Cultures et foi - Cultures and Faith - Culturas y fe - 1/1993 - Notitiae
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CULTURES ET FOI

En Denver, como en Czestokowa: el Papa habla de Dios a los jóvenes.

"En Denver se reunirán jóvenes de todas las razas y culturas para dar al mundo una señal de confianza. Ellos se darán la mano, uniendo los colores de la piel y los de las banderas nacionales, la variedad de las culturas y experiencias, unidas en la única fe en Cristo. Gritarán fuerte la razón de su esperanza: Cristo, venido a los hombres "para que tengan vida y la tengan en abundancia" (Jn 10,10, cf L'Osservatore Romano, 6 VII 1993). Así anunciaba el Papa Juan Pablo II, en su última aparición para el Angelus antes de las vacaciones, su encuentro con la juventud de todo el mundo.

La anterior jornada mundial de la juventud había tenido lugar en Czestochowa, Polonia. Más de un millón de muchachos procedentes de todo el mundo; muchos de ellos, por vez primera, procedentes del Este Europeo, recién salidos del comunismo y del ateísmo oficial. Otros, sobre todo occidentales, en pos de un Dios que conciben en un sentido difuso, como un anhelo de trascendencia, que a veces hacen compatible con otras vivencias propias del permisivismo y el consumismo. El Papa les habló de Dios como se nos revela en el Exodo, el «Yo Soy». "El mundo que os rodea, la civilización moderna, ha hecho mucho por suprimir ese «Yo soy» divino de la conciencia del hombre. Mirad a la cruz y no olvidéis ese divino «Yo Soy»...que sea la palabra clave de vuestra vida" (L'Osservatore Romano, 16-17 de agosto de 1991).

El nuevo encuentro, en el centro del país más rico y poderoso del mundo, es también con jóvenes que, de una manera o de otra, van en pos de Dios, no siempre conocido por muchos de ellos como quisiéramos los creyentes. El Papa, como sabe hacerlo él más que cualquiera, les habla de Dios, revelado en Jesucristo, que vino al mundo para que tengamos vida abundante. Estos geniales areópagos de Juan Pablo II -uno de los más queridos por él es el de la juventud- son, hoy más que nunca, la tribuna de la Nueva Evangelización, para anunciar a Dios y a Jesucristo a todas las culturas.

Pastoral Directory on Ecumenism

The Pontifical Council for Christian Unity has recently published a Directory for the Application of Principles and Norms on Ecumenism, approved by Pope John Paul II on March 25th, 1993. The Directory, aimed at orientating ecumenical action, was requested during the Second Vatican Council. Published in two parts, one in 1967 and the other in 1970, it has given valuable service, but now the documents, published in the last twenty-five years that have a bearing on ecumenism, need to be taken into consideration, especially the Codes of the Latin and Oriental Canon Law, and the Catechism of the Catholic Church.

Several convictions emerge in this new Directory: the actual conditions of ecumenical dialogue require a specific formation, aimed at constructing a true culture of Christian unity, among pastors as well as the lay faithful. The path to unity lies in ecumenical collaboration within a variety of areas, especially in social and cultural life: the common study of social and ethical questions (n. 214), collaboration in the area of development, human needs and the safeguarding of creation (n. 215), in the field of medicine (n. 216), and collaboration in the medias (n. 217).

"The Catholic Church considers ecumenical collaboration in social and cultural life to be an important aspect of working towards unity. The Decree on Ecumenism sees such cooperation as a clear expression of the bond that unites all the baptized. For this reason, it encourages and supports very concrete forms of collaboration" (n. 211).

"As a general principle, ecumenical collaboration in the social and cultural life ought to be carried out within the overall context of the search for Christian unity...Like all forms of ecumenism, it should be carried out under the supervision of the local Ordinary, the Episcopal Conference or the Synod of the Eastern Catholic Churches" (n. 212).

"Through such cooperation, all believers in Christ are able to learn easily how they can understand each other better and esteem each other more, and so prepare the way for the unity of Christians" (n. 213).

Aumenta el número de los que creen en Dios.

Con ocasión del reciente viaje apostólico del Papa a España, ha sido posible ver muchos miles de personas, jóvenes y mayores, siguiendo y escuchando a Juan Pablo II, que hablaba de Dios, en un país de cuyo secularismo acentuado en los años más recientes, se hablado mucho, hasta calificar a España de un país sin creencia en Dios y en permanente pendencia con la Iglesia. Ha habido quien ha interpretado el fenómeno equiparándolo a la reacción popular ante un ídolo como tantos que proponen los medios publicitarios.

¡Nada de esto! Aunque es bien cierto lo que afirma don Julián Marías con entusiasmo: "Juan Pablo II es la figura pública más importante del mundo, que atrae multitudes increíbles en todos los países, cristianos o no, que apasiona, entusiasma o es combatido" (ABC, Madrid, 12 de junio de 1993), no lo es menos que estamos frente a un fenómeno digno de atención: la creencia en Dios, medida a través de encuestas de opinión, parece estar asumiendo niveles históricamente altos. Si se exceptúan la ex-Alemania comunista y los Países Bajos, las mayorías de las gentes a quienes se les pregunta, afirman que creen en Dios.

