La Santa Sede Menu Ricerca
La Curia Romana Pontifici Consigli


   
   
   
   
   
   

NOTICIARIO 21/2010

 

 

 

 

 


 

 

 

El Presidente a los lectores

 

En nuestro mundo, en el que tanto se habla de democracia, de derechos humanos y tolerancia, se está difundiendo rápidamente y en modo paradójico un fenómeno extremamente preocupante: la violación del derecho a la libertad religiosa. En no pocos países se multiplican las manifestaciones de fanatismo y fundamentalismo de carácter religioso o laicista, como también serias discriminaciones de las minorías religiosas, si es que no se trata ya de verdaderas persecuciones. Es significativo que son cada vez más los cristianos los que son víctimas de estos actos de intolerancia y violencia. Incluso hay quien habla de una peligrosa difusión de una especie de «cristianofobia» y de un «nuevo anticristianismo» (R. Remond). Al umbral del tercer milenio de la era cristiana han regresado los mártires de la fe. Es un problema muy serio que merece una reflexión exhaustiva.

Entre los diferentes derechos de la persona humana, la libertad religiosa ocupa un puesto especial. El Concilio Vaticano II enseña que «todos los hombres han de estar inmunes de coacción, tanto por parte de individuos como de grupos sociales y de cualquier potestad humana, y esto de tal manera que, en materia religiosa, ni se obligue a nadie a obrar contra su conciencia, ni se le impida que actúe conforme a ella en privado y en público, sólo o asociado con otros, dentro de los límites debidos» (Dignitatis Humanae, núm. 2). El siervo de Dios Juan Pablo II ve en este derecho la «fuente y la síntesis» de todos los demás derechos de la persona humana y la prueba más creíble de su puesta en práctica (Cf. Centesimus Annus, núm. 47). Por este motivo, la difusión actual de la intolerancia religiosa en el mundo preocupa a todos y nos obliga a asumir al respecto una posición de una desaprobación clara y unánime.

En el ámbito del respeto del derecho a la libertad religiosa, merece una especial atención el continente asiático, donde viven dos tercios de la población mundial, cuya exigua minoría de ciento veinte millones es cristiana. Según el Informe 2008 sobre la libertad religiosa en el mundo, publicado por la asociación Ayuda a la Iglesia que sufre, de cincuenta y dos países asiáticos, en al menos treinta y dos de ellos la libertad religiosa es limitada o incluso negada. Durante el reciente Congreso del Laicado Católico de Asia, organizado por el Consejo Pontificio para los Laicos en Seúl (Corea), hemos escuchado testimonios impresionantes sobre el precio pagado por los cristianos por su fe en algunos países asiáticos. También la Asamblea especial para el Medio Oriente del Sínodo de los Obispos, que tuvo lugar en el Vaticano el pasado mes de octubre, nos recordó la situación especialmente delicada en la que viven los cristianos de Medio Oriente. En los últimos meses, la prensa mundial nos ha ido informando de la dramática realidad de los cristianos en Irak, donde la Iglesia católica se ha convertido en un verdadero objetivo de los grupos de terrorismo islámico radical. La opinión pública quedó profundamente turbada por el atentado terrorista contra la catedral siro-católica de Bagdad donde perdieron la vida cincuenta y ocho fieles, entre ellos tres sacerdotes. Y la ráfaga de los ataques anticristianos continúa. Pareciera que estamos presenciando una verdadera y particular “limpieza confesional” que se propone eliminar la presencia cristiana de aquellas tierras, en las que la Iglesia está presente ya desde hace dos milenios. De hecho, los obispos de las Iglesias de Medio Oriente denuncian esta estrategia insensata y hablan de una “hemorragia” preocupante de los cristianos en aquella región, un hecho extremamente grave también desde el punto de vista cultural.

Ante estos dolorosos episodios, el Papa y la Santa Sede no cejan en expresar su comunión y solidaridad con los cristianos que sufren a causa de su fe, intentando al mismo tiempo informar y sensibilizar a la opinión pública y los respectivos gobiernos sobre la gravedad de la situación. Benedicto XVI dijo recientemente: «Pienso en las muchas situaciones difíciles, como los continuos atentados que se cometen en Irak contra cristianos y musulmanes; en los enfrentamientos en Egipto en los que ha habido muertos y heridos […]. Que nuestra oración al Señor y nuestra solidaridad lleven esperanza a los que se encuentran en el sufrimiento» (Ángelus, 5 de diciembre de 2010). Y en su última exhortación apostólica sobre la Palabra de Dios escribió: «Manifiesto la gratitud de toda la Iglesia por los cristianos que no se rinden ante los obstáculos y las persecuciones a causa del Evangelio. Y nos unimos estrechamente, con afecto profundo y solidario, a los fieles de todas aquellas comunidades cristianas, que en estos tiempos, especialmente en Asia y en África, arriesgan la vida o son marginados de la sociedad a causa de la fe» (Verbum Domini, núm. 98). Pero el Papa solicita también a los cristianos – de modo especial al laicado católico – a que se comprometa seriamente a favor de «la promoción de una auténtica libertad religiosa y de conciencia, uno de los derechos fundamentales de la persona humana que cada Estado debería respetar siempre» (Homilía, 24 de octubre de 2010).

Frente a estos hechos evidentes, después de un largo silencio, parece que también la comunidad internacional se haya despertado: el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas ha tomado explícitamente partido contra la persecución de los cristianos en Irak; el Parlamento Europeo – a su vez – ha aprobado una resolución que condena los masacres de los cristianos en Irak y compromete a los gobiernos de los países miembros de la Unión Europea a que hagan presión a Bagdad para que no se vuelva a repetir la violencia contra los cristianos. Pero, como hemos visto, Irak no es el único país donde se pisotea la libertad religiosa. Basta con recordar la violencia en algunos estados de la India, como Orissa o el caso de Asia Bibi en Pakistán, una cristiana condenada a muerte por blasfemia. Durante la reciente cumbre de la OSCE (Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa) en Astaná (Kazakhstan), el cardenal Tarcisio Bertone, Secretario de Estado Vaticano, recalcó con fuerza que «está ampliamente documentado que los cristianos son el grupo religioso más perseguido y discriminado. Más de 200 millones pertenecientes a diversas confesiones se encuentran en situaciones de dificultad a causa de estructuras legales y culturales. La comunidad internacional debe combatir la intolerancia y la discriminación contra los cristianos con la misma determinación con la que lucha contra el odio hacia los miembros de otras comunidades religiosas» (1 de diciembre de 2010). El principio de libertad religiosa y de conciencia vale por ello para todos y no se le puede negar a nadie.

Pero la intolerancia religiosa se está difundiendo también en nuestra vieja Europa que presume de ser la cuna de la democracia moderna. De ello habla ampliamente un detallado informe (Shadow Report 2005-2010), recientemente publicado por la ONG austriaca Observatory on intolerance and discrimination against Christians in Europe. Las formas de la violación del derecho a la libertad religiosa en nuestro continente son, en cambio, más sofisticadas e incluso se fomentan en nombre de la tolerancia. A veces surge la sospecha de que la agresión, la ofensa o la difamación de los cristianos en los medios de comunicación son considerados por la opinión pública como una cosa “normal”, un acto “políticamente correcto”. En realidad se trata de una intolerancia de nuevo tipo, la así llamada «tolerancia negativa», de la que ha hablado el papa Benedicto XVI en su reciente libro-entrevista con Peter Seewald Luz del mundo. Vale la pena recordar las palabras claras y esclarecedoras del Santo Padre: «Hay parámetros acostumbrados del pensamiento que se quieren imponer a todos. Así, pues, se los anuncia en la llamada “tolerancia negativa”, por ejemplo, cuando se dice que, en virtud de la tolerancia negativa, no debe haber cruz alguna en los edificios públicos. En el fondo, lo que experimentamos con eso es la supresión de la tolerancia, pues significa que la religión, que la fe cristiana, no puede manifestarse más de forma visible. Por ejemplo, cuando en nombre de la no discriminación se quiere obligar a la Iglesia católica a modificar su postura frente a la homosexualidad o a la ordenación de mujeres, quiere decir que ella no debe vivir más su propia identidad y que, en lugar de ello, se hace de una abstracta religión negativa un parámetro tiránico al que todo el mundo tiene que adherir. […] El hecho de que en nombre de la tolerancia se elimine la tolerancia es una verdadera amenaza ante la cual nos encontramos. El peligro consiste en que la razón – la llamada razón occidental – afirma que ella ha reconocido realmente lo correcto y, con ello, reivindica una totalidad que es enemiga de la libertad. Creo que hemos de presentar con mucho énfasis ese peligro. A nadie se le obliga a ser cristiano. Pero nadie debe ser obligado a vivir la “nueva religión” como la única determinante y obligatoria para toda la humanidad» (Págs. 65-66). Han sido proféticas las palabras del siervo de Dios Juan Pablo II que escribió en la Centesimus Annus: «Una democracia sin valores se convierte con facilidad en un totalitarismo visible o encubierto, como demuestra la historia» (Núm. 46).

¿Cuál es entonces la conclusión de nuestras reflexiones? La libertad es un don del Creador que le confiere a la persona humana una extraordinaria dignidad, pero es, al mismo tiempo, un desafío, una tarea que requiere un compromiso permanente y responsable para que no se pierda. La libertad exige el valor de ser en el mundo, a ejemplo de nuestro Maestro, un «signo de contradicción» (Cf. Lc 2, 34). Tenía razón el filósofo ruso Nikolaj Bierdiajev cuando escribió que para un cristiano la libertad no es sólo un derecho sino un deber.

 

Card. Stanisław Ryłko

Presidente

 

 

Anunciar a Cristo en Asia hoy

 

Del 31 de agosto al 5 de septiembre de 2010, tuvo lugar en Seúl, Corea del Sur, el Congreso de los Laicos Católicos de Asia, que se inscribe en la tradición del Consejo Pontificio para los Laicos de convocar periódicamente a los laicos comprometidos en la Iglesia en una región geopolítica o en un continente, acompañados por sus Pastores, para que puedan conocerse, intercambiarse y ayudarse en el signo de la unidad con la Sede de Pedro para fortalecer su acción apostólica.

Se eligió el continente asiático por el gran desarrollo económico y las profundas transformaciones sociales que, gran parte de esta región del mundo, está experimentando en los últimos años. Por ello se escogió Corea del Sur para que albergara este nuevo encuentro, centrado en el tema “ Anunciar a Cristo en Asia hoy ”.

Desde su programación, realizada en estrecha colaboración con la Comisión para el Laicado de la Conferencia Episcopal Coreana y el Consejo Nacional de Laicos local, el Congreso recibió el apoyo y la ayuda concreta de tantas realidades eclesiales presentes en Asia, que han demostrado su vitalidad y participación activa.

Participaron con entusiasmo las delegaciones de diecinueve países miembros o asociados de la Federación de las Conferencias Episcopales Asiáticas (FABC), casi todas guiadas por un obispo, algunos responsables de la misma FABC y treinta y siete delegaciones de asociaciones, movimientos eclesiales y nuevas comunidades reconocidas por la Santa Sede, que están presentes y trabajan en Asia.

Muchos obispos y cardenales, con su presencia activa y participativa, han dado testimonio de que comparten las temáticas inherentes a la participación de los laicos en la vida de la Iglesia que está en Asia y de su preocupación pastoral en relación a la acción apostólica de los christifideles laici.

El cardenal Stanisław Ryłko, presidente del Consejo Pontificio para los Laicos, inauguró el Congreso presidiendo la santa misa en la catedral de Myongdong en Seúl en la mañana del 1 de septiembre.

