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NOTICIARIO 17/2008

 

 


 

El Presidente a los Lectores

 

Qeridos amigos:

en este número del Noticiario podréis leer acerca de la XXIII Asamblea Plenaria del Consejo Pontificio para los Laicos, un tiempo intenso de la vida del Dicasterio sobre el que querría llamar vuestra atención.

En las Plenarias confluyen las experiencias de la vida de fe, personal y eclesial, de miembros y consultores – cardenales, obispos, sacerdotes, pero ante todo laicos, hombres y mujeres – procedentes de países de los cinco continentes. Cada vez, por lo tanto, la pluralidad de sus testimonios, la escucha, el diálogo y la oración en común nos permiten volver a saborear la realidad de la Iglesia universal, vista en la perspectiva de la vocación y misión de los fieles laicos.

El tema de la Asamblea era “A veinte años de la Christifideles Laici: memoria, desarrollo, nuevos desafíos y tareas ”. En esta exhortación apostólica, el siervo de Dios Juan Pablo II ofrece una síntesis orgánica y brillante de las enseñanzas del Vaticano II sobre los laicos, enriquecida con las experiencias del post-Concilio recogidas durante el Sínodo de los Obispos de 1987. En la Christifideles Laici el Consejo Pontificio para los Laicos identificó inmediatamente una brújula segura y una fuente de inspiración muy valiosa para su trabajo al servicio de los fieles laicos. Veinte años más tarde, por lo tanto, nos ha parecido oportuno volver a tomarla en consideración, tanto para releerla a la luz de todo lo que se ha vivido en la Iglesia y en el mundo en los albores del nuevo milenio, como para hacer balance de su efectiva recepción entre los fieles laicos de esta generación.

La publicación de la Christifideles Laici tuvo una fuerte resonancia en la Iglesia. Desde el primer momento se delineó como una auténtica magna charta del laicado católico, piedra angular del camino de los fieles laicos en la Iglesia, representaba una prueba de que la “ hora del laicado ” que empezó con el Concilio no había terminado. Decía el entonces secretario general del Sínodo, monseñor Jan Schotte, presentándola en la Sala de Prensa vaticana: « La Christifideles Laici constituye un verdadero vademecum para toda la Iglesia y de modo especial para los laicos, hombres y mujeres, llamados a ir a la viña del Señor [ÂÂ…] que puede convertirse en el fiel compañero de cada día para todos los laicos » (“LÂÂ’Osservatore Romano ”, edición en lengua española, 19 de febrero de 1989, p. 22). Veinte años más tarde mantiene intacta esta función y sigue siendo un punto de referencia sólido para la formación de un laicado que tenga una conciencia viva de su vocación y misión.

El cardenal Eduardo F. Pironio – que en el momento de su publicación era presidente del Consejo Pontificio para los Laicos – de la Christifideles Laici notaba que su « verdadera y más profunda novedad es [ÂÂ…] encuadrar el tema del laicado en una auténtica eclesiología de comunión; los fieles laicos no son considerados “ a se ”, aislados o separados, sino en el contexto global de una Iglesia que es esencialmente “ comunión en Cristo ” (cfr. Lumen Gentium, 1) y al mismo tiempo “ sacramento universal de salvación ” (Lumen Gentium, 48) » (“LÂÂ’Osservatore Romano ”, 12 de febrero de 1989, p. 22). Precisamente esta es la clave hermenéutica básica de la teología del laicado del Vaticano II. La exhortación apostólica nos llama a renovar continuamente nuestro asombro ante el misterio de la Iglesia, que es una comunión misionera. Y es una comunión orgánica caracterizada por la diversidad y complementariedad de las vocaciones y condiciones de vida, de los ministerios, los carismas y las responsabilidades (cfr. Christifideles Laici, n. 20). Cada miembro tiene un papel que desempeñar, es necesario, no le está consentido ni aislarse espiritualmente ni permanecer pasivo. De aquí, el llamamiento enérgico a la corresponsabilidad y la participación activa de los fieles laicos en la vida y la misión de la Iglesia. En el documento las palabras de Cristo: « Id también vosotros a mi viña » (Mt 20, 3-4) resuenan como un estribillo. La vocación misionera del fiel laico se distingue por la dimensión secular que le es propia (índole secular). Vive en el mundo, “ en las fronteras de la historia ”: la familia, el mundo del trabajo, la cultura, la economía, la política, las ciencias, la técnica, las comunicaciones sociales. Allí el Señor lo llama a ser testigo y constructor del reino de Dios.

Un tema central en la Christifideles Laici es la identidad del fiel laico, sintetizada en dos palabras: vocación y misión. La vocación de los fieles laicos brota del Bautismo y es una verdadera vocación. «No es exagerado decir – escribe Juan Pablo II – que toda la existencia del fiel laico tiene como objetivo el llevarlo a conocer la radical novedad cristiana que deriva del Bautismo, sacramento de la fe, con el fin de que pueda vivir sus compromisos bautismales según la vocación que ha recibido de Dios » (Christifideles Laici, n. 10). El Papa ha subrayado mucho el carácter cristocéntrico de la vocación laical. Como todos los bautizados el laico es “ hijo de Dios ”, “miembro del Cuerpo de Cristo ”, “ templo vivo del Espíritu ”, “ criatura nueva ”; participa en el tarea sacerdotal, profética y real de Cristo; está llamado a la santidad, inmerso en la realidad del mundo en el que vive. Escribe el autor de la Carta a Diogneto, delineando con extraordinaria eficacia la identidad del laico: « Los cristianos son en el mundo lo que el alma es en el cuerpo. El alma, en efecto, se halla esparcida por todos los miembros del cuerpo; así también los cristianos se encuentran dispersos por todas las ciudades del mundo. El alma habita en el cuerpo, pero no procede del cuerpo; los cristianos viven en el mundo, pero no son del mundo [ÂÂ…] Tan importante es el puesto que Dios les ha asignado, del que no les es lícito desertar » (Capp. 5-6; Funk, pp. 397-401).

Al afrontar los decisivos desafíos que la postmodernidad lanza a los discípulos de Cristo se constata de nuevo la gran necesidad que tenemos hoy de un testimonio cristiano genuino y persuasivo. En nuestros tiempos, en los que se olvida a Dios y se vive un “ cristianismo cansado ” (Benedicto XVI), entre tantos bautizados, se advierte la impelente necesidad de una nueva generación de cristianos. Cristianos movidos por la alegría, el entusiasmo de la fe, por un impulso misionero que les dé el valor de ir contracorriente respecto a la cultura secularizada que hoy día domina la escena, siempre dispuestos a dar respuesta a todo el que les pida razón de su esperanza (cfr. 1 P 3, 15). Cristianos que sean realmente la sal de la tierra y la luz del mundo, que sepan convencer al mundo de que el cristianismo es un programa de vida fascinante que lleva a la libertad verdadera y corresponde plenamente al deseo de felicidad que alberga el corazón de todo hombre y mujer. Fieles laicos que sepan edificar comunidades cristianas nuevas, que dejen de estar replegadas sobre sí mismas en una estéril actitud autorreferencial, sino encaminadas con audacia hacia las nuevas fronteras de la misión. Por eso, la formación asume más que nunca un carácter de absoluta prioridad pastoral. Es el ámbito en el que se plasma la identidad del fiel laico, radicada en el bautismo. A distancia de veinte años, sigue siendo válida la advertencia de la Christifideles Laici: « Nuevas situaciones, tanto eclesiales como sociales, económicas, políticas y culturales, reclaman hoy, con fuerza muy particular, la acción de los fieles laicos. Si el no comprometerse ha sido siempre algo inaceptable, el tiempo presente lo hace aún más culpable. A nadie le es lícito permanecer ocioso » (n. 3).

Doy gracias a Dios por todo lo que nos ha concedido vivir en este año pasado, y, a cada uno de vosotros, que seguís con tanto interés nuestro trabajo, os deseo un año 2009 que encuentre apoyo cotidianamente en la fiel compañía del Señor, que se vea iluminado cotidianamente por su Palabra.

