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CONSEJO PONTIFICIO PARA LA FAMILIA

APOYO A LA FAMILIA
EN TIEMPOS DE CRISIS DEMOGRÁFICA
Y EMERGENCIA EDUCATIVA


CONFERENCIA PROMOVIDA POR
EL CONSEJO DE EUROPA SOBRE:
“CUIDADO DE LOS HIJOS Y POLITICAS DE EMPLEO:
¿CONFLICTO O COMPLEMENTARIEDAD?”

INTERVENCIÓN DEL S.Em. ENNIO CARD. ANTONELLI
PRESIDENTE DEL CONSEJO PONTIFICIO PARA LA FAMILIA

Praga
6 de febrero de 2009

 

1) Familia y Desarrollo

Felicito al Sr. Petr Necas, Viceprimer Ministro y Ministro de Trabajo y Asuntos Sociales de la República Checa, por esta conferencia sobre el cuidado de los hijos y el trabajo.

El hecho de que la política trate este tema significa que se reconoce el papel social y público y advierte la importancia de una organización del trabajo a la medida de la familia.

La conciliación entre las exigencias del trabajo y aquellas de la vida familiar es necesaria para el bienestar de las personas y la sociedad. Como el Premio Nobel de Economía, Amartya Sen ha subrayado, el desarrollo y la prosperidad de un país no consiste solamente en la cantidad de riqueza (Producto Interno Bruto), pero también y sobre todo en la calidad de vida, en los bienes relacionales, en los espacios de libertad. Así bien, numerosos estudios sociológicos muestran que las familias contribuyen en gran medida a producir tal desarrollo humano integral. Por ejemplo, en la reciente Reunión Mundial de las Familias en la Ciudad de México, escuchaba de algunos estudios estadísticos muy interesantes. Aún y cuando se refieren a países muy diversos entre sí (Canadá, EE.UU., Guatemala, Chile), los porcentajes daban indicaciones convergentes sobre la contribución de las familias a la sociedad civil.

Se observa que donde sea que se encuentre la pareja hombre-mujer unida en matrimonio, estable y duradero, ofrece beneficios sociales mucho mayores respecto a la cohabitación y las madres solteras. La pareja casada conlleva para los hijos mayores posibilidades de una buena educación, mayor asistencia frecuente a la escuela, mejor éxito en sus estudios, más seguro y elevado éxito profesional, menor riesgo de delincuencia, menor consumo de cigarrillos, alcohol o drogas. También implica menor mortalidad infantil, mejor salud física y equilibrio mental de los niños y sus padres, menor depresión de las mujeres, menos suicidios, el aumento de la esperanza de vida (especialmente los hombres), una mayor productividad de trabajo, mayor rendimiento económico, mayor número de propietarios de casa, menor probabilidad para las mujeres y sus hijos de caer en la pobreza, menores costos sociales para el estado.

Según dicha investigación, parece verificado y verificable empíricamente que las familias contribuyen validamente a crear bienes relacionales y económicos, y promueven así el desarrollo general de su país. Por tanto, es en el interés público que la familia sea fundada sobre el matrimonio y que sea sana.


2) La crisis demográfica y la emergencia educativa.

Después de lo que se ha dicho hasta ahora, es sorprendente observar que la economía y la política, siguiendo un prejuicio moderno muy difundido, por lo general consideran irrelevantes para sus propósitos la calidad de las relaciones familiares.

El trabajo de las empresas es organizado a la medida de sus individuos (horarios, lugares, movilidad, precariedad). El trabajo doméstico no es reconocido como socialmente productivo (a menos que se lleva a cabo por una trabajadora doméstica o niñera). La mujer que dejó el trabajo externo para dedicarse al cuidado de los niños, se encuentra con el empobrecimiento personal y de la familia. A menudo, la recaudación de impuestos penaliza a las parejas casadas y no tiene en cuenta los hijos que se tienen a cargo.

No faltan las ideologías que ven la autorrealización de la mujer en la profesión y el trabajo extradoméstico y desconocen la importancia de su papel como madre. Más generalmente, en las últimas décadas se ha venido afirmando una cultura libertaria, relativista, individualista, utilitarista, consumista, que sin duda no ayuda a la familia y, a veces llega a ver a la familia como un vestigio del pasado histórico, destinado a desaparecer en un futuro próximo .

