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  SAN PABLO

 LOS COMIENZOS DEL MINISTERIO
 

JERUSALÉN: EL ENCUENTRO CON PEDRO

“De allí a tres años”, Saulo va a Jerusalén para conocer a Cefas (de “Piedra”, en griego), con este nombre llamará siempre a Pedro, y permanece “quince días en su compañía”. No cabe duda de que Pedro le enseña la tradición oral relativa a Jesús que Pablo no conoce (cf. 1Co 11, 23-35), y también una interpretación cristológica de los profetas, según las enseñanzas del Maestro a sus discípulos.

La visita es discreta: Pablo vio sólo a otro dirigente de la Iglesia, “Santiago, el hermano del Señor”. Pablo se enriquece espiritualmente junto a la Madre-Iglesia, sin embargo, no consigue integrarse, probablemente a causa de su pasado de zelote. Se salva incluso de un tentativo de asesinato organizado por los judíos de lengua griega. (Hch 9,29-30).

Se dirige a Tarso, donde vuelve a su oficio de fabricar tiendas y sigue proclamando su fe en la sinagoga (Hch 18,3). Son años de madurez personal.

ANTIOQUÍA: COMIENZA LA AVENTURA MISIONERA

A principios de la década de los 40 del siglo I, la Iglesia de Jerusalén envía Bernabé a Antioquía de Siria para que tome en mano esta Iglesia fundada por misioneros helenistas expulsados de Jerusalén. Sale hacia Tarso en busca de la ayuda de Pablo, quien se convierte en uno de los dirigentes de la comunidad , evangelizando con gran éxito. Por primera vez Pablo se aleja del ambiente de la sinagoga y predica también a los griegos. Se forma así una comunidad mixta. La ”invención” del título de cristianos, usado por primera vez en Antioquía, representa uno de los frutos más hermosos de la predicación de Saulo en la ciudad.

De ahora en adelante la Iglesia de Antioquía será el centro de difusión del Evangelio y vivirá independiente del Templo y de la vida Judea.

Esta comunidad de Antioquía dispone de una formación y organización sólidas. Durante una asamblea de oración, la inspiración de la comunidad confirma la vocación personal. Se oye la voz del Espíritu Santo que dice: “Separadme ya a Bernabé y a Saulo para la obra a la que los he llamado”; entonces, la asamblea ora, ayuna, les impone las manos y los envía en misión.

Bernabé y Pablo navegan hacia Chipre. Es el Espíritu Santo quien los envía en esta dirección. Anuncian el Evangelio en las sinagogas del este de la isla, en Salamina, y luego hacia el oeste, en Pafos. Desde este momento Lucas llamará a Saulo con su nombre romano: Pablo, subrayando así que posee todos los requisitos de su misión de ir a las “naciones”.

FUNDACIÓN DE IGLESIAS EN ASIA MENOR…

Inmersión en tierra pagana, más allá del Tauro, en cuatro ciudades estratégicas para Roma, en el camino de Sebastopol. Lucas sitúa el primer importante discurso misionero de Pablo en la sinagoga de Antioquía de Pisidia, nueva colonia romana. Ante la mala acogida que le dispensó la mayoría de los judíos, Pablo se dirige a los paganos. Pablo y Bernabé salen hacia Iconio, Listra y Derbe. Los dos Apóstoles consolidaron las jóvenes comunidades.

Por una parte, animan la vida común entre creyentes procedentes del judaísmo y nuevos convertidos procedentes del paganismo, granjeándose la enemistad de los jefes de las sinagogas donde predican. Por la otra, designan “Ancianos”, según el modelo de la Iglesia de Jerusalén. Tras cumplir esta misión, vuelven a Antioquía de Siria.

 
 

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