 

Card. Stanisław Ryłko
Presidente

 

 

Benedicto XVI y la JMJ de Sydney 

 

El acontecimiento de la Jornada Mundial de la Juventud de Sydney, ciertamente, ha requerido del Consejo Pontificio para los Laicos la mayor dedicación de los últimos años de actividad. La importancia de la manifestación, su éxito en términos de impacto sobre la “ cultura juvenil ” y no sólo, como también los beneficios del recorrido que siempre precede estos acontecimientos internacionales y que sigue después, fueron señalados extensamente durante el tradicional encuentro del Santo Padre con los cardenales, arzobispos, obispos y miembros de la Curia Romana con ocasión del intercambio de felicitaciones por la Navidad, el 22 de diciembre de 2008.

Su Santidad Benedicto XVI dedicó dos largos párrafos de su discurso a un análisis en profundidad del acontecimiento que hemos querido publicar en estas páginas de nuestro Noticiario.

Recordando tres acontecimientos específicos de 2008 que saltan particularmente a la vista (la JMJ de Sydney, los dos viajes a Estados Unidos y Francia, y el Sínodo de los Obispos sobre la Palabra de Dios), el Santo Padre habló en particular del encuentro en Australia como de « una gran fiesta de fe que reunió a más de doscientos mil jóvenes de todas las partes del mundo y no sólo los acercó exteriormente, en sentido geográfico, sino también interiormente, gracias a que compartieron la alegría de ser cristianos ».

«En esas ocasiones – seguía diciendo Benedicto XVI – la Iglesia se hace perceptible públicamente, y con ella también la fe y por eso al menos la cuestión sobre Dios. Esta manifestación pública de la fe constituye un reclamo para todos los que tratan de comprender el tiempo presente y las fuerzas que actúan en él. Especialmente el fenómeno de las Jornadas Mundiales de la Juventud se hace cada vez más objeto de análisis, con el fin de comprender esta especie de cultura juvenil, por decirlo así. Nunca antes, ni siquiera con ocasión de las Olimpiadas, Australia había visto tanta gente de todos los continentes como durante la Jornada Mundial de la Juventud. Y si antes se temía que la presencia de tantos miles de jóvenes pudiera implicar alguna alteración del orden público, paralizar el tráfico, obstaculizar la vida diaria, provocar violencia y dar espacio a la droga, todo eso se demostró infundado. Fue una fiesta de alegría, una alegría que al final invadió también a los reacios: al final nadie se sintió molestado. Las jornadas se transformaron en una fiesta para todos; más aún, sólo entonces se cayó verdaderamente en la cuenta de lo que es en realidad una fiesta: un acontecimiento en el que todos, por decirlo así, salen de sí mismos, van más allá de sí mismos y precisamente así están consigo y con los demás. Así pues, ¿cuál es la naturaleza de lo que sucede en una Jornada mundial de la juventud? ¿Cuáles son las fuerzas que actúan en ella? Algunos análisis que están de moda tienden a considerar estas jornadas como una variante de la cultura juvenil moderna, como una especie de festival rock modificado en sentido eclesial con el Papa como estrella. Con fe o sin fe, en el fondo estos festivales serían siempre lo mismo; y así se piensa dejar de lado la cuestión sobre Dios. También hay voces católicas que van en esta dirección, considerando todo ello como un gran espectáculo que, aunque sea hermoso, sería de poco significado para la cuestión sobre la fe y sobre la presencia del Evangelio en nuestro tiempo. Serían momentos de un éxtasis festivo, pero que en fin de cuentas luego dejarían todo como estaba antes, sin influir profundamente en la vida.

De ese modo, sin embargo, la peculiaridad de estas Jornadas y el carácter particular de su alegría, de su fuerza creadora de comunión, no encuentran ninguna explicación. Ante todo, es importante tener en cuenta el hecho de que las Jornadas Mundiales de la Juventud no consisten sólo en la única semana en que se hacen visibles públicamente al mundo. Hay un largo camino exterior e interior que lleva a ellas. La cruz, acompañada por la imagen de la Madre del Señor, realiza una peregrinación a través de los países. La fe, a su modo, necesita ver y tocar.

El encuentro con la cruz, que es tocada y llevada, se transforma en un encuentro interior con Aquel que en la cruz murió por nosotros. El encuentro con la cruz suscita en lo más íntimo de los jóvenes el recuerdo del Dios que quiso hacerse hombre y sufrir con nosotros. Y vemos a la mujer que él nos dio como Madre. Las Jornadas solemnes son sólo la culminación de un largo camino, en el que se encuentran unos con otros, y juntos se encuentran con Cristo. En Australia, no por casualidad, el largo Via Crucis a través de la ciudad se convirtió en el acontecimiento culminante de esas jornadas. Ese Via Crucis resumía una vez más todo lo que había acontecido en los años anteriores e indicaba a Aquel que nos reúne a todos: el Dios que nos ama hasta la cruz. Asimismo, el Papa no es la estrella en torno a la cual gira todo. Es totalmente y sólo vicario. Remite a Otro que está en medio de nosotros. Por último, la Liturgia solemne es el centro de todo el conjunto, porque en ella acontece lo que nosotros no podemos realizar y que, sin embargo, siempre esperamos. Él está presente. Él entra en medio de nosotros. Se ha rasgado el cielo y esto hace luminosa la tierra. Esto es lo que hace alegre y abierta la vida, y une a unos y otros en una alegría que no se puede comparar con el éxtasis de un festival rock. Friedrich Nietzsche dijo en cierta ocasión: “El arte no consiste en organizar una fiesta, sino en encontrar personas capaces de alegrarse en ella ”. Según la Escritura, la alegría es fruto del Espíritu Santo (cfr. Ga 5, 22). Este fruto se pudo constatar abundantemente en los días de Sydney. Del mismo modo que un largo camino precede a las Jornadas Mundiales de la Juventud, así también de ellas deriva el camino sucesivo. Se hacen amistades que estimulan a un estilo de vida diverso y lo sostienen desde dentro. Las grandes Jornadas tienen también como finalidad suscitar esas amistades y hacer que de este modo surjan en el mundo lugares de vida en la fe, que son a la vez lugares de esperanza y de caridad vivida [ÂÂ…] » (S.S. Benedicto XVI, Discurso a la Curia Romana con ocasión del intercambio de las felicitaciones por la Navidad, Sala Clementina, lunes 22 de diciembre de 2008).

 

 

Sydney 2008, un acontecimiento de una fuerza extraordinaria

 

Una vez más hemos podido experimentar que la Jornada Mundial de la Juventud constituye un acontecimiento eclesial de una fuerza extraordinaria. Más de doscientos mil jóvenes han “ invadido ” la ciudad de Sydney en los días de las celebraciones, un número excepcional, considerando la distancia geográfica de Australia respecto al resto del mundo. Los peregrinos procedían de doscientas setenta naciones diferentes, de los cinco continentes, asistieron a las catequesis realizadas en más de doscientos treinta lugares de la ciudad, en veintinueve lenguas diferentes; los obispos catequistas fueron más de doscientos setenta. Un millar los sacerdotes que se pusieron a disposición para las confesiones durante la semana de las celebraciones; unos ocho mil los voluntarios que han colaborado con el Comité australiano para la JMJ 2008. Junto al Papa, concelebraron cuatro mil sacerdotes y diáconos, cuatrocientos veinte obispos y veintiséis cardenales.

Pero la fuerza de esta JMJ ha consistido también, como siempre por otra parte, en que ha puesto en marcha - es decir, ha movido a la conversión - no sólo a los jóvenes peregrinos, sino también a las diócesis que los han acogido y a los países anfitriones de las Jornadas Mundiales de la Juventud. Nosotros, maravillados, hemos sido testigos de estas tres grandes conversiones obradas por el Espíritu Santo, y que fueron mucho más allá de nuestras propias esperanzas.