Como muestra del clima de plena comunión eclesial vivido en los días del Congreso, participaron en la celebración presbíteros, religiosos y laicos de diferentes nacionalidades, junto al cardenal Nicholas Cheong Jinsuk, arzobispo de Seúl, al cardenal Telesphore Placidus Toppo, arzobispo de Ranchi (India), al arzobispo Osvaldo Padilla, nuncio apostólico en Corea, y a numerosos obispos coreanos y de otras diócesis asiáticas.

En su saludo inicial, el cardenal Ryłko recordó que el desafío de la evangelización requiere un profundo descubrimiento de la misión profética de todos los bautizados, y exhortaba a todos a estar orgullosos de ser católicos y de no temer de proclamar el Evangelio.

En todos los participantes suscitó una gran emoción y viva gratitud la lectura por parte del nuncio apostólico en Corea, Mons. Osvaldo Padilla, del mensaje enviado por Su Santidad Benedicto XVI. En éste el Santo Padre recordaba que « los católicos en Asia están llamados a ser signo y promesa de aquella unidad y comunión – comunión con Dios y entre los hombres – de la que toda la familia humana debe gozar y que Cristo hace siempre posible ».

Añadió que « se les ha confiado una gran misión: la de dar testimonio de Jesucristo, el Salvador universal de la humanidad. Este es el servicio supremo y el regalo más grande que la Iglesia puede ofrecer a los pueblos de Asia, y es mi esperanza de que la presente Conferencia sirva de aliento y dirección renovadas en la asunción de este sagrado mandato ».

El Papa subrayó el tema de la necesidad de la proclamación de Jesucristo en Asia hoy, diciendo que los laicos católicos « en unión de mente y corazón con sus pastores, y acompañados en cada paso de su camino de fe por una sana formación espiritual y catequética, necesitan ser animados a cooperar activamente no sólo en la construcción de sus comunidades cristianas locales, sino también en la elaboración de nuevos caminos para el Evangelio en cada sector de la sociedad ».

A continuación mencionó algunos campos que en modo particular necesitan este anuncio, como son el testimonio del amor conyugal y de familia cristiana, la defensa de la vida in toto, la preocupación por los pobres y los oprimidos, la disposición al perdón, el testimonio de justicia, verdad y solidaridad en los lugares de trabajo y en la vida pública.

Expresó su apreciación tanto por el papel significativo de tantos laicos comprometidos en las parroquias como catequistas, como de las « asociaciones y movimientos eclesiales dedicados a la promoción de la dignidad y la justicia humana » que « demuestran de forma con¬creta la universalidad del mensaje evangélico de nuestra adopción como hijos de Dios ».

El Santo Padre impartió sobre los participantes su bendición apostólica esperando « que la Iglesia en Asia pueda dar un testimonio cada vez más ferviente de la incomparable belleza de ser cristiano, y proclame a Jesucristo como el único Salvador del mundo ».

También llegaron saludos del presidente de la República de Corea, Lee Myung Bak, en un mensaje leído por el ministro de la cultura, del deporte y el turismo, Inchon Park, en el que, recordando el gran aporte de los mártires de la Iglesia católica que está en Corea a la madurez espiritual y a la reconciliación del pueblo coreano, el presidente demostró un vivo aprecio por la elección de celebrar este congreso en Seúl.

Asimismo el cardenal Nicholas Cheong Jinsuk, arzobispo de Seúl, presentó su saludo, exhortando a todos los participantes a redescubrir la propia vocación y misión en la Iglesia para anunciar con entusiasmo a Jesucristo.

En una primera conferencia, P. Felipe Gómez, S.I., del East Asian Institute de Manila (Filipinas), presentó con habilidad la línea de continuidad que recorre la historia de la misión de la Iglesia en Asia a lo largo de dos milenios de evangelización y testimonio de santidad y martirio, y profundizó sus etapas principales.

Después le llegó el turno al cardenal Telesphore Placidus Toppo, que centró la atención de los participantes en los principales desafíos de la evangelización en Asia hoy, recordando las dos dimensiones fundamentales que el cristiano llamado a proclamar el Evangeliodebe tener presente: la misionera y la del testimonio de la vida.

En el primer día del Congreso se realizó la presentación de diferentes realidades geopolíticas y eclesiales por medio de testimonios, en parte entusiastas y conmovedores, de los representantes de las diferentes conferencias episcopales nacionales, que ilustraban su experiencia de vida cristiana y de anuncio del Evangelio en contextos a menudo difíciles, en los que los católicos son una exigua minoría, pero en todo caso una “ minoría creativa ”, artífice de una renovación real y transformación a la luz del Evangelio de tantas realidades y contextos también muy alejados de Dios.

En el segundo día le tocó el turno al secretario del Consejo Pontificio para los Laicos, Mons. Josef Clemens, que recorrió con gran claridad los contenidos de la exhortación apostólica postsinodal Christifideles Laici concernientes a la vocación y misión de los laicos en la Iglesia, releyéndolos desde una sabia óptica, y destacó la continuidad entre los contenidos de este documento, magna charta para el laicado católico, y el pensamiento primero y el magisterio después de Joseph Ratzinger, cuyas temáticas fundamentales había anticipado y compartido.

La segunda intervención estuvo a cargo de P. Joseph Dinh Duc Dao, vietnamita, docente en la Pontificia Universidad Urbaniana de Roma; en ella desarrolló sus consideraciones se¬gún la importancia de la formación cristiana de los laicos católicos en Asia como base fundamental de su capacidad misionera. Recordó cómo « formación significa misión », porque por medio de ella los católicos maduran en la fe y pueden compartirla de verdad con los demás. A partir de ahí exhortó a prestar máxima atención sobre los programas de educación y formación en la fe orientada a todos los fieles.

Los trabajos del 2 de septiembre continuaron con dos mesas redondas, en las que varios huéspedes compartieron con la asamblea sus experiencias y su formación específica en diferentes sectores de la vida y sociedad de primera importancia para una genuina evangelización de los pueblos.

Después de la concelebración eucarística, la atención de los participantes se centró en la vida y el testimonio de una figura central de la evangelización en Asia, el P. Matteo Ricci, presentada mediante la proyección de una película, que recorría las etapas más significativas de su labor.

En la mañana del viernes 3 de septiembre tuvo lugar la intervención de P. Bernardo Cervellera, del Pontificio Instituto Misiones Extranjeras, director de AsiaNews, que ofreció en su discurso un amplio análisis sobre el significado actual del martirio de los católicos en Asia, subrayando, a través de los hechos de la crónica reciente, diferentes situaciones de dificultades y sufrimiento que brotan de la limitación de la libertad religiosa en tantos países de aquel continente.

Después de una interesante mesa redonda, en la que numerosas voces de expertos reflexionaron sobre las principales áreas y prioridades de la evangelización en Asia hoy, se continuó en la tarde con un apasionante excursus sobre la aportación significativa y fundamental a los desafíos actuales de la evangelización en Asia por parte de las realidades asociativas de los fieles, movimientos eclesiales y nuevas comunidades. Dicha conferencia, La nueva época asociativa de los fieles laicos, la pronunció el Prof. Guzmán Carriquiry, subsecretario del Consejo Pontificio para los Laicos, que recorrió, bajo la óptica de la evangelización, especialmente todos los pasajes más significativos del magisterio de la Iglesia sobre la importancia del apostolado organizado por los fieles laicos y el nacimiento de nuevas realidades asociativas, consideradas por Juan Pablo II y Benedicto XVI dones providenciales del Espíritu Santo para la Iglesia de nuestros tiempos.

A continuación y durante una mesa redonda, tuvieron la palabra testigos vivos de esta riqueza eclesial: delegados provenientes de dife¬rentes realidades asociativas, como la Renovación Carismática Católica, Esposos para Cristo (Couples for Christ), Movimiento de los Focolares, Legión de María, Camino Neocatecumenal y otros, aportando sus propias experiencia en el ámbito de la evangelización en Asia.

La concelebración eucarística cotidiana tenía lugar en uno de los lugares “ símbolo ” de la catolicidad en Asia, el Santuario de los mártires coreanos Jeoldoo San.

El 4 de septiembre, continuaron los trabajos, después de la santa misa, con la conferencia conclusiva del cardenal Stanisław Ryłko que, haciendo un balance final de los trabajos, se centró en lo que ya parecía ser el fruto más significativo de este encuentro: haber alimentado la esperanza. Señaló que precisamente en la incapacidad de esperar estaba el signo del olvido de Dios por parte de los hombres de hoy y, citando la encíclica Spe Salvi de Benedicto XVI, recordó que « quien no conoce a Dios, aunque tenga múltiples esperanzas, en el fondo está sin esperanza, sin la gran esperanza que sostiene toda la vida (Cf. Ef 2, 12). La verdadera, la gran esperanza del hombre que resiste a pesar de todas las desilusiones, sólo puede ser Dios, el Dios que nos ha amado y que nos sigue amando “ hasta el extremo ”, “ hasta el total cumplimiento ” (Cf. Jn 13, 1; 19, 30) » (Núm. 27). Precisamente en este concepto identificó « la consigna que Cristo nos da al finalizar nuestro Congreso: anunciar la esperanza a este continente », por medio de un compromiso renovado de todos los fieles bautizados y en una acción eficaz de apostolado y evangelización, como respuesta a la vocación y misión de cada uno en el seno de la única Iglesia. Por esto, consideró fundamental un proceso de formación auténticamente cristiana, que tenga como última perspectiva la santidad. Por este camino, a pesar de las dificultades y los obstáculos en tantas situaciones del continente asiático y la necesidad, a veces, de la cruz hasta el martirio, los cristianos encontrarán la certeza del apoyo de Dios, que, como recordó el cardenal Ryłko citando a Benedicto XVI, « no fracasa porque siempre encuentra modos nuevos de llegar a los hombres y abrir más su gran casa » (Homilía durante la concelebración eucarística con los obispos de Suiza, 7 de noviembre de 2006).

Los participantes elaboraron dos textos finales: uno dirigido al Santo Padre, en respuesta al mensaje que envió a la asamblea, en el que agradecieron al sucesor de Pedro con sincera gratitud por su cercanía y prometieron un renovado compromiso misionero en el anuncio de Jesucristo a los pueblos de Asia; el segundo iba dirigido a todos los católicos del continente, en el que subrayaban la importancia de la unidad en la Iglesia bajo la conducción de los mismos Pastores y la necesidad de la conciencia de la eficacia de las “ minorías creativas ”, que, aunque en la dificultad, son signo de esperanza viva para el anuncio de Cristo a cada hombre.

Para la tarde se organizó un momento de convivencia con una característica fiesta coreana.

El domingo 5 de septiembre, se reunieron los delegados en la catedral de Seúl, junto a la comunidad local, para la solemne celebración eucarística, presidida por el cardenal Cheong Jinsuk, en la que se regaló a cada participante, como recuerdo de estos días de reflexión y renovación, un crucifijo de madera y un rosario bendecido por Su Santidad.

El enorme éxito del Congreso se debe sobre todo a las cualidades organizativas del Dr. Thomas Hong-Soon Han, desde 1984 hasta este año miembro del Consejo Pontificio para los Laicos durante numerosos mandatos, y de quien el dicasterio ha podido apreciar las cualidades profesionales, el compromiso y la generosa colaboración en diferentes ocasiones. Licenciado en Economía, especializado en Ciencias Sociales y doctor honoris causa en Derecho, participó en calidad de auditor en diferentes Sínodos de Obispos y fue presidente del Consejo del Apostolado de los Laicos de Corea.

