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Biblia IntraText - Texto |
1 Del maestro de coro. «No destruyas». De David. Mictán. Cuando Saúl dio orden de vigilar su casa para matarlo.
2 Líbrame de mis enemigos, Dios mío,
defiéndeme de los que se levantan contra mí;
3 líbrame de los que hacen el mal
y sálvame de los hombres sanguinarios.
4 Mira cómo me están acechando:
los poderosos se conjuran contra mí;
sin rebeldía ni pecado de mi parte, Señor,
5 sin culpa mía, se disponen para el ataque.
Despierta, ven a mi encuentro y observa,
6 Señor Dios de los ejércitos, Dios de Israel:
levántate para castigar a las naciones,
no tengas compasión de los traidores.
7 Vuelven al atardecer, aullando como perros,
8 Mira cómo sueltan sus lenguas,
y dicen: «¿Quién nos va a oír?».
9 Pero tú, Señor, ríes de ellos
y te burlas de todos los paganos.
10 Yo miro hacia ti, fuerza mía,
11 él vendrá a mi encuentro con su gracia
y me hará ver la derrota de mis enemigos.
12 Quítales la vida, Dios mío,
dispérsalos y derríbalos con tu poder,
tú, Señor, que eres nuestro escudo.
13 Cada palabra que pronuncian
¡queden atrapados en su orgullo,
por las blasfemias y mentiras que profieren!
14 Extermínalos con tu furor,
extermínalos y que no existan más:
así se sabrá que Dios gobierna en Israel
y hasta los confines de la tierra.
mientras no se sacian, siguen ladrando.
y celebraré tu amor de madrugada,
porque tú has sido mi fortaleza
18 ¡Yo te cantaré, fuerza mía,
Dios de misericordia!