 

Los jóvenes peregrinos, numerosos y a la espera

Como siempre, las JMJ atraen a jóvenes del mundo entero. La edición de Sydney no fue una excepción. A pesar de los elevados costes del viaje, fueron numerosos los jóvenes que se movilizaron para este encuentro. Estuvieron ahorrando durante meses, preparándose para este gran viaje en grupos constituidos con mucha antelación. Las distancias y los costes podrían haberlos desalentado. Pero la tradición de la JMJ, bien arraigada en la vida de las diócesis y de los movimientos, ha  permitido que una multitud de jóvenes se pusiera en marcha. Las cifras finales hablan de unos cien mil jóvenes australianos y otros cien mil del resto del mundo. Aunque algunos consideren estos números poco elevados, nosotros creemos, por el contrario, que manifiestan una gran movilización, teniendo en cuenta las grandes distancias que había que recorrer desde la mayor parte de los países participantes.

¿Cómo se explica semejante éxito? Las razones son varias. En la época de Internet y la globalización, los jóvenes están, ciertamente, más abiertos a los encuentros internacionales. Además, muchos consideran Australia un país exótico. Pero, la razón más profunda de este éxito radica en el hecho de que las nuevas generaciones están deseando un encuentro fraterno. Bastaba con ver por las calles a los grupos de jóvenes que, sin conocerse, se paraban a hablar entre ellos por las calles, para darnos cuenta de la sed de contactos con un calor humano. En muchos de ellos se notaba también una gran sed de una experiencia espiritual. De hecho los lugares de oración fueron muy concurridos. Siempre fue copiosa, por ejemplo, la participación a la adoración eucarística. Del mismo modo, las noches de oración animadas por comunidades como Taizé, San Juan, la Comunidad del Emmanuel, los Misioneros de la Caridad y Juventud 2000 siempre llenaron las iglesias. Múltiples observadores han subrayado la calidad de la escucha, del silencio y del recogimiento durante las celebraciones con el Papa, a pesar de que las condiciones ambientales no fueran siempre favorables. Muchos de ellos han vivido con particular sensibilidad el Via Crucis, realizado con una magnífica escenografía. Estas escenas, que revelaron con la fuerza del arte algunos intensos aspectos de la pasión de Cristo, conmovieron especialmente a nuestros jóvenes, sumergidos en un mundo de imágenes.

También las catequesis mostraron las grandes expectativas de los jóvenes. Las predicaron los obispos en tres mañanas consecutivas y fueron seguidas con mucho interés. Los mismos obispos han sentido una gran alegría al instruir a jóvenes deseosos por encontrar respuestas sobre la fe. Algunos grupos, cuando han vuelto a sus países, han pedido a sus obispos seguir con las catequesis. Es una señal de su alegría de profundizar la fe y también de la alegría de poder encontrarse con su obispo, una oportunidad que, a juicio de los mismos jóvenes, se da con poca frecuencia.

Algunos testimonios de los jóvenes, de regreso de Sydney, son conmovedores. En el corazón de la Iglesia reunida se ha vivido un verdadero encuentro con Cristo. El Espíritu Santo les ha mostrado con fuerza el Amor del Salvador y los ha puesto en camino. Se reúnen ahora con regularidad con otros jóvenes para permanecer fieles a la gracia recibida. El deseo de dar testimonio de la propia fe los empuja a realizar iniciativas allí donde viven. ¡Y la Iglesia adquiere un rostro nuevo!

¿Cómo no dar gracias al Espíritu Santo, por este gran Pentecostés? Sabemos que los frutos serán enormes para las diócesis de las que forman parte estos jóvenes y para los movimientos a los que pertenecen. La Iglesia, ocupándose de las nuevas generaciones, encuentra en ellas esperanza y un motivo para alabar a Aquel que ha hecho nuevas todas las cosas.

 

Diócesis renovadas

No sólo los jóvenes han sido renovados en su fe, sino también las diócesis. Baste con pensar en las diócesis que en todo el mundo se han movilizado para mandar a propios jóvenes. En particular, esta vez han sido las diócesis de Oceanía las primeras interesadas. De hecho, es la primera vez que una Jornada Mundial de la Juventud se realiza en ese continente.

También las diócesis que han acogido la JMJ han experimentado esta renovación. Nos referimos a las diócesis de Australia y Nueva Zelanda que recibieron a grupos de jóvenes peregrinos durante los días previos al encuentro de Sydney. Muchas parroquias trabajaron duro para encontrar alojamiento a los peregrinos, para ofrecer las comidas, hacerles visitar las ciudades, para tener con ellos momentos de comunión y oración. Bien sabemos la gran fecundidad eclesial que todo esto comporta. Estos contactos personales dan mucha esperanza a las pequeñas comunidades parroquiales. Y los mismos jóvenes han quedado muy conmovidos por la acogida de las familias y de las pequeñas parroquias. Han descubierto el tesoro de la fe y la generosidad de la Iglesia en el mundo entero. Esta experiencia recíproca de fraternidad en Cristo y de la belleza de la Iglesia ha marcado muchos corazones, y vuelve a dar vida al tejido eclesial.

La diócesis más transformada con ocasión de esta JMJ es, justamente, la de Sydney. Un intenso trabajo de tres años en el que han participado numerosos fieles, sacerdotes, empleados y voluntarios. Algunos, muy escépticos sobre el tipo de respuesta que la realización de la JMJ podía llegar a tener en un país tan secularizado, dónde además la Iglesia es minoría, han dado testimonio sucesiva- mente de su “ conversión ”. Han visto la obra del Espíritu Santo en el anuncio público de la fe por parte del Santo Padre, de obispos, sacerdotes y jóvenes felices de ser cristianos, sin complejos. Se experimentó una especie de liberación. Una liberación que se percibía en los rostros de muchos. Y, sin duda, marcará a las diócesis que han acogido y organizado las JMJ, además con una generosidad y una competencia admirable. La experiencia de los lugares que han acogido las JMJ en años anteriores lo demuestra. Después de la JMJ de París en 1997, resultaba normal pensar en organizar un encuentro público de católicos en la capital de un país que está orgulloso de su fuerte laicidad. La visita del Papa a París - en septiembre del año pasado - en cuya ocasión la sociedad civil colaboró eficazmente, es una prueba de ello. Podemos esperar, pues, que será también así para Sydney y para toda Australia, un país muy secularizado.

Entre las diócesis cambiadas por la JMJ, no podemos olvidar las que han participado a distancia. En Hungría, Polonia, Francia, España y muchos otros países, se celebró una especie de “ JMJ 2008 fuera de Sydney ”, conectados en directo con Australia por televisión e Internet. Se trata de un nuevo fenómeno, vinculado tanto al desarrollo de los medios de comunicación como a la distancia de los lugares donde se realizan las JMJ. Estas iniciativas muestran el carácter cada vez más universal de estos encuentros de jóvenes católicos. En este “ pueblo global ” todos sienten la necesidad de asociarse a las JMJ, también desde sus casas. ¡Qué bonita manifestación de la vida de la Iglesia universal!

 

Un país secularizado que se mueve

Nuestra tercera alegría fue ver como un país tan secularizado acogía públicamente la Palabra del Evangelio. ¿Quién no ha quedado impresionado por el discurso de apertura del Primer Ministro, que manifestó explícitamente su voluntad de acoger la JMJ para dar apoyo al trabajo de la Iglesia católica, puesto que en todos estos siglos ha dado mucho a su país? ¡Es una novedad absoluta que este discurso comprometido y atrevido venga de un cristiano no católico, ciudadano de un país de cultura occidental! El empeño del Estado en la organización logística para este acontecimiento, sin duda, ha sido el más significativo en la historia de las JMJ. Baste con decir que en pleno centro de la ciudad se había habilitado un espacio para las grandes celebraciones, con una vista maravillosa sobre la bahía, y había banderas y manifiestos por toda la ciudad, además de puestos de policía y autobuses al servicio de los peregrinos. Asimismo, el espectacular Via Crucis en los lugares más significativos de Sydney (frente a monumentos públicos y en las calles del centro) dejó una huella indeleble en la ciudad. A esto se suma el testimonio de alegría que los chicos han dado a los habitantes del lugar, previamente preocupados de ser molestados y de ver los lugares públicos devastados por la falta de civismo de los jóvenes extranjeros - una inquietud que fue desmentida por los hechos. ¿Cómo no pensar que este anuncio del Evangelio, realizado con palabras y con hechos, es un buen auspicio para la ciudad de Sydney y sus habitantes? Con San Pablo, sabemos que donde sea proclamada con fuerza la Palabra de Dios - tarde o temprano - brotará.

