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CARTA DEL SANTO PADRE JUAN PABLO II,
FIRMADA POR SUSTITUTO DE LA SECRETARÍA DE ESTADO, GIUSEPPE CAPRIO,
AL RECTOR DE LA UNIVERSIDAD CATÓLICA DE MILÁN,
PROFESOR GIUSEPPE LAZZATI

Jueves 26 de abril de 1979

 

Ilustrísimo profesor:

Al acercarse la tradicional "Jornada Universitaria", que la Conferencia Episcopal italiana ha fijado para el próximo 29 de abril, Su Santidad, en contestación también a su apreciada carta del 29 del pasado enero, quiere hacerse presente con gozo en esta grata circunstancia, tanto más cuanto que se trata de la primera vez que se celebra bajo su pontificado.

El Santo Padre Juan Pablo II, ante todo, no puede menos de recordar las múltiples relaciones mantenidas anteriormente con este Ateneo, especialmente en calidad de profesor en la Universidad "hermana" de Lublín. Por lo cual, dirigiéndose al cuerpo académico y a los estudiantes de la Universidad Católica de Milán, y a todos los italianos que la sostienen con su afecto y generosidad. es muy consciente de reanudar un antiguo vinculo de amistad; por esto, su palabra no se reduce a un simple deber de intervención pastoral, sino que es la expresión renovada de una íntima sintonía de compromiso por altas finalidades culturales y eclesiales.

El Sumo Pontífice quiere manifestar su propia satisfacción por el tema oportunamente elegido como lema de la Jornada programada, "Interés por el hombre y voluntad de servirlo", tomado de su discurso en la audiencia especial concedida a esta familia universitaria el 8 de diciembre pasado. Desde que el Verbo de la Sabiduría divina "se hizo carne y habitó entre nosotros" (Jn 1, 14), ya no es posible a quienes han "contemplado su gloria" (ib.) y han "creído en su amor" (1 Jn 4, 16) desinteresarse del hombre, de ningún hombre. En efecto, Jesucristo es por definición el "Sí" de Dios al hombre (cf. 2 Cor 1, 20); aún más, "con la encarnación el Hijo de Dios se ha unido en cierto modo con cada uno de los hombres", de modo que "quien sigue a Cristo, Hombre perfecto, se hace también cada vez más hombre" (Gaudium et spes, 22 y 41).

La función peculiar de una universidad. y mucho más de una Universidad Católica, es la de ponerse al servicio de tal hombre, esto es, del hombre llamado a realizar en plenitud la propia dignidad de persona en la comunión del amor, y de promover a fondo la toma de conciencia de ello. Las innumerables producciones literarias, filosóficas y artísticas, fruto del ingenio humano en el curso de una historia plurimilenaria son, ciertamente, signo de nobles capacidades creativas. Pero el hombre —y la historia. por desgracia, ofrece igualmente innumerables pruebas de ello— es también capaz de terribles prevaricaciones destructivas contra los propios semejantes y el mundo ambiente. "La mente y el corazón del hombre no tienen fondo" (Sal 63, 7). Solamente "la fe todo lo ilumina con nueva luz y manifiesta el plan divino sobre la vocación integral del hombre, y por esto orienta la mente hacia soluciones plenamente humanas" (Gaudium et spes, 11). Conviene estudiar esto para realizarlo, testimoniar esto para contribuir así a la construcción de un futuro más luminoso, más conforme, por lo tanto, con el destino humano que quiere Dios.

La "Jornada Universitaria" no puede menos de situarse en esta visión superior de las cosas, e invitar a los católicos italianos a considerar de nuevo, desde este punto de vista, la próvida misión de su ilustre Ateneo. En un momento en el que es necesario el anclaje seguro para los inagotables y fecundos valores cristianos, esto debe llevar cada vez más a un papel atrayente e iluminador para el hombre de nuestro tiempo y de este país, para el que constituye un punto claro de referencia.

Su Santidad manifiesta el deseo de que la Universidad Católica del Sagrado Corazón, en la fidelidad constante al Magisterio vivo de la Iglesia, pueda y sepa ofrecer incesantemente tal testimonio evangélico, como servicio prestado al mundo específico de la cultura y, más en general. al hombre, sobre todo en Italia, además de prestarlo al concierto de la vida académica internacional.

Así, pues, el Sumo Pontífice exhorta paternalmente a la comunidad católica italiana a celebrar gustosamente esta "Jornada" con la oración y la ayuda material y, mientras acompaña su propio donativo, se complace en impartir la propicia bendición apostólica a usted, al cuerpo docente, a los queridos estudiantes y a todos los que, de diversos modos, contribuyen a ayudar al apreciado Ateneo.

Aprovecho gustoso la oportunidad para reiterarme con sentimientos de distinguido aprecio, de vuestra señoría Ilustrísima, devotísimo.

Giuseppe CAPRIO
Sustituto de la Secretaría de Estrado

 

 



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