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CARTA DEL CARDENAL ANGELO SODANO
A MONSEÑOR SÉRAPHIN ROUAMBA,
PRESIDENTE DEL CONSEJO DE ADMINISTRACIÓN
DE LA FUNDACIÓN "JUAN PABLO II PARA EL SAHEL"

 

 


Excelencia: 

Hace veinticinco años, el 10 de mayo de 1980, el Santo Padre hizo, desde Uagadugu, un solemne llamamiento en favor de las poblaciones gravemente afectadas por la sequía y la progresiva desertización del Sahel. Al recordar este significativo acontecimiento, desea expresar sus sentimientos de viva gratitud a todos los que, desde diversas partes del mundo, han respondido rápidamente a su invitación y han cooperado con generosidad en su solicitud en favor de las numerosas personas que se encuentran en condiciones realmente precarias.

El llamamiento del Papa suscitó gran número de iniciativas concretas y eso llevó a la creación de la fundación vaticana Juan Pablo II para el Sahel, que Su Santidad encomendó a la administración directa de representantes de los Episcopados de los nueve países implicados, mientras que la representación legal fue confiada al presidente del Consejo pontificio "Cor unum".

Veinticinco años después, se pueden constatar los frutos de esta institución providencial y las ayudas que, gracias a ella, ha sido posible proporcionar a las poblaciones del Sahel. En efecto, el trabajo eficaz e intenso de la Fundación ha permitido financiar una cantidad notable de proyectos, que han merecido por doquier una aprobación y un aprecio unánimes por los resultados logrados.
El deseo que el Santo Padre formula de todo corazón en esta feliz circunstancia es que estas realizaciones prosigan con creciente y renovado empeño para sostener a las comunidades que se benefician de ellas, permitiéndoles ser cada vez más responsables de su desarrollo armonioso e integral.

Por desgracia, a pesar del empeño de los Gobiernos de los países africanos de la zona del Sahel y de la comunidad internacional, la situación de esas regiones sigue siendo preocupante. Por eso, el Santo Padre aprovecha esta ocasión para renovar su llamamiento, estimulando los esfuerzos realizados para superar los numerosos problemas y las numerosas necesidades que persisten aún por lo que atañe a los recursos disponibles, lamentablemente insuficientes. Basta pensar en el problema del agua, especialmente del agua potable. El Papa estimula todos los esfuerzos encaminados a favorecer una distribución más equitativa de los recursos hídricos, acompañados de políticas ambientales adecuadas.

El Santo Padre desea que este aniversario constituya la ocasión propicia para suscitar un renovado impulso de solidaridad, con el fin de garantizar a la meritoria fundación Juan Pablo II para el Sahel medios adecuados que le permitan proseguir con éxito su misión de solidaridad humana y cristiana, respondiendo a las expectativas de los pobres. Es preciso recurrir a la "creatividad de la caridad" de la que habló Su Santidad, al final del gran jubileo del año 2000, en la carta apostólica Novo millennio ineunte (n. 50).

Recordando con profunda gratitud la obra del difunto cardenal Zoungrana, que fue presidente del consejo de administración de la Fundación, así como el celo ardiente de todos sus sucesores, y en particular de monseñor Guy Romano, el Sumo Pontífice dirige a vuestra excelencia fervientes deseos de una actividad fecunda. Lo anima a usted, así como al consejo de administración, a proseguir con confianza el trabajo emprendido y, asegurándoles su cercanía espiritual y su oración constante, imparte de corazón a todos una particular bendición apostólica, en prenda de abundantes favores divinos.

Excelencia, le expreso mis mejores y más cordiales sentimientos en el Señor.

Vaticano, 8 de febrero de 2005

Cardenal Angelo SODANO
Secretario de Estado de Su Santidad

 

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