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MISCELLANEA


 

 

 

LA COMISIÓN EPISCOPAL DE FE Y CULTURA

DE LA CONFERENCIA EPISCOPAL ARGENTINA

 

A. Organización

Por su Reglamento, la Comisión Episcopal de Fe y Cultura “es el órgano de consulta y asesoramiento de la Conferencia Episcopal Argentina, en los temas teológicos y doctrinales relacionados con el depósito de la fe, su aplicación práctica y su relación con la evangelización de la cultura” y “le corresponde, también, entender en la problemática y el diálogo con los no creyentes y es responsable a su vez, de la vinculación con los Pontificios Consejos para la Cultura y para el diálogo con los no-creyentes”.

Para el período 1999-2002, la Comisión se compone de la siguiente manera:

– Presidente: S.E. Mons. José Angel Rovai, Obispo Auxiliar de Córdoba

– Miembros: S.E. Mons. Guillermo Garlatti, Obispo de San Rafael

S.E. Mons. Roberto Rodríguez, Obispo de Villa María

S.E. Mons. Domingo Castagna, Arzobispo de Corrientes

S.E. Mons. Charbel Merhi, Obispo Eparca de los Maronitas

S.E. Mons. Martín de Elizalde, Obispo de Nueve de Julio

S.E. Mons. Carlos Malfa, Obispo de Chascomús

– El Secretario Ejecutivo es el Dr. Nicolás Lafferriere.

 

Por su reglamento, y a fin de cumplir la labor de revisión de las publicaciones de la Oficina del Libro de la Conferencia Episcopal y emitir opinión sobre los documentos de las distintas comisiones episcopales, cuenta con la colaboración de peritos designados por la Comisión y aprobados por la Comisión Permanente de la Conferencia Episcopal Argentina. Para el período 1999-2002 se designó:

a) un “equipo de peritos permanentes” que trabajan en las cuestiones que ordinariamente debe responder la Comisión, que se caracterizan por la necesidad de trabajar ágil y coordinadamente con otras comisiones y con el Secretariado General.

b) un listado de peritos consultores, en los términos del punto X de las normas para las Comisiones Doctrinales de la Congregación para la Doctrina de la Fe del 5-12-1990: “Respetando los derechos y deberes de los Obispos acerca de la censura (cf. Can 830.1), la Comisión Doctrinal podrá ofrecer su ayuda a los Ordinarios, indicando al menos una lista de peritos”.

 

En la confección de ambos listados, además de la pericia de los candidatos, considerando la amplia variedad de consultas que recibe la Comisión tanto de la Conferencia Episcopal como de las diócesis, se han tenido en cuenta las distintas ramas de la Teología como así también otras disciplinas científicas que ayuden a la labor de esta Comisión.

Dependiendo de la Comisión, desde marzo de 1997, se ha constituído la Comisión Ad-Hoc de Seguimiento Legislativo. Esta Comisión Ad-Hoc, constituída por tres peritos de la Comisión Episcopal, colabora con la misión propia de la comisión en su diálogo con la cultura a través del seguimiento de la vida legislativa tanto del Congreso de la Nación como de las Legislaturas Provinciales.

Por su parte, la Comisión mantiene vínculos con:

–   la Sociedad Argentina de Teología;

–   la Pontificia Universidad Católica Argentina y las universidades católicas del país;

–   los organismos dedicados a la pastoral de la Cultura de las distintas diócesis.

 

B. Actividades

Por su reglamento, la Comisión se reúne ordinariamente tres veces al año y extraordinariamente siempre que sea oportuno para el mejor cumplimiento de sus fines.

La Temática abordada comprende:

a) estudio de las consultas doctrinales enviadas por el Secretariado General, las Comisiones Episcopales o los Sres. Obispos.

b) estudio y propuestas de acción en el campo de la pastoral de la cultura.

c) estudio de informes y propuestas de acción en el campo de seguimiento legislativo, a partir de los dictámenes de la Comisión Ad-Hoc.

 

Las tareas ordenadas a emitir opinión sobre las publicaciones y documentos de la Conferencia Episcopal constituyen el mayor volumen de trabajo de la Comisión de Fe y Cultura, dado su carácter de comisión doctrinal.

En lo que respecta a la pastoral de la cultura, la comisión interactúa con otras comisiones episcopales (entre otras, medios de comunicación social, laicos, ecumenismo y diálogo interreligioso, educación católica, pastoral uni­versitaria), aportando ideas surgidas desde la reflexión teológica y cultural.

