Hace ya tiempo que el Secretariado para los No Cristianos tomó la feliz costumbre de manifestar a sus amigos musulmanes, al terminar el ayuno del Ramadán, sus votos más sinceros y sus mejores deseos, rogando a Dios al mismo tiempo que les conceda paz y prosperidad.
Este año los votos y deseos nacen de una amistad que se ha renovado, porque los encuentros celebrados estos últimos años y las visitas recientes, han acercado más la gran familia musulmana a la de los cristianos.
La presencia en Roma de nuestros amigos musulmanes de Indonesia e Irán en diciembre pasado, ¿acaso no ha reforzado los lazos de amistad entre nosotros y encauzado nuestras relaciones futuras por los caminos de una colaboración más estrecha y eficaz? Nuestro viaje a El Cairo en el mes de abril p.p. a fin de visitar a los Ulemas de Al-Azhar, ¿no es verdad que ha convencido aún más a los responsables de las dos delegaciones, de que la . amistad islámico-cristiana es una realidad que sólo necesita intensificarse? A este mismo convencimiento habían llegado ya unos y otros. cuando visitaron Roma los Ulemas de Irak en octubre pasado, y con ocasión del "Congreso de Viena", organizado con el patronazgo de la UNESCO, y en el que la Santa Sede tomó parte como observador, un Congreso encaminado a dar a conocer mejor la aportación del Islam al desarrollo de la civilización humana.
Por todo ello, en la feliz ocasión que estamos viviendo es para mi un placer declarar que todos estos encuentros demuestran hasta la evidencia que la fe de los cristianos y la de los musulmanes tienen posibilidad de desempeñar un papel decisivo en la vida del mundo entero. En efecto, unos y otros son más conscientes que nunca de que sólo la propia fe puede ayudarles a resolver los graves problemas de la hora presente. Precisamente porque les guía, alimenta y enriquece su fe, los musulmanes y los cristianos deben tomar parte en la construcción y consolidación de una humanidad mejor. Además, saben que esta fe encuentra expresión en la oración fervorosa que elevan a Dios cada día los amigos musulmanes, y en la acción de gracias diaria que los cristianos dirigen al Señor de los Mundos.
Uniéndonos a las oraciones múltiples y varias que los musulmanes y los cristianos elevan hoy a Dios, al igual que en muchas otras circunstancias importantes, presentamos a todos los amigos musulmanes del mundo entero nuestros mejores votos en esta gran Fiesta del Fin de Ayuno, para que ésta os enriquezca con sus valores espirituales y os ayude en unión con los cristianos a sostener los esfuerzos por la paz del mundo,
Cardenal Sergio PIGNEDOLI
Presidente del Secretariado para los No Cristianos