El Presidente a los Lectores
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EL PRESIDENTE A LOS LECTORES

Un don inesperado

Estaba rezando la liturgia de las Horas en la basílica de San Pedro, el día de Navidad. En este gran templo todo era vida y luz. Una inmensa muchedumbre la recorría de una a otra punta. Las madres y los padres anhelaban que sus hijos alcanzasen a ver la belleza del Niño de Dios en el establo de Belén, reconstruido, donde la Virgen María estaba vuelta en gozosa adoración hacia el Único, al que había dado la vida. La liturgia describe bien su actitud: “Quem genuit, adoravit”.

Los muros y formas de la basílica habían adquirido vida bajo los rayos del sol. Los complejos motivos dorados de las bóvedas de cañón eran investidos por la luz de mediodía de las aperturas de esta parte del edificio proyectada por Miguel Angel a planta de cruz. Las manos esculpidas de Santa Juliana Falconieri parecían latir a la luz de la mañana invernal.

Me había dirigido al altar donde se venera la imagen de María Mater Ecclesia. Recitando la liturgia de las Horas, topé inesperadamente con una homilía navideña de San León Magno, Papa; era la segunda lectura. El corazón se me alborotó, pues en el altar cercano a donde me encontraba, está enterrado San León Magno. Esta santa coincidencia hacía que cada palabra adquiriese un peso especial.

Su mensaje era un gozo para el espíritu. Rebosaba de luz y de vida como la basílica. Los laicos que fueron los arquitectos de San Pedro, Bramante, Miguel Angel, Bernini y Borromini, habían aprisionado en los mármoles, metales y piedras que me rodeaban, nuestras más altas aspiraciones. La misma nobleza estaba expresada en el discurso de este Pontífice del siglo V. Sus palabras sobre los bautizados parecían escritas con grandes caracteres en las inflamadas paredes de la basílica.

San León irrumpe diciendo: “Hoy nos ha nacido el Salvador, queridísimos”. ¡Qué sencillo! Pero merecía una reflexión larga. El Santo Padre, el Papa Juan Pablo II, había dicho lo mismo unas horas antes en la homilía de la Misa de Medianoche sobre la tumba de Pedro. Los ángeles habían anunciado la misma Buena Nueva a los pastores, la primera noche de Navidad.

A continuación, León saca una conclusión sencillamente espléndida, cuya simplicidad me dejó sin respiración. “No hay lugar para la tristeza el día en que nace la vida”. Misteriosamente, el Papa Santo parecía estar allí junto a mí, en medio de aquel enorme tropel de invisibles testigos de Navidad.

Sus palabras finales merecen una cita más extensa: “Reconoce, cristiano, tu dignidad y, pues eres partícipe de la naturaleza divina, no quieras volver a la abyección de otro tiempo con una conducta indigna. Recuerda Quién es tu Jefe y de qué Cuerpo eres miembro. Acuérdate de que, arrancado del poder de las tinieblas, has sido introducido en el Reino de Dios. Con el Sacramento del Bautismo ¡has sido convertido en templo del Espíritu Santo! No ahuyentes a huésped tan ilustre con un comportamiento reprobable y no vuelvas a someterte a la esclavitud del demonio. Recuerda que el precio pagado por tu rescate es la Sangre de Cristo” (Discurso de Navidad n. 1, 1-3; PL 54, 190-193).

En la época en que era diácono de su predecesor Sixto III, León hizo escribir en el cornisamento del Baptisterio de la basílica de San Juan de Letrán, su descripción de los que salían de las aguas bautismales. Una traducción libre - si bien no equivocada - de las primeras palabras podría ser: “¡Oh ciudad esplendente!”. Había meditado largamente sobre la gloria de nuestro bautismo en la muerte de Cristo. La comunidad de los bautizados es como una ciudad situada en la cima de un monte; es signo de la nueva ciudad santa, la Jerusalén que desciende del cielo “resplandeciente de la gloria de Dios. Su resplandor era como de una piedra muy preciosa, como jaspe cristalino” (Ap 21, 10-11).

Junto a la antigua Muralla Aureliana donde la catedral de Roma se había construido cien años antes, León imaginó a la comunidad de los bautizados como una ciudad parecida a la descrita en el libro del Apocalipsis y representada en el mosaico del ábside de la Basílica Lateranense. “Rodeada por una muralla grande y alta con doce puertas; y sobre las puertas, doce Angeles y nombres grabados que son los de las doce tribus de los hijos de Israel” (Ib., v.12).

Una breve investigación nos dice que León pronunció esta homilía en Roma, en la primera Navidad de su pontificado, en el 440. Sus palabras “no hay lugar para la tristeza el día en que nace la vida” fueron para mí regalo imprevisto del pasado. Hicieron menos sombrías mis preocupaciones por las guerras de Bagdad, Jerusalén, Islamabad, Nueva Delhi, Jartún y Washington D.C., si bien no menos acuciantes.

Terminada la lectura, me acerqué de nuevo al altar dedicado a María Madre de la Iglesia. Desde el atentado contra Juan Pablo II en 1981, un mosaico moderno de esta antigua imagen contempla la plaza de San Pedro. Ante María con el Niño sonriente en brazos me vino a la memoria una oración de San Anselmo de Canterbury a la “Madre de mi Señor y Dios”. Gracias a la gestación de María -dice- los cuatro elementos del mundo, cielo, estrellas, tierra, agua, día y noche, corrompidos por el abuso del hombre pecador, “se alegran en su extravío porque de nuevo han recibido la vidaÂ… Porque son gobernados por la fuerza de los que confiesan a Dios y son honrados por el uso a que aquéllos los destinanÂ… Y los ángeles se desean mutuamente gozo en la reconstrucción de la ciudad medio destruida”.

En el alba del nuevo milenio, he hecho mía la oración de Anselmo.