La encuesta internacional dirigida desde la Universidad de Chicago por Andrew Greeley, ofrece resultados interesantes, tales como el resurgir con fuerza de las creencias religiosas en los países antes dominados por el comunismo, la preponderancia de creyentes en Dios en EE. UU. e Irlanda,, la creencia en la vida eterna entre gente joven de países como Alemania, Eslovenia, Israel y Hungría, la gran extensión de ritos mágicos y animistas, la creencia, o más bien la expectativa de un Dios remediador de los males, sobre todo en el tercer mundo o donde hay necesidades, etc.

En el mundo mismo de la intelectualidad china, se están produciendo hechos nuevos y muy llamativos: la China comunista que había juzgado la religión como una superstición, ahora muestra interés por el peso que la religión cristiana tiene en la vida de Occidente, aun entre personas que se dicen ateas; intelectuales que regresan a China, dicen -todavía en voz baja- que «la religión es lo que más necesita la China para su desarrollo» (Cf. Avvenire, 16-6-93, p. 19).

De todo esto deriva que aumenta el número de interlocutores con quienes se puede y se debe hablar de Dios. Juan Pablo II, en la Encíclica "Redemptoris Missio" habla de muchos y nuevos areópagos en donde se encuentran estos interlocutores, en los lenguajes propios de sus culturas. Y a fe que el Santo Padre, bien sea directamente a través de su polifacética persona que tiene la experiencia de este mundo en su realidad efectiva, con una plenitud que muy pocos alcanzan, o bien indirectamente a través del desafío de la Nueva Evangelización, lo hace magistralmente, y por eso hay tantos que le escuchan.

Église et Cultures: perspectives pour la nouvelle évangélisation

La préparation du prochain Synode des Évêques pour l'Afrique stimule la réflexion théologique et pastorale, notamment autour du thème de l'inculturation de la foi et de l'évangélisation des cultures. Dans la ligne du Décret conciliaire Ad Gentes sur l'activité missionnaire de l'Église, l'inculturation de la foi chrétienne suppose une réflexion théologique qui, à la lumière de la Tradition, soumette à une étude approfondie le Message révélé. Cette réflexion théologique est nécessaire pour permettre aux Églises particulières de s'enrichir de leurs traditions respectives, et pour promouvoir la qualité de la vie chrétienne par une harmonieuse intégration de leurs cultures, tout en évitant jusqu'à la moindre apparence de syncrétisme et de faux particularisme. Les chrétiens d'Afrique en sont conscients: à eux d'ouvrir des voies nouvelles pour faire pénétrer l'Évangile et tout l'Évangile dans l'ensemble de la vie chrétienne, en communion profonde avec toute l'Église dans l'unité catholique.

La volonté actuelle d'oeuvrer à la nouvelle évangélisation en Afrique est un signe important, y compris pour les sociétés occidentales sécularisées: voici encore quelques années, la tendance religieuse africaine était à un certain repli spirituel: la religion est une affaire personnelle, intérieure, privée. De là une certaine indifférence ou méfiance vis-à-vis de l'ensemble des Églises. Aujourd'hui, une inversion de tendance se fait jour, marquée par l'émergence de nouvelles attentes, en particulier le désir de vivre ensemble, de croire, de célébrer, de témoigner au sein d'une communauté solidaire. L'Église d'Afrique se sent plus que jamais appelée à réunir en Jésus-Christ les divers membres de son unique Corps.

Tributaires de conditions de vie souvent sous-humaines et victimes de conflits interminables, les Africains courent en foules derrières de prétendus guérisseurs et de nouveaux maîtres spirituels. Jamais il n'y a eu en Afrique une telle soif d'objets et de signes religieux, une quête aussi effrénée de santé et de bonheur matériel, bref, de salut immédiat. Les sectes attirent tous ceux qui recherchent une religion susceptible de les libérer de leurs inquiétudes et de leurs incertitudes, de résoudre efficacement leurs problèmes concrets. Cette ruée vers des messianismes utopiques manifeste un légitime combat pour la vie, une volonté d'échapper à des situations humainement insupportables. La notion de vérité, elle aussi, est touchée par les profondes mutations culturelles du continent: la vérité n'est plus tant ce que l'on croit ou ce à quoi on adhère, que ce qui s'impose par son efficacité, sa capacité à avoir raison des forces du mal et du malheur. Mouvements religieux et sectes ésotériques foisonnent aujourd'hui en Afrique: en apportant ces certitudes accompagnées d'assurances concrètes, ils apaisent les esprits et conquièrent les consciences... au prix de la liberté intérieure. L'un des enjeux du prochain Synode pour l'Afrique et de la nouvelle évangélisation réside certainement dans la formation à la liberté et la promotion de la dignité de l'homme.

«L'inculturation est le lieu privilégiée du dialogue interculturel. Enraciner l'Évangile d'une manière profonde, c'est entreprendre une oeuvre missionnaire par excellence. Elle suppose que le missionnaire s'adapte et tente même des activités d'adaptation linguistique, catéchistique et liturgique. L'inculturation va jusqu'au sol d'une tradition culturelle. Par culture nous entendons encore une fois ce qui donne au monde ses formes et ses forces d'expression. Ainsi comprise, l'inculturation est le processus d'incarnation du message dans toute la création et dans toutes les traditions culturelles. Le gain notoire jusqu'ici est que l'inculturation apparaît de plus en plus comme une tâche de toute l'Église et des Églises. Comment gérer la responsabilité de la foi face aux cultures africaines, européennes, amérindiennes, indiennes et techniques?»

