«Que el Señor Resucitado haga sentir por todas partes
su fuerza de vida, de paz y de libertad.
Las palabras con las que el
ángel confortó los corazones atemorizados de las mujeres en la mañana
de Pascua, se dirigen a todos: «¡No tengáis miedo!...No está aquí. Ha
resucitado» (Mt 28,5-6). Jesús ha resucitado
y nos da la paz;
Él mismo es la paz. Por eso la Iglesia repite con firmeza: «Cristo ha
resucitado –
Christós anésti». Que la humanidad del tercer
milenio no tenga miedo de abrirle el corazón.
Su Evangelio sacia
plenamente el anhelo de paz y de felicidad que habita en todo corazón
humano.
Cristo ahora está vivo y camina con nosotros. ¡Inmenso
misterio de amor!
Christus resurrexit, quia Deus caritas est!
Alleluia»
(Benedicto XVI, Mensaje Urbi et
Orbi, Pascua 2006)