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Hipócrates, en los documentos eclesiásticos
y en las obras teológicas

Este estudio es una panorámica sobre Hipócrates y sus ideas principales clínico-médicas, filosófico-médicas y eticas, presentes en los documentos eclesiásticos y en las obras teológicas, como continuación del estudio ya hecho sobre Hipócrates en los documentos papales, ya publicados [1], [2]. En esta intervención se han reunido citas que subrayan la importancia ética del médico griego, tomadas de los discursos e inte rvenciones de los Papas Pío XII, Pablo VI, Juan Pablo I y Juan Pablo II.
Esta colección de citas no es una documentación histórico-médica, ni un ejercicio literario, sino una serie de indicaciones sobre el carácter ético de los textos griegos antiguos llegados a nosotros y realizados hasta ahora, en los cuales pueden observarse correspondencias y concepciones cristianas.
En las grandes épocas de la historia occidental se encuentran siempre testi monios sobre la influencia de las ideas y de la ética de Hipócrates.
En el cristianismo primitivo, las principales ideas helénicas han conseguido su fundamento y carácter cristiano por el hecho de que en el preámbulo del juramento de Hipócrates "Apollo soter" fue sustituído por "Christus medicus".
En la patrística y en la escolástica se podía transmitir legítimamente la doctrina de Hipócrates por su correspondencia co n la concepción del carácter personalista e integral y por la autoridad de "Christus medicus", gracias a la cual fue adquirido el compromiso ético del médico.
Esta temática puede ser tratada sólo por puntos clave, por "lugares" (topoi) a consecuencia de la vastedad del argumento; realmente, los estudios que han dado origen a esta intervención, hacen entrever que quizá no se pueda llegar a una visión completa.
Quedan también muchas desiderata: el discernimiento de la autenticidad de las ideas hipocráticas en sus obras o en los textos del Corpus hippocraticum.

1. Hipócrates en los documentos papales
Entre las obras de Petrus Hispanus, un médico con grados académicos, y después, del Papa Juan XXI, se hallan dos comentarios sobre Hipócrates [3]: De regimine auctorum y Prognostica.
En nuestro tiempo, el Papa Pío XII ha definido en 1954 el significado ético-médico de las obras hipocráticas con las siguientes palabras: "Las obras de Hipócrates son, sin duda, la expresión m&aacut;e;s noble de una conciencia profesional que imponga ante todo respetar la vida y sacrificarse por los enfermos, y tome en consideración también factores personales: dominio de sí, dignidad, reserva. Sabía presentar las normas morales e introducirlas en un vasto y armonioso plan de estudios, por lo que hacía un regalo a la civilización más magnífico que quienes conquistaron los imperios" [4].
Sobre la misma línea el Papa Pablo VI ponía en guardia a los médicos, considerando el progreso de la medicina: "Es obvio que estas nuevas cuestiones no deben perjudicar en modo alguno al ideal médico que hace de la medicina, en una larga tradición de algunos milenios, a través del juramento de Hipócrates, un defensor de la vida. Una contaminación de este principio cardinal significaría un fatal paso atrás, con consecuencias desastrosas. Esto vosotros podeis valorarlo mejor que ningún o tro" [5].
El Papa Juan Pablo I escribió con el título "Ilustrísimos" cartas imaginarias a personajes históricos, incluído Hipócrates, que "fue contemporáneo de Sócrates y como él un filósofo". Lo llama "el autor del famoso juramento..., de un código moral de valor imperecedero. Los médicos juran, en conformidad con éste, prescribir la terapia adecuada para los enfermos y protegerlos de injusticias y sobre todo de desventajas. Prometen solemnemente no interrumpir ningún embarazo; y se comprometen a ir a una casa solamente para ayudar a los enfermos, sin aceptar dinero. Además juran mantener sacrosanto el secreto profesional". Con este elenco de los compromisos ético-médicos, el Papa Juan Pablo I legitima la integración de la deontología griega en el modo de pensar del médico cristiano [6].
El Papa Juan Pablo II ha mencionado ya, en 1978, on ocasión de la re cepción de la Asociación de Médicos Católicos Italianos, la ética hipocrática, poniendo en guardia contra el uso de medicinas que "contradicen no sólo la ética cristiana, sino toda ética natural, y que están en abierta contradicción con los deberes profesionales, expresados en el famoso juramento del antiguo médico pagano" [7].
En su discurso a los miembros de la Asamblea General de la Unión Mundial de Médi cos, sobre la manipulación genética que reduce la vida humana a un objeto, el Papa Juan Pablo II amonesta: "Sean fieles todos los médicos al juramento de Hipócrates, que prestan en ocasión de su doctorado" [8]. En 1987, el Papa, en su intervención ante los participantes en el Congreso Internacional sobre la "humanización de la medicina", exhorta al servicio consciente del propio deber para con los hombres: "Estad profundamente convencidos de esta verdad a ca usa de la larga tradición, que remonta a las intuiciones de Hipócrates mismo" [9]. En el nombramiento de los miembros de la Pontificia Academia por la Vida, se alude expressis verbis a Hipócrates, "prosiguiendo la tradición hipocrática" [10].
El 26 de noviembre de 1994, el Papa Juan Pablo II mencionaba de nuevo a Hipócrates indicando el códice vaticano en el que el juramento de Hipócrates fue escrito en forma de cruz, un símbolo de concepci& oacute;n cristiana de la naturaleza humana, de la santidad y también del misterio de la vida humana [11].
A consecuencia de una visión diagnóstico-diferencial de las verdaderas causas de las enfermedades, fueron coligados en el cristianismo primitivo el naturalismo helénico y el personalismo semita [12] bajo la fuerza integradora del modelo del "Christus medicus", y sin duda puede atribuirse al pensamiento de Hipócrates esta evolución hacia el sentido de una &ea;cute;tica responsable y más adelante hubo formulaciones de juramentos médicos con preámbulos de carácter monoteísta y fórmulas de conclusiones con explícita referencia a la instancia transcendente, a Dios, ante el cual se prestaba tal juramento [13].

