FUNDACIÓN POPULORUM PROGRESSIO
Reunión del Consejo de Administración
20 al 23 de julio de 2010 Santo Domingo (República Dominicana)


186 NUEVOS PROYECTOS
FUNDACIÓN POPULORUM PROGRESSIO
Al servicio de los pueblos indígenas, afroamericanos y campesinos de América Latina y Caribe

 

     La reunión anual del Consejo de Administración de la Fundación Autónoma “Populorum Progressio”, ha tenido lugar del 20 al 23 de julio de 2010 en la República Dominicana y Haití, acogida por el Señor Cardenal Nicolás de Jesús López Rodríguez, Arzobispo de Santo Domingo.

     En la reunión de este año han estado presentes el Sr. Cardenal Juan Sandoval Íñiguez, Arzobispo de Guadalajara (México) y Presidente del Consejo, S.E. Mons. Edmundo Luís Abastoflor Montero, Arzobispo de la Paz (Bolivia) y Vicepresidente del mismo, S.E. Mons. Alberto Taveira Corrêa Arzobispo de Belém do Pará (Brasil), S.E. Mons. Antonio Arregui Yarza, Arzobispo de Guayaquil (Ecuador), S.E. Mons. José Luis Astigarraga Lizarralde, Obispo del Vicariato Apostólico de Yurimaguas (Perú), S.E. Mons. Oscar Urbina Ortega, Arzobispo de Villavicencio (Colombia) y nuevo miembro, Mons. Segundo Tejado Muñoz, Oficial del Pontificio Consejo Cor Unum, y el Dr. Juan Vicente Isaza Ocampo, Secretario del Consejo, de estancia en Bogotá. Acompañó las sesiones Mons. Giovanni Battista Gandolfo, Presidente del Comité de la Conferencia Episcopal Italiana para las Intervenciones en Favor del Tercer Mundo.

     La Fundación, instituida en el 1992 por el Siervo de Dios Juan Pablo II, quiere ser un signo de la Caridad del Papa hacia las poblaciones indígenas, campesinas y afroamericanas de América Latina y el Caribe. El Consejo de Administración está formado por siete miembros: seis de ellos Obispos de diversos países de América Latina, y uno del Pontificio Consejo Cor Unum. Al inicio de la reunión, se han presentado las diversas situaciones socio-políticas y eclesiales de las naciones representadas, en un contexto pastoral de todo el continente, este año, con especial atención a la situación en Haití.

     Durante la reunión, se han estudiado en profundidad los 230 proyectos presentados a lo largo del año 2010 por parte de las diócesis de América Latina y el Caribe. Al final de dicho estudio, se han aprobado un total de 186 proyectos, correspondientes a 20 países, por un valor de 2.091.500 US$, que serán financiados por la Conferencia Episcopal Italiana, a través del Comité para las intervenciones en favor del Tercer Mundo, principal sostenedor de la Fundación. Otros 10 proyectos provenientes de Haití serán financiados directamente por Cor Unum con los donativos recibidos para esta finalidad. Los proyectos aprobados están orientados a atender necesidades en diversos sectores: producción, infraestructura comunal, educación, salud y construcción. De las Diócesis de Haití este año se han recibido diversos proyectos para perforación de pozos de agua y construcción de cisternas: en la Diócesis de Jérémie, para las islas Cayémittes, por ejemplo, se han pedido fondos para la construcción de tres cisternas para la captación de agua pluvial, con el fin de acabar con las numerosas infecciones entre la población infantil a causa de la falta de agua potable. La mayor parte de los proyectos están dirigidos a las poblaciones indígenas y campesinas, como por ejemplo, la petición de un tractor para 60 familias de la comunidad rural de Lagoinha, de la Diócesis de Goiás, en Brasil.

