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Sor Marie Claire Naidu - Segunda mitad del siglo XX
Iglesia de la Asunción de la Santísima Virgen María
Bangalore (India)

NOVENA ESTACIÓN
Jesús se encuentra con las mujeres de Jerusalén
      

V. Adoramus te, Christe, et benedicimus tibi.
R. Quia per sanctam crucem tuam redemisti mundum.

Del Evangelio según san Lucas 23, 27-28

Seguía a Jesús una gran multitud del pueblo y mujeres que se dolían y se lamentaban por él. Jesús, volviéndose a ellas, dijo: «Hijas de Jerusalén, no lloréis por mí; llorad más bien por vosotras y por vuestros hijos».

MEDITACIÓN

Ante las mujeres en lágrimas, Jesús se olvida de sí mismo. No presta atención a sus propios sufrimientos, sino al trágico futuro que les espera a ellas y a sus hijos.

El destino de la sociedad está íntimamente vinculado al bienestar de sus mujeres. Dondequiera que se tiene poca estima por ellas, o su papel queda disminuido, las sociedades no logran elevarse hasta alcanzar sus auténticas potencialidades. Al mismo tiempo, donde se descuida, ignora o margina su responsabilidad hacia las nuevas generaciones, el futuro de la sociedad se hace incierto.

En muchas sociedades del mundo las mujeres no reciben un trato justo. Cristo debe de estar llorando por ellas. Hay sociedades que no se preocupan de su propio futuro. Cristo probablemente llora por sus hijos. Donde se descuida el futuro, a través del uso excesivo de los recursos, la degradación del ambiente, la opresión de las mujeres, el abandono de los valores familiares, la falta de respeto de las normas éticas, el abandono de las tradiciones religiosas, Jesús sigue diciendo:  «No lloréis por mí; llorad más bien por vosotras y por vuestros hijos» (Lc 23, 28).

ORACIÓN

Señor, tú eres el dueño de la historia. Y, sin embargo, has querido nuestra colaboración para llevar a cabo tus planes. Ayuda a cada uno a desempeñar de manera responsable su papel en la sociedad:  los jefes en sus comunidades, los padres en sus familias, los educadores y los agentes sanitarios en el ámbito de su propia tarea, los comunicadores en el mundo de la información. Suscita en nosotros el sentido de la misión en lo que hacemos, un profundo sentido de responsabilidad los unos hacia los otros, hacia la sociedad, hacia nuestro futuro común, y hacia ti, pues has puesto en nuestra manos el destino de nuestras comunidades y de toda la humanidad.

Señor, no apartes tu mirada de nosotros cuando ves a mujeres humilladas o cuando tu imagen es desfigurada en la persona humana; cuando alteramos los ecosistemas, cuando debilitamos el poder nutritivo de la naturaleza, cuando contaminamos las corrientes de agua, el azul profundo de los mares o las nieves nórdicas. Sálvanos de la indiferencia cruel ante nuestro futuro común y no permitas que arrastremos nuestra civilización hacia el ocaso.

Todos:

Pater noster, qui es in cælis:
sanctificetur nomen tuum;
adveniat regnum tuum;
fiat voluntas tua, sicut in cælo, et in terra.
Panem nostrum cotidianum da nobis hodie;
et dimitte nobis debita nostra,
sicut et nos dimittimus debitoribus nostris;
et ne nos inducas in tentationem;
sed libera nos a malo.

Eia, mater, fons amoris,
me sentire  vim doloris
fac, ut tecum lugeam.

 

© Copyright 2009 - Libreria Editrice Vaticana

   

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