Debe señalarse la intensa tarea que se cumple en el campo del seguimiento legislativo. Como afirma Juan Pablo II, “si las leyes no son el único instrumento para defender la vida humana, sin embargo desempeñan un papel muy importante y a veces determinante en la promoción de una mentalidad y de unas costumbres” (Evangelium Vitae, 90). En este sentido:

Durante el año 2000, se realizó un encuentro con el equipo de peritos permanentes de la Comisión a fin de perfilar las líneas de trabajo en orden a realizar aportes concretos en el campo del diálogo entre fe y cultura. Por la dinámica de trabajo, los peritos son consultados en casos concretos y para dar respuestas de alguna manera “aisladas”. En este sentido, la Comisión se ha propuesto comenzar un trabajo de reflexión que permita aportar ideas y claves de comprensión de esta “nueva época de la historia humana” (Concilio Vaticano II), sobre las siguientes claves:

1) La relación entre fe y cultura

2) Aspectos básicos de la cultura argentina, con consideración de las regiones.

3) Desafíos que plantean estas culturas a la propuesta del Evangelio hoy, fundamentalmente a partir del documento “Jesucristo, Señor de la Historia”.

4) La necesidad de descubrir los valores de la cultura que vivimos, para injertar en ella los valores evangélicos.

5) La necesidad de conectar fe y dignidad humana (GS 22 y 45).

6) La posibilidad de recrear un humanismo cristiano, en tanto la problemática que plantea la sociedad es cómo rescatar lo humano.

7) Intentar hablar un lenguaje que toque la integralidad del ser humano, para dar credibilidad.

Luego de la reunión, la Comisión se encuentra estudiando las áreas temáticas sobre las que se trabajará prioritariamente, con enfoque interdisciplinario.

Por otra parte, y a partir de una propuesta de la Comisión Ad-Hoc de Seguimiento Legislativo, la Comisión proyecta realizar en septiembre de 2001 un encuentro con representantes de las Academias Nacionales a fin de dialogar sobre el rol de las Academias y las sociedades científicas y el proyecto de nación y el tema de la Dignidad Humana y el progreso científico.

 

C. Consulta sobre Pastoral de la Cultura

En el mes de mayo del año 2000, para llevar adelante su misión en el campo de la evangelización de la cultura en comunión y colegialidad, la Comisión de Fe y Cultura realizó una consulta a las diócesis argentinas sobre la Pastoral de la Cultura. Las preguntas fueron las siguientes, con indicación de las respuestas obtenidas:

 

1) Si existe alguna Vicaría u organismo específico en el campo de Fe y Cultura en la Diócesis.

En la consulta, 8 diócesis tienen organismos específicos.

En la arquidiócesis de Buenos Aires funciona la Comisión Arquidiocesana de Cultura, con intensa actividad particularmente en el campo de las artes.

En Morón funciona la Vicaría Episcopal para la Cultura.

En Santa Fe trabaja la Delegación Episcopal para la Cultura. En Rosario funciona la Vicaría Episcopal para la Cultura.

En Reconquista, si bien no existe un organismo específico, se trabaja como Línea de Pastoral: “acentuar el compromiso del laico en el mundo, sobre todo en el sector social, para tener una cultura más solidaria”, y comprende la Pastoral de sectores: educación, políticos, sindicalistas, empresarios, comunicadores rurales.

En Salta, la Universidad Católica de Salta trabaja el tema desde el Instituto de Integración del Saber.

En Venado Tuerto trabaja en este campo la Asociación de Profesionales Católicos.

En San Francisco existe una Escuela Diocesana de Formación Laical “María, Madre y Maestra”.

Por su parte, la Arquidiócesis de Córdoba constituyó un organismo específico en el campo de la Cultura durante el año 2001.

 

2) Si existen otros organismos o Vicarías diocesanas que trabajen en temas afines a Fe y Cultura. 11 Diócesis manifestaron tener otros organismos que trabajen en temas afines.

En Reconquista: la Junta de Laicos, Justicia y Paz, Equipo de Pastoral Familiar, Junta de Educación.

En Bahía Blanca trabajan: Pastoral Universitaria, Junta arquidiocesana de Catequesis y Junta Regional de Educación Católica.

En Resistencia, en el campo político social, funciona la comisión Arquidiocesana de “Justicia y Paz”.