El Papa y los movimientos
Memoria y perspectiva de un encuentro

“Demos gracias al Señor por esta primavera de la Iglesia suscitada por la fuerza renovadora del Espíritu”, decía Juan Pablo II el 31 de mayo, refiriéndose al inolvidable encuentro del día anterior con más de doscientas mil personas pertenecientes a unos cincuenta Movimientos eclesiales y nuevas comunidades, llegados a Roma desde los cuatro rincones del mundo para dar testimonio en torno al Papa de su experiencia de Cristo. Personas que, como todos nosotros, cada día han de afrontar una existencia hecha de dolor y fatiga, amor y decepciones, lucha y esperanza. Pero que han experimentado en esta existencia la fuerza del encuentro con Cristo, encuentro que transforma la vida.

Como sucedió a Rose, joven ugandesa de Comunión y Liberación, que de los meses transcurridos como enfermera en un hospital de Kampala durante la guerra, nos cuenta:

“Me pidieron ocuparme de los enfermos de Sida y de los mendigos. En un primer momento me negué. Después, rezando un día el Angelus, me pregunté: ‘¿Qué significa para mí que el Verbo se hizo carne?Â’. Si Cristo habitó entre nosotros, lo hizo también por el moribundo y el enfermo. Entonces salí por las calles de la ciudad y me puse a recoger a enfermos, niños abandonados, prostitutas, pobres. Una vez vi a un hombre caído en tierra cubierto de moscas y porquería. La gente me decía que me alejase de él porque daba señales de locura. Yo estaba a punto de desmayarmeÂ… Lo llevé a casa, lo cuidé. Hoy trabaja con nosotros en favor de niños sin familia”.

Como nos dice Silvia, de la Comunidad de San Egidio, que ha pasado unos meses junto a Nicoletta, sieropositiva y embarazada, internada en un hospital romano:

“Le habían aconsejado abortar, pero ella no quería. Decía: ‘Este niño es lo único hermoso que me ha tocado en la vida’”. Silvia comenzó a visitarla y nació una amistad. Y aquella vida ‘desesperadaÂ’ se transformó en una existencia nueva que incluso se comunicó a los demás. Nicoletta ha quedado completamente ciega, pero su lección de amor ha dejado rastro. Ha recuperado la relación con sus padres y ha dado a luz a Francisco. “He tenido la clara sensación -confía Silvia- del paso de Cristo por los pasillos del hospital. Nicoletta ha superado la gravedad pero estoy segura de que, en la misericordia de Dios, su vida no se ha perdido”.

Como expresa la mirada de Pascal, joven minusválido acogido en las Comunidades del Arca, fundadas por Jean Venier:

“La presencia de Pascal aquí -sostiene María Elena- vale más que mil palabras. Debemos ayudar a los minusválidos a ocupar su sitio en el corazón de la Iglesia. Al banquete del Reino no son invitados los ricos sino los tullidos, cojos, ciegos... De una encuesta realizada en las parroquias de París resulta que los minusválidos representan sólo el 1% de la comunidad, mientras en la sociedad civil son el 10%. Y el 9% que falta ¿dónde está? Queremos ir a buscarlos porque la Iglesia los necesita”.

Ir a la búsqueda del que sufre como lo han hecho los de la Comunidad de Enmanuel que fueron a trabajar al campo de prófugos de Ruanda en 1996:

“Al principio -recuerdan- asistían a nuestra Misa veinte personas. Al cabo del año llegaban a tres mil. Estaba con nosotros una pareja a la que le habían matado 46 familiares en las luchas étnicas. Un día llegó al campo la madre de uno de los asesinos. Viendo al matrimonio sintió miedo. Pero ellos la tranquilizaron. La acompañaron a donde estaban sus otros hijos. La mujer, impresionada, preguntó dónde habían recibido la fuerza de perdonar. ‘Es gracias a Jesús, la oración nos da esta fuerza. ¿Queréis orar con nosotros?Â’.Â’Sí, dijeron, enseñadnos a orarÂ’. Entonces abrieron el Evangelio y comenzaron a leer juntos estas palabras ‘Amad a vuestros enemigos. Orad por los que os persiguen’”.

El amor es la respuesta a la profunda ansia de significado que el hombre tiene. Amor que se realiza de modo pleno y sublime en el matrimonio, como subraya un sacerdote mexicano del Movimiento Encuentro matrimonial:

“Un matrimonio que se ama de verdad es un desafío para el sacerdote. A través de ellos, Cristo me dice: ‘Ama a la Iglesia como ellos se amanÂ’. Es una caricia de Dios a mi sacerdocio”.

Y así, de la experiencia de Cristo nace la pasión por testimoniar. Aún a costa de la vida. Como en el caso del sacerdote que recorrió setecientos kilómetros por las forestas de Ruanda apretando entre las manos una pequeña maleta con el Santísimo Sacramento. Iba dando consuelo a los heridos y bendición a los muertos. Lo apresaron, apalearon, torturaron. Pero consiguió sobrevivir. Y cuando le preguntaron cómo había soportado el peso de la maleta a lo largo de tantos kilómetros, respondió:

“No era yo quien llevaba a Jesús, era Jesús quien me llevaba a mí”.

Son éstos algunos testimonios aportados durante el Congreso mundial de Movimientos eclesiales que precedió al encuentro del 30 de mayo y fue parte integrante del acontecimiento de Pentecostés 1998.

Gozo y gratitud por el don recibido, compromiso de llevar a sus miembros a la plena madurez cristiana y de robustecer el interés en la acción misionera, determinación de mantener viva la comunión eclesial transformada a partir de este 30 de mayo en “movimiento” de movimientos, su rostro común; estos son los elementos del intercambio habido entre los representantes de los mismos movimientos en la reunión convocada por el Pontificio Consejo para los Laicos el 7 de noviembre pasado para evaluar la repercusión de Pentecostés Â’98 y cómo continuarlo.

