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 Pontifical Council for the Pastoral Care of Migrants and Itinerant People

People on the Move

N° 97, April 2005 

 

LA Declaración de Buenos Aires*

 

Los y la srepresentantes de la Pastoral de la Movilidad Humana, de Argentina, Brasil, Bolivia,  Chile, Colombia, Ecuador, Paraguay, Perúy Uruguay, conlapresencia del Secretario del Pontificio Consejo de la Pastoral para los Emigrantes e Itinerantes, reunidosen Buenos Aires,del 3 al 5 de agosto de 2004, en el Encuentro Regional Sudamericano, organizadopor la Sección de Movilidad Humana delConsejoEpiscopal Latinoamericano (CELAM) presentan el siguiente pronunciamiento: 

Considerando:

Los aportes y propuestas de la Declaracióndelas ComisionesNacionalesdePastoraldelaMovilidadHumana delospaíses sudamericanos y de laDeclaraciónde Quitodelas organizacionesde la sociedadcivil deVenezuela, Colombia,Ecuador,Perú,Bolivia,Brasil, Paraguay, Chiley Argentina,presentadosen laIIIConferencia Sudamericana sobreMigraciones,realizadaen Quito,Ecuador, en agostode 2002.

Los temasy principios éticospropuestosen laDeclaracióndelos ObisposPresidentesdelas ComisionesEpiscopales dePastoralMigratoria delospaíses delMERCOSURy países asociados,Boliviay Chile, alosrepresentantesdelos Gobiernos Sudamericanosreunidos enlaIV Conferencia Sudamericana sobreMigraciones,realizada enMontevideo,República Oriental delUruguay, ennoviembrede 2003.

La afirmaciónde la Santa Sede,en la InstrucciónLa Caridadde CristohacialosEmigrantes,que "los trabajadoresmigrantesnopueden serconsiderados comouna mercancía, o comomerafuerza detrabajo,y que,portanto,no debensertratados comoun factorcualquiera deproducción. Todomigrante gozadederechosfundamentales inalienablesque debenserrespetados en cualquier situación"y su recomendacióndeque los Gobiernosratifiquenla "ConvenciónInternacionalsobrelaproteccióndelos derechos de todoslos trabajadores migratoriosy de susfamiliares",que entró en vigencia el 1°deJulio de 2003[1].

Lanecesidadde seguir avanzando enla definicióndepolíticasy leyesque respondanalasnuevas exigenciasdelosmovimientos migratoriosregionalesy que seanacordes alos instrumentosinternacionalesdeprotección de los migrantes y refugiados, como de los derechos humanos en general.

El aporte de los emigrantes a sus familiares y a la economía de los países de origen, a través de las remesas, y las dificultades y costos asociados al envió de las mismas.

La necesidad de dar continuidad al diálogo entre las instancias de los Gobiernos y las organizaciones de la sociedad civil y la Iglesia en materia de migración y en la definición e implementación de políticas públicas tendientes a favorecer la calidad de vida también de los migrantes y refugiados.

Las políticas y leyes restrictivas de algunos países que generan la situación de irregularidad de muchos migrantes y el aprovechamiento de grupos delictivos e inescrupulosos que trafican con ellos, engañándolos y lucrando con sus vidas.

La situación de conflicto en Colombia, el aumento de la violencia y el abuso de los derechos humanos de los migrantes y refugiados en nuestros países, la falta de sensibilidad en su atención en los servicios públicos, el maltrato en las zonas de frontera y el incremento del tráfico y trata de personas. 

Reconocemos:

Los avances que se produjeron en el espacio de las Conferencias Sudamericanas de Migración, realizadas por los Gobiernos de la Región, en materia de definición de políticas consensuadas en la defensa y protección de los derechos humanos de los migrantes y sus familiares, la libre movilidad de personas en la región sudamericana y la asistencia a los nacionales de nuestros países fuera de la región.

El avance que representa la ratificación por parte de los Parlamentos de Brasil y Argentina del Convenio de Libre Residencia para los nacionales de los países del MERCOSUR, firmado por los Presidentes de los países miembros.

Los avances en los espacios de participación y diálogo entre Gobiernos, Iglesia y sociedad civil en la temática migratoria y de refugio. 

Proponemos que los Gobiernos de los países de Sudamérica:

Armonicen las leyes nacionales de migración con el espíritu y las disposiciones de las Convenciones y Acuerdos internacionales en materia de protección de los derechos de los migrantes, refugiados y sus familias e implementen su aplicación.

Ratifiquen, los países que aún no lo han hecho, la "Convención Internacional sobre la protección de los derechos de todos los trabajadores migratorios y de sus familiares", que entró en vigencia el 1° de Julio de 2003.

Ratifiquen los acuerdos y compromisos asumidos a nivel regional en materia de libre movilidad de las personas.

Faciliten la regularización migratoria, agilizando los mecanismos de gestión, particularmente en lo referente a los plazos administrativos a la obtención de los documentos que acrediten nacimiento y antecedentes, la disminución de los aranceles consulares y una mayor coordinación, en cada país de la región, entre las instancias de Gobierno encargadas de su implementación.

Adopten políticas y mecanismos adecuados a favor de los migrantes y desplazados que viven en situación de mayor vulnerabilidad. Se tenga en cuenta, además, el principio de la "no devolución" cuando hay riesgo de pérdida de la propia vida.

Definan y apliquen estrategias en contra de la trata de personas y de protección a las victimas.

Implementen políticas oficiales que regulen y faciliten el envió de las remesas de los emigrantes y disminuyan sus costos. 

Nos comprometemos:

Los y las participantes en el Encuentro renovamos nuestra disponibilidad de colaborar y acompañar los procesos de implementación de medidas y políticas a favor de los migrantes y refugiados y la defensa de sus derechos y su dignidad humana.

 
* En ocasión delEncuentro sudamericanodePastoraldemovilidad humana: CELAM,Lujan, Argentina, 2-5 de agosto de 2004
[1] PontificioConsejode laPastoralpara losEmigrantes eItinerantes, Instrucción “La caridadde Cristohacialos Emigrantes”  Mayo 2004, 5-6.

 

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