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CARTA DEL CARD. AMLETO GIOVANNI CICOGNANI,
EN NOMBRE DEL SANTO PADRE JUAN XXIII,
AL SEÑOR RENÉ PEETERS, PRESIDENTE DEL MIJARC

 

Sr. Presidente:

El Movimiento Internacional de la Juventud Agrícola y Rural Católica no ha querido tener en Roma su IV Asamblea General sin venir a confiar filialmente sus preocupaciones a la benevolencia del Soberano Pontífice.

Tengo la alegría de hacerle saber que el Santo Padre ha agradecido vivamente este gesto tan delicado y que me ha encargado de expresarle con este motivo sus paternales deseos de un feliz desarrollo para sus próximas sesiones.

Los Jóvenes Rurales pueden agradecer a Dios y estar justamente orgullosos del desarrollo tomado por el MIJARC. ¿No es éste debido en buena parte a la clarividencia de los que han tomado la iniciativa en esta agrupación y que han trabajado sin descanso para asegurar su éxito? Ahora que el celoso padre Dujardin, vuestro fundador, y el primer equipo de dirección van a transmitir sus funciones a otros, es bien justo felicitarles por haber servido a la Iglesia y al mundo rural de manera tan generosa y tan lucida. Porque los nuevos dirigentes del MIJARC. alcanzarán mañana una organización floreciente. Extendida por todos los continentes, agrupa sesenta movimientos nacionales, realiza su misión beneficiosa en perfecta fidelidad a las exigencias de las realidades rurales y del cristianismo.

Con este espíritu, la Asamblea de Roma se propone estudiar la situación presente de la juventud rural del mundo, bajo los aspectos materiales, morales y espirituales. Y según las respuestas aportadas por los diferentes movimientos nacionales, precisará las modalidades de la acción del MIJARC en el transcurso de los años próximos en vistas a favorecer la promoción de jóvenes rurales en la comunidad de los pueblos.

Por encima de las fronteras, gracias a vuestra organización, esta juventud ya se conoce entre sí y se ama fraternalmente; por medio de sus ofrecimientos generosos y su entrega personal estos jóvenes no temen ayudarse mutuamente; esta juventud sabe orar y llevar a cabo un trabajo común de organización. Que tal colaboración se continúe y se desarrolle a fin de que el MIJARC suscite cada vez más un gran número de personalidades vigorosas entre sus miembros, con una fe viva y luminosa, competentes en su profesión, generosos en su acción, verdaderos hijos e hijas de la Iglesia y de la tierra, que llevarán frutos sabrosos a los países que tengan la dicha de acogerlos.

En la confianza de que prepararéis este bello porvenir, el Santo Padre invoca una larga efusión de favores divinos sobre todos los miembros del MIJARC; en prueba de los cuales él os envía, así como a los que participan en esta Asamblea General, una particular Bendición Apostólica.

Dichoso de comunicaros estos votos, sírvase usted, señor Presidente, aceptar la expresión de mi religioso adhesión.

A. G. Card. CICOGNANI
Secretario de Estado

 

  
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