La diócesis de Comodoro Rivadavia posee una biblioteca popular y gratuita, de contenido fundamentalmente religioso.

En Nueve de Julio, la Vicaria de Educación.

En Buenos Aires, la Vicaría Pastoral, la Vicaría de Educación, la Pastoral Social.

En Mendoza, la Vicaría de Pastoral. Por su parte, el Plan Diocesano de Pastoral orienta e impulsa la renovación eclesial y pastoral como evangelización de la cultura e inculturación del Evangelio, en diálogo con ámbitos y sectores de la cultura mendocina.

En Santa Fe, trabajan en temas afines: la Comisión Doctrinal, la Comisión Arquidiocesana para las Comunicaciones Sociales, la Escuela de Laicos y la Escuela Arquidiocesana de Política.

En Rosario, trabajan en temas afines las facultades radicadas en la arquidiócesis dependientes de la Universidad Católica Argentina, y laicos presentes en universidades estatales.

En San Francisco trabaja en temas afines la Junta Diocesana de Catequesis.

En Quilmes funcionan: Escuela de Ministerios para Laicos “San Juan Evangelista y San Lucas”, Instituto de Catequesis “San Pablo Apóstol”, Centro de Formación “Don Jaime de Nevares”, Centro de Formación Misionera.

En Viedma existe una Vicaría de la Fraternidad que trabaja en este campo.

 

3) Si se han organizado encuentros, jornadas o congresos en el campo de la evangelización de la cultura.

En Buenos Aires se han celebrado diversos encuentros, no masivos, con artistas.

En Morón, la Vicaría Episcopal para la Cultura ha organizado este año una Bienal de Arte Sacro.

En Rosario se han realizado conferencias públicas asumiendo los desafíos culturales de la época.

La Universidad Católica de Salta con la fundación Arjé ha organizado un Seminario sobre “Fides et Ratio”.

En Resistencia, se han realizado 6 ediciones de las jornadas “Bases para el desarrollo Chaqueño”.

En Bahía Blanca en varias oportunidades se han realizado jornadas sobre la relación entre Fe y Ciencia. También se han presentado libros sobre esta temática y conferencias.

En Comodoro Rivadavia, anualmente se realiza un curso de Doctrina Social de la Iglesia.

En Villa María se realizan jornadas de formación para docentes, directores y representantes legales, cuatro veces al año. Jornadas de Historia, una vez al año.

En Venado Tuerto, además de encuentros menores, se realizan dos Seminarios anuales.

En San Francisco se realizan Cursos de Cultura y Etica Social dos veces al año, con la participación de la Universidad Católica Argentina.

 

4) Si se encuentra prevista la realización de algún encuentro o Jornada en este campo, especialmente con ocasión del Año Santo del Gran Jubileo.

En Reconquista, se realizó el Jubileo de los constructores de la Sociedad.

En Bahía Blanca se realizaron jornadas jubilares de: universitarios, artistas, comunicadores sociales, educadores, juventud, profesionales y turismo y tiempo libre.

En Mendoza se realizó un encuentro jubilar con representantes de la actividad pública de la cultura.

En Villa María se realizó el Jubileo de los Artistas, con dos jornadas: una dedicada al Arte Sacro y la otra a Música Sagrada. Acompañan el evento cuatro concursos de poesía, fotografía, escultura y pintura a nivel estudiantil y profesional.

En Venado Tuerto se desarrollaron diversas reuniones especiales en el campo fe y cultura.

En Santa Fe, se realizaron jubileos de: los artistas, de los comunicado­res sociales, una muestra de Arte Sagrado y un Certamen de Arte Sagrado.

En Rosario se realizó un encuentro jubilar a nivel artístico, recogiendo la memoria histórico-religiosa de la región.

En Viedma se realizó el jubileo de los colegios secundarios.

En Santiago del Estero, se realizaron jubileos: con artesanos y artistas, hombres de la política y universitarios.

En Añatuya se realizó el jubileo de los Docentes.

Estos datos se complementan con otros jubileos realizados y que no fueron informados en la encuesta.

En lo que respecta al interés, aparece como creciente, tanto a nivel sacerdotal como de laicos. Actúan en el país movimientos cuyo carisma particular se orienta a la tarea de evangelizar la cultura. Asimismo, son numerosos los laicos que realizan tareas de síntesis entre fe y cultura, muchas veces sin participar de alguna instancia institucional.