2. Hipócrates en la Patrística y la Escolástica.
Para la época de la patrística hay abundancia de citas de las obras auténticas de Hipócrates y del Corpus hipocraticum. Cipriano de Cartago, Gregorio de Nazianzo, Gregorio de Nisa y Eusebio de Cesarea sostienen una teoría de las ciencias naturales con respecto al origen de las enfermedades, que remonta a Hipócrates; pero existen igualmente versiones mágicas y demoníacas. E usebio cita repetidamente a Hipócrates en un capítulo sobre la teoría de las enfermedades, en reflexiones referentes al libre albedrío, conoce la teoría de la dieta; además, la frase: la naturaleza es el mejor médico. Insiste, con referencia a Hipócrates, en la importancia de la prognosis y que en la relación entre cuerpo y alma esta última tiene la prioridad [14], [15]. Recuérdense también los capítulos ético -médicos de la Didaché del siglo I d.C.: no debes abortar un niño y no debes dar muerte a un recién nacido [16].
En Hildegarda de Bingen (1098-1179) la búsqueda sobre este ar-gumento fue negativa. Enrique
Schipperges escribe: "Hildegarda de Bingen no da una explícita teoría a este respecto; no repite el juramento de Hipócrates y no habla de la ética médica. No encontramos objetivos directos de un carácter de la sanidad, o mo dos concretos para una asistencia al enfermo, nada sobre qué cosa podría instruirse, nada de dogmático que pudiera crear una teoría de los deberes y de su categoría. Y sin embargo sus obras son una contribución a la deontología medieval y son tanto más preciosas en cuanto que faltan obras semejantes en ese siglo; o no son a menudo presentadas de modo serio y por lo mismo no pueden ser tomadas en serio"17.
Honorius Augustodunensis (muerto despu&eacu;te;s del 1150) escribe de Hipócrates: "per medelam corporum deducit ad medelam animarum"18.
Los conocimientos sobre Hipócrates y sobre el Corpus hipocraticum llegaron a través del cristianismo nestoriano-siriano, que presta con sus escuelas y monasterios el espacio en el que, por entonces, se conserva y transmite la obra filosófica y científica y más precisamente la línea de Aristóteles de esa herencia: no sólo Aristóteles mismo, sin o también Euclides, Hipócrates, Galeno, Arquímedes. Las obras filosóficas, matemáticas y médicas de estos autores fueron traducidas en primer lugar del griego al siriano y después a la lengua árabe [19]. El concepto de potentia puede atribuirse al concepto griego de dynamis y se encuentra también en el Corpus hipocraticum, usado también en relación con la enfermedad [20].
La recientísima elaboración con computer d e la Opera omnia de Tomás de Aquino da mayor perfección y seguridad al tratado de nuestro argumento.
En el comentario del Aquinate sobre la meteorología de Aristóteles, es nombrado Hipócrates algunas veces. Se trata del significado de las estrellas en el orden del mundo, de cuestiones de la visión teológica, de principios metafísicos, teorías científicas, astronomía y astrología [21].