Aquella espléndida manifestación puso ante los ojos del mundo la imagen de una Iglesia que es Madre y acoge y valora todos los carismas; su capacidad de abrazar la diversidad en la unidad; la vitalidad misionera de los laicos; la catolicidad de los movimientos eclesiales y de las nuevas comunidades, transparente en su testimonio vigoroso de la paternidad de Pedro.

El unánime sentimiento de estupor por este don del Espíritu, la memoria de un hecho del que no se puede volver atrás, han de traducirse ahora en estímulo para asumir la responsabilidad de las tareas que inevitablemente se derivan de todo don de Dios.

Es preciso difundir el mensaje del 30 de mayo, meditarlo para descubrir todo su significado, proseguir la reflexión teológico-pastoral y jurídica sobre la realidad de los movimientos.

Y es necesario llevar esta experiencia al nivel de las Iglesias locales, someterla a atenta consideración de los obispos y valerse de todo ello como base de preparación al Gran Jubileo.

Después de las reiteradas intervenciones con que Juan Pablo II ha sostenido y animado a los movimientos eclesiales, parece importante que los obispos tengan oportunidad de manifestar y confrontar sus experiencias, preocupaciones y expectativas sobre la participación de los movimientos en la vida de las varias Iglesias locales. Este es precisamente el objetivo del Seminario de reflexión y diálogo que está organizando el Pontificio Consejo para los Laicos en colaboración con la Congregación para la Doctrina de la Fe y la Congregación para los Obispos. A este Seminario, programado para junio de 1999, serán invitados alrededor de cien obispos de todo el mundo.

A cuantos estén interesados en saber más sobre el evento de Pentecostés Â’98, les indicamos las publicaciones siguientes: Roma 30 maggio Â’98. El Papa y los movimientos. Juntos. Album fotográfico que recoge sugerentes imágenes de aquel día y pasajes en cuatro lenguas (francés, inglés, italiano y español) del discurso de Juan Pablo II y de las intervenciones y testimonios de los participantes. Disponible en el Pontificio Consejo para los Laicos; cuesta 10.000 liras.

El Papa y los movimientos. Opúsculo con los textos integrales de las intervenciones habidas en el Encuentro del Santo Padre con los movimientos eclesiales y las nuevas comunidades. Publicado por las Ediciones San Pablo; cuesta 14.000 liras.

30 de mayo de 1998. El Papa y los movimientos. Juntos. Vídeo preparado por Máximo Morelli, realizado con el patrocinio del Pontificio Consejo para los Laicos, producido por CTV, Euphon, Finchiara y RAI. Distribuido por las Ediciones Mensajero de San Antonio; cuesta 19.900 liras.

En preparación por las Ediciones San Pablo, las Actas del Congreso mundial de movimientos eclesiales celebrado en Roma los días 27-29 de mayo de 1998. Su aparición en varias lenguas está prevista para la primavera de este año.

Honra el rostro del anciano (Lv 19:32)
El Año internacional del anciano

“La dignidad del anciano y su misión en la Iglesia y en el mundo” es el título del documento publicado recientemente por el Pontificio Consejo para los Laicos, encargado de coordinar las actividades de la Santa Sede para el Año internacional del anciano, proclamado por la ONU para 1999.

A partir de un análisis sucinto de la transición demográfica actual que, al alargarse la duración media de la vida, ve crecer continuamente las filas de la tercera y cuarta edad, el documento señala que esta especie de “revolución silenciosa” va más allá de los datos demográficos y plantea a la sociedad problemas de orden social, económico, cultural, psicológico y espiritual inéditos en muchos aspectos. Justamente en el ámbito de la reflexión y de las opciones operativas adecuadas para edificar la “sociedad para todas las edades” recordada por el tema del Año internacional, ha parecido importante dejar oír la voz de la Iglesia. A fin de que, dentro del respeto de la dignidad y de los derechos fundamentales de la persona anciana, se afronte la cuestión con fuerte sentido de responsabilidad por parte de todos: individuos, familias, asociaciones, Gobiernos y Organizaciones internacionales, según las competencias y deberes de cada uno. La sociedad e instituciones que se ocupan del tema -se afirma en el documento- están llamadas a abrir a los ancianos espacios de formación y participación, valorando su papel insustituible en una sociedad en continua mutación económica y cultural. Y están llamadas a garantizar formas de asistencia social y sanitaria adaptadas a la diversidad de exigencias y que respondan a la necesidad de la persona humana de vivir con dignidad en justicia y libertad. A tal fin, junto a la labor del Estado, atento a promover y tutelar el bien común y a incidir en las estructuras socio-económico-educativas, se han de impulsar y valorar, respetando el principio de subsidiaridad, la acción del voluntariado y la aportación de iniciativas inspiradas en la caridad cristiana.

Por su parte, la comunidad eclesial debe procurar ayudar al anciano a vivir la propia edad a la luz de la fe y a descubrir él mismo los recursos que todavía puede poner al servicio de los demás y que tiene la responsabilidad de ofrecer a los otros. El anciano ha de ser cada vez más consciente de que tiene un futuro que construir, pues no se ha agotado su deber misionero de testimoniar la fe a los pequeños, jóvenes, adultos y a los de su misma edad. Por esto, la Iglesia se siente interpelada a realizar una revisión de la pastoral de la tercera y cuarta edad, procurándose formas y métodos nuevos, más adecuados a las necesidades y expectativas espirituales de los ancianos, y a elaborar directrices pastorales basadas en la defensa de la vida, de su significado y de su destino.