 

D. Desafíos

Ante todo, se advierte que el Año Santo del Gran Jubileo ha resultado una ocasión providencial para acercar el mensaje evangélico a sectores culturales históricamente alejados del pensamiento cristiano.

Sin embargo, entre las dificultades se advierte:

a) la compleja variedad de desafíos que plantea la cultura contemporánea y la pericia requerida tanto en el plano de la reflexión teológica como en el de las ciencias particulares.

b) luego de los actos “masivos” o de encuentros fecundos en su convocatoria y capacidad de diálogo, se advierte la dificultad para acompañar un proceso de inculturación en forma continua y permanente.

c) la “superposición” de tareas entre organismos y agentes pastorales (por ejemplo: educación, universitarios, laicos, medios de comunicación social, etc), que plantea la necesidad de una pastoral orgánica, coordinada, llevada adelante con profundo espíritu de comunión eclesial.

d) en este sentido, se advierte en los resultados de la consulta realizada en Argentina la variedad de organismos que pueden tener vinculación con este campo en cada diócesis.

e) no es ajena a esta tarea pastoral, la crisis en la vida espiritual, particularmente en lo referido a vivir en la propia experiencia personal la unidad entre fe y cultura.

f) los desafíos nuevos que plantea la “urbanización galopante y el desarraigo cultural” (Para una pastoral de la Cultura, n. 8).

g) en el campo de la bioética, se advierte un desfasaje entre cuestiones que reclaman respuestas urgentes, particularmente en el campo legislativo y la formación de evangelizadores competentes, de profunda espiritualidad y conocimiento de las enseñanzas del Magisterio.

La Comisión se ha propuesto como objetivo para el presente trienio aportar a la vida de la Iglesia que peregrina en Argentina reflexiones sobre los desafíos que plantea la cultura actual a la tarea evangelizadora. En este sentido, tanto la posmodernidad, como lo relativo a la “sociedad pluralista”, las sectas y la “nueva era”, entre otros, son temas a profundizar.

 

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[Français]
Afin de publier des initiatives concrètes prises en rapport avec la pastorale de la culture de part et d’autre dans le monde, et pour aider avant tout les Conférences épiscopales qui n’ont pas encore de Commission pour la culture, est faite une présentation de la Commission Foi et Culture de la Conférence épiscopale d’Argentine. Outre sa structure et sa composition, ses activités et les défis majeurs de son engagement sont brièvement décrits.

[English]
With the intention of publishing the concrete initiatives of the entire world in the field of a pastoral approach to culture and, above all, to provide help to the Episcopal Conferences that do not still have a Commission for Culture, the Commission for Faith and Culture of the Episcopal Conference of Argentina is being presented. Besides its structure and composition, a brief description of its activities and the major challenges in its commitment is given.

[Italiano]
Con l’intento di pubblicare iniziative concrete dal mondo intero nell’ambito della pastorale della cultura e, anzitutto, per fornire aiuto alle Conferenze Episcopali che non hanno ancora una Commissione per la Cultura, viene presentata la Commissione per la Fede e Cultura della Conferenza Episcopale d’Argentina. Oltre alla sua struttura e composizione, si dà un breve quadro delle sue attività e delle sfide maggiori nel suo impegno.

 

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NUOVI ORIENTAMENTI PASTORALI DELL’EPISCOPATO ITALIANO

 

Lo scorso 29 giugno sono stati pubblicati i nuovi Orientamenti Pastorali dell’Episcopato Italiano per il primo decennio del secolo, dal significativo titolo Comunicare il Vangelo in un mondo che cambia. Nella presentazione del Documento il Cardinale Camillo Ruini, Presidente della C.E.I., sottolinea l’aspetto missionario che permea gli Orientamenti pastorali, i quali si presentano come “una prima risposta all’invito rivolto a noi tutti da Giovanni Paolo II nella Lettera apostolica Novo Millennio Ineunte”.

Il documento va, dunque, letto in parallelo con la Lettera apostolica con la quale il Santo Padre ha tracciato un bilancio del Grande Giubileo del 2000 e ha presentato a tutta la Chiesa le prospettive della missione della Chiesa all’inizio del terzo millennio. Come pure risente, evidentemente, delle esperienze vissute durante l’Anno Santo e da cui si possono certamente trarre non poche riflessioni utili per l’azione pastorale della Chiesa, la quale, sottolinea sempre il Card. Ruini, ha bisogno di una vera conversione per essere più efficace nel mondo contemporaneo.