3. Medicina pastoral
Otro campo de las fuentes en que puede encontrarse a Hipócrates en los documentos eclesiásticos y teológicos, son los manuales de medicina pastoral; existen, de hecho, relaciones entre el Corpus hipocraticum y la teología por el hecho de que las obras hipocráticas no son solamente un probado sistema de cura, sino también por la imagen humana, en la base de la concepción cristiana, con considerables cosas en común de las personas sanas y enfermas. También hay que recordar los capítulos ético-médicos de la Didaché y su correspondencia con Hipócrates.
Hipócrates es citado dos veces: en la p.56, sobre el comportamiento de los cónyuges durante la gravidez, y en la p.192, sobre las posibilidades terapéuticas de usar medicinas populares en el caso de epilepsia, cosa que parece particularmente discutible a la actual comprensión [22].
En 1893 habló E.W.M. de Olfers, en su medicina pastoral, de Hipócrates, adelantándose a su tiempo, definiendo la epilepsia en su libro "de morbo sacro" como cualquier enfermedad, no más santa que las otras enfermedades [23].
August Stohr habla repetidamente de Hipócrates, en parte contra una medicina "teurga" de los griegos, la cual presenta ciertas semejanzas con la cura terapéutica del alma. También en la discusión del clásico "sex res non naturales" Stohr cit a a Hipócrates por lo que respecta a la dieta y generalmente a las costumbres de vida [24], [25] Para la mitad del siglo XX se puede hacer el nombre de Albert Niedermayer e indicar numerosas citas del Corpus hipocraticum, ante todo la cima ético-médica, el juramento de Hipócrates, asunido por numerosos autores (como Lichtenthaeler y otros) entre las obras auténticas de Hipócrates.
En Albert Niedermayer se encuentran puntos afirmativos y también problema s discutidos, estos últimos sobre todo en el campo ginecológico.
Albert Niedermayer compendia la importancia de Hipócrates: "...aunque fuera pagano, podría ser hoy todavía, dos mil años después, el anuncio del Evangelio de Cristo, un ejemplo también para presuntos médicos cristianos" [26].
Anticipando una medicina integral, Albert Niedermayer expresa su visión universal y caracteriza al verdadero médico... que reúne e n su concepción fundamental los elementos biológicos, antropológicos, médico-humanos, sociales y ético-metafísicos [27].
Hipócrates, desde el 460 hasta el 360 antes de Cristo, ha dejado una teoría médica que conecta la observación exacta científica y la experiencia con una ética elevada y humana. Sus obras y las de sus estudiantes han sido reunidas en el voluminoso Corpus hipocraticum. En una visión retrospectiva se demuestra la utilidad proveniente del bien cumplido por el médico ejercitado en una medicina que ha permanecido hasta hoy. Esta ha sido transmitida al campo cristiano de diversas maneras (documentos papales, tratados teológicos, textos de medicina pastoral), y puede ser documentada desde Hipócrates según las épocas históricas: es el compromiso por la salud y la consolación de la persona enferma, independientemente del cambio de los períodos del tie mpo: "saluti et solatio aegrorum".