El pasado 21 de octubre, Dr. Han fue recibido por el Santo Padre Benedicto XVI en su nueva función de Embajador de Corea ante la Santa Sede.

 

 

Hacia Madrid 2011

 

En el mes de julio se abrie­ron las inscripciones para la XXVI Jornada Mundial de la Juventud, que tendrá lugar en Madrid, España, del 16 al 21 de agosto de 2011. Ya se han ins­crito más de doscientos mil jóve­nes participantes a través de la página Web del Comité organi­zador español (www.madrid11. com), donde se pueden encon­trar, en siete lenguas, también in­dicaciones prácticas y contenidos pastorales relativos al evento; la pagina es constantemente actua­

lizada por los coordinadores. El itinerario de profundización pas­toral ha sido trazado por el Santo Padre Bene­dicto XVI, que en su tradicional Mensaje ha de­dicado una verdadera y auténtica catequesis al tema de la Jornada Mundial de Madrid: « Arrai­gados y edificados en Cristo, firmes en la fe » (Cf. Col 2, 7). El documento, disponible en di­ferentes lenguas en el sitio Web del Vaticano (www.vatican.va), es un punto de referencia fundamental para la preparación espiritual de los jóvenes.

Es precisamente esta preparación el elemento clave del éxito de cada Jornada Mundial. Y si en todo el mundo multitud de jóvenes, acompañados por sus Pastores, han iniciado ya con tiempo su camino hacia la JMJ, también toda la Iglesia de España se está preparando para acogerles.

Prosigue la peregrinación de la Cruz de las JMJ y el icono de María por todo el territorio español que, de diócesis a diócesis, implica a toda la comunidad eclesial en momentos de oración, de fiesta y testimonio, anticipando y promoviendo la cita de Madrid.

Al mismo paso, procede también a todo rit­mo el trabajo organizativo, en primer plano a cargo del Comité organizador español y el Con­sejo Pontificio para los Laicos para definir los múltiples aspectos logísticos y pastorales en los que consiste la Jornada Mundial de la Juventud: programa general, acogida de los peregrinos, alojamientos, comidas, celebraciones principa­les, catequesis, comunicaciones, etc.

Estos aspectos serán tratados en el Segundo Encuentro Preparatorio Internacional, que ten­drá lugar en El Escorial (Ma­drid) del 12 al 15 de enero, en el que participarán los responsables nacionales de pastoral juvenil de las conferencias episcopales de todo el mundo y los representan­tes de los movimientos, asocia­ciones y comunidades eclesiales internacionales, que tendrán de este modo la posibilidad de obte­ner informaciones más comple­tas sobre el evento, presentar sus propias sugerencias a los organi­zadores y visitar personalmente los lugares en los que se desarrollará la Jornada Mundial – ocasión verdaderamente valiosa pa­ra programar, lo mejor posible, la participación de tantos grupos juveniles que, bajo su direc­ción, se dirigirán a Madrid.

Ya está listo el himno oficial de la JMJ 2011, que fue presentado al público por primera vez el 8 de noviembre en Madrid, en vísperas de la fiesta de la Virgen de la Almudena, patrona de la ciudad. La canción, inspirada en el tema de la JMJ, tiene por título Firmes en la fe y posee una clara finalidad litúrgica y devocional. De hecho, tanto el texto como la música han sido concebi­dos como invitación a la oración y al recogi­miento, como una especie de “ banda sonora ” de las celebraciones principales de la Jornada. El autor del texto es Mons. César Franco, obispo auxiliar de Madrid y coordinador general de la JMJ 2011, que explica que « las estrofas realzan la humanidad santísima de Cristo al estilo de la tradición mística española y pretenden acercarla a los jóvenes ». La música la compuso don Enri­que Vázquez Castro, sacerdote de Vitoria y co­nocido compositor de música religiosa; destaca que, para escribir esta partitura, « el primer reto fue idear una melodía que ayudara a entender el texto, cantarlo y rezarlo ».

El canto se puede descargar del sitio del Comité organizador español en tres versiones: litúrgica, instrumental para grandes coros y po­pular con acompañamiento para guitarra. Ade­más del canto oficial, habrá espacio también para otras muchas canciones escritas y propues­tas directamente por los jóvenes, inspiradas en el tema de la JMJ.

 

 

La Carta a las mujeres quince años después

 

El Consejo Pontificio para los Laicos ha que­rido recordar en el año 2010 la Carta a las Mujeres de Juan Pablo II, publicada el 29 de junio de 1995. Con este importante documen­to, el Santo Padre se había dirigido directamente a las mujeres, agradeciéndoles el hecho mismo de “ ser mujeres ” y promoviendo una reflexión sobre el “ genio femenino ” con el deseo de que encontrase la justa valoración.

La ocasión para la Carta se había presentado con la celebración de la IV Conferencia Mundial sobre la Mujer, organizada por las Naciones Unidas en el año 1995 en Pekín. El venerable Juan Pablo II no quiso que el evento se desarrollara sin que se oyera la palabra de la Iglesia; además, durante ese año, el Papa intervino reiteradamente sobre el tema de la dignidad y la vocación de la mujer.

Después de quince años, nos encontramos en un clima de creciente confusión antropológica que necesita orientación y luz para seguir el ca­mino. La Iglesia, experta en humanidad, sabe bien que tiene que ofrecer al mundo la diakonia de mostrar la verdad del ser humano, hombre y mujer, anunciándola y proponiéndola como luz para superar la desorientación de nuestro tiempo.

Nuestro dicasterio se dirigió a algunas exper­tas en materia, invitándoles a releer el documento de Juan Pablo II y a comentarlo a la luz de los desafíos de hoy, pidiendo asimismo que presenta­ran un balance de las consecuencias de la IV Con­ferencia sobre la Mujer de Pekín. En particular, pedimos cuáles eran los contenidos del documento que deberían encontrar una mejor acogida, cómo se podría profundizar el fundamento teológico y antropológico de la dignidad del hombre y la mu­jer propuesto por la Carta, cuál era la acogida que había recibido el “ genio femenino ” y otras cues­tiones más. Además, pedimos un análisis de la in­fluencia de la ideología de “ género ” del año 1995 hasta hoy, y solicitamos el parecer sobre el modo de relanzar la antropología cristiana en el contexto actual. Las mujeres llamadas se escogieron entre las colaboradoras del dicasterio, miembros o con­sultoras, expertas en las problemáticas de la mujer de nuestro tiempo. Agradecemos de todo corazón a quienes nos han enviado sus reflexiones, todas ellas valiosas por su calidad y profundidad, que manifiestan el deseo de trabajar conjuntamente para construir un futuro mejor para las mujeres y los hombres de nuestro tiempo. Seguiremos reu­niendo aportaciones de todo el mundo para estu­diarlas y llegar a una diagnosis precisa del status quaestionis de la situación de la mujer.

 

 

La catequesis de Benedicto XVI sobre las mujeres santas de la Edad Media

 

Con el 1º de septiembre de este año, el Santo Padre Benedicto XVI inició, durante las au­diencias generales del miércoles, un ciclo de catequesis sobre las figuras femeninas de la Edad Media que « destacaron por su santidad de vida y por la riqueza de su enseñanza » (Audiencia gene­ral, 1º de septiembre de 2010).

Se trata de « manifestaciones del “ genio ” fe­menino », expresiones de « los carismas que el Es­píritu Santo otorga a las mujeres en la historia del Pueblo de Dios » (Juan Pablo II, Mulieris Dignita­tem, 31). Volviendo a proponer estas figuras que marcaron la historia de la Iglesia, el Papa nos ayu­da a conocer los tesoros espirituales que ésta al­berga, para que nutriéndonos de ellos podamos enfrentar los desafíos de nuestros días.

El ciclo si inició con dos catequesis dedicadas a santa Hildegarda de Bingen, mística del siglo XII, dotada de extraordinarios carismas espirituales, de vasta cultura, de índole fuerte y valiente. Hildegarda, llamada la “ profetisa teutónica ”, denunció con clari­dad los errores de los cátaros y solicitó una verdade­ra reforma de la Iglesia a través de la penitencia y el camino de conversión. El Santo Padre expresó al respecto el deseo de que en nuestro tiempo surjan mujeres santas y fuertes, que sepan valorar los dones recibidos por Dios y ofrezcan « su valiosa y peculiar contribución al crecimiento espiritual de nuestras co­munidades y de la Iglesia en nuestro tiempo » (Au­diencia general, 8 de septiembre de 2010). Como mujer erudita en las ciencias y las artes, da testimo­nio de que la actividad cultural de los monasterios femeninos de la Edad Media era muy intensa y rica, en contra de tantos prejuicios muy difundidos. Santa Hildegarda nos muestra cómo, en el curso de la his­toria, muchas mujeres habían encontrado en la vida monástica el contexto ideal para desarrollar los pro­pios dones para ponerlos al servicio de la Iglesia y la sociedad. El Santo Padre indica, en modo particular, a la santa como modelo para las teólogas, que gra­cias a su obra « vemos cómo también la teología puede recibir una contribución peculiar de las muje­res, porque son capaces de hablar de Dios y de los misterios de la fe con su peculiar inteligencia y sen­sibilidad » (Ibíd.).

El ciclo sigue con la presentación de « una de las santas más queridas »: santa Clara de Asís. Be­nedicto XVI subrayó la eficacia de su santidad para la reforma de la Iglesia, la importancia de su obra en la complementariedad de dones con san Francis­co; el Papa pidió a Dios que también en nuestro tiempo la Iglesia pueda disponer de « mujeres va­lientes y llenas de fe como ella, capaces de dar un impulso decisivo para la renovación de la Iglesia » (Audiencia general, 15 de septiembre de 2010).

El Santo Padre presentó a continuación a santa Matilde de Hackeborn, monja de Helfta, que vi­vió en el siglo XIII. Es una figura fascinante, rica de dones místicos, profundamente amante de la li­turgia; nos enseña una espiritualidad monástica fundada en el amor a la Eucaristía guiada por la Escritura. Benedicto XVI la propone como modelo para todos, afirmando que su vida es « una fuerte invitación a intensificar nuestra amistad con el Se­ñor, sobre todo a través de la oración diaria y la participación atenta, fiel y activa en la santa misa. La Liturgia es una gran escuela de espiritualidad » (Audiencia general, 29 de septiembre de 2010).

La catequesis posterior trató de santa Gertru­dis la Grande, discípula de santa Matilde, igual que ella monja de Helfta. También en este caso se trata de una mujer versada en las ciencias y artes de su tiempo. Profundizó el conocimiento de las ciencias del trivio y el cuadrivio, formación de aquel tiempo, pero después de una intensa experiencia espiritual inició a combatir en sí la vanidad y la curiosidad, dedicándose así a los estudios específicamente teo­lógicos para aplicarlos al apostolado, y escribiendo con fines divulgativos; la sencillez, la gracia y la ca­pacidad de persuasión de sus obras favorecieron el progreso de muchas generaciones. Según el Santo Padre « la existencia de santa Gertrudis sigue siendo una escuela de vida cristiana, de camino recto, y nos muestra que el centro de una vida feliz, de una vida verdadera, es la amistad con Jesús, el Señor. Y esta amistad se aprende en el amor a la Sagrada Escritu­ra, en al amor a la liturgia, en la fe profunda, en el amor a María, para conocer cada vez más realmente a Dios mismo y así la verdadera felicidad, la meta de nuestra vida » (Audiencia general, 6 de octubre de 2010).