Il documento si apre con una Introduzione il cui senso è evidenziato dal titoletto “Al servizio della gioia e della speranza di ogni uomo”. E’ questa la prospettiva positiva di fondo in cui va compreso il documento che, pur analizzando fenomeni e realtà difficili e problematiche, non scade nel vittimismo o nella polemica, ma affronta i problemi sempre alla luce di Cristo risorto, “il Signore vivente, il Dio con noi, nostra speranza” (n. 1). Anche le citazioni della Prima Lettera di San Giovanni, che accompagnano i titoli delle diverse parti del Documento, fissano uno stretto legame tra l’impegno della testimonianza e della missione ed il clima di gioia e di speranza in cui va vissuto.

Il Documento si articola in due fondamentali capitoli ed in una conclusione con una appendice.

Il primo capitolo, che comprende i nn. 10-31, si intitola “Lo sguardo fisso su Gesù, l’Inviato del Padre”, e si articola, pur nella sua essenzialità, in una riflessione cristologica, bella ed interessante anche per il linguaggio adoperato, che ripercorre le fasi salienti della vita di Cristo e della sua missione fino alla sua morte e resurrezione, non tralasciando, anzi sottolineando, l’aspetto escatologico della predicazione di Gesù.

Il secondo capitolo, nn. 32-62, ha come titolo “La Chiesa a servizio della missione di Cristo” e sviluppa il tema della missione della Chiesa nel mondo contemporaneo, con le sue sfide e le sue nuove opportunità. “Comunicare il Vangelo è il compito fondamentale della Chiesa” (n. 32). E’ necessario, perciò, che tale comunicazione sia efficace ed adeguata alla situazione in cui ci si trova ad operare. Per questo l’Episcopato italiano ci invita ad interrogarci “sull’oggi di Dio, sulle opportunità e sui problemi posti alla missione della Chiesa dal tempo in cui viviamo e dai mutamenti che lo caratterizzano, per passare poi a mettere a fuoco alcuni compiti e priorità pastorali” (n. 34). Per farlo in maniera attenta ed intelligente, affermano i Vescovi, bisogna compiere lo sforzo “di metterci in ascolto della cultura del nostro mondo, per discernere i semi del Verbo già presenti in essa, anche al di là dei confini visibili della Chiesa. Ascoltare le attese più intime dei nostri contemporanei, prenderne sul serio desideri e ricerche, cercare di capire che cosa fa ardere i loro cuori e cosa invece suscita paura e diffidenza, è importante per poterci fare servi della loro gioia e della loro speranza. Non possiamo affatto escludere, inoltre, che i non credenti abbiano qualcosa da insegnarci riguardo alla comprensione della vita…” (n. 34). Questo però non significa affatto “rinuncia alla differenza cristiana, alla trascendenza del Vangelo, per acquiescenza alle attese più immediate di un’epoca o di una cultura” (n. 35). Con questa duplice attenzione, che costituisce “la paradossalità dell’esperienza cristiana”, si può efficacemente “discernere l’oggi di Dio” (nn. 36ss) in cui si notano non pochi segnali di una nuova attenzione a Dio e all’uomo, al senso della sua esistenza illuminata dalla trascendenza di Dio. Ma sono ben evidenziati anche gli aspetti più problematici della situazione: l’aumento di coloro che si dicono “senza religione” e del fenomeno dell’”analfabetismo religioso”, crescente soprattutto nelle giovani generazioni (n. 40), l’eclisse del senso morale e la diffusione di una mentalità relativistica e indifferente (n. 41), l’appiattimento sul presente per la scarsa trasmissione e la dimenticanza della memoria storica (n. 42).

Dopo questo breve excursus tra sfide, opportunità e problemi, l’Episcopato italiano si interroga sui compiti per il prossimo decennio (nn. 44ss). Si passa, pertanto, alla fase più specificamente programmatica ed operativa: “Per dare concretezza alle decisioni che abbiamo indicato – e che richiedono una “conversione pastorale”–, per imprimere un dinamismo missionario, vogliamo delineare i due livelli specifici, ai quali ci pare si debba rivolgere l’attenzione delle nostre comunità locali” (n. 46). Si lavora per cerchi concentrici o livelli, che vanno dalla “comunità eucaristica”, cioè i cristiani che assiduamente partecipano alla vita della comunità cristiana, ai semplici “battezzati” che solo sporadicamente entrano in rapporto con la comunità dei credenti. Questo, però, non significa che tutti gli altri, appartenenti ad altre religioni e non battezzati, sono esclusi dalla missione della comunità cristiana.