(Mgr Titianma Sanon, «L'interculturation de l'Évangile, un défi lancé à la mission d'évangélisation», Les évêques d'Afrique parlent (1969-1992). Documents pour le synode africain. Textes réunis par Maurice Cheza, Henri Derroitte, René Luneau, Paris, Centurion, 1992, p. 190).

En marche vers son 47e Synode diocésain, l'Église de Milan s'engage résolument dans une évangélisation des personnes et des sociétés, qui revêt une certaine exemplarité. Là, l'Église demeure l'un des rares points de repères intacts, au milieu d'une société civile profondément bouleversée par une série de scandales.

Pourquoi l'Église doit-elle s'interroger sur les rapports entre Évangile et culture? Parce qu'elle a le devoir de rendre signifiante et incisive sa propre foi, et qu'elle doit affronter dans la paix et la sérénité le risque du dialogue et de la confrontation ouverte avec les cultures ambiantes. L'homme contemporain est en droit de demander aux chrétiens: rendez compte de votre espérance! quelles réponses proposez-vous aux questions vitales d'aujourd'hui?

Ouverte à tous les hommes de bonne volonté, chaque communauté chrétienne a mission d'entrer en dialogue avec les représentants des courants culturels de notre temps, et d'intervenir par sa réflexion critique dans les problèmes de société. Église, elle se doit d'être «conscience critique» devant les situations d'illégalité et de malhonnêteté, et en même temps «lieu de rencontre» ouvert à tous ceux qui entendent construire une société plus juste.

A Milan, la nouvelle évangélisation aura une véritable incidence et des effets durables, dans la mesure où elle prendra appui sur quelques convictions claires et largement partagées, en particulier dans la pastorale de la culture. Une donnée s'impose: affirmer une fidélité convaincue à la tradition ambrosienne. Au cours des siècles, la foi chrétienne a su créer dans le Milanais une manière d'être spécifique, une mentalité ouverte et tolérante, susciter des institutions éducatives et caritatives ouvertement inspirées par l'Évangile, réunir personnes et communautés autour d'un idéal humaniste de qualité, et surtout réaliser une merveilleuse symbiose entre religion et vie, transcendance et immanence, pratique religieuse et engagement politique. Cependant, nul ne saurait nier une certaine crise des valeurs les plus essentielles. Il s'agit d'une crise de croissance qui annonce, par delà la mort du grain jeté en terre, une saison parmi les plus sereines et les plus prometteuses de l'histoire de Milan. Toute pastorale orientée vers la nouvelle évangélisation prend en compte la nécessaire médiation culturelle du message évangélique. Sans médiation culturelle, le message ne saurait résonner à nos oreilles, ni atteindre nos coeurs, ni interpeller nos consciences, ni changer notre vie.

L'Université Catholique apparaît comme l'un des centres les plus actifs de l'évangélisation de la culture, susceptible de communiquer à ses étudiants un idéal élevé, une «nouvelle culture» pour un renouvellement radical de la société, vivement souhaité par le Cardinal Martini: «La conjoncture critique du Pays, dans laquelle nous vivons, nous pousse à entreprendre un courageux examen de conscience sur la possibilité de vivre ensemble qui est le fondement de la vie commune entre peuples divers: par exemple, dans le passé, avons-nous peut-être omis de prévenir ou de contrer la dégradation de la vie publique? Et maintenant, faisons-nous vraiment tout notre possible pour donner vie à un processus de renouvellement orienté vers le bien de tous? Ces questions elles-mêmes supposent la confiance dans les riches potentialités de l'Université Catholique, capables de faire germer des idées et de former des hommes et des femmes prêts à faire prendre un tournant décisif à la vie de notre société, à commencer par le monde de la recherche».

L'urgence de la nouvelle évangélisation fait apparaître dans toute son ampleur le problème des médiations culturelles pour incarner le message évangélique dans le coeur et dans la vie des hommes, dans les sociétés et leurs institutions. Par son histoire et sa situation, l'Église ambrosienne est appelée à remplir une mission spécifique dans le dialogue avec les cultures européennes transalpines, mais aussi avec celles de l'Europe centrale. Consciente de son rôle vis-à-vis de la culture nationale et internationale, elle se doit d'être Église qui annonce la Bonne Nouvelle du Christ. Cette mission évangélisatrice et civilisatrice prend sa source dans l'oeuvre même de saint Ambroise. L'archevêque de Milan a donné à son Église cette culture qui, par delà les siècles, caractérise encore la ville et sa province. Il a créé ce tissu de relations entre tant d'oeuvres et d'institutions qui ont laissé leur empreinte dans l'âme des Milanais - spécialement à travers la liturgie - et façonné la particularité de l'Église milanaise.