La beata Ángela de Foligno fue la protagonista de la catequesis del 13 de octubre. Si su vida se de­sarrolló en un principio lejos de Dios, el encuentro con la figura de san Francisco y, a través de él, con Cristo mismo, la condujo a la conversión, haciéndo­le descubrir que « sólo con Dios la vida es verdadera vida ». Así nos habla a todos nosotros, observó el Santo Padre, que vivimos en un tiempo en el que es fuerte la tentación de vivir como si Dios no existie­se. El ejemplo de la beata Ángela nos estimula a es­tar « atentos a estos signos con los que el Señor nos toca al alma […] a la presencia de Dios, para apren­der así el camino con Dios y hacia Dios, en la co­munión con Cristo crucificado » (Audiencia general, 13 de octubre de 2010).

Continuando su recorrido entre la mujeres santas de la Edad Media, el Papa presentó santa Isabel de Hungría como « un verdadero ejemplo para todos aquellos que ocupan cargos de mando: el ejercicio de la autoridad, a todos los niveles, debe vivirse como un servicio a la justicia y a la caridad, en la búsqueda constante del bien co­mún ». Efectivamente, esta mujer, reina de Turin­gia, « no consumía alimentos si antes no estaba segura de que provenían de las propiedades y de los legítimos bienes de su marido. En cambio, se abstenía de los bienes conseguidos ilícitamente, y se preocupaba incluso por indemnizar a aquellos que habían sufrido violencia » (Audiencia general, 20 de octubre de 2010). Se trata, pues, de un verdadero ejemplo de aquella caridad en la verdad tan necesaria para construir una sociedad más digna del hombre.

Santa Brígida de Suecia, copatrona de Europa, fundó la orden del Santo Salvador, compuesta de monjes y monjas bajo la autoridad de una abadesa. Para el Santo Padre, esta elección « no nos debe sor­prender: en el Medioevo existían fundaciones mo­násticas con una rama masculina y una rama feme­nina, pero con la práctica de la misma Regla monás­tica, que preveía la dirección de la abadesa. De he­cho, en la gran tradición cristiana se reconoce a la mujer una dignidad propia, y — siguiendo el ejem­plo de María, Reina de los Apóstoles — un lugar propio en la Iglesia, que, sin coincidir con el sacer­docio ordenado, es igualmente importante para el crecimiento espiritual de la comunidad. Además, la colaboración de consagrados y consagradas, siem­pre en el respeto de su vocación específica, reviste una gran importancia en el mundo de hoy » (Au­diencia general, 27 de octubre de 2010).

La última catequesis, antes de la redacción de este artículo, trató de la monja cartuja francesa Margarita d’Oingt, también ella abadesa nacida en el siglo XIII. Sus escritos revelan una profunda espiritualidad, una cultura elevada y dotes de go­bierno. Se dedicó a conocer y amar al Señor y a dejarse iluminar por la luz de Cristo, que nos pu­rifica e indica el camino a seguir. Por ello el Papa nos la propone como modelo, para que sigamos sus pasos en nuestro camino espiritual.

Con estas catequesis el Santo Padre no ha querido proponer un mero ejercicio de memoria histórica, por muy interesante que sea. Pero pode­mos afirmar que, al presentarnos estas mujeres, nos está exhortando a todos – hombres y mujeres

– a conocerlas y considerarlas modelos de partici­pación activa e inserción enteramente femenina en la vida de la Iglesia. Se trata casi de una provo­cación que valora las diferentes formas del “ ge­nio femenino ” que han enriquecido a la Iglesia durante el curso de la historia, esperando que también en nuestro tiempo se manifieste el genio de la santidad femenina, que brota de la vida en Cristo y encuentre una acogida más amplia en la Iglesia y la sociedad.

 

 

Los cien años de la UMOFC

Asamblea general en Tierra Santa

 

Del 6 al 12 de octubre de 2010 tuvo lugar en Jerusalén la Asamblea General de la Unión Mundial de Organizaciones Fe­meninas Católicas (UMOFC). La asociación, fun­dada en el año 1910, celebró su centenario refle­xionando sobre el tema: “ Vosotros sois mis testi­gos” (Hch 1, 8). La UMOFC es una asociación pública internacional de fieles que agrupa a un centenar de organizaciones femeninas católicas, representando más de cinco millones de mujeres, activas en más de sesenta países. La UMOFC pro­mueve la presencia, participación y corresponsabi­lidad de las mujeres católicas en la Iglesia y la so­ciedad en apoyo de su misión de fe y su compro­miso por el desarrollo de la humanidad y la paz en el mundo. La elección de Tierra Santa respondía a la necesidad de “ volver a las raíces de nuestra fe, en la tierra recorrida por Jesús, para encontrarle en modo especial ” gracias también a un programa li­túrgico y de formación, en particular gracias a la escucha de la Palabra de Dios proclamada en los lugares santos. La celebración eucarística de aper­tura fue presidida por Su Beatitud Fouad Twal, pa­triarca latino de Jerusalén. La escritora polaca Ludmila Grygiel, experta en cuestiones que con­ciernen a la familia y la antropología cristiana, pronunció la conferencia principal sobre el tema: “ Vosotras sois testigos del Amor ”. La teóloga francesa Florence Gillet, que ha publicado estu­dios sobre María, Teresa de Lisieux y Chiara Lu­bich, desarrolló el tema “ María, testigo del Amor de Dios ayer y hoy ”. Ana Cristina Villa Betan­court, responsable de la Sección Mujer del Conse­jo Pontificio para los Laicos, tuvo la conferencia “ Jesús y las mujeres: encontrarle, seguirle, ser sus testigos ”. La periodista y ensayista Marguerite Peeters, fundadora del Institute for Intercultural Dialogue Dynamics, enfrentó el tema “ Cómo ser testigos de Cristo en un mundo globalizado ”. Christine Vollmer, fundadora de Alianza para la Familia, habló de “ La importancia de la forma­ción para ser testigos eficaces en el mundo de hoy ”. La realidad de la vida cotidiana en Tierra Santa se presentó en un panel de mujeres cristia­nas y representantes de un grupo interconfesional de jóvenes focolarinos. La asamblea estableció las prioridades para los próximos cuatro años, aprobó una declaración final y eligió el comité directivo y la nueva presidenta general, la italiana Maria Gio­vanna Ruggieri.

 

 

Anna Maria Federici Manni se ha despedido de nuestro dicasterio

 

En el mes de septiembre de 2010 le llegó a Anna Maria Federici Manni el momento de des­pedirse del servicio prestado durante largos años a nuestro dicasterio. Fue secretaria particular de Su Eminencia el cardenal Ryłko, desde que fuera nombrado secretario del dicasterio. En el año 1969 ingresó en el recién creado Consilium de Laicis, convertido después en Consejo Ponti­ficio para los Laicos, desempeñando el cargo de secretaria particular de los entonces vicepresi­dentes y obispos Lucas Moreira Neves y Paul Josef Cordes. Después de cuarenta y un años de servicio dedicado a la Santa Sede, desarrollado con profesionalidad y competencia, la señora Fe­derici Manni lleva consigo la memoria histórica del día a día del trabajo en el dicasterio, como también de tantos eventos organizados y contactos habidos con miembros y consultores de varios mandatos. Como coronamiento de tantos años de servicio, vividos con conciencia y el corazón, los superiores del dicasterio han querido obtener del Santo Padre Benedicto XVI una especial distinción para la Sra. Federici: el título de Dama de la Orden de San Silvestre Papa. Todo el per­sonal le desea a Anna Maria lo mejor para que en esta nueva fase de la vida pueda encontrar días felices y tranquilos, como bien se merece después de tantos años dedicados al trabajo.

 

 

Benedicto XVI y los movimientos

El discurso a los obispos portugueses

 

En los últimos meses, el Santo Padre ha hablado reiteradamente sobre los movi­mientos eclesiales y las nuevas comu­nidades, enriqueciendo así su vasto magiste­rio sobre la « nueva época asociativa de los fieles laicos » (Christifideles Laici, 29). En particular, dedicó al argumento un amplio pasaje del discurso a los obispos de Portugal, el pasado 13 de mayo, durante la visita a Fá­tima. Leamos de nuevo la parte del discurso que atañe a los movimientos, confrontándola con intervenciones análogas del Santo Padre para comprenderlas mejor.

Hablar al hombre de hoy

El Papa introduce el discurso sobre los mo­vimientos después de haber tratado la situación de la sociedad descristianizada de hoy y las di­ficultades que se encuentran en tales circuns­tancias en el anuncio del Evangelio: « cuando en opinión de muchos la fe católica ha dejado de ser patrimonio común de la sociedad, y se la ve a menudo como una semilla acechada y ofuscada por “divinidades” y por los señores de este mundo, será muy difícil que la fe llegue a los corazones mediante simples disquisicio­nes o moralismos, y menos aún a través de ge­néricas referencias a los valores cristianos. El llamamiento valiente a los principios en su in­tegridad es esencial e indispensable; no obstan­te, el mero enunciado del mensaje no llega al fondo del corazón de la persona, no toca su li­bertad, no cambia la vida. Lo que fascina es sobre todo el encuentro con personas creyentes que, por su fe, atraen hacia la gracia de Cristo, dando testimonio de Él ».

Para hablar al hombre de hoy en un modo eficaz se necesitan testigos creíbles. La cues­tión de la elección de un lenguaje que haga comprensible el Evangelio fue profundizado por el Santo Padre durante el encuentro que tuvo con el Pontificio Consejo para la Cultu­ra: « Los pastores y los fieles experimentan con preocupación algunas dificultades en la comunicación del mensaje evangélico y en la transmisión de la fe, dentro de la comunidad eclesial misma. […] Los problemas aumen­tan cuando la Iglesia se dirige a los hombres y mujeres lejanos o indiferentes a una expe­riencia de fe, a los cuales el mensaje evangé­lico llega de manera poco eficaz y atractiva ». […] Para encontrar un lenguaje adecuado, el Papa pide que se valoren « la enculturación del Evangelio », « el rico y denso simbolismo de la liturgia », « el lenguaje del arte, cuya belleza tiene su fuerza comunicativa particu­lar ». « Sin embargo, la belleza de la vida cristiana es más incisiva aún que el arte y la imagen en la comunicación del mensaje evangélico » (Discurso a los participantes en la Asamblea Plenaria del Pontificio Consejo para la Cultura, 13 de noviembre de 2010).

Por ello, como dijo en Portugal, « lo que fascina es sobre todo el encuentro con perso­nas creyentes que, por su fe, atraen hacia la gracia de Cristo, dando testimonio de Él », son los que muestran sobre todo con la pro­pia vida la belleza de ser cristianos. Este es el lenguaje más elocuente para llegar al hombre de la globalización y secularización.

La alegría de ser cristianos

Continuando con el discurso a los obispos portugueses, el Santo Padre muestra dónde se debe buscar el terreno fértil de la vida cristiana: « Me vienen a la mente aquellas palabras del Papa Juan Pablo II: “ La Iglesia tiene necesidad sobre todo de grandes corrientes, movimientos y testimonios de santidad entre los “ fieles de Cristo ”, porque de la santidad nace toda autén­tica renovación de la Iglesia, todo enriqueci­miento de la inteligencia de la fe y del segui­miento cristiano, una reactualización vital y fe­cunda del cristianismo en el encuentro con las necesidades de los hombres y una renovada forma de presencia en el corazón de la existen­cia humana y de la cultura de las naciones ” (Discurso en el vigésimo aniversario de la pro­mulgación del Decreto conciliar “ Apostolicam Actuositatem ”, 18 de noviembre de 1985). Al­guno podría decir: “ La Iglesia tiene necesidad de grandes corrientes, movimientos y testimo­nios de santidad..., pero no los hay ”».