Vediamo ora alcuni punti qualificanti l’azione pastorale. Si ribadisce il primato della parrocchia quale luogo privilegiato per la comunicazione del Vangelo e l’esperienza di fede (nn. 47-48). Per recuperare “la centralità della parrocchia” bisogna saper “rileggere la sua funzione storica concreta a partire dall’Eucaristia” domenicale. La celebrazione eucaristica domenicale è il centro e la sorgente dell’attività missionaria della comunità. Ad essa, come agli altri momenti liturgici, bisogna arrivare preparati, comprendendo il “vero senso della liturgia cristiana” (n. 49). La liturgia, luogo educativo e rivelativo, non esaurisce certamente l’esperienza cristiana. La fede deve crescere e diventare adulta anche attraverso altri momenti ed esperienze. La fede va “pensata”, e ricordando la famosa espressione di Paolo VI sulla frattura tra Vangelo e cultura, i Vescovi italiani invitano a connotare in senso più culturale il progetto catechistico tuttora utilizzato. Con chiarezza si denuncia, poi, la carenza o addirittura l’assenza di un serio ed efficace lavoro formativo, in particolare nei confronti delle nuove generazioni. La sinergia fra le parrocchie e rapporti più proficui con associazioni e centri culturali cattolici potranno certamente favorire un maggior impegno nella formazione, a cui può senz’altro contribuire il Progetto Culturale orientato in senso cristiano già in atto, che stimola ad una vera “conversione culturale, in modo che il Vangelo sia incarnato nel nostro tempo per ispirare la cultura e aprirla all’accoglienza integrale di tutto ciò che è autenticamente umano” (n. 50).

Si fissano, poi, alcune priorità nell’impegno pastorale che tocca i più vicini: i giovani, la famiglia, le donne, i ministri ordinati, le associazioni laicali (nn. 51-54).

Si passa, quindi, a proporre “una rinnovata attenzione a tutti i battezzati” (nn. 56-59).

Particolarmente interessanti si presentano i successivi nn. 60 e 61, dedicati al dialogo culturale e alla presenza dei laici negli ambienti di vita. Nel primo paragrafo si sottolinea il grande valore del dialogo culturale con tutti gli uomini di buona volontà e l’impegno conseguente: “Proprio perché il Vangelo divenga cultura e questo seme divino possa dare i suoi frutti più belli nella storia, noi cristiani vivremo nella compagnia degli uomini l’ascolto ed il confronto, la condivisione dell’impegno per la promozione della giustizia e della pace, di condizioni di vita più degne per ogni persona e per tutti i popoli”. Nel secondo paragrafo si sostiene la necessità di una “pastorale d’ambiente” e di nuovi rapporti tra comunità ecclesiale e territorio.

Infine nella Conclusione si ribadisce che l’obiettivo di ogni impegno pastorale è sempre quello della comunione con Dio e con i fratelli, e perciò la Chiesa deve essere vissuta sempre più come “casa e scuola di comunione”, secondo la bella espressione del Santo Padre, in cui tutti i battezzati scoprono e imparano a vivere la loro vocazione missionaria (nn. 63-68). Il testo si chiude con una appendice in cui sono sinteticamente accennate alcune “Indicazioni per una ‘agenda pastorale’ del prossimo decennio”.

 

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ORIENTACIONES PASTORALES 2001–2006

DE LA CONFERENCIA EPISCOPAL DEL URUGUAY

 

Tener en cuenta los eventos y el pensamiento católico en América Latina con miras a la evangelización de las culturas y la inculturación de la Fe, es una contribución eficaz para hacer presente a Jesucristo, quien no se cansa de llevar al hombre a la plenitud.

El plan, que recoge íntegramente el Documento “Orientaciones Pasto­rales 2001-2006” emitido por la Conferencia Episcopal del Uruguay (CEU), es fruto del discernimiento eclesial de esta Conferencia y las pautas pastorales para los próximos 5 años, el cual vio su última redacción en la Asamblea de la CEU en abril de 2001. Las líneas trazadas por la CEU, coinciden en la tarea de “trabajar por una mayor unión entre las personas, entre las sociedades y entre las naciones… para construir un mundo cada vez más digno de la persona humana” (Para una Pastoral de la Cultura, n. 21).

