CONSEJO PONTIFICIO PARA EL DIÁLOGO INTERRELIGIOSO MENSAJE CON MOTIVO DEL FIN DEL RAMADÁN Hacia una auténtica fraternidad entre cristianos y musulmanes
Queridos hermanos y hermanas musulmanes: Es para nosotros una gran alegría expresaros nuestras sinceras felicitaciones y los mejores deseos con ocasión del ‘Id al-Fitr al término del mes del Ramadán, dedicado al ayuno, a la oración y la ayuda a los pobres. El año pasado, el primero de su ministerio, el Papa Francisco firmó personalmente el mensaje dirigido a vosotros con ocasión del ‘Id al-Fitr. En otra ocasión, os saludó también como «nuestros hermanos» (Ángelus, 11 de agosto de 2013). Todos nosotros reconocemos la riqueza de significado de estas palabras. En efecto, cristianos y musulmanes son hermanos y hermanas de una sola familia humana, creada por el único Dios. Recordemos lo que dijo el Papa Juan Pablo II a algunos líderes religiosos musulmanes en 1982: «Todos nosotros, cristianos y musulmanes, vivimos bajo el sol de un único Dios misericordioso. Todos creemos en un sólo Dios creador del hombre. Aclamamos la señoría de Dios y defendemos la dignidad del ser humano en cuanto siervo de Dios, Adoramos a Dios y le profesamos una sumisión total a Él. En este sentido podemos llamarnos unos a otros hermanos y hermanas en la fe en un solo Dios» (Kaduna, Nigeria, 14 de febrero de 1982). Demos gracias al Altísimo por todo lo que tenemos en común, incluso, siendo conscientes de nuestras diferencias. Nosotros percibimos la importancia de la promoción de un diálogo fructífero basado en el recíproco respeto y amistad. Inspirados por nuestros valores compartidos y fortalecidos por nuestros sentimientos de genuina fraternidad, estamos llamados a trabajar juntos por la justicia, la paz y el respeto de los derechos y de la dignidad de cada persona. Nos sentimos particularmente responsables de los más necesitados: los pobres, los enfermos, los huérfanos, los emigrantes, las víctimas de la trata de personas y todos los que sufren a causa de cualquier forma de dependencia. Como sabemos, el mundo actual debe afrontar graves desafíos que exigen solidaridad por parte de las personas de buena voluntad. Estos desafíos incluyen las amenazas al medio ambiente, la crisis de la economía global y altos niveles de desocupación, especialmente entre los jóvenes. Tales situaciones generan un sentido de vulnerabilidad y una falta de esperanza en el futuro. No debemos olvidar tampoco los problemas afrontados por las numerosas familias que han sido separadas, dejando a sus seres queridos y, a menudo, también a los niños pequeños. Por lo tanto, trabajemos juntos para construir puentes de paz y promover la reconciliación especialmente en las zonas donde musulmanes y cristianos padecen juntos el horror de la guerra. Que nuestra amistad pueda inspirarnos siempre a cooperar para hacer frente a estos numerosos desafíos con sabiduría y prudencia. De este modo podremos ayudar a reducir las tensiones y los conflictos, haciendo progresar el bien común. Demostraremos también que las religiones pueden ser fuente de armonía y beneficio de toda la sociedad. Oremos para que la reconciliación, la justicia, la paz y el desarrollo sigan siendo nuestras primeras prioridades, por el bienestar y el bien de toda la familia humana. Con el Papa Francisco, os hacemos llegar nuestros cordiales deseos de una gozosa fiesta y de una vida de prosperidad en la paz. Vaticano, 24 de junio de 2014 Trabajemos juntos para construir puentes de paz donde cristianos y musulmanes padecen juntos el horror de la guerra. Es esto en síntesis el sentido del mensaje dirigido por el Consejo pontificio para el diálogo interreligioso a los «queridos hermanos y hermanas musulmanes» con ocasión del fin del Ramadán (‘Id al-Fitr 1435 h. / 2014 a.d.) que se celebra el 27 y 28 de julio próximo. Publicamos la traducción del mensaje —firmado por el cardenal presidente Jean-Louis Tauran y por el secretario, el comboniano Miguel Ángel Ayuso Guixot— con el título: Didascalia: Estudiantes musulmanas de Timor Est leyendo el Corán durante el Ramadán (Ansa)
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