     El momento más significativo de este año, lo ha constituido la visita que el Consejo en pleno ha realizado a Haití el 22 de julio. Prevista antes que sucediese el seísmo del pasado enero, ha sido un momento para comprobar “in situ” las consecuencias del mismo. La nación haitiana ha sido siempre motivo de especial atención por parte de la Fundación, habiendo financiado desde el año 1993 un total de 150 proyectos. Durante la visita, se pudo orar ante las tumbas del Arzobispo de Port au Prince, Mons. Miot y del Vicario General, Mons. Benoît, fallecidos en aquella ocasión; visitar las ruinas del Seminario mayor y de la Catedral de la capital acompañados por el Nuncio Apostólico Mons. Bernardito Auza y el Administrador de la Diócesis, Mons. Joseph Lafontant y celebrar la Santa Misa, presidida por el Cardenal Sandoval, en uno de los campos de acogida de la Iglesia junto a un numeroso grupo de sacerdotes y fieles, en el que fue leído el mensaje del Santo Padre a la población de Haití. Junto con el Mensaje del Papa, estaba prevista la entrega de un dono del Papa de 250.000 US$ para la reconstrucción de la escuela Saint François de Sales en Port au Prince. Problemas de tipo burocrático han obligado a cambiar la escuela beneficiada y posponer la entrega del donativo.
 

     En el especial mensaje, el Santo Padre invitaba la población de Haití a la esperanza y afirmaba que la presencia de la Iglesia junto a quien más sufre, no dejará de hacerse presente a través de sus instituciones y organizaciones de ayuda: “Pasados seis meses desde el seísmo que ha devastado vuestra isla, quiero que sepáis que el Papa no os ha olvidado; tiene siempre presente el dolor que habéis vivido y sabe de vuestro sufrimiento y las dificultades para reconstruir vuestros hogares, vuestras ciudades y vuestras vidas.” Ciertamente uno de los mayores problemas que se están afrontando en este momento es el de la vivienda, dar una solución a los cientos de miles de personas que se encuentran a vivir en tiendas de campaña en los campos de acogida. Los problemas de seguridad, morales y humanos se multiplican en espacios no dignos para que una familia pueda vivir.
El espectáculo de los grandes todo-terrenos de las agencias humanitarias, con todo tipo de banderas, recorriendo las atascadas avenidas de la capital, nos hizo reflexionar sobre el testimonio que la Iglesia está llamada a dar en estas circunstancias: una presencia encarnada junto a quien sufre, más allá de los proyectos, las estrategias o los fondos que se reciban. La verdadera humanidad de la Iglesia consiste en dar ese “algo más” del que nos habla el Papa Benedicto XVI en su primera encíclica “Deus Caritas est”. El Santo Padre nos recuerda que “Cuantos trabajan en las instituciones caritativas de la Iglesia deben distinguirse por no limitarse a realizar con destreza lo más conveniente en cada momento, sino por su dedicación al otro con una atención que sale del corazón, para que el otro experimente su riqueza de humanidad” (DCE n. 31a). En el espíritu de estas palabras del Santo Padre, el Pontificio Consejo Cor Unum -como responsable de las agencias católicas de ayuda- junto con la Nunciatura Apostólica, organizó una reunión con las diversas agencias presentes en Haití, entre las que se encontraban diversas Cáritas europeas y americanas. El Cardenal Sandoval pudo agradecer, en nombre de la Santa Sede, el trabajo realizado en colaboración con la Iglesia local, recordando este estilo de presencia que debe caracterizar y dar valor a aquellos que trabajan en las instituciones de caridad de la Iglesia.

     La última visita fue la sede de la Cáritas Haití, en la que Mons. Tejado, en nombre del Cardenal Paul J. Cordes, Presidente de Cor Unum, entregó al director de la misma un donativo del Papa por valor de 50.000 US$ como contribución al arduo trabajo de esta institución. La importancia de las organizaciones locales, su fortalecimiento y la fructífera colaboración con aquellas que llegan en estos momentos difíciles a dar una mano, fueron subrayados por Mons. Tejado como el camino a seguir. La responsabilidad y el protagonismo del futuro dependen del pueblo haitiano, así como la formación de las nuevas generaciones y no puede ser impuesto por nadie. La ayuda humanitaria no debería, después del momento de emergencia, ser un impedimento al desarrollo integral de los pueblos, ya que la Iglesia mira siempre al bien común, esto es, al desarrollo integral del hombre: se trata de una propuesta de futuro, en la que no puede faltar el horizonte de la trascendencia, que verdaderamente viste, sacia y da cobijo al hombre.



Mons. Segundo Tejado Muñoz
Pontificio Consejo Cor Unum







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