La República del Uruguay, de marcados contrastes interesantes, es el país confesionalmente menos católico y cristiano de todo el continente. Un 30% de la población es partidaria del agnosticismo y afirma no tener religión. Aquí el proceso de secularización tiene una larga historia. También, es uno de los países más avanzados en los campos de la educación y la salud.

Esta Iglesia crece y se afianza en un país secularizado y secularizante que favorece la perdida del sentido moral y el valor de la vida. Como consecuencia, encuentra un terreno abonado para la eclosión de las sectas, el proceso de disolución de la familia, el desprestigio del matrimonio religioso y también civil, es una forma de inquietud ecológica que no toma mucho en cuenta el valor de la persona humana.

 

Contenido del Documento

Está estructurado en dos partes. La primera, titulada Orientaciones Pastorales 2001-2006, contiene la introducción y tres apartados que se ocupan de la situación, de las nuevas tendencias y de la lectura que se hace de ellas y los relativos compromisos.

La segunda parte, Pautas de reflexión y urgencias para su profundización e implementación, tiene 4 apartados: A) Cómo vemos nuestra realidad; B) Discernimiento de nuestra realidad; C) Líneas de acción pastoral; D) Textos Bíblicos.

 

La cultura

Al ocuparse del tema Cultura sigue el camino trazado por el Vaticano II. Con profundo dolor humano y esperanza cristiana, señala: “Asistimos a un cambio de época que nos concierne a todos y que nadie puede eludir… que afecta incisivamente a nuestra cultura en su totalidad” (GS 53a.b).

La Conferencia contempla con estupor: “Muchos de nuestros valores que, en otras épocas no tan lejanas, dieron sentido a nuestra vida y convivencia pierden hoy fuerza de atracción. Los valores más estables se tornan relativos; los códigos de conducta responden a valoraciones subjetivas diversas, a veces contradictorias. Algunos valores morales se debilitan y se excluyen y se distancian del mensaje y de la vivencia de la fe eclesial”.

No obstante, los obispos descubren con esperanza que “cada día es más fuerte la búsqueda de las raíces de la cultura y de las culturas uruguayas. Se aspira a una descentralización que sea capaz de evitar la desigualdad de posibilidades entre la capital y el interior del país; se adopta una postura crítica ante otros modelos culturales ajenos, que nos invaden a través de los medios de comunicación social; se está atento ante los efectos perniciosos de la globalización”.

Reconocen los Pastores que “aparecen desafíos nuevos que requieren nuevas estrategias y respuestas adecuadas que sintonicen con el espíritu de la ‘Nueva Evangelización’ propuesta incesantemente por el Papa Juan Pablo II”.

“Muchos uruguayos –continúan los Obispos– padecen de soledad, desencanto y depresión psicológica. Entre otros motivos: por las situaciones de marginación, pobreza, falta de trabajo, por la emigración del campo a la ciudad, por la falta de sentido último de la vida. Ellos provoca a menudo, la adicción a la droga y al alcohol y la violencia”.

También apuntan “entre nosotros hay muchos que defienden la centralidad de la persona humana y sus derechos. El disfrute compulsivo de lo inmediato, lo presente, lo visible y lo tangible dificulta asumir compromisos estables sobre todo para siempre. Se rehuye a lo arduo, lo que implica mantener la palabra dada, la responsabilidad y el compromiso. Ello incide en el mundo laboral, familiar y, sobre todo, matrimonial” (Orientacio­nes pastorales 2001-2006, Asamblea de la CEU, abril 2001. II, 1. 1. 2,3,4, 5).

 

El fenómeno religioso

Otro de los temas de particular reflexión para los Pastores, es el campo religioso. Los Obispos señalan: “Ocurre hoy un fenómeno creciente, no tanto cultual sino cultural. Es la búsqueda de lo esotérico: el tarot, la magia, los videntes y otras prácticas. Son ofertas fáciles, prontas y rápidas para salir del fracaso, par alcanzar el éxito, pretendiendo resolver casos puntuales y concretos”.

Recuerda el documento: “A pesar del tradicional laicismo de nuestra cultura, se está dando entre nosotros un retorno a lo sagrado, siguiendo trayectos diversos: los caminos de la religiosidad popular (devociones a María y a los Santos), en los que junto a indudables y enormes valores de auténtica fe y devoción, se descubre a veces un confuso sincretismo religioso”. Y añade “hay un cierto complejo a ser y a mostrarse públicamente católico” (idem, II, 1. 9. 1,2,3,4).

