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 Pontifical Council for the Pastoral Care of Migrants and Itinerant People

People on the Move

N° 106 (Suppl.-I), April 2008

 

 

Documento Final 

 

El Evento

El XXII Congreso Mundial del Apostolado del Mar se llevó a cabo en Gdynia (Polonia), del 24 al 29 de junio de 2007. Doscientos setenta delegados,arzobispos, obispos, sacerdotes, diáconos, religiosos, miembros laicos y voluntarios, personal marítimo, observadores e Invitados, vinieron de 60 países, para reflexionar sobre el tema “En solidaridad con la Gente del Mar, testigos de Esperanza por la Palabra de Dios, la Liturgia y la Diaconía”.

Fue diseñado e ideado, desde un principio, para ser un acontecimiento pastoral. El término “pastoral” se utiliza aquí también en un sentido amplio, puesto que no se ha querido excluir ningún tema inherente a la vida y al trabajo de los hombres y mujeres del mar. La intención de este Congreso ha sido la de ofrecer al A.M. la oportunidad de reflexionar y extraer conclusiones de su espiritualidad y contribución específica al mundo marítimo.

La apertura formal del Congreso fue precedida por una sesión de trabajo matutina para los Obispos Promotores, los Coordinadores Regionales y los Directores Nacionales, que se centró en el papel de los Obispos Promotores a la hora de fomentar la cooperación con la Iglesia local (Conferencias Episcopales, Directores Nacionales, capellanes, voluntarios y parroquias), y en las oportunidades y desafíos para el A.M. en las Iglesias particulares.

Después de una introducción de bienvenida del Arzobispo Agostino Marchetto, Secretario del Consejo Pontificio para la Pastoral de los Migrantes e Itinerantes, el Obispo Joshua Mar Ignathios, D. Giacomo Martino (animador y presentador del tema) y el P. Raymond Desrochers presentaron los problemas y las necesidades de los A.M. nacionales y locales, y se mantuvo una discusión general. D. Martino destacó la importancia de escuchar las necesidades de los marinos, de su formación y de la incorporación y cooperación de las comunidades cristianas que residen cerca de los puertos, para que nuestros Centros Stella Maris puedan ser realmente sus hogares lejos de casa. Dio también la bienvenida al nuevo Manual del A.M.

La presentación del Obispo Joshua Mar Ignathios se centró en la necesaria cooperación con las Iglesias particulares, puesto que la labor del A.M. no se puede considerar aisladamente, sin tener en cuenta la labor realizada por otras organizaciones cuyos miembros también visitan los barcos. Toda esta cooperación debe ser desarrollada, de modo que el creyente de cualquier iglesia particular pueda comprender que el A.M. es una cuestión de todos.

El P. Desrochers dijo que para él es una bendición ser capellán a tiempo completo, puesto que es importante que el A.M. sea una prioridad para el capellán, que él posee un mandato claro y debe recibir los medios materiales para llevar a cabo sus responsabilidades pastorales. Los tiempos están cambiando, y esta capellanía en Asia, donde hay pocos cristianos en los puertos, es una oportunidad maravillosa para la cooperación ecuménica, el diálogo interreligioso y el entendimiento cultural. También “con total respeto hacia el otro”, hay oportunidades suficientes para compartir la propia fe.  

Tras esta ponencia siguió una Mesa Redonda sobre el papel del Obispo Promotor, animada por el Obispo Tom Burns (presentador del tema), el Arzobispo Tadeusz Gocłowski y el P. Samuel Fonseca, a quienes se había pedido que compartiesen sus experiencias europeas y latinoamericanas. A continuación, hubo un intercambio general de opiniones. El Obispo Burns centró su intervención en las responsabilidades claves del Obispo Promotor, que son las de orientar, apoyar y asesorar, determinar y evaluar. Un Obispo Promotor promueve la labor del A.M. comunicando y compartiendo su visión, y desarrollando un plan estratégico y vinculándose con las Conferencias Episcopales y demás Obispos. Para el Arzobispo Tadeusz Gocłowski, conforme con la Carta Apostólica “Stella Maris”, el Obispo Promotor no reemplaza al Obispo local, no obstante posee un papel esencial a la hora de “activar” y motivar las distintas iniciativas a favor del mundo marítimo. Los Capellanes designados son necesarios para el ministerio de los sacramentos, en particular para los Sacramentos de la Eucaristía y de la Reconciliación. Para el P. Fonseca, el Obispo Promotor posee una gran responsabilidad en la elección de capellanes y agentes pastorales idóneos para este apostolado. Tiene que apoyar las iniciativas facilitando y multiplicando la información. Sobre todo debe facilitar las condiciones que asegurarán la continuidad del “proyecto”.  

