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CARTA CIRCULAR CON MOTIVO
DE LA COLECTA "PRO TERRA SANCTA"
 

CUARESMA 2005

 

Excelencia Reverendísima,

Tengo el gusto de dirigirme a Usted nuevamente en favor de la Tierra Santa, a la que, debido a la triste situación que afecta a todos sus habitantes, se dedica en la actualidad largos espacios en los medios de comunicación social y que ocupa también un amplio lugar en el corazón de la Iglesia entera. Este Dicasterio sigue de modo particular el drama de la Comunidad cristiana, que por la falta de paz y estabilidad está disminuyendo continuamente. Esa Comunidad tiene cada vez más necesidad de ayuda de parte de todas las diócesis y de todas las instituciones eclesiásticas.

La Colecta del "Viernes Santo", como Usted sabe bien, tiene por fin el promover en los fieles cristianos el amor a la Tierra del Señor, para que allí la Iglesia pueda sobrevivir, se sienta amada y apoyada por la solidaridad de todos los cristianos, y continúe dando testimonio de fe en Aquel que en esa misma Tierra nació, predicó el Evangelio, murió y resucitó.

El Santo Padre Juan Pablo II manifiesta constantemente su paterna cercanía a los cristianos de Tierra Santa. En la Audiencia a los participantes a la Asamblea de la "Reunión de las Obras en Ayuda de las Iglesias Orientales" ("Riunione delle Opere in Aiuto alle Chiese Orientali", R.O.A.C.O.), del 24 de junio de 2004, subrayó la importancia de esa Colecta: "La comunión solidaria, que une a todos los creyentes en Cristo, es la Colecta para Tierra Santa, tradicionalmente recogida el Viernes Santo en todos los lugares del mundo. Mis venerados Predecesores siempre encomendaron a todas las Comunidades cristianas el cuidado de la Iglesia madre de Jerusalén. Es necesario perseverar, rezando intensamente por la paz de los Pueblos que viven en la Tierra de Jesús. Sometidos como están a la tan dura prueba de la permanente violencia y de otros numerosos problemas que producen empobrecimiento económico, conflictividad social y degradación humana y cultural, no venga a faltar a los cristianos el soporte de la entera Iglesia católica".

La Congregación para las Iglesias Orientales, haciendo eco a las palabras de Su Santidad, renueva la llamada "pro Terra Sancta". Tierra que he tenido el gozo de visitar personalmente del 13 al 19 de abril de 2004: me hice peregrino en Jerusalén, Belén y en los

Santuarios de Galilea, recogiéndome en oración en los lugares de nuestra redención. He podido encontrarme con la Jerarquía, el clero, los religiosos y los fieles de las Iglesias católicas que allí desarrollan su misión, así como también de las Iglesias ortodoxas. En esa inolvidable peregrinación he tenido oportunidad de "recibir y dar esperanza" y de ofrecer un signo de fraterna cercanía a nuestros hermanos, sometidos a la dura prueba del conflicto que aflige a toda la región. La paz en el mundo pasa por Jerusalén, "Ciudad de la Paz", la "Ciudad Santa" y "Capital del monoteísmo", como la llamó el Papa Pablo VI en la "Nobis in animo", del 25 de marzo de 1974. Por ello corresponde a cada cristiano actuar en favor de esa deseada paz, don especial de Dios, al que deben consagrarse nuestras oraciones, nuestros esfuerzos y nuestra solidaridad.

2. Tengo, en fin, el honor de expresarle, a Usted y a sus directos colaboradores, el cordial agradecimiento de Su Santidad, a la que uno tanto mis sentimientos de máxima gratitud como los de esa Porción del Pueblo de Dios que vive en la tierra de Nuestro Salvador.

Con mis más atentos y fraternales saludos, me confirmo
Suyo devmo.

Ignace Moussa Card. Daoud
Patriarca emérito de Antioquía de los Sirios, Prefecto

Antonio Maria Vegliò
Secretario

       

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