 

Una Palabra que requiere nuestra responsabilidad y entrega un mandato

En el centro del acontecimiento estaba, claramente, la Palabra de Dios ofrecida por el Papa. Una vez más esta ha marcado las mentes, ha conmovido los corazones y ha obrado conversiones. Benedicto XVI, ya desde su llegada, enseñó a los jóvenes el plan de salvación en Cristo, como le gusta hacer a menudo. Este mundo tan bonito, que el Papa contaba haber contemplado desde el avión, también es campo de batalla y lugar de muchos sufrimientos que Cristo viene a sanar. A estos jóvenes, a menudo tentados por el consumismo, que lleva a la desesperación, y heridos por las divisiones, el Papa ha recordado que son “ criaturas nuevas ” mediante el bautismo y habitadas por el Espíritu, manantial de esperanza. Con ocasión de la gran vigilia, después de haber contemplado los dones del Espíritu que producen la comunión, el Papa exhortó a los jóvenes: “¡Haced que el amor unificador sea vuestra medida; el amor duradero vuestro desafío y el amor que se entrega vuestra misión! ”. Durante la misa final el Santo Padre administró el sacramento de la confirmación a veinticuatro jóvenes, para recordar a todos los dones recibidos de Dios con este sacramento. Y, con la firme certeza de vivir con ellos un Pentecostés, reclamó de nuevo su responsabilidad enérgicamente: “ Queridos jóvenes, permitidme que os haga una pregunta. ¿Qué dejaréis vosotros a la próxima generación? ¿Estáis construyendo vuestras vidas sobre bases sólidas? ¿Estáis construyendo algo que durará? ¿Estáis viviendo vuestras vidas de modo que dejéis espacio al Espíritu en un mundo que quiere olvidar a Dios, rechazarlo incluso en nombre de un falso concepto de libertad? ¿Cómo estáis usando los dones que se os han dado, la « fuerza » que el Espíritu Santo está ahora dispuesto a derramar sobre vosotros? ¿Qué herencia dejaréis a los jóvenes que os sucederán? ¿Qué os distinguirá? ”

Sabemos que esta palabra fuerte, que confirma y responsabiliza, ha sido escuchada. Y creemos que, de un modo u otro, dará su fruto en la vida de estos jóvenes y a toda la Iglesia.

 

Encuentro internacional de los delegados de la pastoral juvenil: de Sydney a Madrid

Del 2 al 5 de abril de 2009, delegados de varios países, movimientos y asociaciones internacionales se encontrarán en Roma para hacer balance de la experiencia de la JMJ de Sydney y dar comienzo a la preparación de Madrid 2011. Uno de los símbolos más elocuentes es la entrega de la Cruz de la Redención, confiada por Juan Pablo II a los jóvenes y que se convirtió en la Cruz de las JMJ, que pasará de las manos de los jóvenes de Sydney a las de los jóvenes madrileños que toman el relevo, con una peregrinación en España, en preparación de la JMJ de Madrid.

 

Los temas de los mensajes para las próximas JMJ

Como ya es costumbre, el Santo Padre Benedicto XVI ha indicado los temas de las próximas Jornadas Mundiales de la Juventud hasta la que reunirá a los jóvenes en Madrid, en 2011. Con este método, se quieren proponer los pasos de un recorrido a seguir, las etapas principales del itinerario espiritual que llevará a los jóvenes al encuentro mundial de Madrid previsto del 16 al 21 de agosto de 2011.

Los temas son los siguientes:

–        XXIV JMJ (2009): “ Hemos puesto nuestra esperanza en el Dios vivo ” (1Tm 4,10).

–        XXV JMJ (2010): “Maestro bueno, ¿qué haré para heredar la vida eterna? ” (Mc 10, 17).

–        XXVI JMJ (2011): Arraigados y edificados en Cristo, firmes en la fe ” (cfr. Col 2, 7).

 

 

El saludo a Mons. Kohn y la bienvenida al Rev. Jacquinet

 

Al regreso de la delegación del Consejo Pontificio para los Laicos de la ardua y rica experiencia de Sydney, en el mes de septiembre se produjo un cambio en la guía de la Sección Jóvenes. Mons. Francis Kohn, que desde abril de 2001 estaba al servicio de la Santa Sede en nuestro Dicasterio, acabó su mandato como responsable de la Sección.

Mons. Kohn, miembro de la Comunidad del Emmanuel y ordenado presbítero por la diócesis de París, llegó a Roma con su experiencia de sacerdote de la parroquia de Santa Trinidad en París (1986-1995) y de miembro del Comité organizador de la JMJ de París (1996-1997), por mencionar sólo algunas de sus varias actividades. Dentro de la Comunidad del Emmanuel ha servido en muchos campos, entre los cuales las actividades de pastoral juvenil de ámbito internacional y la dirección de la Escuela de formación y evangelización de la Comunidad en París.

Como Responsable de la Sección Jóvenes del Consejo Pontificio para los Laicos, trabajó con empeño y pasión en la organización de las Jornadas Mundiales de la Juventud de Toronto (2002), Colonia (2005) y Sydney (2008).

Recientemente ha sido nombrado postulador de la causa de canonización de Pierre Goursat, fundador de la Comunidad del Emmanuel.

Recordando su dedicación al servicio de la Santa Sede y de los jóvenes y el apasionado empeño que lo ha caracterizado en su tarea como responsable de la Sección, le expresamos nuestra profunda gratitud y le deseamos un fecundo servicio en la viña del Señor.

El nuevo responsable, el Reverendo Eric Jacquinet, también es francés, de la diócesis de Lión. Hasta ahora párroco y delegado episcopal de la pastoral sacramental y litúrgica, el Revdo. Jacquinet es ingeniero y también él es miembro de la Comunidad del Emmanuel, en la que trabajó para los jóvenes, las parejas y los sacerdotes. Ha publicado varias obras sobre el Corazón de Jesús, sobre la compasión y, recientemente, sobre el acompañamiento de los fieles divorciados y casados por segunda vez.

Le damos nuestra cordial bienvenida.

 

 

A veinte años de la Christifideles Laici Memoria, desarrollo,
nuevos desafío y tareas

 