De la invitación a redescubrir el sentido y valor de la ancianidad (Capítulo I), de la que el documento especifica como carismas propios la gratuidad, la memoria, la experiencia, la interdependencia y una visión más completa de la vida, se pasa a la lectura de la senilidad a la luz de la Palabra de Dios (Capítulo II), la única que llega a sondear la plena dimensión espiritual, moral y teológica de esta etapa de la vida. Pasa después a discurrir sobre alguna de las problemáticas más difundidas entre los ancianos de hoy y se detiene en la marginación y sistema de asistencia institucionalizada, carencia de programas de formación para el anciano, exigencia no satisfecha de participación en la vida social, sea a nivel social o en el cultural y asociativo (Capítulo III). La especial apertura del anciano a la trascendencia está indicada junto a potencialidades y exigencias hacia las cuales se llama la atención de la comunidad eclesial, con vistas a una acción pastoral que ayude al anciano a profundizar en los contenidos de la fe, por un lado, y por otro, a tener cada vez mayor consciencia de su responsabilidad de testigo ante la comunidad humana y cristiana (Capítulo IV). Las orientaciones del documento para la pastoral de los ancianos (Capítulo V) iluminan los ámbitos que se prestan mejor a este testimonio y que van desde la actividad caritativa al apostolado, desde la liturgia a la vida de las asociaciones y movimientos eclesiales, desde la familia a la contemplación y la oración, de la prueba de la enfermedad y el sufrimiento al compromiso con la cultura de la vida. Ante la gran variedad de situaciones y condiciones de vida de los ancianos, se desea que la pastoral de la tercera y cuarta edad incluya iniciativas que consientan dar a conocer mejor las exigencias de los ancianos; ayudarles a superar actitudes de indiferencia, desconfianza, renuncia; integrarles plenamente en la comunidad de los creyentes, valorando las capacidades de cada uno. Se da gran relieve en el documento a la atención espiritual a los ancianos enfermos y no autosuficientes, como testimonio del valor inalienable de la vida aún cuando se halla reducida al extremo; y a la atención religiosa y consuelo humano que no deben faltar a los moribundos. Se llama la atención sobre el derecho de los ancianos a un puesto de honor en el seno de la familia, la cual debe gozar de ayudas adecuadas. Y también a la atención que se debe prestar a ancianos alojados en estructuras residenciales públicas o privadas, y a la obligada atención a los sacerdotes y religiosos más ancianos. No falta tampoco la mención de los ancianos de otras confesiones religiosas o no creyentes ante los cuales la comunidad eclesial ha de dar testimonio de la propia fe con espíritu de caridad. En una sociedad donde el egoísmo, materialismo y consumismo se difunden, y donde los medios de comunicación sólo contribuyen a marginar la creciente soledad del hombre, el documento recuerda la necesidad de educar a los jóvenes a la solidaridad intergeneracional que puede expresarse asimismo en la compañía que éstos ofrezcan a los ancianos.

Dos puntos de reflexión importantes cierran este viaje por el mundo de los ancianos. El primero es la referencia al extraordinario ejemplo de Juan Pablo II, gran testimonio también en esto para el hombre de hoy. El Papa vive su vejez con extrema naturalidad y la muestra a los ojos de todos. Con serena sencillez dice de sí mismo: “Soy un sacerdote anciano”. Vive su ancianidad en la fe, al servicio del mandato que Cristo le ha confiado. No se deja condicionar por la edad. Sus setenta y ocho años cumplidos no le han arrancado la juventud del espíritu. Su innegable fragilidad física no ha infligido el menor rasguño al entusiasmo con que se entrega a su misión de Sucesor de Pedro. Prosigue sus viajes apostólicos a través de los continentes. Y causa asombro constatar que su palabra cobra cada vez mayor fuerza y cómo llega más que nunca al corazón de la gente. El segundo es la mención de una coincidencia “providencial”: 1999, dedicado por las Naciones Unidas a los ancianos, en el cuadro de la preparación al Gran Jubileo es el año consagrado a Dios Padre. Ocasión privilegiada para las generaciones más jóvenes, de repensar y fundamentar de nuevo su relación con la generación de sus padres; y para quien ya no es joven, oportunidad de pensar en la propia existencia situándola en la óptica gozosa del testimonio de que “toda la vida cristiana es como una grande peregrinación hacia la casa del Padre, del cual se descubre cada día su amor incondicional a toda criatura humana” (TMA, 49).

Tengamos confianza de que, en esta óptica, el documento del Pontificio Consejo para los Laicos suscitará iniciativas a nivel local, nacional e internacional. Y confiemos en que será útil para la preparación del Jubileo de los Ancianos, cuya celebración está programada para el 17 de septiembre del dos mil, y estimulará a muchos de ellos a no faltar a esta importante cita.

Jóvenes Juntos por los caminos de Europa:
Tercer Congreso europeo de Pastoral juvenil

El Tercer Congreso europeo de Pastoral juvenil se celebró del 21 al 24 de septiembre en Paderborn (Alemania); asistieron 130 personas, entre las que se encontraban los responsables de las conferencias episcopales europeas, algunos miembros de movimientos y asociaciones internacionales de jóvenes con presencia significativa en Europa y dos delegados de la Conferencia de las Iglesias europeas (KEK). Tema del Congreso: “¿Qué cristianos para el 2000? Un proyecto de vida para los jóvenes”.

El primer día, tras la introducción de S. Em. Card. James Francis Stafford, presentó una panorámica del mundo juvenil el prof. Martín Lechner; seguidamente disertaron sobre esto mismo los profesores Mario Pollo y Hans Hobelsberger refiriéndolo a Europa occidental y Europa centro-oriental, respectivamente.

El segundo día, en el centro de la reflexión: la formación - primer paso para llegar a la propuesta cristiana - contemplada desde tres enfoques diferentes: aspecto antropológico-teológico (p. Luis Ladaria), aspecto psicológico (p. Tony Anatrella), aspecto pedagógico (dra. Aránzazu Aguado). Centralidad de la persona y mensaje de Cristo (mons. André-Mutien Léonard), necesidad de una metodología de Pastoral juvenil a fin de que este mensaje llegue a ser opción de vida para los jóvenes (don Ricardo Tonelli), opción preferencial por los jóvenes en el pontificado de Juan Pablo II (S.E.mons. Rylko), referencias que ha ampliado el intercambio.

