además, Cáritas internationalis, en su actividad a nivel internacional, sobre todo ante los organismos internacionales y en zonas del mundo con particulares dificultades, deberá remitirse a la Secretaría de Estado.

Por lo que atañe a cuestiones específicas, Cáritas internationalis también actuará en colaboración con otros dicasterios de la Curia romana, en particular con el Consejo pontificio Justicia y Paz, el Consejo pontificio para la pastoral de los emigrantes e itinerantes y el Consejo pontificio para la pastoral de la salud, de acuerdo con las competencias establecidas para ellos por la constitución apostólica Pastor bonus.

 

6.    A la vez que deseo que este acto fortalezca los vínculos de comunión de Cáritas internationalis con la Iglesia universal, ordeno que todo lo aquí dispuesto se observe fielmente. Encomendando el compromiso y la actividad de la Confederación a la intercesión de la bienaventurada Virgen María de la Visitación y de san Martín de Porres, los patronos celestiales de la Confederación, le imparto a usted, venerado hermano, y a todos los miembros una especial bendición apostólica. 

 

     Castelgandolfo, 16 de septiembre de 2004

 

(L'OSSERVATORE ROMANO - Edición en lengua española - 26 de noviembre de 2004)

 

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La concesión de la personalidad jurídica canónica pública a Cáritas Internationalis marca una fase muy importante para la Confederación, que conlleva consecuencias en lo que se refiere a su identidad y su actividad. Quiero compartir con ustedes algunos comentarios de este Documento, elaborados durante los contactos tenidos sea con la Secretaría de Estado que con algunos Canonistas.

 

Cáritas Internationalis que nació en 1951 como fruto del Año Santo, por iniciativa de Mons. Giovanni Battista Montini, en aquel entonces sustituto de la Secretaría de Estado, ya poseía la personalidad jurídica civil del Estado de la Ciudad del Vaticano desde el 19 de julio de 1976. Ahora Su Santidad Juan Pablo II, además de conferir una personalidad jurídica canónica, confirma los Estatutos y el Reglamento de la Confederación, reforzando el vínculo con su Persona - la cual preside la Caridad universal - así como con la Santa Sede. Su autorizada disposición quiere asimismo ofrecer las coordenadas fundamentales a cuya luz deberán interpretarse los mismos Estatutos y organizarse las actividades de esta benemérita Institución. El documento marca una nueva etapa en su servicio caritativo, caracterizado por una comunión de objetivos cada vez más estrecha con el Sucesor de Pedro.

 

En la Carta Pontificia dirigida a Mons. Fouad El-Hage, Cáritas Internationalis viene presentada como "una Confederación de organismos caritativos, por lo general Cáritas nacionales", que desarrolla "tareas de animación, coordinación y representación", sin restar nada a la autonomía que compete a cada uno de sus miembros, gracias a los cuales la Confederación actúa en todo el mundo. En efecto, lo complejo de las cuestiones, así como la amplitud de las operaciones, requieren un trabajo de coordinación que se realiza desde la sede de Roma.

 

Expresando su aprecio por la obra de asistencia y promoción llevada a cabo en todo el mundo, el Santo Padre recuerda la naturaleza eclesial de Cáritas Internationalis, nacida de las iniciativas de tantos católicos preocupados por la pobreza de sus hermanos y hermanas y crecida bajo la guía de los Pastores. La Cáritas, en sus diversos niveles, es en efecto un instrumento especial del empeño caritativo de los Obispos, cuya responsabilidad principal subrayó al respecto, la carta del Cardenal Secretario de Estado a los Presidentes de las Conferencias Episcopales del 9 de septiembre de 2002 (cf.  Apostolorum Successores [Directorio para el Ministerio Pastoral de los Obispos], n. 194).

 

Según la práctica ya establecida de reforzar el vínculo con la Sede Apostólica, el Santo Padre encomienda al Pontificio Consejo Cor Unum la tarea de "seguir y acompañar" la Confederación Cáritas Internationalis. El Papa se reserva algunas decisiones concernientes los Estatutos y los nombramientos, del Presidente, del Secretario General y del Asistente Eclesiástico. Cor Unum representa de este modo, el punto de referencia de la Confederación dentro de la Sede Apostólica. El Asistente Eclesiástico en particular, trabajará en estrecha conexión con el Pontificio Consejo Cor Unum, Dicasterio encargado de redactar los puntos más importantes en la misión que se le encomienda al Asistente Eclesiástico.

 

La Carta Pontificia encarga Cor Unum acompañar la Confederación en el testimonio de su identidad eclesial a todos los niveles. Esta tarea concierne específicamente la actividad de la Confederación y se actúa por la información puntual que Cáritas Internationalis proporcionará a Cor Unum sobre las iniciativas que ponga en acto. Esta colaboración se realizará también a través de la participación por parte de Cor Unum en las reuniones de los órganos de la misma: la Asamblea General, el Comité Ejecutivo, el Bureau, el Secretariado General. Como es habitual, el Dicasterio participará asimismo en las reuniones de coordinación de las distintas situaciones de emergencia humanitaria en las cuales la Confederación está involucrada. A este respecto, el Santo Padre pide al Pontificio Consejo de vigilar para que "la actividad de los miembros de la misma, llevada a cabo en coordinación internacional, se realice en colaboración con las Iglesias locales involucradas y con sus Pastores". El Papa ha querido de este modo, indicar que el primer punto de referencia de la actividad de Cáritas Internationalis se encuentra en las Iglesias locales, ya que la institución misma de Cáritas es un organismo eclesial. Cor Unum velará entonces para que en su actividad caritativa se mantenga vivo el sentido de pertenencia a la Iglesia y de servicio a su misión "qua talis". En este marco, se encuentra también la responsabilidad de garantizar en general el "espíritu eclesial" de la Confederación. Lo que hemos referido para la actividad resulta válido asimismo para "los textos de orientación" que Cáritas Internationalis desee publicar: estrategias, tomas de posición acerca de cuestiones de importancia mundial, orientaciones para sus Miembros, etc. En cuanto persona jurídica pública, la Confederación se une de manera especial al Magisterio de la Iglesia y a la fidelidad a su propia inspiración cristiana.

 

La Confederación se organiza en diversas regiones: África, América del Sur, Norteamérica, Asia, Oriente Medio y África del Norte (MONA), y Oceanía, cuyo objetivo es favorecer y promover sus actividades a nivel regional, así como garantizar una representación geográfica amplia. La Carta Pontificia confiere al Dicasterio el acompañar asimismo estos niveles regionales.

 

El vínculo de nuestro Dicasterio con Cáritas Internationalis viene así reforzado. Preservando su relación estrecha con el Pontificio Consejo Cor Unum, la Confederación continuará colaborando con la Secretaria de Estado y con otros Dicasterios de la Curia Romana en lo que atañe a problemas específicos. El documento pontificio premia la gran obra en favor del testimonio de la caridad por parte de toda la Confederación de la Cáritas y refuerza el vínculo de comunión eclesial.

 

Estoy convencido de que esta colaboración tendrá un resultado positivo en nuestra actividad y en la presencia de la Iglesia católica en tantas regiones en crisis. Por nuestra parte, les aseguro nuestra disponibilidad completa en ayudarles a llevar a cabo las tareas que el Santo Padre les encomienda, y pido al Señor que bendiga vuestra obra.

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