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2004: Juan Pablo II entre los pobres El pontificio consejo "Cor unum", diakonía, estímulo y testimonio de caridad evangélica
La diaconía es una de las funciones esenciales de la misión eclesial. Compromete de modo especial al Pontificio Consejo "Cor Unum", una de cuyas tareas principales consiste en fomentar el espíritu evangélico y el vínculo eclesial en las organizaciones católicas de ayuda y asistencia. Eso se realiza de acuerdo con las disposiciones de la constitución apostólica Pastor bonus, que encomienda a este dicasterio la misión de "estimular el testimonio de la caridad evangélica". En ese contexto, conviene recordar el vínculo más estrecho de Cáritas internationalis con el Pontificio Consejo, como estableció el Papa Juan Pablo II con el quirógrafo "Durante la última Cena", del 16 de septiembre de 2004.
Para cumplir esa tarea se han puesto en marcha diversas iniciativas, como encuentros con los obispos durante las visitas "ad limina" y contribuciones ofrecidas durante jornadas de estudio, seminarios y conferencias.
En este amplio horizonte se inserta también la actividad caritativa llevada a cabo por "Cor Unum" en nombre del Santo Padre, que queremos presentar en este informe sintético.
El 27 de diciembre de 2004, inmediatamente después del devastador maremoto que se abatió sobre algunos países del sureste asiático y llegó con violencia incluso hasta las costas de Somalia, el Papa Juan Pablo II quiso manifestar su cercanía paterna y espiritual a las poblaciones más afectadas por esa grave calamidad, ordenando el envío de ayudas inmediatas a Sri Lanka (100.000 dólares), Indonesia (75.000 dólares), India (75.000 dólares), Tailandia (50.000 dólares) y Somalia (10.000 dólares), de acuerdo con las primeras informaciones sobre la magnitud de los daños provocados por el maremoto.
El Pontificio Consejo "Cor Unum" cumplió inmediatamente las indicaciones del Papa. Un mes más tarde, el Santo Padre mandó como enviado especial suyo al arzobispo Paul Josef Cordes, presidente de "Cor Unum", con un mensaje autógrafo de solidaridad y cercanía espiritual, a las poblaciones afectadas de Indonesia y Sri Lanka, los dos países que sufrieron el mayor número de víctimas (el viaje se realizó del 29 de enero al 4 de febrero de 2005), con el fin de promover la armonización de las intervenciones de las diversas organizaciones católicas de ayuda y asistencia que actuaban en esos lugares prestando ayuda urgente, a través de la generosa entrega de sus voluntarios, a fin de testimoniar la caridad de Cristo hacia los más necesitados.
Fue significativa y muy emotiva la entrega de una estatuilla del Niño Jesús, procedente de Belén, regalada por los niños de la parroquia de la catedral de Crema (Italia), a través de "Cor Unum", a los niños huérfanos acogidos amorosamente en el orfanato "Princesa Grace" de Kalutara (Sri Lanka). Entre las últimas disposiciones de Juan Pablo II, pocos días antes de su encuentro definitivo con el Padre, se registra el envío de ulteriores donativos para la reconstrucción de una escuela en Sri Lanka (100.000 dólares) y para las poblaciones de la isla de Nias (Indonesia), afectadas por un nuevo terremoto (50.000 dólares).
Con anterioridad, del 22 al 26 de julio, el Papa había mandado como enviado suyo a Darfur (Sudán) al arzobispo Cordes para manifestar a esas poblaciones, en su mayoría cristianas, martirizadas por la guerra civil, su cercanía paterna y espiritual, para confirmarlas en la fe y para fortalecerlas en la esperanza. En esa circunstancia, el enviado del Santo Padre entregó a la Iglesia local, en nombre del Papa, un donativo de 100.000 euros para la ayuda a los más necesitados.
Del 19 al 27 de junio, el arzobispo Presidente del Pontificio Consejo "Cor Unum", por encargo del Papa, había visitado las poblaciones de Haití y República Dominicana, afectadas por devastadoras inundaciones, llevándoles las primeras ayudas, que se repetirían más adelante.
Esas tres misiones se realizaron de acuerdo con una praxis consolidada, que se ha revelado muy eficaz a lo largo de la actividad de este dicasterio -ya con treinta años de vida- para la caridad del Papa: encuentro con los pastores de la Iglesia local, visita a las comunidades más afectadas por las calamidades, encuentro con autoridades civiles, reunión de coordinación con las organizaciones católicas de ayuda y asistencia que actúan en el lugar. El momento central de las misiones fue siempre la celebración eucarística, origen y fulcro de toda acción caritativa de la Iglesia universal y de las Iglesias particulares.