El último día se dedicó a la presentación de “instrumentos útiles” para lograr los objetivos de la pastoral juvenil: proyectos nacionales (mons. Domenico Sigalini), aportación de los movimientos, asociaciones y comunidades (dr. David Prosperi), pastoral “por ambientes” (dra. Liliana Stefani). En este contexto, algunos de los congresistas presentaron iniciativas y proyectos en acto en sus países y movimientos.

Momento significativo del Congreso fue la Mesa redonda donde los jóvenes presentes hablaron en primera persona de sus necesidades y expectativas en el ámbito de la formación.

Durante el Congreso, la Conferencia episcopal alemana y la diócesis de Paderborn ofrecieron a los asistentes la posibilidad de conocer realidades eclesiales locales, como por ej. el Centro juvenil “Juhendhaus Hardehausen”, donde se tuvo una reunión con algunos representantes de la BDKJ, Federación juvenil católica alemana.

Concluyó el Congreso con una visita a la ciudad de Colonia y al Centro “Kolping” que dedica parte de sus actividades a los jóvenes.

Jornada Mundial de la Juventud 2000

La primera reunión preparatoria de la 15ª Jornada Mundial de la Juventud se celebró en Rocca di Papa (Roma), del 4 al 7 de diciembre. Organizada por el Pontificio Consejo para los Laicos, junto con el Comité Italiano para la Jornada Mundial de la Juventud 2000, contó con la presencia de 170 representantes de 56 países y 48 movimientos, asociaciones y comunidades internacionales.

Tras el saludo de S.Em. el card. James Francis Stafford y la presentación de la Jornada Mundial por mons. Renato Boccardo, responsable de la Sección de Jóvenes, distintas intervenciones contribuyeron a delinear un cuadro completo del íter de preparación a la celebración que -como afirmó S.E. mons. Crescencio Sepe, Secretario general del Comité central del Gran Jubileo- constituirá uno de los acontecimientos mas grandes del año jubilar.

S.E. mons. César Nosiglia, Presidente del Comité Italiano de la Jornada Mundial de la Juventud 2000, presentó el programa pastoral elaborado por la Conferencia Episcopal Italiana; traducido al francés, inglés y español, el programa quedó a disposición de los distintos responsables de Pastoral juvenil como posible instrumento de preparación de los grupos de jóvenes que se disponen a participar en la Jornada del 2000. Mons. Mauro Parmeggiani, responsable de la Pastoral juvenil de la diócesis de Roma, puso de relieve el valor de la celebración de la Jornada Mundial en Roma, ciudad que, por su parte, se está preparando a recibir a los participantes con la garantía de un alojamiento económico. Mons. Domenico Sigalini, responsable de la Pastoral juvenil de la CEI, expuso algunos elementos particulares del tríduo que precederá el encuentro con el Santo Padre y aseguró que todos tendrán la posibilidad de realizar por turno la peregrinación jubilar en San Pedro, pasando por la Puerta Santa. Mons. José Betori, subsecretario de la CEI, invitó a los responsables presentes a considerar parte fundamental del itinerario de preparación de los jóvenes el encuentro con las diócesis italianas del 10 al 14 de agosto, inmediatamente antes de la Jornada Mundial, que tendrá lugar del 15 al 20 de agosto.

Y, en fin, con dos intervenciones más “técnicas”, los ingenieros Lorenzo Serri y Máximo Orselli -secretario ejecutivo de la Jornada Mundial 2000 y responsable del Voluntariado respectivamente- expusieron algunos elementos prácticos sobre los aspectos logísticos de la celebración y reclutamiento de voluntarios para los varios servicios necesarios.

Congreso latinoamericano de jóvenes y Encuentro americano de jóvenes

Del 3 al 9 de octubre se celebró en Punta de Talca (Chile) el segundo Congreso latinoamericano de Jóvenes, organizado por la Sección de Pastoral juvenil del CELAM. Mas de 800 delegados acompañados de numerosos obispos reflexionaron sobre el itinerario de la Pastoral juvenil del continente latinoamericano en estos años. Por el Pontificio Consejo para los Laicos estaban presentes S.Em.el card. James Francis Stafford, mons. Renato Boccardo y el abogado Guzmán Carriquiry. Tres fueron los temas sometidos a la reflexión de los jóvenes participantes: la Buena Noticia, la solidaridad, el Reino. El sábado 9 y el domingo 10 de octubre, S.Em.el card. Angelo Sodano, Secretario de Estado y Legado Pontificio para este Encuentro, presidió la Vigilia y la Misa de clausura en presencia de más de 500.000 jóvenes.

Varios

S.E. mons. Stanislaw Rylko presidió la delegación de la Santa Sede en la Conferencia de Ministros europeos de la Juventud, celebrada en Bucarest (Rumanía) los días 27-29 de abril y en la primera Conferencia mundial de Ministros de la Juventud, organizada por las Naciones Unidas en colaboración con el Gobierno de Portugal, que tuvo lugar en Lisboa del 8 al 14 de agosto.

Mons. Renato Boccardo:
del 5 al 13 de marzo estuvo en Chile, donde se reunió con los organizadores del Encuentro americano de jóvenes;
del 30 de abril al 2 de mayo, tomó parte en “Fátima joven”, encuentro nacional de los jóvenes portugueses;
del 21 al 26 de julio, impartió catequesis en Cluj (Rumanía) para el Encuentro nacional de los jóvenes;
del 18 al 21 de agosto, tomó parte en Ampezzo Carnico en el “Campo de las doce estrellas” de la Federación de Guías y Scouts católicos de Europa;
del 5 al 6 de septiembre participó en las celebraciones del aniversario de la Peregrinación de Jóvenes de Europa a Loreto, donde hizo la conmemoración oficial del llorado card. Eduardo F.Pironio, ex Presidente del Pontificio Consejo para los Laicos.