Prof. GOTTFRIED ROTH
Miembro de la Pontificia Academia para la vida
Profesor Ordinario de Medicina Pastoral en la Universidad
"Alma Mater Rudolphina" de Viena (Austria)
Consultor del Pontificio Consejo para la Pastoral de los Agentes Sanitarios

1 GOTTFRIED ROTH, Hippokrates in päpstlichen Dokumenten. Acta medica catholika (Belgica) 2 (1995) 101-102.
2 GOTTFRIED ROTH, Hippokrates in päpstlichen Dokumenten. 2. erweiterte Fassung. Mitteilung der katholischen Ärztegilde Österreichs. 246 (1995) 3-6.
3 M.A. ALONSO, Pedro Hispano: Sciencia libri de anima. Barcelona 1961.
4 PIUS XII., Zur Geschichte der Medizin. Ansprache am 19. Sep. 1954. In: Pio XII., Discorsi ai medici. S. 349 f., Roma 1959.
5 PAUL VI , Das ärztliche Ideal nicht beeinträchtigen. L'Osservat. Romano (deutsche Ausgabe) 19.1.1973.
6 PAPST JOHANNES PAUL I, Illustrissimi. Padova 1976.
7 JOHANNES PAUL II, Wort und Weisung im Jahr 1979, Rom -Kevelaer 1979.
8 JOHANNES PAUL II, Der apostolische
Stuhl 1983, S. 1155, Rom -Köln 1983.
9 JOHANNES PAUL II, Der apostolische
Stuhl 1987, S. 1699, Rom -Köln 1987.
10 Pontificia Academia pro Vita. Roma 1994.
11 JOHANNES PAUL II, Discorso del Santo Padre in occa sione della Conferenza Internazionale promossa dal Pontificio Consiglio della Pastorale per gli Operatori Sanitari e della Plenaria della Pontificia Accademia per la Vita. Roma 1994.
12 PEDRO LAIN ENTRALGO, Heilkunde in geschichtlicher Entscheidung, Salzburg 1956.
13 GOTTFRIED ROTH, Die monotheistischen Präambeln und Schlußformeln in den ärztlichen Eiden, Wissenschaft und Glaube 3 (1990) 115-121.
14 O. TEMKIN, Hippocrates in the world of pagans and Christians, Baltimore and London 1991.
15 KARL-HEINZ LEVEN, Medizinisches bei Eusebios von Kaiserea, Düsseldorf. 1987.
16 Didaché 1,6,2,. in fontes christiani. Didache, traditio apostolica. Herder, Freiburg/ Basel/ Wien/ Barcelona/ Rom/ New York. 1991, S. 103.
17 HILDEGARD VON BINGEN, Heilkunde, Salzburg 1957.
18 CHRISTIAN PROPST, Der deutsche Orden und sein Medizinalwesen in Preußen, Bad Godersberg 1969.
19 Josef Pieper, Scholastik S. 141 f. München 1960. Vergleiche auch Johannes Hirschberger: Geschi chte der Philosophie I, 417, 427 Basel- Freiburg- Wien 1965.
20 LEO J. ELDERS, Die Metaphysik des Thomas von Aquin, I, 124 Salzburg- München 1965.
21 S. Thomae aquinatis opera omnia. comentarium in Aristoteles et alio. Stuttgart / Bad Cannstatt 1980.
22 FR. X. BRITZGER, Handbuch der Pastorlalmedizin, Regensburg 1859.
23 E.W.M. VON OLFERS, Pastoralmedizin.
24 AUGUST STÖHR, Die Naturwissenschaft auf dem Gebiete der katholischen Moral und Pastoral, Herder, Freiburg /B 1893 S 141f.
25 AUGUST STÖHR, Handbuch der Pastoralmedizin mit Besonderer Berücksichtigung der Hygiene, Herder, Freiburg / B 1900.
26 A. NIEDERMEYER, Compendium der Pastoralmedizin, Wien 1953.
27 A. NIEDERMEYER, Grundriß der Sozialhygiene, Wien - Bonn 1957 S. 30.

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