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CARTA DEL CARDENAL TARDINI,
Señor Presidente General: No he dejado de poner ante la vista de Su Santidad la carta filial que le habéis dirigido la víspera de la fiesta de Navidad. El Padre Santo la ha leído personalmente con especial interés y me ha encargado os exprese su viva satisfacción. El Padre Común se congratula con Vos del constante progreso y notable desarrollo de la gran Institución que es la Sociedad de San Vicente de Paúl. La creación de Consejos particulares y centrales en nuevos puntos del globo y la incorporación de nuevas Conferencias al Consejo General son pruebas tangibles de ello, lo cual el Sumo Pontífice se complace en destacar. También le agrada subrayar la adaptación de que dais prueba frente a las nuevas condiciones en que debe practicarse la caridad del católico de nuestros días; en este esfuerzo hay que hacer una mención especial de la feliz iniciativa de las Conferencias de naciones más favorecidas, que adoptan espiritualmente a los grupos que se crean en los países en vías de desarrollo. Esa es una realización digna de elogio y de los más vivos estímulos. Por otra parte, el Sumo Pontífice se alegra, de manera muy especial, del lugar cada vez mayor que ocupan los jóvenes en las Conferencias de San Vicente de Paúl. Ello es —como se complace en subrayar— una señal del cielo, que llena el corazón del Padre Común de una gran esperanza, al año de celebrarse el tercer centenario del gran Apóstol de la caridad, bajo cuyo patrocinio se ejerce vuestro apostolado. Con estos sentimiento, el Padre Santo os concede, de todo corazón, a Vos a los miembros del Consejo General y a todos vuestros hermanos, en prenda de la abundancia de las gracias divinas, una copiosa Bendición Apostólica. Dichoso de trasmitiros este precioso mensaje, os doy las gracias por los votos de vuestra amable carta y con mis mejores deseos me reitero vuestro devotísimo, DOMENICO Cardenal TARDINI
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