De hecho, ante las dificultades y las crisis que han caracterizado a la Iglesia en su relación con el mundo contemporáneo, se había difundi­do un cierto pesimismo. Pero Benedicto XVI constató personalmente que el Espíritu Santo ha actuado a tiempo suscitando aquello que se necesitaba, como recuerda en su discurso en Fátima: « A este respecto, os confieso la agra­dable sorpresa que he tenido al encontrarme con los movimientos y las nuevas comunidades eclesiales. Al observarlos, he tenido la alegría y la gracia de ver cómo, en un momento de fatiga de la Iglesia, en un momento en que se hablaba de “ invierno de la Iglesia ”, el Espíritu Santo creaba una nueva primavera, despertando en jóvenes y adultos la alegría de ser cristianos, de vivir en la Iglesia, que es el Cuerpo vivo de Cristo ». El Papa recordó en más de una oca­sión la sorpresa que experimentó ante la “ irrupción ” de los movimientos y las nuevas comunidades en la vida de la Iglesia, como su­cedió en el año 1998, siendo cardenal, durante el Congreso Mundial de los Movimientos orga­nizado por nuestro dicasterio: « En cuanto a mí, viví una experiencia maravillosa cuando – a principios de los años setenta – entré en contac­to estrecho, por primera vez, con movimientos tales como Neocatecumenales, Comunione e Liberazione, Focolarini y experimenté el ímpe­tu y el entusiasmo con el que vivían la fe y – llevados por el gozo de su creencia – se sentían obligados a comunicar a otros el don que habí­an recibido. Era cuando Karl Rahner y otros hablaban de período invernal en la Iglesia […] Pero entonces se dio de repente algo con lo que nadie había contado. Diríase que el Espíritu Santo había tomado de nuevo la palabra. La fe eclosionó de nuevo en gente joven, sin peros ni excusas, sin subterfugios ni puertas traseras, vi­vida en su totalidad como don y como regalo delicioso que hace vivir » (en: Los movimientos eclesiales y su lugar teológico, RCI Communio (Es) 21, 1991, 87­88). Una clave de lectura esencial para comprender el magisterio del Santo Padre sobre los movimientos y las nue­vas comunidades es precisamente su experien­cia personal de asombro y alegría frente a esta novedad suscitada por el Espíritu Santo des­pués del Concilio. Por ello, el Papa recordó a los obispos portugueses que el lenguaje más eficaz para anunciar la novedad del Evangelio al hombre de hoy es la alegría que brota de la vida cristiana, y uno de los contextos más im­portantes en los que esta vida florece lo consti­tuyen los movimientos eclesiales y las nuevas comunidades.

La importancia de los movimientos para la nueva evangelización también la puso el Papa de relieve hablando a los obispos de Inglaterra y Gales, durante su reciente viaje a Gran Breta­ña, el 19 de septiembre de 2010: « Muchos de los nuevos movimientos eclesiales tienen un carisma especial para la evangelización, y sé que continuaréis estudiando los medios apro­piados y eficaces para que participen en la mi­sión de la Iglesia »; además encontramos un pensamiento análogo en el núm. 94 de la ex­hortación apostólica postsinodal Verbum Domi­ni: « El Sínodo reconoce con gratitud, además, que los movimientos eclesiales y las nuevas co­munidades son en la Iglesia una gran fuerza pa­ra la obra evangelizadora en este tiempo, im­pulsando a desarrollar nuevas formas de anun­ciar el Evangelio ». Continuando su discurso, Benedicto XVI quiso precisar a los obispos portugueses cómo los movimientos eclesiales y las nuevas comunidades son capaces de volver a proponer y revivir el patrimonio de la fe bi­milenaria de la Iglesia católica según las moda­lidades propias del mundo actual, sin disminu­ciones ni compromisos: « Gracias a los caris­mas, la radicalidad del Evangelio, el contenido objetivo de la fe, la corriente viva de su tradi­ción se comunican de manera persuasiva y son acogidos como experiencia personal, como ad­hesión libre a todo lo que encierra el misterio de Cristo ». Con otras palabras, movimientos y nuevas comunidades se muestran capaces de realizar una « renovación dentro de la continui­dad del único sujeto­Iglesia, que el Señor nos ha dado; es un sujeto que crece en el tiempo y se desarrolla, pero permaneciendo siempre el mismo, único sujeto del pueblo de Dios en ca­mino» (Discurso a la Curia Romana, 22 de di­ciembre de 2005).

Movimientos eclesiales y nuevas comunida­des en las Iglesias particulares

El Santo Padre continúa su discurso de Fáti­ma sin dejar de ofrecer sus apreciadas indicacio­nes para ayudar a resolver las tensiones que se pueden crear por la inserción de las nuevas rea­lidades en el tejido de las Iglesias particulares. El Papa pide a todos una obediencia fiel al úni­co Espíritu, en el respeto de las tareas de cada uno; sobre todo se dirige a los que son portado­res de los carismas particulares, que han genera­do los movimientos: « Naturalmente, es condi­ción necesaria el que estas nuevas realidades quieran vivir en la Iglesia común, si bien con es­pacios en cierto modo reservados para su vida, de manera que ésta sea después fecunda para to­dos los demás. Quienes viven un carisma parti­cular, han de sentirse fundamentalmente respon­sables de la comunión, de la fe común de la Iglesia, y deben someterse a la guía de los Pas­tores. Éstos son quienes han de asegurar la ecle­sialidad de los movimientos ». Para la inserción y la plena valorización de las nuevas realidades eclesiales en la Iglesia es, por ello, fundamental la comunión con los obispos, que ejercen su pa­pel institucional gracias al don del Espíritu San­to que recibieron con el sacramento del Orden; los Pastores – precisa el Papa – pueden ejercer su función porque son portadores del mismo Es­píritu que ha suscitado los movimientos: « Los Pastores no son sólo personas que ocupan un cargo, sino que ellos mismos son portadores de carismas, son responsables de la apertura de la Iglesia a la acción del Espíritu Santo. Nosotros, los Obispos, estamos ungidos por el Espíritu Santo en el sacramento y, por tanto, el sacra­mento nos asegura también la apertura a sus do­nes. De este modo, por un lado, hemos de sentir la responsabilidad de acoger estos impulsos que son un don para la Iglesia y le dan nueva vitali­dad, pero, por otro, hemos de ayudar también a los movimientos a encontrar el camino justo, haciendo correcciones con comprensión, esa comprensión espiritual y humana que sabe au­nar la guía, el reconocimiento y una cierta aper­tura y disponibilidad para aprender ». La apertu­ra, el apoyo a la época asociativa de los fieles laicos e incluso la disposición a aprender de par­te de los obispos garantizan sus intervenciones de gobierno y corrección, que resultarán efica­ces y comprensibles cuando nacen de un único Espíritu. En este sentido, el Santo Padre exhortó a los obispos reunidos con ocasión de un semi­nario de estudio organizado por nuestro dicaste­rio el 17 de mayo de 2008: « A nosotros, los pastores, se nos pide acompañar de cerca, con solicitud paterna, de modo cordial y sabio, a los movimientos y las nuevas comunidades, para que puedan poner generosamente al servicio de la utilidad común, de manera ordenada y fecun­da, los numerosos dones de que son portadores y que hemos aprendido a conocer y apreciar […]. Quien está llamado a un servicio de dis­cernimiento y de guía no ha de pretender ense­ñorearse de los carismas, sino más bien evitar el peligro de extinguirlos (Cf. 1 Ts 5, 19­21), resis­tiendo a la tentación de uniformar lo que el Es­píritu Santo ha querido que sea multiforme para concurrir a la edificación y a la extensión del único Cuerpo de Cristo, que el mismo Espíritu consolida en la unidad ».

La unidad en la comunión eclesial que esta­mos llamados a realizar incluye necesariamente la estrecha unión entre Iglesia universal e Igle­sias particulares, sobre todo cuando se trata de movimientos y comunidades de importancia in­ternacional, como indicó claramente el Santo Padre cuando se encontró con los participantes en los encuentros organizados por la Fraterni­dad Católica de las Comunidades y Asociacio­nes Carismáticas de Alianza, el 31 de octubre de 2008: « Precisamente por el hecho de que somos testigos de un prometedor florecimiento de movimientos y comunidades eclesiales, es importante que los pastores ejerzan con respec­to a ellos un discernimiento prudente, sabio y benévolo. Deseo de corazón que se intensifique el diálogo entre pastores y movimientos ecle­siales en todos los niveles: en las parroquias, en las diócesis y con la Sede Apostólica. Sé que se están estudiando formas oportunas para dar re­conocimiento pontificio a los nuevos movi­mientos y comunidades eclesiales, y muchos ya lo han recibido. Los pastores, especialmente los obispos, por el deber de discernimiento que les compete ». Los Pastores de las Iglesias particu­lares están llamados a ejercer su tarea de dis­cernimiento y gobierno en sintonía con todos los obispos y con la Sede Apostólica, cuyas de­claraciones son un elemento imprescindible pa­ra las decisiones a nivel local. El fundamento teológico de esta indicación lo mostró el enton­ces cardenal Ratzinger durante el Congreso Mundial de los Movimientos en 1998. después de haber excluido algunas falsas oposiciones en boga en la teología actual (institución/carisma, cristología/pneumatología, jerarquía/profecía), el entonces prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe propuso un excursus históri­co sobre las diferentes “ olas ” de carismas que caracterizaron la historia del pueblo de Dios, comparable con la nueva época asociativa de los fieles laicos, para subrayar la notable afini­dad y destacar los beneficios que la Iglesia ha sacado de ahí a lo largo de su historia. El Papa volvió a este tema durante la audiencia general del 13 de enero de 2010, diciendo que el « esti­lo personal y comunitario de las Órdenes Men­dicantes, unido a la total adhesión a las ense­ñanzas de la Iglesia y a su autoridad, fue muy apreciado por los Pontífices de la época, como Inocencio III y Honorio III, que apoyaron ple­namente estas nuevas experiencias eclesiales, reconociendo en ellas la voz del Espíritu. Y no faltaron los frutos […]. En nuestros días tam­poco faltan iniciativas similares: los movimien­tos, que parten realmente de la novedad del Evangelio y lo viven con radicalidad en la ac­tualidad, poniéndose en las manos de Dios, pa­ra servir al prójimo ». El excursus histórico del año 1998 tenía como objetivo revelar la natura­leza eclesiológica de las tensiones inevitables que se crean cuando surgen nuevos carismas, por el hecho de que se colocan precisamente en medio de la delicada relación entre la Iglesia universal y la particular. El esfuerzo para resta­blecer la comunión concierne a todos los afec­tados, respetando los roles y los carismas, espe­cialmente con respecto a la Sede Apostólica: « Todos deben medirse por el amor a la unidad de la Iglesia, que es una, que es sólo una única en todas las Iglesias locales y que, como tal, aparece de continuo en los movimientos apos­tólicos. Las Iglesias locales y los movimientos apostólicos deberán reconocer y aceptar de continuo la vigencia simultanea de las dos ex­presiones siguientes: ubi Petrus, ibi ecclesia ­ubi episcopus, ibi ecclesia. El primado y el episcopado, la estructura eclesiástico­local y los movimientos apostólicos se necesitan de modo recíproco. El primado sólo puede vivir en y con un episcopado vivo. El episcopado só­lo puede conservar su unidad dinamica y apos­tólica sintonizando con el primado. Cuando uno de los polos se debilita, padece la Iglesia en su totalidad » (en: Los movimientos eclesia­les y su lugar teológico, RCI Communio (Es) 21 1991, 107).