Concrètement, l'Église de Milan s'engage à «lire» en profondeur les phénomènes sociaux sous-tendus par des tendances culturelles déterminantes, à mieux observer la société pour la mieux connaître, confronter les points de vue différents et promouvoir une action concertée en vue de l'évangélisation de la culture. Tout ceci suppose non seulement une connaissance poussée des réalités culturelles, mais encore une courageuse et prudente volonté d'action pastorale concertée sur les thèmes culturels les plus influents sur l'ensemble de la société, et notamment sur les plus démunis culturellement. La culture est une des données principales de l'Église de Milan: pour cela elle constitue le domaine prioritaire de la nouvelle évangélisation.

(Cf. GHIDELLI, Carlo, «Verso il 47· Sinodo diocesano milanese. Chiesa e Cultura. Prospettive per una pastorale», Terra Ambrosiana. Bimestrale della Diocesi di Milano, anno XXXIX, N. 3 (maggio-giugno 1993) p. 18-27).

The Confraternities, in the hands of lay Catholics, are popular instruments of the new evangelization and creative centers of a true culture of legality. At the end of the pastoral visit of Pope John Paul II to Sicily, more than 30,000 lay brothers and sisters belonging to more than 500 Confraternities of Italy gathered in Palermo, where Cardinal-Archbishop Salvatore Papalardo addressed them with this wish: "May this confrontation of experiences and resolutions reinforce your commitment, to be substantial workers for the new evangelization and promoters of the culture of legality, which our society needs for the good of all".

The Confraternities have always inserted themselves into the fabric of social life to respond to the specific problems of our age. Seeing the contemporary situation, they chose to meet in Sicily to speak out in defense of moral principles, which although common to all, are, for Christians, imperatives of life. The Confraternities have been, are again and want to be in the future centers of loyalty, of harmony and Christian virtues, ethical schools of social life and solidarity. They aim to promote charity in all its dimensions, to exercise a critical conscience within contemporary society and to give witness to the authentic sense of legality. To promote a true culture of legality, it is less a question of observing "how others respect the principle of legality, than of seeing how we, Christians and citizens, live this principle, to develop a renewed culture of norms, the fundamental principle for the construction of an authentic Civilization of Love. All must realize that the sense of legality and an educational commitment toward this are a need toward which in their activities the Confraternities are already working with generosity, charity, and justice... The Confraternities, if they want to follow this path, must be alert and dynamic. May this path not be diverted, or have a imprecise goal, but rather be a path that follows Jesus Christ who has said I am the Way that leads to the Truth, and who assures us the joy of true Life: the Way, the Truth and the Life correspond to the plan of Christ for each of us".

Because they are of the people, the Confraternities are called to play a prime role in the evangelization of popular religion, to transform it into an authentic popular piety. Through the centuries, the Confraternities have always been evangelized in order to evangelize, throughout the culture of many epochs and different places, through the language of symbols and gesture, through works of mercy, by inculturating the Gospel into the local cultures, transmitting the "Deposit of Faith" through catechesis allowing for the participation and adhesion of all people. To confront the social situation which is very marred by sorrowful events, such as those perpetrated by the Mafia, the Confraternities have chosen a goal: to put to work true justice and authentic fraternity, love and reciprocal pardon. "A rule of life, a New Evangelization, a culture of legality, here are the old yet always new values of our glorious Confraternities": they are relevant more than ever, for inspired by Christian faith, they propose to all men and women of good will the fundamental values of true humanism.

Through their aims oriented toward the love of God and neighbor, through their popular and traditional character deeply rooted in the soil of each region, through the character of their past witness and that of members active in the civil and ecclesial community, the members of the Confraternities constitute strong living resources within the Church and society at the service of the Civilization of Love and the New Evangelization.

Cf. L'Osservatore Romano, 2 July 1993, p. 5).

«Teología india» y Santo Domingo

La revista "Ciencia Tomista del "Colegio de San Esteban" de los Dominicos de Salamanca, que había dedicado el n. 117, de 1990, como preparación a Santo Domingo, a un estudio sobre "pastoral indígena" originado en Centroamérica, ahora dedica el n. 120 (enero-abril de 1993) a una interesante temática: Inculturación de la fe y teología indígena, originada en Cochabamba, Bolivia y elaborada, como la anterior, en el Estudio de San Esteban.

Uno de los temas más sobresalientes del volumen, es Teología India, del P. Carlos Berganza. Así como ante la situación de opresión y marginamiento de los pueblos latinoamericanos denunciada en la II Conferencia General del Episcopado Latinoamericano en Medellín (1968) tomó vuelo la "teología de la liberación", y alrededor del Sínodo para el Africa se habla de la "teología negra", no es extraño que la "teología india", que por lo demás no es del todo nueva, asuma actualidad después de los pronunciamientos del Papa y de la IV Conferencia de los Obispos latinoamericanos en Santo Domingo (1992) sobre la nueva evangelización, inculturada, particularmente de indígenas y afroamericanos. El autor, luego de exponer la "razón de ser" de esta teología, trata de explicar el concepto, fundamentos, objetivos, sujeto y fuentes de la teología india. No falta en esta última parte, como era de esperarse, alusión a los "textos antiguos", por ejemplo el "Popol Wuuj", la visión de mitos como el de la tierra, el del maíz, etc, y la alusión a ciertas prevenciones recientes contra la Biblia, que no pertenecen propiamente a la "teología india" sino a la ideología de algunos que tratan de hacer teología con los indígenas. Como lo reconoce el mismo autor, aún queda mucho por hacer, sobre todo en orden al método y contenidos. Con sobra de razón concluye: "Esta Teología India, que todavía está dando los primeros pasos para una elaboración sistemática que la permita entrar en diálogo con otras teologías, debe servir también para fundamentar el surgimiento de una autentica iglesia autóctona".