Los miembros y los consultores del Consejo Pontificio para los Laicos se reunieron del 13 al 15 de noviembre pasado para la XXIII Asamblea Plenaria. El congreso asumió una fisonomía muy especial, sobre todo por la presencia de un nutrido grupo de miembros y consultores de reciente nombramiento, más de un tercio del total, que participaban por primera vez. El argumento afrontado en los dos primeros días de nuestra Asamblea se inspiraba en el aniversario de un documento fundamental para los fieles laicos, su Charta Magna, según la definición que dio el Santo Padre durante la audiencia: “A veinte años de la Christifideles Laici: memoria, desarrollo, nuevos desafíos y tareas ”. La reflexión se basó en cuatro informes y numerosos testimonios articulados en dos mesas redondas; además se prestó especial atención a que no faltaran tiempos adecuados para llevar a cabo libremente el debate. El cardenal Ryłko, presidente del Consejo Pontificio para los Laicos, inauguró los trabajos dando una calurosa bienvenida a los nuevos y trazó las líneas directrices de las reflexiones posteriores. En el primer informe el cardenal Angelo Scola, patriarca de Venecia, profundizó en los desarrollos recientes de la teología del laicado a la luz de la eclesiología de comunión, señalando sus progresos y lagunas. El arzobispo de Munich, Mons. Reinhard Marx, con una brillante exposición nos puso al día sobre los avances en las experiencias de formación de los laicos, indicando recursos y dificultades; a continuación, el Prof. Carriquiry, subsecretario de nuestro Dicasterio, gracias a su vasta y consolidada experiencia madurada “ en el campo de batalla ”, describió un cuadro preciso del desarrollo de las nuevas realidades asociativas surgidas después del Concilio, que en los últimos veinte años se han ido acercando cada vez más al alto grado de “ madurez eclesial ” que en su tiempo auguraba la Christifideles Laici, y abriéndose cada vez más a la misión universal de la Iglesia. Mons. Dubost, obispo de Evry, abordó ampliamente el tema de la corresponsabilidad de los fieles laicos en la edificación de la comunidad cristiana a partir de las experiencias vividas en sus diócesis. Todos los testimonios se inspiraron en la responsabilidad de los fieles laicos en la vida pública, tocando los puntos cruciales que interpelan la índole secular propia de los bautizados de nuestro tiempo. Lola Velarde denunció con extrema claridad las políticas contemporáneas inspiradas en ideologías nihilistas y coordinadas a nivel planetario, que atacan directamente la institución de la familia cuestionando derechos fundamentales como el derecho a la vida y a la libertad de educación, para promover pseudo-derechos subjetivos, deletéreos tanto para las personas como para la comunidad. Thomas Han, que está entre los “ decanos ” de nuestros miembros, puso en evidencia los grandes intereses económicos y de poder que mueven estas políticas, cuyos efectos más inmediatos se pueden constatar en un mayor empobrecimiento de los pueblos del tercer mundo, ya muy pobres. Carl Anderson subrayó la importancia de la educación basada en principios humanistas cristianos para que las nuevas generaciones sean capaces de afrontar los problemas siempre nuevos de nuestras sociedades rápidamente cambiantes. Entre las reflexiones no pudo faltar una puntualización sobre el papel de los fieles laicos que trabajan en los medios de comunicación, algo que hizo brillantemente Josep Miró i Ardèvol, mientras que correspondió al diputado italiano Luca Volontè afrontar la delicada problemática de los laicos católicos comprometidos en política. Alessandro Zuccari, disertó sobre el orden internacional, poniendo en evidencia, por un lado, la grave situación económica y social de muchos países pobres, especialmente de África y Asia, y, por otro lado, indicando los caminos que pueden conducir a una mayor justicia internacional.

El debate, muy animado, enriqueció las ponencias y los testimonios con la contribución de todos nuestros miembros y consultores. La publicación de las actas no podrá reflejar plenamente el clima de gran interés y participación que reinó en nuestra Asamblea. La mañana del tercer día estuvo dedicada a la audiencia con el Santo Padre. La reflexión de Benedicto XVI puso en evidencia la actualidad de la Christifideles Laici, que “ retoma las enseñanzas del Concilio, orienta el discernimiento, la profundización y la orientación del compromiso laical en la Iglesia ante los cambios sociales de estos años ”. El impulso que dio el Concilio, renovado por la Christifideles Laici, permitió un sorprendente incremento de “ la participación de los laicos gracias a los consejos pastorales, diocesanos y parroquiales ”, donde pudo crecer y expresarse el sensus ecclesiae del pueblo de Dios. La clara apertura a la contribución de los laicos y la enunciación de los inequívocos “ criterios de eclesialidad ” por parte de la Christifideles Laici, han permitido madurar una “ viva conciencia de la dimensión carismática de la Iglesia ”, lo cual “ ha llevado a apreciar y valorar tanto los carismas más simples que la Providencia de Dios otorga a las personas como los que aportan gran fecundidad espiritual, educativa y misionera ”. A este respecto, el Santo Padre creyó oportuno “ agradecer especialmente al Consejo Pontificio para los Laicos el trabajo realizado durante los decenios pasados para acoger, acompañar, discernir, reconocer y animar estas realidades eclesiales, favoreciendo la profundización de su identidad católica, ayudándolas a insertarse más plenamente en la gran tradición y en el entramado vivo de la Iglesia, y secundando su desarrollo misionero ”. La atención del Papa se dirigió luego a los jóvenes, en particular, revivió la Jornada Mundial de la Juventud de Sydney: “ Las nuevas generaciones no sólo son destinatarias preferenciales ” de la transmisión de la rica herencia de la fe católica, “ sino también sujetos que esperan en su corazón propuestas de verdad y de felicidad para poder dar testimonio cristiano de ellas, como sucede ya de modo admirable. Yo mismo fui nuevamente testigo de ello en Sydney, en la reciente Jornada Mundial de la Juventud ”. Después de haber hablado sobre los jóvenes, Benedicto XVI se detuvo también sobre la “ dignidad y participación de las mujeres en la vida de la Iglesia y la sociedad ”, un tema que siempre le ha preocupado. Si es verdad que: “ el hombre y la mujer, iguales en dignidad, están llamados a enriquecerse recíprocamente en comunión y colaboración, no sólo en el matrimonio y en la familia, sino también en todas las dimensiones de la sociedad. A las mujeres cristianas se les pide conciencia y valentía para afrontar tareas exigentes, para las cuales, sin embargo, no les falta el apoyo de una notable propensión a la santidad, de una especial agudeza en el discernimiento de las corrientes culturales de nuestro tiempo, y de una pasión particular por el cuidado de lo humano, característica de ellas ”. La última reflexión del Santo Padre se centró en “ la índole secular que caracteriza a los laicos ”. Después de haber subrayado que el mundo en su complejidad es “ lugar teológico, ámbito y medio de realización de la vocación y misión de los laicos ”, en particular, porque les corresponde “ dar testimonio de la caridad, especialmente a los más pobres, a los que sufren y a los necesitados ”, como también para “ asumir todos los compromisos cristianos destinados a crear condiciones de justicia y paz cada vez mayores en la convivencia humana ”, el Papa hizo una petición concreta a nuestro Dicasterio: “ pido al Consejo Pontificio para los Laicos que siga con diligente cuidado pastoral la formación, el testimonio y la colaboración de los fieles laicos en las más diversas situaciones en las que está en juego la auténtica calidad humana de la vida en la sociedad. De modo particular, reafirmo la necesidad y la urgencia de la formación evangélica y del acompañamiento pastoral de una nueva generación de católicos comprometidos en la política, que sean coherentes con la fe profesada, que tengan rigor moral, capacidad de juicio cultural, competencia profesional y celo de servicio para el bien común ”.

El Consejo Pontificio para los Laicos, que realiza su trabajo al servicio del Santo Padre, decidió dedicar las próximas asambleas plenarias al tema del compromiso de los fieles laicos en la vida pública, especialmente en la política. Después de la palabra iluminadora y programática del Papa, los trabajos de la XXIII Asamblea Plenaria concluyeron por la tarde del tercer día, un espacio de tiempo lamentablemente breve, pero muy intenso. Ante todo, el presidente ilustró las tareas y las responsabilidades de los Miembros y Consultores, sobre todo en beneficio de los nuevos. Mons. Clemens, secretario del Dicasterio, abrió un amplio debate sobre los programas de los próximos años, también para comenzar a reflexionar sobre las líneas programáticas indicadas por el Santo Padre. El debate contó con la participación de numerosos miembros y consultores, tantos que a duras penas fue posible escuchar las propuestas de todos los que desearon intervenir. La Asamblea concluyó con una cena de amistad, sellando así tres días de intenso trabajo pero también de convivencia humana y de comunión en el amor por Cristo y por la Iglesia.

 

 

Los futuros programas del Dicasterio

 

Al término de un año rico de acontecimientos, durante la última Asamblea Plenaria del Consejo Pontificio para los Laicos se presentaron a los miembros y consultores algunas iniciativas de las que se ocupará el Dicasterio próximamente.

La reciente XXIII Jornada Mundial de la Juventud de Sydney confirmó una vez más la eficacia de estos encuentros que el siervo de Dios Juan Pablo II apoyó con gran determinación y el Papa Benedicto XVI ha llevado adelante con igual convicción. Acabada esta experiencia, los superiores del Dicasterio, con la Sección Jóvenes, ya se están ocupando de la organización de la próxima Jornada Mundial de la Juventud en Madrid, prevista para 2011, manteniéndose regularmente en contacto con los organizadores españoles. En las páginas de este Noticiario ya hemos presentado los temas de las próximas JMJ hasta la de Madrid y también la próxima cita, a la que han sido convocados los responsables de la pastoral juvenil de las Conferencias episcopales y de los movimientos y asociaciones internacionales.

