SAGRADA CONGREGACIÓN PARA LA DOCTRINA DE LA FE
DECLARACIÓN SOBRE EL LIBRO DEL R.P. JACQUES POHIER: «QUAND JE DIS DIEU» La Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe, cumpliendo su misión de promover y tutelar la doctrina de la fe y costumbres en toda la Iglesia, siguiendo su propio procedimiento[1], ha examinado el libro del P. Jacques Pohier, Quand je dis Dieu, y ha encontrado en él afirmaciones en claro desacuerdo con la Revelación y con el Magisterio de la Iglesia. Se notificó al autor el resultado de este examen por medio de su Superior General, el 21 de abril de 1978, en carta por la que se le invitaba a corregir públicamente sus opiniones, así como a manifestar su plena adhesión a la doctrina de la Iglesia. A las reiteradas peticiones de esta Congregación, el autor ha respondido dando aclaraciones insuficientes; además, sobre los puntos que se le habían indicado, no ha hecho una profesión explícita de la fe de la Iglesia. Por lo tanto, la Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe se ve obligada a declarar ahora lo siguiente: 1. Entre los errores más evidentes del libro en cuestión hay que destacar la negación de estas verdades: la intención de Cristo de atribuir un valor redentor y sacrificial a su pasión; la resurrección corporal de Cristo y su permanencia como sujeto real después de terminar su existencia histórica; la vida después de la muerte, la resurrección, la vida eterna con Dios como vocación del hombre; la existencia en la Sagrada Escritura de una verdadera doctrina que tiene sentido objetivo y que la fe puede percibir en ella, y el Magisterio de la Iglesia puede determinar auténticamente con el auxilio del Espíritu Santo. 2. A los errores ya señalados se añaden y se mezclan otras muchas proposiciones peligrosas, puesto que son tan ambiguas y de tal naturaleza, que pueden suscitar en el ánimo de los fieles incertidumbre sobre artículos fundamentales de la fe católica, como son: el concepto cristiano del Dios trascendente; la presencia real de Cristo en la Eucaristía como la propuso el Concilio de Trento, y recientemente Pablo VI en la encíclica Mysterium Fidei; la función específica del sacerdote en la actualización de esta presencia real; el ejercicio de la infalibilidad en la Iglesia. Por lo que respecta a la divinidad de Cristo, el autor se expresa de modo tan insólito, que no se puede determinar si todavía profesa tal verdad en el sentido católico tradicional. Con esta Declaración, la Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe, mirando el bien de los fieles, llama la atención sobre la gravedad de los errores aquí denunciados, y sobre la imposibilidad de considerarlos como opiniones dejadas a la libre discusión de los teólogos. El Sumo Pontífice Juan Pablo II, en Audiencia concedida al infrascrito Cardenal Prefecto, aprobó y mandó publicar esta Declaración decidida en la Asamblea Ordinaria de esta Sagrada Congregación. Roma, en la sede de la Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe, 3 de abril de 1979. FRANJO Card. ŠEPER Prefecto JÉRÓME HAMER, O.P. Arzobispo titular de Lorium Secretario
[1] Cf. Nuevo reglamento para el examen de las doctrinas: AAS 63 (1971) 234-236. |