Los sacerdotes y los movimientos

La última breve recomendación respecto a los movimientos y las nuevas comunidades ofrecida a los obispos portugueses concierne la implicación de los sacerdotes: « Decid o reiterad precisamente esto a vuestros presbí­teros ». Se trata de un tema importante para el Santo Padre, muy consciente de que la inser­ción y el crecimiento de las nuevas realida­des eclesiales tiene que pasar a través de la apertura y el compromiso de los presbíteros. En la Carta para la convocación de un o Sacerdotal (16 de junio de 2009), Benedicto XVI se detuvo mucho en el tema: « En el contexto de la espiritualidad apoyada en la práctica de los consejos evangélicos, me complace invitar particularmente a los sacer­dotes, en este Año dedicado a ellos, a perci­bir la nueva primavera que el Espíritu está suscitando en nuestros días en la Iglesia, a la que los Movimientos eclesiales y las nuevas Comunidades han contribuido positivamente. “ El Espíritu es multiforme en sus dones… Él sopla donde quiere. Lo hace de modo inespe­rado, en lugares inesperados y en formas nunca antes imaginadas… Él quiere vuestra multiformidad y os quiere para el único Cuerpo ” (Benedicto XVI, Homilía en la ce­lebración de las primeras vísperas en la vigi­lia de Pentecostés, 3 de junio de 2006). A es­te propósito vale la indicación del Decreto Presbyterorum Ordinis: “ Examinando los espíritus para ver si son de Dios, [los presbí­teros] han de descubrir mediante el sentido de la fe los múltiples carismas de los laicos, tanto los humildes como los más altos, reconocerlos con alegría y fomentarlos con empe­ño ”(Núm. 9). Dichos dones, que llevan a muchos a una vida espiritual más elevada, pueden hacer bien no sólo a los fieles laicos sino también a los ministros mismos. La co­munión entre ministros ordenados y carismas “ puede impulsar un renovado compromiso de la Iglesia en el anuncio y en el testimonio del Evangelio de la esperanza y de la caridad en todos los rincones del mundo ” (Benedicto XVI, Discurso a un grupo de Obispos amigos del Movimiento de los Focolares y a otro de amigos de la Comunidad de San Egidio, 8 de febrero de 2007) ». Por ello, el Papa no só­lo recomienda que los sacerdotes ofrezcan su solicitud pastoral a los movimientos y comu­nidades, sino que ve en ellos una válida ayuda para alimentar su misma vida espiritual.

Además, las nuevas realidades asociativas constituyen una extraordinaria fuente de voca­ciones para la vida sacerdotal y religiosa, de modo que casi todos los seminarios y lugares de formación tienen que aprender a enfrentarse con esta novedad, acogiéndola y guiándola sin desnaturalizarla, para que se convierta en oca­sión de enriquecimiento espiritual para todos, tal como el Santo Padre quiso precisar en su Carta a los Seminaristas el 18 de octubre de 2010 (núm. 7): « Los movimientos son una cosa magnífica. Sabéis bien cuánto los aprecio y quiero como don del Espíritu Santo a la Iglesia. Sin embargo, se han de valorar según su apertura a la común realidad católica, a la vida de la única y común Iglesia de Cristo, que en su diversidad es, en definitiva, una sola. El seminario es el periodo en el que uno aprende con los otros y de los otros. En la convivencia, quizás a veces difícil, debéis asimilar la generosidad y la tolerancia, no simplemente soportándoos mutuamente, sino enriqueciéndoos unos a otros, de modo que cada uno pueda aportar sus cualidades particulares al conjunto, mientras todos servís a la misma Iglesia, al mismo Señor »

 

Reconocimientos jurídicos y aprobaciones estatutarias

 

El Consejo Pontificio para los Laicos:

Con decreto del decreto del 7 de octubre de 2010, ha concedido la aprobación definiti­va de los estatutos del World Apostolate of Fatima.

Con decreto del 8 de diciembre de 2010, ha reconocido Nuovi Orizzonti como asocia­ción internacional de fieles, aprobando sus estatutos ad experimentum. Nuovi Orizzonti nace en Roma entorno al año 1993, por ini­ciativa de Chiara Amirante, una joven mujer que siente el anhelo de compartir la plenitud de la alegría, que viene de su fe en Cristo Re­sucitado, con aquella humanidad de desespe­rados, abandonados, marginados y necesita­dos que viven en la calle. En breve tiempo, muchas personas, deseosas de compartir la experiencia de Chiara entregándose a los de­más, se unen a ella. Las cada vez más nume­rosas solicitudes de ayuda que le dirige el pueblo de desesperados la convencen de abrir, en la periferia de la capital, la primera casa de acogida, donde sólo jóvenes, escla­vos de la dependencia de alcohol y drogas, puedan reconstruirse a sí mismos a la luz del Evangelio y a través de un programa terapéutico rehabilitador ideado por ella misma. En pocos años se abren nuevos centros, primero en Italia y después en el extranjero; numero­sas personas adhieren al ideal de Nuovi Oriz­zonti y comienzan a dedicarse completamen­te a la realización de muchos proyectos so­ciales, formativos y de rehabilitación. Ac­tualmente, Nuovi Orizzonti es una realidad muy estructurada que quiere responder con generosidad a las múltiples exigencias de quien se encuentra en grave dificultad, inter­viniendo en todos los ámbitos de malestar so­cial.

 

Con decreto del 26 de diciembre de 2010, ha aprobado la publicación del Direc­torio catequético del Camino Neocatecume­nal.

 

Actualmente, el Dicasterio está proce­diendo al examen de las solicitudes de reco­nocimiento canónico presentadas por las si­guientes asociaciones laicales: Movimiento Apostólico de Schönstatt, Movimiento de la Palabra de Dios, Legio Mariae, Communau­té du Chemin Neuf, Movimiento Athletae Christi, Movimiento Apostólico, Jesus Youth, Movimiento de Retiros Parroquiales Juan XXIII, Movimento Laicale Orionino.

 

 

Visitas ad limina

 

En el período comprendido entre el mes de junio de 2010 hasta a fines de año, hemos re­cibido a los obispos de cinco regiones eclesiásticas de Brasil: Leste 1 (Río de Janeiro), Leste 2 (Espíritu Santo y Minas Gerais), Nordeste 5 (Maranhão), Sul 2 (Paraná) y Centro Oeste (Distrito Federal, Goiás, Tocantins). De este modo ha concluido la visita ad limina Apostolo­rum de los obispos brasileños a la que se ha dedicado la Curia Romana durante año y medio. En el número 19 de nuestro Noticiario ya habíamos informado sobre el primer grupo de obis­pos, en aquella ocasión compuesto también de cinco grupos, representando a ocho regiones eclesiásticas. En total, el Consejo Pontificio para los Laicos ha sido visitado por obispos de trece de las dieciséis regiones eclesiásticas de Brasil.

Los obispos confirmaron unánimes su juicio positivo sobre los fieles laicos, sin los que la acción pastoral sería difícil o incluso imposible debido al escaso número de sacerdotes. El nú­mero de laicos comprometidos en la pastoral va en aumento, mostrando disponibilidad y ge­nerosidad. Las diócesis han desarrollado ampliamente las formas oficiales de organizaciones del laicado, como son los consejos pastorales diocesanos y parroquiales, los consejos de las asociaciones laicales y otras estructuras colegiales análogas. Están difundidas las comunida­des de base; en numerosas diócesis se promueven formas comunitarias alternativas, como los “ grupos de reflexión ” sobre la Palabra de Dios. Son muy numerosos los ministros extraordi­narios de la Eucaristía, pero figuras análogas se ocupan también de los bautizos, matrimonios y funerales. Otros ministerios encomendados a laicos conciernen la Palabra, allí donde no se puede celebrar la santa misa, y sobre todo la catequesis. Mas no faltan los problemas. Según palabras de un obispo: « El valor de los laicos brasileños es su compromiso entusiasta y su participación; su punto débil es la falta de formación ». Entre los fieles prevalece la religiosi­dad tradicional, ciertamente piadosa, pero desarmada frente a los desafíos de la seculariza­ción. Emergen por ello problemas en relación a la moral sexual y conyugal, mientras conti­núa en modo alarmante la difusión de las sectas. Por ello, la formación de los fieles laicos es una de las preocupaciones principales de los obispos, que intentan multiplicar las oportunida­des de crecimiento en la fe a través de escuelas, cursos, retiros, aunque gran parte de la for­mación la ofrecen, obviamente, las parroquias y los movimientos. Además los obispos inten­tan dirigir y orientar las numerosas expresiones de religiosidad popular encomendando, en lo posible, los grupos y las iniciativas al cuidado de los sacerdotes. Todas las diócesis, para ha­cer frente al malestar de las nuevas generaciones, están aumentando la pastoral juvenil; sobre todo se preocupan de una pastoral por sectores: estudiantes, pastoral juvenil popular, pastoral rural, obreros. También en este campo es esencial la aportación de las nuevas asociaciones laicales. De hecho, en Brasil son muy activos los principales movimientos y nuevas comuni­dades internacionales; el movimiento numéricamente más representativo es, sin duda, la Re­novación Carismática Católica, de cuyas filas han surgido numerosas nuevas comunidades brasileñas, algunas de las cuales ya han asumido una relevancia internacional.

Muchos católicos están comprometidos en la vida pública, a nivel federal y en las administra­ciones locales, pero su acción en la política, por lo general, se considera “ tímida ”; por otro lado muchos de ellos deben su elección a partidos ideológicamente estructurados, que no tienen interés en la doctrina social de la Iglesia, sino sólo en el voto católico, por lo que a veces terminan por enfrentarse con posturas inconciliables con la pertenencia eclesial. Un papel positivo lo tienen las asociaciones profesionales, como los juristas o los médicos católicos, que intervienen de manera decisiva cuando se ponen en debate los principios no negociables, como el derecho a la vida, la li­bertad religiosa, la protección de la familia y la libertad de educación. En este sector es activo el Movimiento para la Unidad de los Focolarinos. De parte de los obispos, se multiplican las inicia­tivas para dar a conocer mejor la doctrina social de la Iglesia.

 

 

Contactos con asociaciones y movimientos

 

Durante el segundo semestre del año, el presidente del Consejo Pontificio para los Laicos, S.Em. el cardenal Stanisław Ryłko, recibió la visita de los responsables y repre­sentantes de las siguientes asociaciones laica­les: Asociación “ Identidad Cristiana ”, Co­munidad de San Egidio, Fondacio. Cristia­nos para el mundo, Federación Internacional Pueri Cantores, Fraternidad Católica de las Comunidades y Asociaciones Carismáticas de Alianza, Movimiento de Vida Cristiana, Institución Teresiana, Camino Neocatecume­nal, Federación Mundial de las Obras Euca­rísticas de la Iglesia, Servicios a la Renova­ción Carismática Católica Internacional (ICCRS), Asociación Laical Memores Domi­ni, Punto Corazón, Comunidad del Emma­nuel, Comunidad Misionera de Villaregia, Comunidad de Cristo Resucitado, Fraterni­dad de Comunión y Liberación.

El 24 y 25 de agosto, el cardenal Ryłko par­ticipó en Rimini en la XXXI edición del Me­eting para la amistad entre los pueblos.

Intervino en el III Encuentro Internacional de Obispos organizado por la Fraternidad Ca­tólica de las Comunidades y Asociaciones Ca­rismáticas de Alianza, que tuvo lugar en Asís del 25 al 28 de octubre, con la conferencia “ Los movimientos eclesiales y las nuevas co­munidades en la preocupación pastoral de los obispos ”. Además presidió la celebración eu­carística de apertura en la XIV Conferencia Internacional de la Fraternidad Católica que tuvo lugar allí mismo del 28 al 31 de octubre.