*     *      * 

La apertura oficial del Congreso comenzó con una Misa concelebrada en la festividad de San Juan Bautista. El Arzobispo Marchetto presidió la celebración y, en su homilía, dijo que “San Juan Bautista era el testigo por excelencia… porque preparó los caminos del Señor a través del testimonio de vida que acompañó su mensaje… También escuchó a la gente de la época… e identificó las aspiraciones y expectativas de sus contemporáneos… Hoy día, se nos encomienda (esta) misión (de testimonio) en particular para continuar la misión de Jesús y revelar la Buena Noticia de la presencia, de la acción y del amor de Dios, a través de su Espíritu, en el mundo marítimo, en el que somos también testigos a diario de situaciones de injusticia, explotación y estructuras opresivas, todas ellas ‘condiciones de vida menos humanas’ (Populorum Progressio, 20)”. Añadió que un cristiano no puede permanecer en la sacristía, si que debe ser es alguien comprometido con la construcción de una sociedad más justa y fraternal. Para que el A.M. pueda dar un testimonio verdadero, como el de San Juan Bautista, debe escuchar la Palabra, ser fiel a los Sacramentos y estar preparado para servir.

En la ceremonia oficial, después de la lectura de una carta de bienvenida del Presidente de Polonia, el Sr. Lech Kaczynski, hubo discursos y saludos del Nuncio Apostólico, el Arzobispo Józef Kowalczyk, del Promotor Episcopal del A.M. de Polonia, el Arzobispo Tadeusz Gocłowski, de Gdansk, del Arzobispo Agostino Marchetto, del Alcalde de la Ciudad de Gdynia, el Sr. Wojciech Szczurek, del Ministro de Transporte Marítimo, el Sr. Rafal Wiechecki, del Presidente de las Autoridades Portuarias, el Sr. Przemyslaw Marchlewicz, y del Comandante de la Armada polaca, el Almirante de Flota Roman Krzyzelewski.

El lunes 25, después de la oración de la mañana, de la lectura del Mensaje del Santo Padre y del canto “Veni Creator”, el primer día completo del Congreso comenzó con la Presentación del tema, por el Arzobispo Agostino Marchetto. En su discurso, resaltó que la misión del A.M. se dirige a todos los marinos, sin tener en cuenta su credo o nacionalidad, y que su acción debe adaptarse siempre a las necesidades de nuestra época. Conforme a la enseñanza de la Iglesia, debemos interrogarnos sobre la esencia de nuestra misión pastoral, es decir, el lugar de la Palabra de Dios, de los Sacramentos y de la Diaconía en nuestro ministerio. Este Congreso es una oportunidad para que el A.M. pueda apreciar mejor su espiritualidad y cómo ejercer un cuidado pastoral apropiado para las personas a las que está llamado a servir. Para nosotros cristianos, la Esperanza se halla en el corazón de nuestra vida, es el “ancla de nuestra vida espiritual y pastoral”, basada en la persona de Jesucristo. Ser testigo de la Esperanza, de hecho, quiere decir ser “testigo de Jesucristo”. Un testigo es solidario con las personas a las que ha sido enviado, y la Esperanza es también una gran fuerza para la transformación de las realidades de hoy, iluminándolas con la luz de Cristo resucitado. A continuación, siguió exponiendo el programa, presentando a cada conferenciante y experto, así como los temas y subtemas que debían ser tratados en los discursos principales, mesas redondas, talleres, testimonios e intervenciones.

Este primer día se dedicó, en parte, a la situación actual del mundo marítimo. En su presentación, el Sr. David Cockroft, Secretario General de la ITF (Federación Internacional de Trabajadores del Transporte), resaltó los actuales desafíos del mundo marítimo, el aislamiento y la seguridad laboral, la criminalización de los marinos, la falta de permisos para bajar a tierra, la fatiga y el abandono. Según él, las principales necesidades de los marinos en el puerto son las instalaciones de comunicación, el transporte, el cuidado pastoral y el asesoramiento espiritual. Partiendo de la encíclica del Papa Benedicto Deus Caritas Est, el P. John Chalmers, explicó cómo las prácticas del amor, de la esperanza y de la caridad pueden renovar y profundizar nuestra energía para la misión de Dios entre los marinos. Estamos llamados a ser testigos y a proclamar, a las personas a quienes hemos de servir, un amor alimentado por el encuentro con Cristo. Para esto, necesitamos una formación del corazón. Dar testimonio del amor de Dios es dar testimonio de la solidaridad, que es una consecuencia del amor. La labor del A.M. no es sólo una actividad de bienestar, sino también una expresión imprescindible de la naturaleza misma de la Iglesia. La Esperanza no es sinónimo de optimismo o simplemente una disposición alegre, sino que transforma nuestras dudas con la convicción de que, en última instancia, Dios triunfará. Es la práctica del amor, de la esperanza y de la solidaridad lo que cambia las vidas. 