En este contexto se sitúa la grave crisis demográfica que afecta Europa. El índice de fecundidad se redujo a 1,56 (en Italia, incluso 1,2), muy por debajo del nivel de reemplazo generacional que es de 2,1, y por lo tanto se presenta el envejecimiento y disminución de la población con pesadas consecuencias económicas, sociales y culturales.

La crisis demográfica es acompañada por lo que el Papa Benedicto XVI ha llamado la "emergencia educativa", la falta de "formación del uso correcto de la libertad", que a su vez trae frutos amargos de la degradación de la ética y la desintegración social.

Precisamente debido a la crisis demográfica y la desintegración social está surgiendo en Europa una atención renovada a la familia. Se multiplican los estudios y recomendaciones de los organismos europeos que desean políticas familiares más favorables a la familia, la creación de servicios de apoyo para los niños, el apoyo a la educación y cuidado infantil, protección de la maternidad contra la discriminación en el empleo, la armonización de la vida laboral y familiar, evitar el abandono de los niños recién nacidos.

Pero el compromiso por la familia en Europa no es todavía una prioridad. Las financiaciones destinadas a ella, son solo una decimotercera parte del gasto social y el 2,1% del PIB (Italia aún menos, 1,2%). La UE carece de un organismo dedicado específicamente a las políticas de familia.

Esperamos que con la Presidencia de la República Checa y también con la aportación de esta conferencia se pueda tomar algunos pasos hacia adelante en la dirección correcta.

Es una iniciativa muy positiva de la presidencia checa el reabrir el debate sobre la política de la UE que privilegia la atención de los niños menores de tres años en los servicios a la comunidad en lugar de cuidado personal en el hogar por parte de los padres, como lo aconsejarían la experiencia y las investigaciones científicas para el bien de los mismos niños y, en definitiva, toda la sociedad. Una política que respete los derechos de los niños y las familias, los padres deberían al menos tener la libertad de elección de manera efectiva, proporcionándoles recursos financieros adecuados.

También espero que los esfuerzos para una reconciliación de la atención a niños menores de tres años con el trabajo profesional de los padres sea una primera señal para iniciar la reforma del trabajo a la medida de la familia y para edificar una sociedad más amiga de las familias. Por ello he elegido encuadrar el tema de la Conferencia en un contexto más amplio.



3) ¿Por qué la familia sana es un recurso importante para la sociedad?

Junto a la lógica del mercado y el intercambio calculado que busca su propio interés individual y en función de ese establece relaciones instrumentales con los otros, la familia actúa en si misma e introduce en la sociedad la lógica del don y de la comunión, que persigue el bien propio junto con el de los demás, no en contra o sin él; vive la lógica del amor que es "energía aglutinante" (Santo Tomás de Aquino) en el respeto de la alteridad, de la libertad, de las diferencias. En la familia están en armonía, de hecho se convierte en un don y un enriquecimiento mutuo, las diferencias antropológicas fundamentales entre los sexos (hombre-mujer) y de las generaciones (padres-hijos) para conciliar el bien de todos y el bien común, la libertad y la solidaridad.

En la lógica del amor-don, la familia provee al futuro de la sociedad sobretodo con la generación de los hijos. Desafortunadamente, debido a las desfavorables condiciones sociales y económicas, el número de nacimientos es menor que el número de hijos deseados. (En Italia las parejas que se casan desean un promedio de 2,3 hijos, pero en realidad sólo tienen 1, 2).

Bajo la misma lógica de amor-don, la familia alimenta en todos sus miembros, especialmente en los hijos, las virtudes personales y sociales: confianza en los demás, en la vida y en Dios, la autoestima, la conciencia de la dignidad de cada persona y por lo tanto el respeto, la justicia, la lealtad, el deber, la laboriosidad, la atención a los débiles, perdón de las ofensas, la reciprocidad, el diálogo, la honestidad, la lealtad, la cooperación, la solidaridad. En una atmósfera de amor, a través del testimonio y la experiencia de cada día, los valores y normas éticas se interiorizan y vienen asimiladas como exigencias de vida, no se quedan en teoría ni vienen soportadas como imposiciones del exterior. Por lo tanto la familia es la "primera e insustituible escuela de vida social" (Juan Pablo II, Familiaris consortio, 43).