 

Líneas pastorales

Las opciones tomadas por la Conferencia Episcopal, son alentadoras: una Iglesia servidora de la vida y de la esperanza, más testimonial; una Iglesia servidora de la vida y de la esperanza más mariana; una Iglesia servidora de la vida y de la esperanza más solidaria.

No obstante el sombrío panorama, afloran motivos de esperanza, de entre los cuales destaca la creciente conciencia misionera de la Iglesia y de laicos comprometidos a tiempo pleno. Fruto de esta fidelidad, en los últimos años la Iglesia Católica se ha ganado el reconocimiento en este país por su autoridad moral.

La urgencia de la pastoral de la cultura es grande, la tarea gigantesca, las modalidades múltiples, las posibilidades inmensas, en el inicio del presente milenio de la venida de Cristo. “El Evangelio, lejos de poner en peligro o de empobrecer las culturas, les da un suplemento de alegría y de belleza, de libertad y de sentido, de verdad y de bondad” (L’Osservatore Romano. Edición semanal en español, 17-23 marzo 1997 p. 4).

En la perspectiva de la Nueva Evangelización en América, la pastoral de la cultura, tiene como objetivo principal “injertar la savia del Evangelio en las culturas para renovar desde lo profundo y transformar a la luz de la Revelación la visión del hombre y de la sociedad que modela las culturas, la visión del hombre y de la mujer, la familia y la educación, las ciencias y las artes” (Para una Pastoral de la Cultura, n. 25).

La Iglesia en el Uruguay se declara en camino incesante, inmersa con el pueblo y en él, solidaria sobre todo con los más pobres y lo que sufren, vive como propios sus gozos y esperanzas, sus tristezas y sus angustias. Nada hay de verdaderamente humano que no encuentre eco en su corazón (Cf. GS 1).

Por eso, hoy más que nunca, es necesario proclamar el Evangelio. La Iglesia tiene que ser más cristiana y por tanto unida más íntimamente a Cristo, y continuar anunciando la Buena Nueva de salvación a todos los hombres y a todas las culturas.

 

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[Français]
La prise en compte par les Conférences épiscopales du domaine de la culture, du rapport entre foi et culture, de l’inculturation de l’Évangile et de l’évangélisation des cultures, ne manque pas. Dans ce numéro, sont brièvement présentés deux Orientations pastorales : celles de la Conférence épiscopale d’Uruguay pour la période 2001-2005, publiées le 25 avril 2001, et celles de la Conférence épiscopale d’Italie pour la première décennie du Troisième Millénaire, du 29 juin 2001, avec pour titre, Communiquer l’Évangile dans un monde qui change.

[English]
Episcopal Conferences have not neglected the sector of culture, the rapport between faith and culture, the inculturation of the Gospel and the evangelisation of cultures. In this issue, the review offers a brief presentation of two Pastoral Orientations: those of the Episcopal Conference of Uruguay for the period 2001-2005, published on 25th April, 2001, and those of the Episcopal Conference of Italy for the first decade of the Third Millennium, of 29th June, 2001, which has for its title Communicating the Gospel in a changing world
.

[Italiano]
Non manca l’attenzione delle Conferenze Episcopali verso il settore della cultura, per il rapporto tra fede e cultura, l’inculturazione del Vangelo e l’evangelizzazione delle culture. In questo numero, la rivista dà una breve presentazione di due Orientamenti pastorali: quelli della Conferenza Episcopale d’Uruguay per il periodo 2001-2005, pubblicati il 25 aprile 2001 e quelli della Conferenza Episcopale Italiana per il primo decennio del Terzo Millennio, del 29 giugno 2001 con il titolo Comunicare il Vangelo in un mondo che cambia.

[Español]
No está ausente la atención de las Conferencias Episcopales hacia el área Cultura, por la continua relación entre y Fe y Cultura, inculturación del Evangelio y evangelización de las culturas. En este número, la revista ofrece una breve presentación de dos Orientaciones pastorales: La de la Conferencia Episcopal del Uruguay para el periodo 2001-2005, publicado el 25 de abril de 2001 y la de la Conferencia Episcopal Italiana para el primer decenio del Tercer Milenio, emitida el 29 de junio de 2001 con el título comunicar el Evangelio en un mundo que cambia.


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