A continuación, Mons. Jacques Harel, encargado del A.M. Internacional, el sector marítimo del Consejo Pontificio, presentó un informe sobre El estado del A.M. en el mundo. Dicho informe se basa en el cuestionario difundido en el 2006 y en los informes de los Coordinadores Regionales. Esta presentación se comentó muy brevemente por cada Coordinador Regional.

El día concluyó con una conferencia del Obispo Pierre Molères, que reflexionó sobre el tema La Esperanza, fuente de inspiración y motor del compromiso del A.M. Después de describir la Esperanza y sus componentes, explicó que el A.M. halla en esta virtud no sólo su inspiración y motor, sino también su capacidad para introducir en el mundo marítimo “el humanismo cristiano de la Esperanza”, a través de su acompañamiento y presencia en las comunidades de marinos.

El segundo día del Congreso se destinó principalmente al lugar que ocupa la proclamación de la Palabra de Dios en el A.M. Después de la oración de la mañana, el Cardenal Renato Raffaele Martino, que fue nombrado Presidente del Consejo Pontificio para la Pastoral de los Migrantes e Itinerantes el 11 de marzo de 2006, habló a los Delegados sobre el tema El A.M., un cuidado pastoral específico. Agradeció a su predecesor, el Cardenal Stephen Fumio Hamao “su previa dirección y compromiso con el A.M.”. Señaló que debemos prestar atención a los signos de los tiempos y ser creativos en nuestras respuestas, proyectando una mirada de Esperanza sobre la gente del mar, a quienes estamos llamados a servir. Tenemos que construir una sociedad cuyo centro sea la dignidad de la persona humana. Agradeció a los capellanes del A.M. y a los agentes pastorales su valioso trabajo, y subrayó la contribución esencial del laicado a este ministerio. Hizo un llamamiento a la unidad y resaltó las conclusiones/recomendaciones principales del Congreso de Río de Janeiro en 2002. Calificó el período post-Río como un tiempo de “progreso e iniciativas fecundas”, recomendando a todos “El Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia”.

Tras esto siguió una presentación de la página web del A.M. Internacional, una nueva herramienta eficaz también para la proclamación de la Palabra, de Mons. Jacques Harel y Comodoro Chris York. 

El Diálogo Interreligioso, como afirmó el Papa Benedicto, es de necesidad vital tanto a nivel pastoral como doctrinal. Mons. Félix Machado, Subsecretario del Consejo Pontificio para el Diálogo Interreligioso, en su discurso titulado Testigo de la Esperanza en un entorno ecuménico e interreligioso, afirmó en primer lugar la diferencia fundamental entre los objetivos del diálogo ecuménico y del interreligioso. Un cristiano, hoy día, debe dar testimonio de su fe en el amor de Dios en un mundo plural, en el que está llamado a ser un signo de la Esperanza, sobre todo a través de la promoción de su dignidad. El respeto por la dignidad humana es la base fundamental del diálogo interreligioso. Cuando los profetas de mal agüero predican el conflicto de civilizaciones y culturas, nosotros, los cristianos, permanecemos comprometidos con la promoción de la reconciliación, de la paz y de la armonía en medio de la pluralidad religiosa. Acentuó el “gran aprecio” que la Iglesia siente por las otras religiones, pero también la necesidad del cristiano de permanecer profundamente arraigado en su fe, para hacer frente a los desafíos y a las dificultades del diálogo interreligioso. El A.M. tiene que hacer una “contribución imprescindible” en este ámbito. 