La Iglesia en Latinoamérica después de Santo Domingo.

Muchas veces se ha hecho viva la pregunta, que también es el título de un interesante libro de Monseñor Carlos Amigo Vallejo, Arzobispo de Sevilla: El Noventaydós ¿adviento para el siglo XXI? (Sevilla, 1981). Que sería algo así como:«¿Y después de Santo Domingo, ìqué?».

Ni el Santo Padre, ni los episcopados de Latinoamérica ni el CELAM se han dormido sobre los laureles del éxito de la IV Conferencia General del Episcopado latinoamericano de Santo Domingo, de octubre de 1992. "Nueva Evangelización, promoción humana y cultura cristiana, Jesucristo el mismo ayer hoy y siempre" no son un lema sino un programa de urgente realización. Con los buenos auspicios del Jubileo especial para América Latina concedido por Paulo VI, que culminó el día de Pentecostés de 1993, la Iglesia se ha puesto en movimiento en todo el continente.

Las Conferencias Episcopales han dedicado todas sus primeras plenarias post- Santo Domingo a rumiar las "Conclusiones" y programar su realización. Algunas, como la de Colombia, ya van, en la primera quincena de julio de 1993, en su segunda plenaria con este objetivo. El documento de Santo Domingo ha tenido una difusión prácticamente celular y se estudia en todas partes por obispos, sacerdotes, religiosos y laicos. Ya se han organizado diversos foros sobre el mismo. Uno de ellos, con participación del CPC, del CELAM y de la Pontificia Universidad Católica de Chile, tendrá lugar en el campus de esta Universidad en la primera semana de marzo de 1994.

Por su parte, el CELAM, en su reunión de coordinación (Bogotá, febrero 8-10 de 1993) ha dado prioridad a la culminación de su "programa n. 1: Preparación, celebración, ejecución y difusión de la IV Conferencia General del Episcopado Latinoamericano", y al reestructurar su equipo de reflexión, lo ha enriquecido, en la sección de cultura, con los nombres de Mons. Antonio Chewiche, el Prof. Pedro Morandé, los Presbíteros Marcelo Caravalho Azevedo, Han Van den Berg y Carlos Manuel de Céspedes, este último de Cuba.

En su IV Asamblea ordinaria, celebrada en Caracas, marzo de 1993, el CELAM en pleno a evaluado en profundidad los resultados de Santo Domingo y formulado las recomendaciones a sus directivos y departamentos para "estudiar y profundizar "lo que significa una evangelización inculturada siguiendo las orientaciones de «Redemptoris Missio» y Santo Domingo; dar orientaciones para la evangelización que ha de realizarse en el marco de la modernidad y postmodernidad: inspirados en las líneas de Santo Domingo, frente a la crisis de valores imperante y creciente, el CELAM diseñe líneas pastorales para reconstruir el tejido ético moral de la sociedad deteriorado por las consecuencias de un liberalismo que disocia lo ético de lo económico,..la cultura anti-vida de las políticas de población...las frustraciones de la juventud y de las inmensas mayorías que más que «vivir, sobreviven» y por la desintegración familiar.

El Celam ha elegido también como nuevo Obispo responsable de la Sección de Cultura (SEPAC), a Monseñor Luis Lacunza, de Panamá. (Boletín CELAM, n. 353, Bogotá, abril-mayo de 1993).


PATRIMOINE CHRÉTIEN

A large scale cultural project is about to begin in Lebanon, to promote, safeguard and restore a threatened religious patrimony. Developed for many years in the Carmelite convent, Théotokos of Harissa, this project is entitled: The Antioch Institute for the History of Art, Iconography and Restoration. Since the war was rooted in the hills of Lebanon, the patrimony of the Churches of the region is left abandoned and is becoming a little more decrepit each day. Moreover, the extremely high costs of restorations dissuade the majority of initiatives considered indispensable for the preservation of the cultural patrimony.

The religious patrimony of Antioch represents the cultural memory of numerous communities of believers down through the centuries within this privileged region. Antioch commands this famous geographic area of Mesopotamia, crossroads of civilizations and cradle of monotheism. Antioch is a unique centre: here semitic cultures meet, Assyro-Babylonian, Persian, Jewish, and Greek.

The Antioch Institute for the History of Art, Iconography and Restoration plans to cover the entire Antioch region, to open new branches outside Lebanon. It will need to call on the competencies of specialists from other countries and promote international cooperation. The patrimony of the religious communities of the region constitute a common good. The Institute not only collaborates with each community, but also intends to promote the mutual collaboration of these communities on the basis of their common interest in knowing and preserving their patrimony. In view of the comprehension and diversity of the cultural patrimony of the Near East, all art history can benefit from this research. Thus the necessity of establishing a varied team, possibly international, to investigate diverse aspects of this patrimony. In the future, the Institute will be in a position to watch over and sustain the whole of the cultural patrimony: inventories, documentation, data banks, slide collections would be set up parallel to expeditions and research planned for each season.