"Cor Unum", que el Papa Juan Pablo II quiso expresamente conservar entre los dicasterios de la Curia romana con la constitución apostólica Pastor bonus, del 28 de junio de 1988, constituye en cierto modo el oído del Santo Padre para escuchar las peticiones de ayuda procedentes de países afectados por todo tipo de calamidades. A lo largo de 2004, también gracias a la generosidad espontánea de diócesis, institutos religiosos, parroquias y escuelas, así como de numerosos fieles, ha podido conceder ayudas en diversas circunstancias. En la tabla 1 puede verse un cuadro sintético.
Ahora bien, la ayuda del Papa no se limitó a los casos urgentes. A través de "Cor Unum", el Santo Padre, durante el año 2004, quiso dar un signo de su cercanía espiritual a las poblaciones de los países que están en vías de desarrollo, fomentando su promoción integral, sosteniendo proyectos en favor de la infancia, de las mujeres, de los discapacitados, como ilustra sintéticamente la tabla 2.
La caridad del Papa se realiza también a través de otros dos instrumentos, que él ha querido encomendar al Pontificio Consejo "Cor Unum": la fundación "Juan Pablo II para el Sahel", instituida en 1984 para sostener a las poblaciones de esa región en la lucha contra la sequía y la desertización, y la fundación "Populorum progressio", al servicio de las poblaciones indígenas, afroamericanas y mestizas campesinas pobres de América Latina, creada en 1992.
La fundación "Juan Pablo II para el Sahel"
La reunión anual del Consejo de Administración se celebró en Bissau del 10 al 19 de febrero de 2004. En representación de la Santa Sede participaron el arzobispo Giuseppe Pinto, nuncio apostólico en Dakar, y el señor Giovanni Bianchini, contador del dicasterio.
Se aprobaron 169 proyectos por un total de 1.771.157 euros. La tabla 3 ilustra los países beneficiarios, el número de proyectos aprobados para cada país y la suma total de la financiación otorgada.
De los 169 proyectos financiados, 25 atañen al medio ambiente, 21 a la agricultura, 14 a la cría de ganado, 36 a la formación de líderes de comunidades, 16 a la auto-promoción, 8 a la administración, 27 al sector hídrico, 9 al ámbito sanitario y 13 a la preparación profesional.
El dinero para las ayudas otorgadas procede, en gran parte, de la generosa contribución de los fieles italianos a través de su Conferencia episcopal, de los donativos de institutos religiosos y de numerosos bienhechores que, con su aportación constante, permiten a la Fundación testimoniar a los hermanos de la región del Sahel la solicitud fraterna de la Iglesia universal. La parte restante procede del rédito del capital de la Fundación, depositado en Alemania, que, como ya hemos explicado en el pasado, constituye el fruto de la colecta especial organizada por la Iglesia local con ocasión de la visita del Santo Padre en 1980.
La fundación "Populorum progressio"
El Consejo de Administración se reunió en Brasilia del 20 al 28 de julio. En representación del dicasterio participó el presbítero don Segundo Tejado. El arzobispo Cordes no pudo asistir por estar en Darfur cumpliendo la misión que el Santo Padre le había encomendado.
De los más de 260 proyectos presentados se aprobaron 231, por un importe total de 1.881.000 dólares. La tabla 4 presenta su distribución por países.
Esos 231 proyectos aprobados se destinaron a la promoción integral de las comunidades indígenas campesinas pobres de los países de América Latina en los sectores de la producción (agropecuaria, micro-empresarial, comercio comunitario), infraestructuras municipales (agua potable, cercas, letrinas y salas polivalentes), construcción (escuelas, casas, centros sanitarios), educación (formación profesional, comunicaciones, muebles y publicaciones) y salud comunitaria (formación y compra de material sanitario).
La actividad de la Fundación fue posible gracias a la generosidad de los fieles italianos, a través de su Conferencia episcopal, así como a los donativos de instituciones religiosas y de diversos bienhechores.
Con respecto a esas dos Fundaciones es importante poner de relieve que el Papa Juan Pablo II, al crearlas, quiso que fueran un testimonio permanente de su amor a las poblaciones del Sahel y de América Latina, haciendo un llamamiento a todas las Iglesias locales, a los fieles y a todos los hombres de buena voluntad, para que sostengan su valioso servicio en favor de la promoción integral de esos pueblos.
Asimismo, conviene aclarar que las ayudas otorgadas a través de "Cor Unum" no son las únicas que concede el Santo Padre, pues también utiliza otros canales, como las Obras misionales pontificias, la Limosnería apostólica,...
Las ayudas otorgadas por "Cor Unum" en nombre del Santo Padre proceden de donativos espontáneos que los fieles desean encomendar al Papa con ocasión de las diversas calamidades, o según sus intenciones, en favor de los más necesitados en las diferentes partes del mundo.
Guido Giannini
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