En el marco de las celebraciones para el bi­centenario de la fundación de la adoración nocturna, organizada en Roma por la Federa­ción Mundial de las Obras Eucarísticas de la Iglesia, el 18 de noviembre, el Card. Ryłko presidió una celebración eucarística en la ba­sílica de Santa Anastasia junto al Palatino.

Intervino en el XXXVI Congreso de la Fe­deración Internacional Pueri Cantores que tuvo lugar en Roma del 28 de diciembre al 1º de enero de 2011, introduciendo el Concierto de Navidad dado por los Pueri el 29 de diciembre en la basílica de Santa María la Mayor.

 

El secretario del Consejo Pontificio para los Laicos, S.E. Mons. Josef Clemens, reci­bió a los responsables de la Conferencia Inter­nacional Católica del Escultismo, de las co­munidades del Camino Neocatecumenal pre­sentes en Filipinas, de Catholics United for the Faith, del Movimiento Internacional de Apostolado en los Medios Sociales Indepen­dientes (MIAMSI), de los Scout y Guías de Francia, de la Federación Internacional Pueri Cantores, de la Fraternidad Católica de las Comunidades y Asociaciones Carismáticas de Alianza, de la Comunidad Obra de María, de la Comunidad Católica Shalom, de la Maple Ridge Community, de la Comunidad Misione­ra de Villaregia, de la Comunidad Canção Nova, de los Foyers de Charité, de la Frater­nidad de Comunión y Liberación.

 

El subsecretario del Consejo Pontificio para los Laicos, Prof. Guzmán Carriquiry, recibió a los responsables y representantes de la Asociación Internacional Católica Rural y del Movimiento Contemplativo Misionero “ P. de Foucauld ”.

En los días 4 y 5 de octubre, el Prof. Carri­quiry participó en el Encuentro Internacional de Oración por la paz: “ Vivir juntos en un tiempo de crisis. Familia de los pueblos. Fa­milia de Dios ”, organizado en Barcelona (España) por la Comunidad de San Egidio,y en la tarde del 4 de octubre presidió la mesa redonda “ Limosna y justicia ”.

El 30 de octubre, en el curso de la XIV Conferencia Internacional de la Fraternidad Católica de las Comunidades y Asociaciones Carismáticas de Alianza, que tuvo lugar en Asís del 28 al 31 de octubre sobre el tema “ Jesucristo el es mismo ayer, hoy y siem­pre ”, moderó la mesa redonda sobre la voca­ción y misión de los movimientos eclesiales y las nuevas comunidades en nuestro tiempo.

 

El jefe de oficina del Consejo Pontificio para los Laicos, Mons. Miguel Delgado Ga­lindo, recibió a los responsables y represen­tantes de la Federación Internacional de Farmacéuticos Católicos, de Encuentros Ma­trimoniales Mundiales, de Hogar de la Ma­dre, de Nuevos Horizontes, de Silenciosos Obreros de la Cruz, de la Asociación Católi­ca Mundial para la Comunicación (SIGNIS), de los Foyers de Charité.

El 24 de noviembre, Mons. Delgado Galin­do participó en el V Congreso Nacional del Movimiento Apostólico, que tuvo lugar en Roma.

 

El Revdo. Eric Jacquinet, responsable de la Sección Jóvenes, recibió a los responsa­bles y representantes de Jesus Youth, de Scout y Guías de Francia y de la Juventud Estudiantil Católica Internacional.

 

La Srta. Ana Cristina Villa Betancourt, responsable de la Sección Mujer, recibió la visita de dirigentes de la Unión Mundial de las Organizaciones Femeninas Católicas y de la Conferencia Internacional Católica del Guidismo.

 

El intenso viaje a Brasil de S.E. Mons. Clemens

 

Del 16 al 27 de octubre el secretario del dicasterio, S.E. Mons. Josef Clemens, viajó a Brasil donde visitó diferentes movimientos y nuevas comunidades: el 16 y 17 de octubre, en Recife, se encontró con la Comunidad Obra de María y su fundador, Gilberto Barbosa, y tuvo la ocasión de conocer in situ algunas de las obras de apostolado de la Comunidad.

Del 17 al 19 de octubre se dirigió a Fortaleza donde visitó la Comunidad Católica Sha­lom y tuvo un encuentro con el fundador Moysés Louro de Azevedo Filho y la “ diaconía general ”; además presidió la celebración eucarística con dos mil participantes en el lugar del nacimiento de esta Comunidad.

Del 19 al 24 de octubre le tocó el turno a Guaratinguetá (Estado de San Pablo), a don­de se dirigió Mons. Clemens para la celebración del reciente reconocimiento pontificio de la Fazenda da Esperança, fundada por el P. Hans Stapel, OFM; además de compartir di­versos momentos de la vida de la Fazenda, Mons. Clemens se dirigió al Santuario Nacio­nal de Nuestra Señora de la Concepción de Aparecida, donde dio una conferencia a los jó­venes sobre el Mensaje enviado por el Santo Padre a la Familia da Esperança y participó en la solemne concelebración eucarística presidida por el Nuncio Apostólico en Brasil,

S.E. Mons. Lorenzo Baldisseri.

El día 22 visitó la Comunidad Canção Nova y algunas de sus obras en la sede de Ca­choeira Paulista, donde tuvo un encuentro con el fundador Mons. Jonas Abib. Del 24 al 26 de octubre visitó la Comunidad Misionera de Villaregia en Belo Horizonte y sus centros sociales y educativos en el 25º aniversario de presencia evangelizadora en Brasil y, gracias a la cordial hospitalidad del obispo de la diócesis, S.E. Mons. Walmor Oliveira de Azeve­do, pudo tener un encuentro con todos los representantes del apostolado laical de la dióce­sis de Belo Horizonte; el 25 de octubre visitó la Pontificia Universidad Católica y el San­tuario de Nuestra Señora de Piedad, patrona del Estado de Minas Gerais.

El encuentro con estas diferentes realidades eclesiales dio la posibilidad a Mons. Josef Clemens de experimentar el alegre testimonio de la fe en Jesucristo, de amor a la Iglesia y de filial y afectuosa devoción al Santo Padre ofrecida por estas realidades eclesiales, como también de poder experimentar en modo palpable la realidad de una fraternidad vivida y la entrega generosa de tantos fieles laicos, animados por la caridad de Cristo, que en diferen­tes campos de acción anuncian la verdad y la belleza de ser cristianos.

 

Otros encuentros

En el segundo semestre del año 2010, el presidente del Consejo Pontificio para los Lai­cos, S.Em. el cardenal Stanisław Ryłko, reci­bió a S.Em. el cardenal Oswald Gracias, arzo­bispo de Bombay (India); a S.E. Mons. Mathew Arackal, obispo de Kanjirapally de los Siro­Malabares (India); a S.E. Mons. Geraldo Lyrio Rocha, S.E. Mons. Luiz Soares Vieira y S.E. Mons. Dimas Lara Barbosa, respectivamente presidente, vicepresidente y secretario general de la Conferencia Episcopal Brasileña; a S.E. Mons. Gervasio Gestori, obispo de San Bene­detto del Tronto­Ripatransone­Montalto; reci­bió la visita de P. Adolfo Nicolás, prepósito ge­neral de la Compañía de Jesús; de P. Pedro Ba­rrajón, rector del Ateneo Pontificio Regina Apostolorum, de la Sra. Marta Rodríguez y la Dra. Adele Ercolano, respectivamente directora y coordinadora del Instituto de Estudios Supe­riores sobre la Mujer de dicho Ateneo; de la Srta. Alejandra Keen, coordinadora general de la Fraternidad Mariana de la Reconciliación; de la Dra. An Verlinde, presidente internacional de la Coopération Pan Africaine des Acteurs de Santé; del Dr. Donato Falmi y el Dr. Franco Fortuna, respectivamente director editorial y responsable del marketing de la editorial Città Nuova.

En el marco de las celebraciones del Año Santo Compostelano, del 5 al 8 de agosto, el Card. Stanisław Ryłko participó en Santiago de Compostela en la Peregrinación y Encuentro de Jóvenes, un encuentro organizado en prepa­ración a la Jornada Mundial de la Juventud de Madrid 2011. En el curso de la iniciativa presi­dió una vigilia de oración y la celebración euca­rística conclusiva. Además intervino en un en­cuentro de los responsables de la pastoral juve­nil con una conferencia sobre el tema “ Las Jor­nadas Mundiales de la Juventud: un don que compromete a toda la Iglesia ”.

El 5 de octubre, participó en la conferen­cia de prensa de presentación de la Jornada Mundial de la Juventud de Madrid 2011 que tu­vo lugar en la Sala de Prensa de la Santa Sede, con la ponencia: “ JMJ: un fenómeno que conti­núa sorprendiendo el mundo ”.

Del 10 al 24 de octubre, participó en la Asamblea Especial para Oriente Medio del Sí­nodo de los Obispos sobre el tema: “ La Iglesia Católica en Oriente Medio: comunión y testi­monio. « La multitud de los creyentes no tenía sino un solo corazón y una sola alma » (Hch 4, 32) ”.

El 22 de octubre, presidió una celebración eucarística con ocasión de la solemne inaugura­ción del año académico 2010­11 de la Universi­dad Pontificia Juan Pablo II de Cracovia. El día siguiente participó en un encuentro con las aso­ciaciones y los movimientos eclesiales promo­vido por la arquidiócesis de Cracovia, durante el que pronunció una conferencia sobre: “ Nue­vas comunidades y otras asociaciones laicales ”, presidiendo al final la celebración eucarística.

Con ocasión del viaje apostólico de Su Santidad Benedicto XVI a España del 6 al 7 de noviembre, el Card. Stanisław Ryłko participó en Barcelona en la solemne concelebración eu­carística para la dedicación de la basílica La Sa­grada Familia y la consagración del altar.

El 27 de noviembre, presidió la celebra­ción eucarística que inauguraba la última jorna­da de trabajo del Congreso Internacional “ La familia, sujeto de evangelización ”, organizada por el Pontificio Consejo para la Familia, del 25 al 27 de noviembre.

 

El secretario del dicasterio, S.E. Mons Josef Clemens recibió la visita de S.Em. el carde­nal Philippe Barbarin, arzobispo de Lyon (Fran­cia); de S.Em. el Card. Reinhard Marx, arzobis­po de Munich y Frisinga (Alemania); de S.E. Mons. Ulrich Neymeyer, obispo auxiliar de Maguncia (Alemania) acompañado por los res­ponsables de la pastoral juvenil de la diócesis; de S.E. Mons. Karl­Heinz Wiesemann, obispo de Espira (Alemania); de S.E. Mons. Francisco Javier Martínez Fernández, arzobispo de Gra­nada (España); de S.E. Mons Franz­Peter Te­bartz­van Elst, obispo de Limburgo (Alema­nia); de S.E. Mons. Friedhelm Hofmann, obis­po de Wurzburgo (Alemania); de S.E. Mons. Gerhard Ludwig Müller, obispo de Regensburg (Alemania); de S.E. Mons. Hans­Josef Becker, arzobispo de Paderborn (Alemania); de S.E. Mons Mathew Arackal, obispo de Kanjirapally (India) y presidente de la Comisión para el Lai­cado de la Iglesia Católica Siro­Malabar; de

S.E. Mons. Héctor Miguel Cabrejos Vidarte, OFM, arzobispo de Trujillo y presidente de la Conferencia Episcopal Peruana, acompañado por S.E. Mons. Norberto Strotmann, obispo de Chosica (Perú); de S.E. Mons. Franz­Josef Her­mann Bode, obispo de Osnabrück (Alemania); de S.E. Jean­Pierre Mazery, Gran Canciller y ministro de Asuntos Exteriores del Soberano Orden Militar de Malta; del honorable Alois Glück, presidente del Comité Central de los Católicos Alemanes (ZdK); del Revdo. Prof. Eamonn Conway, presidente de la Sociedad Eu­ropea para la Teología Católica, acompañado por el Prof. Pierre Van Hecke, miembro de la presidencia.