“Confesores de la fe”
La próxima Asamblea Plenaria

La importancia del sacramento de la Confirmación en la vida de los fieles laicos constituirá el centro de las labores de la decimoctava Asamblea Plenaria del Pontificio Consejo para los Laicos, a celebrarse en Roma del 27 de febrero al 2 de marzo 1999 sobre “Los fieles laicos, confesores de la fe en el mundo de hoy”. La reflexión sobre el sacramento de la Confirmación quiere ser la continuación ideal de la del Bautismo, desarrollada en la Asamblea anterior y cuyos resultados se publicaron en el mes de diciembre, en el primer volumen de la colección “Laicos hoy”.

El Pontificio Consejo para los Laicos se promete que, al repensar sobre el significado de estos dos sacramentos de iniciación a la fe cristiana, todo fiel de Cristo redescubra la llamada a pertenecer al Señor y a crecer en la capacidad de dar testimonio de su novedad de vida, en el mundo descristianizado de hoy.

El programa de dicha decimoctava Asamblea plenaria, a la que asistirán los miembros y cosultores del dicasterio, se articulará en torno a cuatro relaciones: “Confesores de la fe en nuestro tiempo: signos del Espíritu y expectativas de los hombres”(Dr. Vittorio Messori); “Testigos de Cristo en el Espíritu: dimensión teológica, pastoral y educativa del sacramento de la Confirmación” (Prof. Arturo Elberti, S.J ); “Carismas y dones del Espíritu en la vida de los fieles laicos” (S.E. mons. Albert-Marie Monléon, O.P.); “De la iniciación a la madurez cristiana: un itinerario de formación” (Prof. Javier Prades).

También se someterán a la consideración de los asistentes las iniciativas más importantes del Consejo para el año 2000: 15ª Jornada Mundial de la Juventud (15-20 agosto), Jubileo de los Ancianos (17 de septiembre), Congreso mundial del Apostolado de los laicos (24-30 de noviembre).

Y, en fin, una jornada de las reuniones se reservará al estudio de los “Lineamenta” de la 10ª Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos, programada para el mes de octubre del 2000, sobre “El obispo, servidor del Evangelio de Jesucristo para la esperanza del mundo”.

Visitas “ad limina”

Alo largo de 1988, el Pontificio Consejo para los Laicos ha recibido varias delegaciones de obispos en visita “ad limina”. Han venido dos grupos de obispos españoles ( Oviedo, Tarragona, Barcelona, Sevilla, Granada, Valencia), ocho grupos de obispos estadounidenses (Nueva York, Filadelfia, Louisville, Detroit, Oklahoma, Chicago, San Antonio, Seattle, Boston), y obispos holandeses, polacos, checos, eslovacos, austriacos.

Los intercambios habidos han permitido afrontar temas relevantes para la animación de la vida espiritual de los fieles laicos. Entre otros, señalamos algunos:

Formación de los laicos. La parroquia sigue siendo esencial punto de referencia y acogida para los fieles laicos y lugar donde muchos de ellos reciben la formación básica, a partir de la celebración de los sacramentos y de la catequesis preparatoria. Importa, pues, educar a la comunión y revitalizar la responsabilidad misionera de las comunidades parroquiales.

Inserción de los movimientos eclesiales en las Iglesia locales. En este contexto se ha dado gran espacio a la evaluación del Encuentro del Papa con los Movimietos eclesiales y las nuevas comunidades, valiosa base para presentar a los movimientos como un don y valorar sus recursos pedagógicos y misioneros.

Ministerios laicales y laicos dedicados a tiempo pleno a ser agentes pastorales. Se ha intensificado la reflexión sobre el “sensus Ecclesiae” y el “sentire cum Ecclesia” que deben caracterizar sus actividades.

Consejos pastorales y actuación de los laicos en la catequesis.

Necesidad de una presencia más activa y coherente de los laicos en la vida social, política y cultural.

Promoción de la mujer en la Iglesia.

Pastoral juvenil: itinerarios de anuncio y formación cristiana de los jóvenes; evangelización de los jóvenes “alejados”, Jornadas mundiales de la Juventud, momento privilegiado de evangelización y cómo prolongar sus frutos.

Están anunciadas ya las visitas de los obispos de Australia, Italia, Ghana, Bosnia y Hercegovina, que acudirán al Pontificio Consejo para los Laicos en los primeros meses de 1999.

Otras actividades

S. Em. Card. James Francis Stafford ha asistido a la Asamblea especial para Asia del Sínodo de los Obispos, celebrada del 19 de abril al 14 de mayo sobre el tema “Jesucristo Salvador y su misión de amor y servicio en Asia”; y a la Asamblea especial para Oceanía del Sínodo de los Obispos, que tuvo lugar del 29 de noviembre al 12 de diciembre sobre “Jesucristo: seguir su camino, proclamar su verdad, vivir su vida”.

Del 28 de septiembre al 5 de octubre, el abogado Guzmán Carriquiry mantuvo conversaciones en Santiago de Chile con dirigentes de los Movimientos eclesiales locales y responsables de organismos pastorales.

Del 17 al 19 de diciembre , S.E. mons. Stanislaw Rylko, invitado a ir a Rusia para la presentación de la Exhortación pastoral Christifideles laici en lengua rusa, se entrevistó con laicos y sacerdotes de Moscú y San Petersburgo.

Invitado por la Comisión episcopal de Laicos de la Conferencia episcopal mexicana, del 13 al 22 de diciembre el abogado Guzmán Carriquiry mantuvo una serie de contactos en Ciudad de México y Mérida con dirigentes, asistentes eclesiásticos y miembros de movimientos eclesiales y también con juristas, profesores y empresarios.