Por la tarde se organizó una Mesa Redonda para discutir sobre el ecumenismo y la cooperación con agencias afines. El panel estaba compuesto por el Rev. Dr. Jurgen Kanz, el Sr. Tom Homer y el Sr. Andrew Elliot, respectivamente de la ICMA, de la ITF-ST y del ICSW. El Dr. Kanz insistió en que el espíritu de unidad debe apoyarse en actos concretos; por lo tanto la ICMA ha desarrollado un código de conducta, cuya palabra clave es “respeto”. Todas las decisiones importantes son tomadas por consenso; no se impone ninguna decisión a los otros miembros. La ICMA también es una proveedora de formación para capellanes y agentes pastorales, y en la actualidad cada vez más centros de marinos están bajo la dirección conjunta de diferentes Iglesias que operan en el mismo puerto. El Sr. Andrew Elliot presentó el ICSW, del que es miembro el A.M. a través de la ICMA, y que proporciona cuidado pastoral apoyando a sus miembros a través de proyectos específicos, seminarios y programas regionales de desarrollo para el bienestar de los marinos. Para el Sr. Tom Holmer, existen todavía condiciones de explotación en la industria marítima, de ahí la importancia de estar organizados a escala mundial, mientras que se sigue actuando solidariamente, si queremos ser eficaces. Dio la bienvenida al acercamiento ecuménico entre las agencias. La cooperación entre la ITF, el A.M. y otras compañías es crucial para apoyar internacionalmente el bienestar de los marinos. Es de vital importancia la formación de Comités de Bienestar del Puerto.   

El resto de la tarde estuvo ocupada por el trabajo de grupos. Cada delegado fue invitado a participar en algunos de los talleres organizados sobre los 13 temas disponibles.

El miércoles, tercer día del Congreso, los temas de la reflexión fueron: la celebración de los Sacramentos, la Diaconía y nuestra vocación, para que todos aquéllos que son objeto de nuestro cuidado espiritual se puedan beneficiar de ellos. En ausencia del Obispo René Marie Ehouzou, el P. Irénée Zountangni de Porto Novo (Benin) leyó su importante discurso: La Liturgia nutre la esperanza de las comunidades de marinos y pescadores. En este discurso, el antiguo capellán del A.M. y director nacional, ahora Obispo, explicó cómo la Liturgia da una nueva luz a la vida cristiana de los marinos, proporcionándoles su identidad religiosa y dinamismo espiritual. 

Los Sacramentos, especialmente la Eucaristía, poseen también una dimensión social, y la segunda sesión matutina estuvo dedicada a la Diaconía. Todos los cristianos, especialmente los diáconos, están llamados a dar testimonio de la compasión profunda de Jesús por todos los hombres y mujeres. Los diáconos desempeñan un papel importante en el A.M., donde poseen un ministerio de presencia para llevar a cabo su función y servicio. Se organizó una Mesa Redonda, animada por los diáconos Ricardo Rodríguez, Alberto Dacanay y Jean Philippe Rigaud y su esposa Marie-Agnès, sobre el tema El Diácono: ordenado para la Proclamación de la Palabra, la Liturgia y la Caridad. Todos los diáconos estuvieron acompañados por sus esposas. El Rev. Ricardo Rodríguez ha presentado su vida pastoral, con el apoyo de su esposa Isabel, con total dedicación a los marinos, desarrollando una relación con todos aquéllos que están vinculados con la profesión marítima a través del establecimiento de una red y de la cooperación ecuménica. Esta visión pastoral se realiza como instrumento del amor de Dios a través de la práctica de la caridad/servicio, de la proclamación de la Palabra y de la Liturgia. El Rev. Alberto Dacanay, que emigró recientemente a Canadá, describió su viaje espiritual que lo ha conducido al Diaconado, y posteriormente a la responsabilidad de director nacional del A.M.-Canadá. Su esposa Delia, su familia y su trabajo en el A.M. han contribuido enormemente a la realización de su llamada a llevar la Esperanza a los marinos. Existe una urgente necesidad de concienciar a cada Iglesia local sobre la existencia de dicho ministerio, puesto que para su crecimiento necesita el apoyo de la comunidad local. El Rev. Jean-Philippe Rigaud y su esposa Marie-Agnès dieron testimonio sobre sus experiencias en el contexto de una escuela de la marina mercante, y cómo el Diaconado tiene su lugar en el ambiente marítimo y se adapta perfectamente a él. Para ellos, la ordenación diaconal de Jean-Philippe ha reforzado y clarificado un compromiso, ya existente, con el mundo marítimo.

Por la tarde, antes de partir para Gdansk, para una visita cultural, hubo otra sesión de taller.

En Gdansk, los participantes fueron recibidos en el Ayuntamiento por el Alcalde de la Ciudad, y tuvieron la oportunidad de encontrar al Presidente Lech Wałesa, que dió un testimonio animado de su trabajo y dirección de Solidarność. El Cardenal Martino en su respuesta, resaltó el papel histórico del Presidente Wałesa en la caída del comunismo en Europa Oriental.  