No puede ser considerada como algo privado solamente,
ni como una simple suma de individuos que habitan en la misma casa, sino como un nodo original de relaciones y reciprocidad entre hombre y mujer y entre padres e hijos, un sujeto social específico de interés público.




4) Una política económica amiga de la familia.

Los padres tienen el "derecho-deber original… insustituible e inalienable” de educar a sus propios hijos (Juan Pablo II, FC 36). Por otro lado los niños tiene el derecho de tener una madre y un padre y de ser educados por ellos, para crecer tiene necesidad de su ternura como del alimento.

La Declaración Universal de Derechos Humanos de 1948 reconoce que "La familia es el núcleo natural y fundamental de la sociedad y tiene derecho a la protección de la sociedad y el Estado" (artículo 16.3). Esto significa que debe ser protegida en su propia identidad y puesta en condiciones de realizar responsablemente su misión procreadora y educadora.

Hoy en día para una política de apoyo a la familia, que quisiera dar realización concreta a estos derechos, se enuncian algunas direcciones no sencillas, pero de gran importancia cívica. Sin duda, se debe recordar que la política es el arte de lo posible, pero es necesario también que se mueva en la dirección correcta.

Dado que aumenta siempre más la flexibilidad del trabajo y se difunden los trabajos por proyecto, es deseable, entre un trabajo y otro, el asegurar a los trabajadores una ganancia vital mínima, para evitar que la flexibilidad se convierta en precariedad.

Para no retrasar los matrimonios, así como para no tener alejados entre sí a los cónyuges, se necesita facilitar las transferencias de sedes laborales sin sufrir daños y penalizaciones económicas.

Para conciliar lo más posible los tiempos de trabajo con los tiempos de familia, se necesita dar incentivos a las empresas que ofrecen a sus trabajadores esquemas personalizados de relación laboral, por ejemplo, horarios de trabajo flexibles, el seguimiento de los resultados más que de los horarios, posibilidad de part-time e interacción entre el trabajo en empresa y trabajo en casa.

Para dar a los padres, especialmente a la madre, la posibilidad de elegir libremente el dedicarse en casa al cuidado de los hijos sin padecer daños económicos, se debería reconocer en su dignidad y utilidad, el trabajo doméstico, y por lo tanto retribuirlo adecuadamente. ¿Por qué penalizar a la madre que se dedica a sus hijos? (En Italia, el 33% de las mujeres trabajadoras deja el trabajo externo retribuido al nacimiento de un hijo). ¿Por qué una familia que decide tener hijos debe ser más pobre?

Se necesita además promover una mayor equidad en el cobro de los impuestos, para aumentar la tasa de natalidad. La tasación debería tener en cuenta no sólo el total de ingresos de la familia, sino también los dependientes (número de niños, la presencia de una discapacidad). ¿Por qué quien decide tener numerosos hijos es tratado igual a quien no los tiene, como uno que puede ahorrar el dinero o divertirse y quizá en el futuro tendrá una pensión subvencionada del trabajo de los hijos de otro?

Por último, debemos poner a disposición de las familias servicios adecuados de apoyo educativo (guarderías, escuelas, etc.), Activando la colaboración entre las instituciones públicas, el sector social privado, el sector privado, las redes de familias mismas. En particular, se necesita ofrecer a todos, incluso los pobres, la capacidad de elegir libremente, sin carga financiera adicional, la escuela no estatal, si lo desean. ¿Por qué en algunos países, como Italia, sólo los acomodados pueden elegir la escuela que consideran más coherente con la orientación educativa de la familia?

La política, dando pasos según estas direcciones, contribuiría a edificar una sociedad amiga de la familia y por lo tanto más capaz de cohesión y desarrollo. Espero que en Europa, la familia se convierta en una prioridad y sea reconocida como sujeto de ciudadanía con derechos y deberes propios.

¡El futuro de Europa pasa a través de la familia!

 


Card. Ennio Antonelli
Presidente del Consejo Pontificio para la Familia.

 

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