When it is completely established, the Institute will set up a technical school of iconography and restoration, a bureau of research and of planning, a laboratory equipped with research material for the restoration or archaeological investigation, archives documentation, data banks, a slide library, and finally a library for the history of Antioch art. The project plans to establish permanent relations between the Institute and an academic institution, so as to be able to confer diplomas recognized by the State, until such time as the Institute matures and can play a independent academic role.

Information: Soeur Agnès-Mariam de la Croix, C% D.A.F., 10 rue Jonquoy, F-75014 PARIS.

Les Biens Culturels de l'Église retiennent particulièrement l'attention, comme en témoignent les projets et les réalisations orientés un peu partout dans le monde vers la préservation, la restauration et la mise en valeur du patrimoine artistique religieux, immobilier ou mobilier. En Italie où la grande majorité des Biens Culturels est en rapport direct ou indirect avec la dimension religieuse et cultuelle du peuple chrétien, ce patrimoine revêt une grande importance dans les rapports entre l'Église et l'État.

Pour gérer ces Biens qui constituent un témoignage tangible de la civilisation européenne, l'État italien institua dans les années soixante-dix le Ministère des Biens Culturels. Parallèlement le contenu de «Bien Culturel» s'est précisé. Comme tous les autres biens juridiques, le Bien Culturel possède en lui-même une valeur, une utilité, qui le rendent digne de protection. Selon la Constitution italienne, la notion de Bien Culturel englobe les caractères suivants: 1. l'intérêt protégé est de caractère public et concerne la communauté nationale; 2. le contenu de ce bien s'insère dans la promotion de la culture; 3. il s'agit d'un intérêt non-matériel qui ne coïncide pas avec le pur intérêt économique lié à la matérialité du bien en question; 4. il s'agit toujours d'un intérêt lié au bien, différent de l'intérêt économique du propriétaire, et variable selon les oeuvres d'art: le rapport et l'intérêt culturels sont plus immédiats avec une oeuvre picturale qu'il suffit de contempler, qu'avec une oeuvre musicale qui a besoin d'être interprétée pour passer de l'écriture sur la partition à l'existence sonore.

Les Biens Culturels de l'Église sont en outre porteurs d'un autre intérêt: ce sont des Biens artistiques de caractère religieux, dont l'importance dépasse l'intérêt culturel, car ils sont en relation étroite avec l'intérêt religieux de la communauté ecclésiale, soit à cause de leur utilisation dans le culte, soit parce qu'ils témoignent de la foi, ou parce qu'ils sont porteurs d'une certaine charge symbolique par rapport au credo professé par la communauté. Il convient de noter un trait essentiel des Biens Culturels de l'Église: leur intérêt religieux ne s'ajoute pas à leur intérêt culturel, mais lui est intimement lié. En effet, la foi engendre nécessairement une vision du monde qui donne naissance à une culture, s'y exprime et s'y développe.

Le caractère spécifique des Biens Culturels de l'Église n'est pas sans effet sur la discipline juridique qui en règle la propriété, la conservation et l'usage: les normes juridiques doivent concilier la protection des deux intérêts, culturel et cultuel. Le souci de mettre en valeur ce patrimoine ecclésiastique focalise l'attention sur la liturgie et le culte, qui constituent le «contexte fonctionnel», la raison d'être, la destination naturelle des Biens Culturels de l'Église. Hors de leur contexte naturel, les Biens Culturels de l'Église perdent une part notable de leur signification originelle. Une juste compréhension du caractère de ces Biens conduit à ne pas limiter non plus leur utilisation au culte, mais à les ouvrir à des usages culturels qui soient dignes de leur caractère religieux. Ces Biens jouissent d'une nature plurifonctionnelle: la foi en demeure la raison fondamentale et la source du sens, mais insérée dans un témoignage culturel pluridimensionnel qui appelle le spectateur ou l'auditeur à vivre une véritable expérience culturelle en même temps qu'une expérience spirituelle.

Les Biens Culturels de l'Église acquièrent de nos jours une importance nouvelle, dans la mesure où ils présentent deux dimensions absolument connexes: culturelle et religieuse. A cette double dimension doit correspondre une double attention orientée vers leur protection et leur mise en valeur. Ceci suppose une coopération entre les communautés ecclésiale et civile, dans la mesure où la dimension culturelle des Biens Culturels de l'Église intéresse la société entière.

Cf. Paolo FERRARI DA PASSANO, «I Beni Culturali Ecclesiastici», La Civiltà Cattolica, 1992, III, 116-128.

La biblioteca eclesiástica, instrumento y laboratorio de cultura. La demanda tan fuerte existente hoy de bienes culturales religiosos revela una búsqueda del Absoluto que la cultura ya no es capaz de expresar cuando abandona la dimensión ética y reduce los "bienes culturales" a simples objetos de consumo. Es, pues, necesario crear un conjunto de disposiciones ordenadas a la custodia, valorización y goce de los bienes culturales de carácter religioso.