Siempre a través de la Sección Jóvenes, el Dicasterio está organizando el décimo Fórum Internacional que se realizará en marzo de 2010. El tema será de sumo interés para las nuevas generaciones: la educación al amor. Se afrontarán cuestiones actuales, como la dificultad de numerosos jóvenes de nuestro tiempo a comprometerse de modo duradero, las consecuencias en los jóvenes del divorcio de los padres y las ayudas posibles, la responsabilidad de los formadores, la preparación al matrimonio y otros muchos problemas que permanecen abiertos. Se abordarán temas de antropología cristiana, con especial referencia a las enseñanzas del Santo Padre Benedicto XVI y a la denominada “ teología del cuerpo ” de Juan Pablo II.

La Sección Iglesia y Deporte, ya plenamente operativa gracias a los numerosos contactos establecidos con las más importantes asociaciones deportivas católicas y no católicas, como también con las Conferencias episcopales de todo el mundo, está organizando, en colaboración con el Centro Deportivo Italiano (CSI) y la naciente Fundación “ Juan Pablo II para el deporte ”, la VI “Maratón por la paz ” que se desarrollará de Jerusalén a Roma, pasando por Grecia, Malta y el sur de Italia, en los meses de mayo y junio de 2009. En otoño, se llevará a cabo el tercer Seminario Iglesia y Deporte, dedicado a la importancia pedagógica del deporte amateur y juvenil que se vive también gracias a las innumerables asociaciones deportivas católicas. El objetivo que el seminario se propone es la valorización de la dimensión social, recreativa y formativa del deporte, para que este sepa educar también en las virtudes cristianas en la vida cotidiana.

La actividad ordinaria del Dicasterio implica, además, mantener contactos constantes con los movimientos y las nuevas comunidades, dedicando una atención especial a aquellos de los que está en curso el proceso de reconocimiento a nivel internacional. También siguen las relaciones de la Sección Mujer con la red de colaboración establecida a nivel internacional y constituida por estudiosos y expertos del tema vinculados a la visión cristiana de la condición de la mujer y la complementariedad hombre-mujer. Las relaciones con los obispos de todo el mundo se mantienen constantes y son fundamentales; con ellos, el argumento que se aborda en más ocasiones durante los encuentros es, sin duda, el de la necesidad de una presencia mayor y más eficaz de los fieles laicos en la vida pública.

Es también por este motivo que se ha sopesado la oportunidad de dedicar la próxima Asamblea Plenaria, prevista para 2010, al compromiso de los fieles laicos en la vida política y cultural. Un tema de gran actualidad y de importancia creciente, sobre todo desde que se han impuesto en el debate político temas cruciales, como el derecho a la vida, la tutela de la familia, la libertad de educación y, por último, la libertad religiosa. Cuestiones amplias, que probablemente deberán ser afrontadas en más de una reunión y desde distintos ángulos, y que implican, además, una reflexión sobre la formación de los laicos, sobre su sentido de pertenencia a la Iglesia y, sobre todo, sobre el sentido teológico y eclesial de la índole secular que los caracteriza.

 

 

Reconocimientos jurídicos y aprobaciones estatutarias

 

El Consejo Pontificio para los Laicos:

• Con decreto del 12 de enero de 2008, aprobó las modificaciones aportadas a los estatutos de la asociación Adsis.

• Con decreto del 26 de agosto de 2008, concedió la aprobación definitiva de los estatutos de la Union Internationale des Guides et Scouts dÂÂ’Europe - Fédération du Scoutisme Européen.

• Con decreto del 12 de septiembre de 2008 aprobó los nuevos estatutos de la Fédération Internationale des Associations Catholiques dÂÂ’Aveugles (FIDACA).

• Con decreto del 12 de octubre de 2008, reconoció como asociación internacional de fieles la Comunidade Canção Nova, aprobando sus estatutos “ ad experimentum ”.

• Con decreto del 18 de octubre de 2008 aprobó los nuevos estatutos de la World Union of Catholic Teachers (WUCT).

• Con decreto del 24 de octubre de 2008, reconoció Hogares Nuevos - Obra de Cristo como asociación internacional de fieles, aprobando los nuevos estatutos “ ad experimentum ”.

• Con decreto del 28 de octubre de 2008, concedió la aprobación definitiva de los estatutos de la Unione dellÂÂ’Apostolato Cattolico.

• Con decreto del 31 de octubre de 2008 aprobó los nuevos estatutos de la Jeunesse Indépendante Chrétienne Internationale (JICI).

• Con decreto del 25 de diciembre de 2008, reconoció la comunidad Fondacio como asociación internacional de fieles, aprobando sus estatutos “ ad experimentum”.

 

Actualmente, el Dicasterio está examinando las solicitudes de reconocimiento canónico presentadas por las siguientes asociaciones laicales: Comunidad Católica de Integración, Movimiento Apostólico de Schönstatt, Comunità Cenacolo, Cellule Parrocchiali di Evangelizzazione, Pan-American Health Care Network, Fédération Internationale des Centres de Préparation au Mariage, Movimiento de la Palabra de Dios, Communauté du Chemin Neuf, Comunità Gesù Risorto, Unione Cattolica Internazionale di Servizio Sociale “Madeleine Delbrêl ”, Misioneros de la Esperanza, Comunità Nuovi Orizzonti, Hogar de la Madre.

 

 

Últimos volúmenes publicados

 

Colección “ Jóvenes ”

• Testimoniar a Cristo en el mundo del trabajo. Actas del IX Fórum Internacional de Jóvenes, Rocca di Papa, 28 de marzo-1 de abril de 2007.

 

PUBLICACIONES EN PREPARACIÓN

• Mujer y varón, la totalidad del humanum. A veinte años de la carta apostólica Mulieris dignitatem. Congreso internacional, Roma, 7-9 de febrero de 2008.

• “Os pido que salgáis al encuentro de los movimientos con mucho amor ”. Seminario de estudio para obispos, Rocca di Papa (Roma), 15-17 de mayo de 2008.

 

 

Visitas ad limina

 

Las visitas ad limina se retomaron en el mes de septiembre, con un ritmo intenso para compensar el período de casi un mes de suspensión previsto en octubre para permitir el desarrollo del Sínodo de los obispos sobre la Palabra de Dios. Hemos recibido visitas de numerosas conferencias episcopales de América Latina: Nicaragua, Paraguay, Panamá, Uruguay, Ecuador, Bolivia y Chile; además han venido los obispos de Kazajstán, Uzbekistán y Kirguistán y de la isla de Taiwán. En los encuentros con los prelados latinoamericanos hemos podido constatar que la Conferencia de Aparecida ha marcado profundamente a la Iglesia en América Latina. Los obispos han demostrado conocer a fondo los problemas de sus países, sintetizados en el Documento conclusivo de Aparecida: « el éxodo de fieles hacia sectas y otros grupos religiosos, las corrientes culturales contrarias a Cristo y a la Iglesia, el desaliento de los sacerdotes frente a la mole del trabajo pastoral, la escasez de clero en muchas regiones, el cambio de los paradigmas culturales, la globalización y la secularización, los graves problemas de violencia, pobreza e injusticia, el difundirse de la cultura de muerte » (n. 185). Lamentablemente en ambientes cristianos se está promoviendo una nociva moda cultural que pretende restablecer las religiones paganas, denunciada en Aparecida por el Papa mismo: «La utopía de volver a dar vida a las religiones precolombinas, separándolas de Cristo y de la Iglesia universal, no sería un progreso, sino un retroceso [ÂÂ…]. En efecto, el anuncio de Jesús y de su Evangelio no supuso, en ningún momento, una alienación de las culturas precolombinas, ni una imposición de una cultura extraña » (Benedicto XVI, Discurso a la V Conferencia del CELAM, n. 1, 13 de mayo de 2007).