Contactos con asociaciones y movimientos

En el primer semestre de 1988, el Pontificio Consejo para los Laicos tuvo contactos muy frecuentes con los movimientos encargados de la organización del Congreso mundial de movimientos eclesiales y del Encuentro del Papa con los movimientos eclesiales y nuevas comunidades, celebrados en el mes de mayo. Además:

  • S.E. mons. Stanislaw Rylko y la dra. Luciene Sallé recibieron el 2 de febrero a los dirigentes del Movimiento Mundial de Trabajadores Cristianos (MMTC).
  • El 3 de marzo visitaron el dicasterio los dirigentes del Movimiento Internacional de Apostolado de Ambientes Sociales Independientes (MIAMSI).
  • El 27 de marzo, S.E. mons. Stanislaw Rylko y la dra. Lucienne Sallé recibieron a los responsables del Movimiento Internacional de la Juventud Agrícola y Rural Católica (MIJARK).
  • El abogado Guzmán Carriquiry tomó parte en el Congreso sobre “Actividad deportiva y libertad espiritual” organizado por la Federación Internacional Católica de Educación Física y Deportiva (FICEP), que tuvo lugar en la sede de la UNESCO de París los días 14 y 15 de abril.
  • El 26 de abril, S.Em. el card. James Francis Stafford presidió los Ejercicios Espirituales de la Fraternidad de Comunión y Liberación (CL), celebrados en Rímini.
  • S.E. mons. Stanislaw Rylko tomó parte en la 21ª Convocación nacional de la Renovación en el Espíritu de Italia, que tuvo lugar en Rímini del 30 de abril al 3 de mayo sobre el tema “Impulsados por el Espíritu Santo hacia el Jubileo del 2000”.
  • La dra. Lucienne Sallé asistió a la 2ª Asamblea electiva de la Confederación Mundial de ex-alumnos y ex-alumnas de Don Bosco, celebrada en Roma del 1 al 5 de mayo.
  • La dra. Lucienne Sallé tomó parte en el 77º Comité ejecutivo de Caritas Internationalis, que se reunió en Roma del 5 al 7 de mayo.
  • La dra. Lucienne Sallé asistió a la reunión del Comité de continuidad de la Conferencia de Organizaciones Internacionales Católicas (OIC) que tuvo lugar en París del 23 al 25 de mayo.
  • S.E. mons. Rylko y el abogado Guzmán Carriquiry representaron al dicasterio en el 8º Encuentro internacional de la Catholic Fraternity of Charismatic Covenant Communities and Fellowships, celebrado en Roma los días 30 de mayo-6 de junio.
  • El 3 de junio S.Em. el card. James Francis Stafford y la dra. Lucienne Sallé recibieron a los dirigentes de la Federación Internacional de Hombres Católicos (FIHC), que han conmemorado este año el 50º aniversario de fundación.
  • Tras la celebración del 50º aniversario de fundación de la Oficina Internacional Católica de la Infancia (BICE), S. Em. el card. James Francis Stafford recibió a los dirigentes de la asociación el 3 de junio.
  • Los directivos de la Coordinación Internacional de la Juventud Obrera Cristiana (CIJOC) visitaron el Pontificio Consejo para los Laicos el 8 de junio.
  • El 26 de junio S.Em. el card. James Francis Stafford y la dra. Lucienne Sallé recibieron a los dirigentes del Movimiento Internacional del Apostolado de la Infancia (MIDADE). La conversación se centró en la preparación del 10º Encuentro Internacional del Movimiento, celebrado en Dakar (Senegal) del 5 al 20 de septiembre. Tema del Encuentro: “Mundializar la paz, la justicia, la esperanza. Los niños, constructores de un futuro para todos”.
  • El dr. Lucas Tuninetti participó en la asamblea del Forum Europeo de Comités Nacionales de Laicos, celebrado en Bratislava del 26 de junio al 2 de julio sobre: “Reconciliación: tensiones socio-económicas en Europa y respuesta de la Iglesia”.
  • Los días 18-20 y 20-22 de agosto, en La Thuile (Aosta) el abogado Guzmán Carriquiry y S.E. mons. Stanislaw Rylko tomaron parte respectivamente en la reunión del Consejo Internacional de Comunión y Liberación y en los Ejercicios espirituales de sacerdotes que viven la experiencia del Movimiento.
  • S.Em. el card. James Francis Stafford, S.E. mons. Rylko y el abogado Guzmán Carriquiry representaron al dicasterio en la celebración del 30º aniversario de fundación de la Comunidad de San Egidio. Además, el card.Stafford participó en el 12º Encuentro para la Paz orgnizado por dicha Comunidad en Bucarest (Rumanía) los días 30 de agosto-1 de septiembre sobre el tema: “La paz es el nombre de Dios - Dios, el hombre, los pueblos”.
  • El 2 de septiembre S.E. mons Stanislaw Rylko y la dra. Lucienne Sallé recibieron a los dirigentes de la Unión Mundial de Organizaciones Femeninas Católicas (UMOFC).
  • Los días 2 y 3 de septiembre la dra. Lucienne Sallé tomó parte en el encuentro de reflexión y amistad celebrado en Roma por el Forum Internacional de Acción Católica (FIAC), la Federación Internacional de Hombres Católicos (FIHC), y la Unión Mundial de Organizaciones Femeninas Católicas (UMOFC), sobre “A la escucha del Espíritu Santo, hacia el tercer Milenio”.
  • El 12 de septiembre S.E. mons. Stanislaw Rylko intervino en el Seminario internacional organizado en Roma por la Conferencia Internacional Católica del Escutismo (CICS) para conmemorar su 50º aniversario de fundación. Tema de las reuniones: “CICS, de la historia al futuro, identidad y dedicación”.
  • Con decreto del 7 de octubre de 1998, el Pontificio Consejo para los Laicos reconoció la Comunidad Papa Juan XXIII como asociación internacional privada de fieles, de derecho pontificio, con personalidad jurídica, de acuerdo con los cánones 298a y 321-329 del Código de Derecho canónico. Al mismo tiempo, el dicasterio aprobó “ad experimentum” por cinco años los Estatutos y la Carta de fundación que son parte integrante de la misma. Fundada en Rímini por Don Orestes Benzi como familia espiritual formada por personas de distintos estados de vida y edades, que se proponen seguir a Cristo pobre, siervo, dolorido compartiendo la vida de los últimos, la Comunidad promueve y dirige obras de ambiente familiar para la atención de minusválidos y personas en dificultad, comunidades terapéuticas para la recuperación y reinserción de drogadictos, centros de primeros socorros para necesidades inmediatas, cooperativas sociales dedicadas a actividades educativas y a la integración de personas minusválidas, centros de primera acogida de prostitutas que desean dejar la calle y, sobre todo, de mujeres que han sido introducidas en la prostitución con engaño o violencia, poliambulatorios gratuitos, casas de oración.
  • S.Em. el card. James Francis Stafford tomó parte en la 9ª Conferencia Internacional de líderes carismáticos, organizada en Fiuggi del 26 al 31 de octubre por los International Catholic Renewal Services (ICCRS).
  • El p. Fernando Vérgez representó al dicasterio en el 10º encuentro mundial de la Federación Internacional de Movimientos Rurales Católicos de Adultos (FIMARC), que tuvo lugar en Miajadas (Cáceres - España) del 19 de octubre al 7 de noviembre. Tema: “Mirando al tercer milenio reafirmamos nuestro compromiso y lucha al servicio de un desarrollo armónico que respete la dignidad de todos”.
  • La dra. Lucienne Sallé asistió a la asamblea estatutaria de la Federación Internacional de Empleadas de sacerdotes (FIAP), celebrada en Estrasburgo del 9 al 13 de noviembre.
  • El 10 de noviembre S.Em. el card. James Francis Stafford y mons. Renato Boccardo recibieron a la Presidenta y a la Directora de la Asociación Mundial de Guías y Escoltas acompañadas por las dirigentes de la Conferencia Internacional Católica de Guías (CICG).
  • Con decreto del 1 de diciembre de 1998, el Pontificio Consejo para los Laicos reconoció como asociación internacional privada de fieles, de derecho pontificio, con personalidad jurídica, la Fraternidad Carlos de Foucauld y aprobó sus Estatutos “ad experimentum” para un período de cinco años. Miembro de la gran familia Asociación Carlos de Jesús, Padre de Foucauld, fundada en la diócesis de Bayona (Francia), la Fraternidad está formada por mujeres que han hecho la opción de vivir por Dios en virginidad, sencillez y compartiendo la vida con pobres y pequeños.