El de las bibliotecas es un sector especialmente sensible de los bienes culturales de la Iglesia, tanto por su valor extraordinario como por su gran fragilidad. Con ocasión de su III Congreso nacional celebrado en Padua el pasado mes de junio, la Asociación de las Bibliotecas Eclesiásticas Italianas ha subrayado la importancia de las bibliotecas eclesiásticas para crear redes culturales entre las diversas partes de Europa, y para estimular la creación y el desarrollo de los Institutos de Ciencias Religiosas y de los Institutos de estudio las Ordenes religiosas. La Asociación ha instituido una comisión encargada de hacer el índice de las bibliotecas eclesiásticas italianas y una sub-comisión para el catálogo, así como un comité para la protección de los libros eclesiásticos.

La biblioteca eclesiástica constituye un servicio para la evangelización, un instrumento especialmente adecuado para inculturar la fe. El desafío es serio, porque supone un funcionamiento excelente de las bibliotecas eclesiásticas y exige la elaboración de disposiciones jurídicas y administrativas más precisas. Entre los problemas para afrontar con vistas a una mayor eficacia de las bibliotecas eclesiásticas, señalamos los siguientes: la sensibilización a los problemas del libro en los seminarios y en los demás centros de estudios eclesiásticos, la promoción del "voluntariado cultural", la actualización de los profesores sobre todo de historia del arte y de religión, la creación de bibliotecas y de centros de documentación diocesanos, la posibilidad de emplear personal del Estado en las bibliotecas eclesiásticas, la creación de un "Salón nacional del libro religioso".

La solución de algunos de estos problemas podría contribuir a promover el papel de las bibliotecas eclesiásticas en el proceso de inculturación de la fe y en la maduración de los valores humanos y espirituales, que son el fundamento de toda comunidad civil.

Cf. Michele PENNISI, "La biblioteca ecclesiastica, strumento e fucina di cultura", L'Osservatore Romano, 25 de junio de 1993.


DEVELOPPEMENT CULTUREL

Cultural Promotion: Cultural Policy of the Netherlands

Expressing the Dutch cultural identity with its variety of sub-cultures, adapting to changing trends, and becoming an effective contributing member within the already existing global phenomenon of cultural internationalization are priorities of the Dutch cultural policy document for the forthcoming period of 1993-1996 entitled Investing in Culture, published recently by the Netherlands Ministry of Welfare, Health and Cultural Affairs, intended for reexamination every four years. The ultimate aim of the present Ministry policy is to reflect the positive character of contemporary Dutch society within the cultural and political agenda. The document stress flexibility as the first step in adapting policy to social change, the document stresses.

In promoting cultural development, there will be greater emphasis on co-financing by the private sector as well as fiscal opportunities provided by "market" investment. The larger aim is contemporary creative cultural development and the select preservation of cultural heritage. Quality and diversity are the criteria for selection and government support. "Since towns and cities provide the best climate for a flourishing cultural life", efforts are being made to follow a fourth policy document on town and country planning. Through the Dutch Cultural Broadcasting Productions Promotion Fund cinematographic talent is being promoted. With regard to the management of collections, a careful but more stringent selection from the cultural heritage is seen as necessary.

The policy of participation is aimed at offering every member of the community, irrespective of socio/cultural origin or social position, the opportunity of taking part in cultural activities. For examples, the Ministry of Education and Science plans to develop support structures for cultural training in education. Continuing a substantial number of cultural programmes through the public broadcasting system will reinforce the relationship between the performing arts and television. Public priority is being assigned to cultural performances by amateurs, and a centre dedicated to women and the arts is being set up. There will also be additional emphasis will placed on both the need for general reading and the reading of literary works, with special programs for those from non-Dutch backgrounds.

The interweaving the national and international policy is another priority. Together with the Ministry of Foreign Affairs, plans for setting up a new institute of foreign cultural relations are in the offing, as well as further cultural cooperation with Central and Eastern Europe, already begun in 1991. Toward the realization of a "world heritage", additional resources have been allocated within the context of the Council of Europe and Unesco. As to language related culture, a policy on translation will be intensified and closer links forged with the Flemish-speaking world. In sum, there will be future emphasis on the close relationship between preservation, promotion of the arts, and dissemination.

Plans for a single Council for Cultural Policy that brings together advisory bodies, are now being studied. The Arts Council and the Cultural Heritage Council will be a part of this new Council. The Libraries and Information Services Council and the Media Council will also be involved in implementing this integrative proposal.

(Netherlands Policy Document on Culture 1993-1996. Investing in Culture. Ministry of Welfare, Health and Cultural Affairs Information Service, 1993).

Interpersonal Communication Research: Relevance for Media Studies

Interpersonal communication virtually refers to every personal relationship, whether verbal conversation or non-verbal communication, in family, marital situations and in gender discussion; it is now becoming the topic of the latest communication studies. "Ultimately, it probably is of far more practical importance than mass media communication. But what do we really know about it?" asks Rev. Paul Soukup, SJ, the author of a recent issue of Communication Research Trends. Based on trends in North America, he provides a summary of recent research beginning with communication critiques centering on postmodernism, ideology, and gender, that stress the process of interpersonal practices rather than the communicator. Conversation and non-verbal communication from two basic building blocks of interpersonal studies. Analyzing the patterns and structures of conversation, as well as the differences of men and women in conversational styles can help us understand the mis-communications that characterize human interaction, also on an intercultural level. The interpersonal aspects of non-verbal behaviours do influence judgments of credibility and persuade, but how these behaviours interact with others in communication is still difficult to assess. As to marriage and family, verbal and non-verbal communication studies have furthered our understanding of basic social processes, creating marital satisfaction, analyzing dysfunctional behaviour, and in finding the link between marital types, conflict management, intercultural relationships and communication behaviour. One author stresses that instead of relying on "generalized descriptions" people should work to develop intercultural microcultures within which individuals can negotiate, make decisions, and communicate between their particular cultures as they themselves embody them. The author concludes the issue by stating that interpersonal communication research is now in a position to shed new light on ways to approach mediated communication.