Frente a estos graves problemas los obispos no se muestran desmoralizados, es más, nutren muchos motivos de esperanza sólidamente basada en las muchas gracias que Dios está prodigando a sus Iglesias. Están trabajando intensamente en la formación, para realizar los deseos del Santo Padre: «Al iniciar la nueva etapa que la Iglesia misionera de América Latina y del Caribe se dispone a emprender, a partir de esta V Conferencia General en Aparecida, es condición indispensable el conocimiento profundo de la Palabra de Dios. Por esto, hay que educar al pueblo en la lectura y meditación de la palabra de Dios: que ella se convierta en su alimento para que, por propia experiencia, vean que las palabras de Jesús son espíritu y vida » (ibid., n. 3). La formación se vale, además de las estructuras diocesanas y de las iniciativas de las parroquias, a menudo articuladas en comunidades de base, también y en gran medida de los movimientos eclesiales y las nuevas comunidades, que están contribuyendo a la renovación de las Iglesias de todas las áreas: « los nuevos movimientos y comunidades son un don del Espíritu Santo para la Iglesia. En ellos, los fieles encuentran la posibilidad de formarse cristianamente, crecer y comprometerse en el apostolado, hasta convertirse en verdaderos discípulos misioneros » (ibid., n. 311). La renovación de la catequesis puede apoyarse en la sólida base del « gran mosaico de la religiosidad popular que es el precioso tesoro de la Iglesia católica en América Latina, y que ella debe proteger, promover y, en lo que fuera necesario, también purificar » (Benedicto XVI, Discurso a la V Conferencia del CELAM, n. 1). Los obispos además han dialogado sobre el compromiso de los fieles laicos en la vida política de sus países, constatando que todavía deja mucho que desear; impresiona que el Santo Padre haya subrayado (cfr. ibid., n. 4) la escasa incidencia de los católicos en la vida pública en un continente en el que los bautizados constituyen la gran mayoría. Por este motivo, los prelados están trabajando para poder ofrecer « una catequesis social y una adecuada formación en la doctrina social de la Iglesia » (ibid., n. 3). En efecto, « formar las conciencias, ser abogada de la justicia y de la verdad, educar en las virtudes individuales y políticas, es la vocación fundamental de la Iglesia en este sector. Y los laicos católicos deben ser conscientes de su responsabilidad en la vida pública; deben estar presentes en la formación de los consensos necesarios y en la oposición contra las injusticias » (ibid., n. 4).

 

 

Contactos con asociaciones y movimientos

 

Durante el segundo semestre de 2008, el presidente del Consejo Pontificio para los Laicos, el cardenal Stanisław Ryłko, recibió a los responsables y representantes de los siguientes movimientos y asociaciones: Catholic Fraternity of Charismatic Covenant Communities and Fellowships, Movimiento de Vida Cristiana, Servizio di animazione comunitaria del Movimento per un mondo migliore, International Catholic Charismatic Renewal Services, Foederatio Internationalis Pueri Cantores, Opera di Nàzaret, Comunidad del Emmanuel, Fraternità di Comunione e Liberazione, Comunità Papa Giovanni XXIII. Del Movimento dei Focolari y de la Azione Cattolica Italiana el cardenal recibió a sus respectivos nuevos presidentes: la Sra. Maria Voce y el Prof. Francesco Miano.

• Además, el cardenal Ryłko presidió, el 3 de noviembre, en la basílica de San Juan de Letrán en Roma, la misa de agradecimiento por el reconocimiento como asociación internacional de fieles de la Comunidade Cançao Nova.

• El 23 de noviembre participó en las celebraciones en Würzburg, Alemania, del 40° aniversario de la Comunità di SantÂÂ’Egidio, presidiendo una celebración eucarística en la catedral.

• El 17 de noviembre presidió una concelebración eucarística en la basílica de San Pablo Extramuros para un grupo internacional del instituto secular de las Hermanas de María de Schönstatt.

 

• S.E. Mons. Josef Clemens, secretario del Dicasterio, recibió la visita de responsables y delegados del Movimiento Pro Sanctitate, de las obras Ayuda a la Iglesia necesitada, de la Comunidad del Emmanuel, de la Conférence Internationale Catholique du Scoutisme (CICS), del Apostolado Militar Internacional, de la Comunità “Cuore di Gesù ”, de la Obra Kolping Internacional, de la asociación alemana Obra de San Bonifacio (Bonifatiuswerk der deutschen Katholiken) y de la Federación de Jóvenes Católicos Alemanes.

• Junto con la Sra. Rocío Figueroa, Mons. Clemens recibió a los responsables de la Unione Internazionale delle Guide e Scout dÂÂ’Europa (UIGSE-FSE).

• El 30 de octubre participó en Asís en el 2° Encuentro Internacional de los Obispos que acompañan a las comunidades de Renovación Carismática Católica, organizado por la Catholic Fraternity of Charismatic Covenant Communities and Fellowships, con una ponencia sobre el tema “Los movimientos eclesiales y las nuevas comunidades en el pensamiento del cardenal Joseph Ratzinger ”. Mons. Clemens también presidió la celebración eucarística de apertura de la XIII Conferencia Internacional de la Catholic Fraternity.

• El 14 de diciembre presidió la celebración eucarística del III Domingo de Adviento en la iglesia de S. Onofrio en Roma para la Comunidad Católica de Integración presente en esta ciudad.

 

El subsecretario del Dicasterio, Prof. Guzmán Carriquiry, recibió durante los últimos seis meses a responsables y representantes de la asociación colombiana Espiritualidad de los hijos y de las hijas de Dios, de la asociación francesa Mouvement des Cadres Chrétiens (MCC), de la comunidad brasileña Palavra viva, del Movimiento de espiritualidad “ Vivere in ”, de la Opera di Nàzaret y del Movimento apostolico Manquehue, del Movimento dei laici marianisti.

 

El jefe de oficina del Consejo Pontificio para los Laicos, Mons. Miguel Delgado Galindo, recibió a responsables de Couples for Christ, de la asociación laical colombiana Espiritualidad de los hijos y de las hijas de Dios, de la asociación alemana “Obra de San Bonifacio ” (Bonifatiuswerk der deutschen Katholiken).

 

El Revdo. Eric Jacquinet, nuevo responsable de la Sección Jóvenes, recibió durante los últimos meses a responsables y representantes de los siguientes movimientos y comunidades: Jesus Youth International, Comunidad de San Egidio, Comunidad Católica Shalom, Movimiento de Vida Cristiana, Communauté St. Jean, Forum Internazionale di Azione Cattolica (FIAC), Comunidad del Emmanuel. Además, el Revdo. Jacquinet visitó en varias ocasiones la Emmanuel School of Mission en Roma.

 

 

Otros encuentros

 

El presidente del Dicasterio, el cardenal Stanisław Ryłko, recibió durante el segundo semestre de 2008 a Mons. Leo M. Drona, obispo de San Pablo (Filipinas); a los miembros de la presidencia del Consilium Conferentiarum Episcoporum Europae (CCEE), acompañados por el presidente, el cardenal Péter Erdö, y por el nuevo secretario general, P. Duarte de Cunha; al nuevo prepósito general de la Compañía de Jesús, P. Adolfo Nicolás.

El cardenal Ryłko también recibió la visita del Sr. Edio Costantini, presidente de la Fundación Juan Pablo II para el Deporte. Además, el cardenal Ryłko participó en los siguientes encuentros y congresos:

• Presidió la celebración eucarística de clausura del Congreso “ Freude am Glauben ” organizado por el Forum Deutscher Katholiken en Fulda, Alemania, los días 12-14 de septiembre.

• El 17 de septiembre, presidió la concelebración eucarística y realizó la homilía durante el Congreso para los Nuevos Obispos, organizado en Roma por la Congregación para los Obispos.

• El 25 de septiembre, participó en el XXII Capítulo General del Istituto Figlie di Maria Ausiliatrice con una ponencia sobre “ La emergencia educativa de nuestro tiempo en el magisterio de Benedicto XVI”.

