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 Pontifical Council for the Pastoral Care of Migrants and Itinerant People

People on the Move

N° 108 (Suppl.), December 2008

 

 

Entrevista DE RADIO VATICANO

al Arzobispo Agostino Marchetto

 

En los días 26 y 27 de noviembre próximo se celebrará el Primer Encuentro Internacional de Pastoral de los sin techo en las oficinas del Consejo Pontificio para la Pastoral de los Emigrantes e Itinerantes. El tema será: "En Cristo y con la Iglesia al servicio de los sin techo”. Estarán presentes unas 50 personas que representarán a 29 países y 4 continentes. 

1. ¿Cuál es el objeto de este encuentro y quiénes están implicados en este campo de la pastoral?

Este Encuentro es el tercero, de una trilogía de Congresos internacionales de los distintos campos de la pastoral realizada por el sector de este Consejo que se dedica al Apostolado de la Carretera (Calle). El primero, sobre los niños de la calle, se llevó a cabo en Roma, en octubre de 2004; a éste siguió otro sobre la liberación de las mujeres de la calle, en junio de 2005. Como lo hemos hecho en los encuentros anteriores, vamos a reunir nuevamente a varios agentes de pastoral comprometidos en esta área especial de apostolado con sus varios aspectos y realidades. La presencia de esas personas procedentes de 28 países significa que estamos tratando un fenómeno global, aunque se manifiesta de muchísimas formas.

Se espera que nuestro trabajo y nuestras deliberaciones en esos días darán a los agentes de pastoral la oportunidad de:

  • Discutir sobre las distintas experiencias, metodologías, éxitos y dificultades.
  • Examinar las diferentes realidades globales y locales que producen el fenómeno de los sin techo.
  • Descubrir nuevas maneras de promover la dignidad de la persona humana en los que viven en la calle.
  • Encontrar nuevos modos de colaboración con algunos organismos del Estado y con los agentes voluntarios de esta pastoral.
  • Reforzar la conciencia eclesial de la presencia de los sin techo entre nosotros y animar a las comunidades locales a ser lugares de acogida para esas personas.
  • Ampliar la visión de nuestro Consejo Pontificio en su comprensión de la pastoral de los sin techo y del apoyo y el estímulo que puede ofrecer en el futuro a los que están comprometidos en este apostolado, especialmente a través de las Conferencias Episcopales y de sus Comisiones Nacionales de pastoral de la movilidad humana.

2. ¿Cuál es la situación actual de esas personas (de los sin techo)?

He aquí la definición de "persona sin techo" que podemos aceptar: "Una persona que padece una pobreza material y personal, en una situación compleja, variada y cambiante de miseria", que se revela claramente en la carencia de un techo.

Es importante recordar que, como fenómeno global, es difícil hablar de la carencia de un techo de un modo sencillo y definido, pues se manifiesta de muchas maneras. Es fácil dar un estereotipo de una persona sin techo, utilizando palabras como barbone, clochard, hobo, tramp, etc., pero, en realidad, la persona sin techo se presenta de muchas y complejas maneras, que dependen, por lo general, de una gran variedad de causas que la llevan a vivir en la calle. Para algunos, se trata de una experiencia que dura poco tiempo, mientras para otros representa una manera de vivir estable y a veces elegida. A menudo, los más pobres están más marginados, reciben menos instrucción y son los más vulnerables y, por tanto, tienen mayor peligro de quedarse sin techo. El bajo grado de alfabetización y la incompetencia profesional, la adicción al alcohol o a la droga, los problemas crónicos de salud, la enfermedad mental y la excentricidad son muy comunes. Están también los jóvenes que llevan una 'dura' existencia para lograr una nueva vida. Muchos otros se ven atrapados en la trampa de la pobreza de larga duración, que disminuye la autoestima y afecta las expectativas y las motivaciones. Aunque las personas sin techo constituyen un grupo que no es nada homogéneo, tienen sus propios 'valores', comportamientos y expectativas característicos. Entre algunos de los sin techo se nota una indisposición o una incapacidad para comportarse según las convenciones sociales: se trata de una común y obvia defensa contra la marginación y el rechazo. Muchas de estas manifestaciones sirven sólo para hacerlos precipitar al margen de la sociedad. 

3. ¿Qué está haciendo la Iglesia por los sin techo?

La Iglesia ha tratado de ver la presencia de Cristo especialmente en los más pobres y marginados, y ha procurado, en el transcurso de la historia, responder también a las necesidades de los sin techo. En su vida pública, Jesús se encuentra con los que están en el camino y en la calle. Por eso, hoy, la Iglesia sigue encontrándose con ellos para responder a esa gran primera necesidad: darles abrigo, comida y vestido.

Nuestro encuentro representa muchas facetas de la respuesta de la Iglesia: son sacerdotes, religiosos y laicos; congregaciones religiosas y órdenes; institutos de vida apostólica y voluntarios que se comprometen. No hay que olvidar la colaboración y participación de muchos cristianos en organizaciones del Estado comprometidas en la ayuda a los sin techo.

La Iglesia responde no sólo con la satisfacción de las necesidades básicas, naturalmente, sino viendo a Cristo en cada persona y promoviendo así su dignidad humana, ayudándoles, con el debido respeto, a descubrir la riqueza del Evangelio de Jesucristo y de los Sacramentos de salvación. En toda persona que vive en la calle, ella ve no sólo la falta de un techo, sino de un hogar, así como las privaciones que se derivan a raíz de esa carencia. Esto significa acompañar a las personas, en lo posible, en su camino, no sólo para que vean satisfechas sus necesidades básicas, sino también para que, recuperada su dignidad, participen plenamente en la familia humana y, en la medida de lo posible, en la familia eclesial.

 

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