El dicasterio ha sido informado de la preparación y realización de la asamblea general de la Federación Internacional de Comunidades de la Juventud Católica Parroquial (FIMCAP), celebrada en Durban (Suráfrica) los días 12-18 de julio; del 2º encuentro continental europeo del Forum Internacional de Acción Católica (FIAC), que tuvo lugar del 31 de julio al 2 de agosto en Iasi (Rumanía), sobre “Qué cristianos y qué comunidades cristianas: signo de esperanza para Europa”; de la conferencia anual del Apostolado Militar Internacional (AMI), celebrada en Blankenberg (Bélgica) del 14 al 20 de septiembre; del 16º congreso mundial del Comité Internacional Católico de Enfermeras y Asistentes Médico-Sociales (CICIAMS), organizado en Taipei en el mes de septiembre; del mítin europeo de la Asociación Internacional Rural Católica (ICRA), celebrado en Polonia del 3 al 6 de octubre; del 11º Congreso mundial de la Organización Mundial de Ex-Alumnos y Ex-Alumnas de la Enseñanza Católica (OMAAEEC), que tuvo lugar en Lisboa (Portugal) del 28 de octubre al 1 de noviembre; de la asamblea de Delegados de la Asociación Internacional de la Caridad (AIC), celebrada en Querétaro (México) del 17 al 23 de noviembre.

Primer Congreso Internacional de cofradías y religiosidad Popular

Entre las iniciativas que animarán el camino hacia el Gran Jubileo figura el 1º Congreso internacional de Cofradías y religiosidad popular que se celebrará en Sevilla (España) del 28 al 31 de octubre de 1999. Convocado por el arzobispo de Sevilla con el patrocinio del Pontificio Consejo para los Laicos, el congreso se articulará en torno a tres temas fundamentales: “Desarrollo de las cofradías desde los orígenes al Concilio Vaticano II”, “Las cofradías en la Iglesia de hoy”, “Las cofradías y la nueva evangelización”. Además, serán objeto de reflexión la valoración de la religiosidad popular y la necesidad de pastoral adecuada a las cofradías.

Entre los instrumentos de trabajo del congreso, indicamos la Carta pastoral de S.E. mons.Carlos Amigo Vallejo “Fe cristiana y religiosidad popular”, publicada con ocasión de la asamblea diocesana de las cofradías de Sevilla (13 de octubre 1997 - 6 de junio de 1998).

Durante la visita “ad limina” de los obispos de Andalucía en el mes de julio, fue presentada al Santo Padre la iniciativa del congreso, sobre ella se dialogó con el Pontificio Consejo para los Laicos y se expuso a varios interlocutores italianos interesados sobre todo en la atención pastoral de las cofradías.

Las cofradías que deseen tomar parte en dicho congreso internacional pueden acudir directamente a la Comisión organizadora:

Consejo General de Hermandades y Cofradías de Sevilla
c/o San Gregorio, 26
E - 41004 SEVILLA
tel. +34 95-421.59.27 fax +34 95-422.84.42

Pontificio Consejo para los Laicos
S.Em. Card. James Francis Stafford, Presidente
S.E. Mons. Stanislaw Rylko, Secretario
Avv. Guzmán Carriquiry, Subsecretario
Mons. Renato Boccardo, Responsable de la Sección de Jóvenes

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  • Roma 30 maggio Â’98. El Papa y los movimientos.
  • Juntos Redescubrir el bautismo (Laicos hoy, 1)
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Juntos por los caminos de Europa. Actas del tercer Convenio europeo de pastoral juvenil (Jóvenes, 1)

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