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CARTA DEL SECRETARIO PAPAL, CARD. AGOSTINO CASAROLI,
EN NOMBRE DEL SANTO PADRE,
AL SECRETARIO GENERAL DE LA ASOCIACIÓN
CATÓLICA INTERNACIONAL
PARA LA RADIODIFUSIÓN Y LA TELEVISIÓN (UNDA)

 

Querido padre Desautels:

Estando reunidos en Manila en asamblea general los representantes de las Asociaciones nacionales de la UNDA mundial, el Santo Padre desea expresar a usted y a todos los participantes su profundo interés pastoral y su cercanía a través de la oración.

Su Santidad se complace de tener esta oportunidad para alentar a usted y a los miembros de la UNDA de todo el mundo, a que prosigan su valioso apostolado que juega un papel tan vital en la misión evangelizadora de la Iglesia. Las palabras que os dirigió con ocasión de las bodas de oro de la Asociación, siguen vigentes: "Tened la seguridad de que son imprescindibles en el mundo de hoy vuestros trabajos y afanes. La Iglesia os necesita, os estima, cuenta confiadamente con vosotros en el campo especializado de vuestro servicio a la fe católica" (Mensaje del 25 de octubre de 1978; L'Osservatore Romano, Edición en Lengua Española, 12 de noviembre de 1978, pág. 10).

La necesidad de un testimonio cristiano vigoroso, de una implicación católica activa y de la presencia de la Iglesia de Cristo y del Evangelio de Cristo en el mundo de la comunicación de masas, se ha puesto de relieve una vez más en el Sínodo de los Obispos que acaba de concluirse en Roma. Los padres sinodales hablaron en sus intervenciones reiteradamente del gran impacto de la radio y la televisión en la familia moderna, resaltando el poder e influencia de los medios de comunicación para bien o para mal, en la vida de cada uno de los miembros de la familia.

Después de estos días que habéis pasado estudiando el papel de la UNDA en los medios de comunicación de todo el mundo, estáis en excelente situación para reflexionar sobre vuestras actividades en relación con la familia. De este modo, como Organización católica internacional, oficialmente reconocida, contribuiréis a encontrar soluciones concretas para los problemas de que hablaron los padres sinodales en la última Asamblea.

Por tanto, la pregunta planteada a vuestra consideración es ésta: ¿Qué papel correspondería a la UNDA y a sus miembros en los años 80?; y más concretamente, ¿qué se podría hacer en los tres años que van desde esta asamblea general a la próxima, para garantizar que el alimento proporcionado a las familias del mundo por la radio, la televisión y los demás medios de comunicación, sea de verdad sano y beneficioso?; ¿qué podríais hacer para promover eficazmente los valores cristianos en los programas transmitidos por las ondas?

Se entiende bien que no es fácil responder a estos interrogantes por el hecho de que muchos de los factores implicados en los mismos están fuera de vuestro control inmediato. Sin embargo, vuestra Organización puede contribuir en gran medida a planificar el porvenir de las emisiones. Podéis influir en las filas de los profesionales con vuestra presencia y con el respeto que os ganéis por la calidad de vuestras producciones, con la atención pastoral a los agentes de la comunicación y también con vuestra colaboración en la formación de la opinión pública, incluidos los esfuerzos por preparar a quienes reciben la información, para que utilicen con provecho los medios que se les brindan. Que vuestras, deliberaciones os ayuden, con el auxilio de Dios en estos y otros esfuerzos importantes, a conseguir el mayor impacto posible de vuestra colaboración en provecho del Evangelio de Nuestro Señor Jesucristo.

Vuestra asamblea general se está celebrando esta vez en el corazón del "mundo en vías de desarrollo". Es ésta una circunstancia muy acertada porque indica la importancia que la UNDA atribuye a sus muchos miembros (que siguen aumentando) de Asia, África y Oceanía. Al mismo tiempo premia merecidamente a los miembros numerosos y excelentes que .sirven a la Iglesia en esos países con tanta dedicación y competencia.

Es también satisfactorio ver que el Congreso actual está teniendo lugar en estrecha conexión con la asamblea plenaria de la Organización Internacional Católica OCIC, hermana de la UNDA. El propósito laudable de las dos Organizaciones de fomentar colaboración mutua más intensa, ha quedado más evidenciado ahora al asumir conjuntamente la iniciativa del grupo "Media", puesta en marcha hace poco con el propósito de promover y coordinar el uso mundial de los varios medios audiovisuales en proyectos de evangelización y catequesis. La Santa. Sede aplaude y alaba esta cooperación fraterna creativa y generosa, y alienta este compartir la responsabilidad en los casos en que garantice que los medios se conservan mejor o se alcanzan resultados más provechosos de los que se alcanzarían llevando a efecto individualmente los propósitos.

Si acaso se viera, a la luz del cambio de circunstancias, la necesidad de reestructurar las Organizaciones católicas de los medios de comunicación a fin de servir mejor a la causa de la evangelización, se recomienda que todo cambio sustancial se haga después de largo y cuidadoso estudio de los elementos pertinentes, y se ponga en práctica durante un período de prudente experimentación y evaluación concienzuda. El criterio último debe permanecer siempre: ¿Qué tipo de actividad servirá mejor para anunciar el mensaje salvífico de Cristo? ¿Qué tipo de acción cuadrará mejor a la causa de la evangelización de todo el mundo?

En los momentos actuales la radio está llamada a asumir crecientes responsabilidades en la proclamación de la Palabra de Dios a las naciones. Es evidente que se dan ciertas circunstancias en que los mass-media proporcionan el único instrumento capaz de anunciar el Evangelio a amplios sectores de los habitantes del mundo. Por ello, el Papa mira a vosotros, miembros de la UNDA, con gran esperanza y expectación. Os exhorta con las palabras del Evangelio a "ir delante del Señor para preparar sus caminos, para dar la ciencia de la salud a su pueblo" (Lc 1, 76-77).

Su Santidad implora la ayuda de la Santísima Virgen María, Madre de Dios y Madre de la Iglesia, sobre todos los reunidos en Manila. Pide al Espíritu Santo que os dé valentía y coraje en los esfuerzos por construir el Reino de Dios. En el amor del Salvador resucitado os imparte cordialmente su bendición apostólica.

Quiero manifestaros que tengo gran interés por vuestro trabajo y oro por vosotros y os deseo los mejores frutos para el Congreso.

Afectísimo en Cristo.

Cardenal Agostino CASAROLI

 

 

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