• En el marco de la conmemoración del trigésimo aniversario de la elección al solio pontificio de Juan Pablo II, el 11 de octubre dio una conferencia sobre “ Juan Pablo II, educador de los jóvenes ” en la Universidad de Varsovia.

• Presidió una de las sesiones del Congreso internacional “ Cristo, Iglesia y hombre. El Vaticano II en el pontificado de Juan Pablo II”, organizado en Roma los días 28-30 de octubre por la Pontificia Facultad teológica “ San Buenaventura ” - Seraphicum.

• El 5 de noviembre, participó en la ceremonia de inauguración del año académico de la Universidad Pontificia de la Santa Cruz.

• El 18 de noviembre, dio una lección sobre “ La pastoral juvenil en el magisterio de Benedicto XVI” a los sacerdotes de la archidiócesis de Chieti-Vasto, reunidos para el retiro espiritual mensual.

 

El secretario del Dicasterio, S.E. Mons. Josef Clemens, recibió la visita del arzobispo de Sydney (Australia), cardenal George Pell; de la presidencia de la Conferencia episcopal del Brasil; del obispo de Augsburgo (Alemania), Mons. Walter Mixa y del arzobispo emérito de Munich y Freising, el cardenal Friedrich Wetter.

Mons. Clemens recibió, además, la visita de Frère Alois Löser, Prior de Taizé, y de P. David M. Kammler, OP, Promotor general de la Fraternità Laiche Domenicane (Fld).

• El 2 y el 3 de septiembre participó, en Freising (Alemania), en el VI Congreso mundial de la pastoral para los gitanos, promovido por el Consejo Pontificio de la Pastoral para Emigrantes e Itinerantes, y moderó la mesa redonda de algunos directorios nacionales sobre el tema “ Evangelización y promoción humana de los jóvenes gitanos frente a los desafíos del pluralismo religioso, cultural y ético ”.

• El 7 y el 8 de septiembre, presidió la celebración eucarística en el santuario de Mariazell (Austria), con ocasión del aniversario del viaje apostólico de S.S. Benedicto XVI. Se encontró con los representantes de algunos movimientos y asociaciones miembros del Consejo para los Laicos de Austria.

• El 10 y 11 de octubre, guió la delegación de la Santa Sede en la 8ª Conferencia Europea de los Capellanes responsables de la Juventud, realizada en Kiev (Ucrania) sobre el tema: “ El futuro de la política juvenil del Consejo de Europa: Agenda 2020 ”.

 

• Del 2 al 5 de julio, el subsecretario del Consejo Pontificio para los Laicos, Prof. Guzmán Carriquiry, participó en Monterrey (México) en el III Congreso internacional de la Espiritualidad de la cruz, con una ponencia con el título “ El grito de la humanidad que busca salvación, solidaridad y vida ”. El Congreso estaba organizado por la Familia de la Cruz, un organismo compuesto por varias asociaciones que viven la espiritualidad de la cruz. En el encuentro participó también la Sra. Rocío Figueroa, que el 4 de julio habló sobre el tema “ La mujer creadora de una nueva cultura en tiempos de crisis ”.

• El 25 de agosto, el Prof. Carriquiry recibió el título de Doctor honoris causa en Jurisprudencia y Ciencias Políticas de la Universidad de la Fraternidad de Agrupaciones Santo Tomás de Aquino, (FASTA), de Mar del Plata (Argentina). En el curso de la ceremonia realizó su lectio magistralis sobre el tema “A sesenta años de la Declaración universal de los derechos humanos. La cuestión de los fundamentos: entre la tradición jusnaturalista y el relativismo cultural ”.

• El 27 de septiembre, en Madrid (España), el Prof. Carriquiry dio una conferencia en el acto conmemorativo del centenario del nacimiento del P. Tomás Morales, S.I., fundador de los institutos seculares Las Cruzadas y Los Cruzados de Santa María y del movimiento juvenil Milicia de Santa María.

 Â• El 22 de octubre, en Roma, dio una conferencia con el título “ América Latina, continente de la esperanza a la luz de la encíclica Spe Salvi ”, en la sede de la asociación internacional Misioneros de la Caridad Política.

 

• La Sra. Rocío Figueroa ha participado en las reuniones periódicas del Working Group del Fórum de las Organizaciones No Gubernamentales de inspiración católica. El Working Group está formado por representantes de algunas de las mayores ONG de inspiración católica y representantes de la Secretaría de Estado y del Consejo Pontificio para los Laicos.

 

• El 5 de julio de 2008, el Revdo. P. Kevin Lixey, L.C., responsable de la Sección Iglesia y Deporte, participó en Varsovia (Polonia) en la inauguración de los XX Parafiada Games, en el que participaron chicos procedentes de muchos países del Este europeo. En los días sucesivos participó en el Simposio sobre el deporte “El movimiento forma mente, corazón y cuerpo ”, organizado por el Comité Parafiada en la sede del Comité Olímpico Polaco. Los Parafiada Games son organizados por el Movimiento Parafiada, nacido en Polonia a finales de los años ochenta del siglo pasado, en el marco de la tradición de las Escuelas Pías de los Padres Escolapios.

• Del 17 al 20 de julio, el Revdo. P. Lixey estuvo presente en la 60ª edición de los Juegos de la Federación Internacional Deportiva de la Enseñanza Católica (FISEC) que se realizaron en Malta, del 15 al 21 de julio de 2008, y en los que participó un millar de chicos de 14 a 17 años, procedentes de varios países europeos. En los mismos días, se llevó a cabo también un Fórum de Jóvenes (dos representantes por cada país) sobre los valores que transmite el deporte y una reunión con los delegados del FISEC.

 

El Revdo. Eric Jacquinet, responsable de la Sección Jóvenes, recibió a los representantes de la Iglesia greco-católica en Ucrania; de la diócesis de Tívoli; de la diócesis de Montauban, Francia y de la pastoral juvenil de los Salesianos y de los Legionarios de Cristo.

Además, recibió a Mons. Dominique Lebrun, obispo de Saint-Etienne (Francia), con un grupo de peregrinos de su diócesis; y a un grupo del seminario St. Jean Eudes, de Caen (Francia), de peregrinación en Roma.

• El 2 y 3 de noviembre, el Revdo. Jacquinet dio una conferencia sobre el tema “ La Iglesia y los jóvenes ” durante el Congreso de Pastoral Juvenil organizado en Lourdes (Francia), por invitación de Mons. Jacques Perrier, obispo de Tarbes y Lourdes.

• El 30 y 31 de diciembre participó, en Bruselas, en el 31° Encuentro Europeo de los Jóvenes, animado por la Comunidad de Taizé.

 

El cardenal Ryłko recibió durante el segundo semestre del año a los siguientes embajadores ante la Santa Sede: S.E. la Sra. Anne Leahy, embajadora de Canadá ante la Santa Sede y el Sr. Kagefumi Ueno, embajador de Japón ante la Santa Sede.

El 31 de octubre, el cardenal Ryłko participó en Bassano del Grappa (Vicenza) en la ceremonia de asignación del Premio Internacional Medalla de Oro al mérito de la Cultura Católica a la Profesora Mary Ann Glendon, embajadora de los Estados Unidos de América ante la Santa Sede.

 

Mons. Clemens recibió la visita de S.E. el Sr. Ben-Hur Oded, embajador de Israel ante la Santa Sede; de la Señora Anne Therese Giles, Consejera de la embajada de Australia ante la Santa Sede; de S.E. el Sr. Francis Campbell, embajador de Gran Bretaña ante la Santa Sede.

Mons. Clemens recibió también la visita del Sr. Harald Himmer, Vice-presidente del Senado de la República de Austria con una delegación, y del Sr. Hermann Kues, Secretario parlamentario de Estado del Ministerio para la Familia, la Tercera Edad, las Mujeres y los Jóvenes del Gobierno Federal de la República Federal de Alemania.

El 17 de noviembre, fue condecorado con la Großes Goldenes Ehrenzeichen mit Stern für Verdienste um die Republik Österreich, que le fue otorgada por S.E. el Sr. Martin Bolldorf, embajador de Austria ante la Santa Sede.  

 

 


 

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