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 Pontifical Council for the Pastoral Care of Migrants and Itinerant People

People on the Move

N° 102, December 2006

 

 

Pronunciamiento del Presidente de la

Conferencia Episcopal Colombiana 

 

 

Arzobispo Luis Augusto Castro Quiroga

 

En el espíritu de la Navidad, que es siempre fuente de renovación y esperanza, al analizar las diferentes manifestaciones de violencia, las dificultades políticas e institucionales por las que atraviesa el país, así como las lamentables condiciones humanitarias, de pobreza e injusticia social que viven millones de colombianos y colombianas, la Comisión de Paz de Iglesia manifiesta:

     1. La verdad representa una condición para curar las heridas de la violencia y restituir la dignidad a las víctimas, victimarios y la sociedad en general, en un escenario democrático transparente y con instituciones judiciales eficaces en sus investigaciones, imparciales en sus juicios y libres de todo tipo de presiones.

     2. La Iglesia Católica ha estado y estará dispuesta a facilitar y acompañar a todos los procesos que conducen a la construcción de una Colombia reconciliada y en paz, para ayudar a superar las dificultades, juicios e intereses que generalmente constituyen el obstáculo para la construcción de la paz con justicia social.
      3. La corrupción política es una de las más graves deformaciones del sistema democrático, porque traiciona los principios de la moral y las normas de la justicia social. Por tal razón, es nuestro deber como pastores rechazar cualquier forma de penetración ilegal y corrupción al interior del Estado.

     4. La Comisión de Paz de Iglesia respalda y anima los esfuerzos que se adelantan actualmente por purificar y profundizar la legitimidad de las instituciones democráticas en Colombia. Este propósito requiere transparencia y voluntad política.

     5. Exhortamos al Gobierno Nacional y al Ejército de Liberación Nacional a continuar sin vacilación por el camino del diálogo, con definiciones sustantivas y acuerdos de carácter humanitario que den fortaleza y sostenibilidad al proceso.

     6. Instamos a los grupos de autodefensa, a sus miembros desmovilizados y a aquellos que se rehúsan a abandonar la violencia armada, para que se respete el sagrado derecho a la vida, retomen con transparencia los espacios de solución política y aprovechen esta oportunidad histórica para la verdad y la reparación como pasos indispensables para la paz y la reconciliación nacional.

     7. Hacemos un llamado urgente al Gobierno Nacional y a las FARC-EP para que, como señal clara de una voluntad de paz, restablezcan los canales que conduzcan a la concreción de un acuerdo humanitario por quienes hoy se encuentran injustamente privados de la libertad.

     Que en esta Navidad, el Niño de Belén bendiga a Colombia y le de la paz anhelada.


Bogotá, D.C., 13 de diciembre de 2006 

 

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