(Communication Research Trends, Centre for the Study of Communication and Culture, London, 12/3, 1992).

Euroimágenes: la coproducción cinematográfica en Europa

Después de un año de consultas entre asociaciones profesionales y representantes gubernamentales encargados del cine, en junio de 1992 se ha aprobado el texto final de la Convención europea Euroimágenes. Este documento, que establece reglas de derecho internacional, tiende sobre todo a homogeneizar los acuerdos de coproducción cinematográfica entre naciones en el marco del Consejo de Europa.

En los últimos años la producción cinematográfica en Europa sufre una disminución de fuentes de financiación a nivel nacional y cada vez más se dirige al exterior para seguir haciendo películas. La diversidad de sistemas de ayuda financiera en cada Estado y el desequilibrio del número de acuerdos bilaterales entre los diferentes países han llevado a la progresiva realización de la Convención Euroimágenes, que desde 1988 procura favorecer un sistema de coproducciones multilaterales en el marco de las disposiciones vigentes.

La Convención se refiere a las coproducciones entre al menos tres Estados participantes que responden a la definición de "obra cinematográfica europea". Este carácter europeo se evalúa con la ayuda de un sistema de puntuación de los aspectos artísticos y técnicos de la producción. El mecanismo de la Convención es bastante complejo, pero prevé numerosas derogaciones.

Además de la ventaja de establecer reglas de derecho internacional que regulen las relaciones entre los Estados, la Convención puede suplir los acuerdos bilaterales no existentes. La Convención favorece la participación de países de débil capacidad audiovisual en coproducciones multilaterales ambiciosas. Prestando atención a la coherencia artística de las obras, permite a los films de verdadero valor artístico hacer frente al arbitrio de la producción comercial. Euroimágenes ya ha permitido a muchos films de calidad figurar a nivel internacional, y la reacción de los profesionales es globalmente positiva.

Conseil de l'Europe, Euroimages, B.P.431 R 6, F-67006 Strasbourg Cedex. Cf. Euroimages News, N.3, 1992

Des réseaux pour l'Europe (Networking for Europe)

Le Conseil de l'Europe est sans doute l'organisation européenne où les changements profonds survenus dans les pays de l'Europe centrale et orientale ont provoqué la mutation la plus radicale, avec l'adhésion massive de ces pays aux conventions, objectifs et méthodes de travail du Conseil. Pour favoriser la participation de l'université à la construction de la nouvelle Europe, une rencontre commune entre la Conférence régulière sur les problèmes universitaires (CC-PU) du Conseil de l'Europe et la Conférence des recteurs européens (CRE) s'est tenue à Strasbourg en 1992. Les universités sont des lieux autonomes de production de la culture européenne, des lieux de liberté et d'audace de la pensée, comme le déclarait M. Raymond Weber, directeur pour l'éducation, la culture et le sport au Conseil de l'Europe, souhaitant la bienvenue aux participants. A travers ses réseaux institutionnels, la CRE fait bien la preuve de cette capacité de l'université à s'organiser en communauté d'intérêt, au-delà des frontières nationales et des clivages culturels, tandis que la CC-PU réalise plutôt la synergie institutionnelle entre le monde universitaire et les instances de décision ministérielles.

La présentation de certains réseaux tels EUCOR, CEMS, ERASMUS, COMETT, TEMPUS, les groupes de Coïmbra, de Santander ou d'Utrecht, a permis d'en mieux comprendre la nature et le fonctionnement. Ces associations, qui favorisent souvent la mobilité universitaire, concrétisent les relations de partenariat dans les interfaces de l'académique, du politique et du social. Le N. 99 de la revue CRE-action donne, outre un compte rendu détaillé de cette réunion, un répertoire d'une soixantaine de réseaux internationaux, avec leur titre complet, une brève description et leur adresse.

Lors de sa 2e réunion semestrielle de 1992, à Bonn, la CRE a réaffirmé les missions de l'université de demain: intégration des connaissances, choix d'un profil de recherche, éducation pour l'emploi et engagement dans la transformation de la société. L'accent mis sur une approche pragmatique du futur ne doit pas cependant occulter la fonction traditionnelle de l'université, lieu de mémoire où s'inscrivent tant les succès que les échecs de nos sociétés.

Pour mieux répondre aux préoccupations de ses membres, la CRE a décidé de séparer les fonctions information et réflexion de sa revue. Un bulletin de nouvelles brèves, CRE-info paraîtra 4 fois par an, tandis que la revue CRE-action deviendra une publication de réflexion sur l'enseignement supérieur et universitaire.

(Adresse: Dr. Andris Barblan, Secrétaire général de la CRE, 10 rue du Conseil Général, CH-1211 Genève 4, Suisse).

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