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 Pontifical Council for the Pastoral Care of Migrants and Itinerant People

People on the Move

N° 99, December 2005

 

 

AMENAZAS EN LA FRONTERA 

MÉXICO-ESTADOS E UNIDOS*

 

 

S.E. Mons.Rodolfo Bobadilla Mata

Obispo de Huehuetenango y Presidente de la

Pastoral de Movilidad Humana 

Conferencia Episcopal de Guatemala

 

Mensaje sobre las acciones en contra de los migrantes en la frontera México y Estados Unidos.

“Pasé como emigrante y ustedes me recibieron en su casa.”(Mt. 25,35) 

La Comisión de Pastoral de Movilidad Humana de la Conferencia Episcopal de Guatemala, ante la amenaza que representa el grupo denominado: “National Alliance of Minutemen” en el Estado de Arizona en la frontera México y Estados Unidos, que pone en peligro la vida, la dignidad y los derechos humanos de los emigrantes, a la comunidad nacional e internacional expresa:

1.   El total rechazo y condena a toda forma de xenofobia, discriminación y nacionalismo exacerbado, tanto entre los individuos, como entre las naciones y pueblos. Dichos operativos lastiman la dignidad humana, dejando consecuencias, daños en los valores humanos y en la fe, y destruyen la convivencia pacifica y armónica entre naciones o pueblos. Estas acciones en la frontera, en muchos casos, han conducido a la pérdida de vidas humanas entre aquellos que buscan en la migración los medios necesarios para su subsistencia y el desarrollo de su vida y de sus familias.

2.   Que de ningún modo se pueden justificar acciones violentas, hechos delictivos, persecución, terror e impunidad que puedan originarse por parte de dichos grupos civiles con características paramilitares, quienes han convertido en misión de sus vidas la “cacería de migrantes,” a través de argumentos vanos, simplemente para justificar la superioridad racial. Estas acciones están plenamente alejadas de la comunión, de la verdad y del pleno amor a Dios en cada uno de sus semejantes. Desde el Evangelio de la vida consideramos inmoral y antiético dichas acciones.

3.   La gran preocupación por la miopía de las autoridades de Estados Unidos y Guatemala ante la realidad migratoria, al permitir una campaña persecutoria en contra de la población emigrante, a la que califican como invasión, que atenta contra la estabilidad y el orden de la raza aria y que, a través de medios electrónicos e impresos estan haciendo una amplia campaña en contra de quienes buscan mejores oportunidades de vida.

4.   Ante un fenómeno migratorio tan generalizado y con aspectos profundamente distintos, la solución no la encontramos en las políticas de carácter restrictivo en ámbitos nacionales, como la construcción de muros fronterizos, que destruye el tejido social y genera una conflictividad bipolar. Más ineficaces aún resultarían políticas de carácter discriminatorio, racistas y meramente antimigrantes que, a su vez, producirían efectos negativos, con el peligro de aumentar las entradas irregulares e incluso favorecer las actividades de organizaciones criminales. 

Teniendo presente lo expresado anteriormente, y desde nuestra fe, PEDIMOS:

1.   Ante estas claras manifestaciones xenofobicas, discriminatorias y de odios raciales, la Pastoral de Movilidad Humana de la Conferencia Episcopal de Guatemala, que mira el fenómeno migratorio de manera integral, considera que a partir de la proliferación de estas ideas, por parte de grupos organizados como “National Alliance of Minuteman,” expresa su más enérgico rechazo a dichas acciones que pretenden lastimar y violar los derechos humanos y los sueños de los que emigran, dejándolos en una situación de extrema vulnerabilidad.  

2.   A los gobiernos y altos funcionarios públicos de ambas naciones (Estados Unidos y Guatemala), la implementación y ejecución de políticas y leyes migratorias con rostro humano. Las migraciones en el mundo no pueden, ni deben fomentar luchas de dominio entre un país y otro; tampoco puede ser una excusa para instar conflictos y alentar sentimientos de violencia frente a las aspiraciones de amor, de paz, de democracia, de libertad y de justicia.

3.   La elaboración de un sistema migratorio justo y coherente en el marco de los derechos humanos suscritos en la Convención Internacional para la Protección de los Migrante y sus Familiares; para que el migrante no sea visto como una amenaza, sino como un ser humano que con su experiencia y capacidad aporta al desarrollo económico, cultural, político en los países de destino, por el contrario se busca negar el derecho a emigrar, criminalizándolo y vinculándolo de manera indiscriminada al terrorismo o a la pertenencia a marras.

4.   Desde la fe en Jesucristo, buscar maneras de favorecer el espíritu de solidaridad y el bien común. Nuestra fe debe trascender las fronteras físicas e ideológicas y eliminar toda forma de actitudes anticristianas, para construir relaciones de justicia y paz inspirados en los valores del Evangelio. 

Hablamos porque encontramos a Jesucristo vivo en cada migrante que pide nuestra solidaridad, amistad y afecto. Ante el drama humano vivido por el migrante, hemos reafirmado en nuestros encuentros de Pastoral Migratoria la urgencia de asumir un compromiso activo y verdadero en al construcción de una sociedad más equitativa y fraterna. Por ello, hacemos votos e imploramos a Dios, nuestro Padre, para que todo esfuerzo conjunto sirva para seguir construyendo otro mundo más fraterno y solidario, atentos al llamado de Jesús que nos impulsa a hacer valer los valores que devuelvan la vida y la dignidad a los seres humanos. 

Hacemos un llamado a todos a crecer en el conocimiento y en el aprecio hacia los demás, no importando la raza, cultura o creencia; y rechazamos todas aquellas actitudes de menosprecio y discriminación hacia cualquiera ser humano, en especial hacia los migrantes, mujeres o niños; a todos ellos debemos verlos como seres con dignidad y derechos, muy especial de los valores del Evangelio de Jesucristo, el cual nos llama a amarnos los unos a los otros como él nos ama.

Al terminar este mensaje, reconocemos la dignidad y el valor de los emigrantes. Asimismo, hacemos un llamado a quienes están atentando contra la seguridad de los emigrantes para que cesen con estas actitudes discriminatorias y xenofóbicas en contra de ells. Acuérdense de aquienes ustedes están atacando: no son criminales o terroristas, sino personas que buscan mejores condiciones de vida para superarse a si y a sus familias. Los emigrantes contribuyen enormemente al desarrollo y al engrandecimiento del país donde inmigran.

Respetuosamente invitamos al gobierno de Estados Unidos a que busque una rápida solución a dicho problema fronterizo de cacería, de militarización y agresión en contra de los emigrantes.

Que el Santo Hermano Pedro, Nuestra Señora de los Migrantes y el Beato Juan Bautista Scalabrini -Padre de los Emigrantes-, nos ayuden a comprender y ayudar a construir un mundo sin fronteras, de libertad, de justicia, de solidaridad y, de paz, que atienda a todas las necesidades de los que migran a otros países.

 
*Guatemala de la Asunción, 13 de abril 2005. 

 

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