El 17 de julio, S.E. Mons Clemens partici­pó en la reunión de la presidencia de la Funda­ción Juan Pablo II para la Juventud.

El 10 de septiembre, pronunció una po­nencia sobre el tema: “ La participación de los laicos en la vida y la misión de la Iglesia ”, en el Seminario de Formación para los obispos nombrados recientemente en los territorios de misión, promovido en Roma por la Congrega­ción para la Evangelización de los Pueblos.

El 4 de octubre, tuvo lugar en Roma un en­cuentro para los responsables de la formación de los laicos de la arquidiócesis de Colonia (Alema­nia) sobre el tema: “ La responsabilidad de los fieles en la vida y en la misión de la Iglesia ”.

El 5 de octubre, participó en la Sala de Prensa de la Santa Sede en la conferencia de prensa de presentación del Mensaje de Bene­dicto XVI para la XXVI JMJ de Madrid 2011.

El 7 de noviembre, participó en Barcelona (España) en la santa misa presidida por el Santo Padre Benedicto XVI con ocasión de la dedica­ción de la basílica La Sagrada Familia y la consagración de su altar.

El 13 de noviembre, participó en la iglesia Sta. María del Ánima en Roma, en la consagra­ción episcopal de Mons. Walter Brandmüller, creado cardenal de la diaconía de San Julio en el consistorio del 20 de noviembre.

El 26 de noviembre, llevó el saludo inicial al Seminario de Estudio “ Deporte e Iglesia en Europa ” organizado en el Aula Magna del Consejo Pontificio para los Laicos por el Cen­tro Deportivo Italiano (CSI) y el Centro de Es­tudios del CSI.

El 13 de diciembre, participó en el Pontificio Consejo de Justicia y Paz en la reunión pre­paratoria del Congreso sobre “ La mujer y los derechos humanos ”.

 

El subsecretario del dicasterio, Prof. Guzmán Carriquiry, tuvo un encuentro con S.E. Mons. Javier Augusto del Río Alba, arzobispo de Arequipa (Perú).

El 9 de julio, el Prof. Carriquiry impartió una lección al curso estivo de la Universidad Abat Oliba CEU de Barcelona sobre el tema “ Los cristianos y la política en el mundo ac­tual ”.

El 15 de octubre, el Prof. Carriquiry se di­rigió nuevamente a Barcelona, donde pronunció una conferencia sobre “A la espera de Benedic­to XVI. Sentido y responsabilidad”, como pre­paración a la visita en España del Santo Padre del 6 al 7 de noviembre.

El 9 de noviembre, participó en Roma en la Asamblea Plenaria del Comité Pontificio pa­ra los Congresos Eucarísticos Internacionales, del que es miembro.

En el curso del I Congreso de los Laicos de la diócesis española de Alicante­Orihuela, que tuvo lugar en el auditorium de la Universi­dad de Alicante del 12 al 14 de noviembre, el Prof. Carriquiry pronunció el sábado día 13 la conferencia “Claves de identidad laical. Fun­damentos de la vocación y misión del cristiano laico”.

El 17 de noviembre, el Prof. Carriquiry participó en Roma en el acto conmemorativo público para el 50º aniversario de la institución del Secretariado para la Promoción de la Uni­dad de los Cristianos, actual Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de los Cristia­nos.

El 18 de noviembre, en el Centro Interna­cional Juvenil “ San Lorenzo ” de Roma, tuvo un encuentro con un grupo de profesores y es­tudiantes del Departamento de Pastoral Juvenil y Catequético de la Pontificia Universidad Sa­lesiana. En el encuentro estuvo también presen­te Revdo. Eric Jacquinet, responsable de la Sección Jóvenes del dicasterio, a quienes pronun­ció la ponencia sobre la formación de los jóve­nes católicos.

El 19 de noviembre, con ocasión de la conmemoración del bicentenario de la Funda­ción de la Adoración Nocturna en Roma, orga­nizada por la Federación Mundial de las Obras Eucarísticas de la Iglesia, pronunció una confe­rencia sobre “ La Eucaristía y la nueva época asociativa de los fieles laicos ”.

 

El 7 de diciembre, Mons. Miguel Delgado Galindo, jefe de oficina del Consejo Pontificio para los Laicos, recibió la visita de la Sra. Kata­rina Hulmanova, miembro del dicasterio.

El 8 de octubre participó en el Congreso de Estudio con ocasión del vigésimo aniversa­rio de la promulgación del Codex Iuris Canoni­ci Orientalium, que tuvo lugar en Roma.

 

El Revdo. Eric Jacquinet, responsable de la Sección Jóvenes, recibió la visita del director espiritual del Seminario “ Mater Ecclesiae ”, P. Floriano Rodero, LC.

El 15 de noviembre, pronunció una confe­rencia sobre las JMJ al Seminario “ Mater Ec­clesiae ” de Roma.

El 20 de noviembre, participó en el en­cuentro de los responsables del Movimiento Ju­venil Salesiano, en Genzano (Roma), y partici­pó en la mesa redonda donde habló del mensaje del Santo Padre para la Jornada Mundial de la Juventud de 2011.

El 6 de diciembre, participó en el encuen­tro “De EurHope a EurHome: He aquí vuestra casa. Loreto capital espiritual de los jóvenes de Europa ”, que tuvo lugar en Loreto (Ancona, Italia), con ocasión del 10º aniversario de la fundación del Centro “ Juan Pablo II”.

El 9 de diciembre, dio una lección sobre la pastoral juvenil y las JMJ según Benedicto XVI en el curso de un seminario de teología pasto­ral, en la Facultad de teología de la Pontificia Universidad de la Santa Cruz.

 

El Revdo. P. Kevin Lixey, LC, responsable de la Sección “ Iglesia y deporte ”, recibió la vi­sita de Mons. John Armitage, vicario general de la diócesis de Brentwood (Inglaterra) y respon­sable para la pastoral de los católicos en las Olimpiadas de Londres del año 2012; recibió a Mario Pescante, vicepresidente del Comité Olímpico Internacional y representante perma­nente del COI en las Naciones Unidas; a Pa­trick Clemens, director de las actividades de­portivas en la Cardinal Stritch University de Milwaukee; al general Gianni Gola, presidente emérito del Consejo Internacional del Deporte Militar; a Massimo Achini, presidente del Cen­tro Deportivo Italiano (CSI); a Jeff Suppan, lanzador profesional en la Major League Base­ball estadounidense; a Math Pieters, presidente de la Fédération Internationale Sportive de l’Enseignement Catholique.

Del 15 al 19 de septiembre, P. Lixey parti­cipó en la 38ª Conferencia Anual de la Asocia­ción Internacional de Filosofía del Deporte, que tuvo lugar en Roma.

El 18 de octubre, tomó parte en la ceremo­nia inaugural del “ Maratón Madre Teresa 2010 ”, organizada en Tirana (Albania) por la asociación Sport for all, en colaboración con el Centro Deportivo Italiano (CSI) de Ancona (Italia). Con ocasión de la estadía en Tirana, el 19 de octubre tuvo un encuentro con el arzobis­po S.E. Mons. Rrok Mirdita, presidente de la Conferencia Episcopal Albanesa, y el honora­ble Ferdinand Xhaferaj, ministro de Turismo, Cultura, Juventud y Deporte de la República Albanesa.

Del 20 al 22 de noviembre, participó en Granada (España) en la conferencia sobre “ De­porte, educación y medios de comunicación ”, organizada por la Universidad de Granada y la Escuela Universitaria Diocesana de Magisterio “ La Inmaculada ”. Durante su estadía, tuvo un encuentro con el arzobispo local, S.E. Mons. Francisco Javier Martínez Fernández.

El 26 de noviembre, P. Lixey participó en la Jornada de Estudio, que se realizó en el aula magna del dicasterio y que organizó el Centro de estudios del Centro Deportivo Italiano (CSI) sobre el tema “ Iglesia y deporte en Europa ”, como preparación a las celebraciones del 100º aniversario de la Fédération Internationale Ca­tholique Education Physique et Sportive.

El 2 de diciembre, tuvo un encuentro con la comisión pastoral de la Fédération Interna­tionale Sportive de l’Enseignement Catholique, durante la Asamblea plenaria de la Federación que tuvo lugar en Roma.

El 4 de diciembre, intervino en el anual “ Meeting de Asís ” de los delegados regionales del Centro Deportivo Italiano (CSI), organizado en torno al tema “ Protagonistas del bien común. El deporte al servicio del desafío educativo ”.

 

La Srta. Ana Cristina Villa Betancourt, responsable de la Sección Mujer, recibió la vi­sita de la Srta. Jem Sullivan, del Secretariado para la Evangelización y la Catequesis de la Conferencia de los Obispos de los Estados Uni­dos; de la Sra. Vicki Thorn, fundadora del “ Proyecto Raquel ”; y de las Sras. Adele Erco­lano y Marta Rodríguez del Instituto para la Mujer del Ateneo “ Regina Apostolorum ”.

El 25 de septiembre, la Srta. Villa Betan­court intervino en un curso para religiosas, or­ganizado por la Federación de las Superioras Mayores de Italia de la diócesis de Roma y del Instituto Mulieris Dignitatem, con una confe­rencia sobre el tema “ Corazón materno en co­munidad ”.

El 29 de septiembre, pronunció una confe­rencia al curso anual de formación de los profe­sores de religión organizado por la Delegación para Educación Católica de la diócesis de Ori­huela­Alicante (España) sobre la identidad del laico, y en particular de la mujer, en la Iglesia.

Del 19 al 21 de noviembre, participó en el Congreso Católicos y Vida Pública, organizado en Madrid por la Universidad San Pablo CEU, interviniendo en una mesa redonda sobre el tema “¿Qué legado para las nuevas generaciones? ”.

El 26 de noviembre participó, en la sede del Pontificio Consejo de la Justicia y la Paz ”, en la reunión del Forum de las Organizaciones No Gubernamentales Católicas sobre las nuevas disposiciones para la acción de las ONG en el ámbito de la FAO.

 

Entre las citas de S.Em. el cardenal Ryłko durante el segundo semestre del año cabe desta­car la visita del nuevo embajador de Corea ante la Santa Sede, S.E. el Sr. Thomas Hong­Soon Han, antiguo miembro de este dicasterio, y de el Sr. Fernando Zegers Santa Cruz, nuevo embajador de Chile ante la Santa Sede.

 

S.E. Mons. Clemens, recibió la visita de S.E. Dr. Walter Jürgen Schmid, nuevo embajador de la República Federal de Alemania ante la Santa Se­de; de S.E. el Sr. Thomas Hong­Soon Han, emba­jador de Corea ante la Santa Sede al inicio de su mandato; asimismo participó en la ceremonia de despedida de S.E. el Sr. Martin Bolldorf, embaja­dor de la República de Austria ante la Santa Sede, y recibió la visita del Sr. Bernhard Stephan Schlagheck, nuevo ministro consejero de la Em­bajada de Alemania ante la Santa Sede.

 

 


 

top