La sesión del jueves empezó con dos ponencias sobre el ámbito de la pesca, sector en el que el A.M. ha sido tradicionalmente activo. La primera presentación El compromiso del A.M. en el sector pesquero, fue del P. Bruno Ciceri, C.S., y la segunda de la Sra. Cristina de Castro sobre La sostenibilidad de las comunidades pesqueras: la perspectiva de una esposa de pescador. Ambas ponencias evidenciaron la precariedad de los pescadores y sus familias. El P. Ciceri acogió con agrado y alabó la adopción, por la OIT, del nuevo Convenio consolidado sobre los pescadores. El A.M., sobre todo el Comité Internacional de Pesca del A.M., debe intensificar sus esfuerzos a favor de los pescadores, unir su voz a la de ellos, ser el abogado de sus derechos. Por su parte, la Sra. de Castro indicó que, aunque las condiciones difieren en cada puerto, básicamente los problemas y las consecuencias de la separación, son comunes para las familias de todos los pescadores. También contó su lucha para la defensa de los derechos humanos de los pescadores, de sus representaciones en la UE, y apeló al apoyo de la red Internacional del A.M. 

Posteriormente, Mons. Harel introdujo el Manual del A.M. que se publicará después del Congreso. El Manual ha sido completamente revisado, teniendo en cuenta los más recientes Documentos Pontificios, los nuevos Convenios Internacionales de la OIT y las numerosas sugerencias recibidas. Se esfuerza por responder a la gran demanda existente, entre los capellanes, los visitadores de barcos y los voluntarios, de un manual que les ayude a hacer frente a los desafíos cotidianos de su apostolado. El A.M., al ser un apostolado específico, tiene también como objetivo proporcionar una sólida base legítima para la formación y la educación especial. 

El Sr. Douglas B. Stevenson, del Instituto Eclesiástico de los Marinos de Nueva York/Nueva Jersey, habló entonces del Convenio sobre el Trabajo Marítimo, 2006 de la OIT (CTM 2006) y del Convenio sobre el Trabajo en el Sector Pesquero, 2007, como una señal de esperanza para el mundo marítimo. Calificó el Convenio CTM, 2006 como uno de los logros más significativos de toda la historia de los derechos de los marinos, pero de poco valor si no se pone en práctica. El Sr. Stevenson siguió explicando cómo se han desarrollado los derechos de los marinos y el papel de la OIT en el establecimiento de normas internacionales de trabajo, y la contribución de la ICMA a este proceso. Insistió que no debemos sentir piedad por los marinos, o contemplarlos como objeto de nuestra caridad. Son profesionales altamente cualificados y especializados que merecen nuestro respeto. Necesitan protección legal debido a su vulnerabilidad al abuso, a la explotación y a la discriminación. Por lo tanto, debemos animar a todas las naciones marítimas a poner en práctica ahora el CTM, 2006.

Por la tarde, se celebró una Mesa Redonda sobre la Capellanía de los Barcos de Crucero a la luz del tema del Congreso con Mons. John Armitage (A.M.-GB), el P. Luca Centurioni (A.M. Italia) y el P. Sinclair Oubre (A.M.-EE.UU.), en la que se compartió con los delegados cuestiones sobre el mundo de la industria del crucero y también sobre el ministerio del A.M. en este sector y sus planes para el futuro. En su presentación, Mons. Armitage y el P. Centurioni, después de una descripción de la industria del crucero, perfilaron el contenido y la estructura de la capellanía para cruceros del A.M., cómo realizar comunidades a bordo y los proyectos sugeridos para el futuro. El P. Sinclair Oubre por su parte describió las razones para el desarrollo del ministerio pastoral americano para barcos de crucero, el funcionamiento del programa pastoral, y discutió algunos problemas relacionados con el Motu Proprio “Stella Maris”

La sesión de la tarde finalizó con los talleres. Después de la cena, cada región se reunió para designar la terna de los candidatos que serían escogidos posteriormente como Coordinadores Regionales por el Consejo Pontificio para la Pastoral de los Migrantes e Itinerantes.

El viernes 29, último día del Congreso, el Arzobispo Marchetto presidió la última sesión. Esta asamblea se destinó a la presentación y aprobación del Documento Final, y a la lectura y aprobación del Mensaje para los Marinos. Estos documentos fueron adoptados después de las varias enmiendos y sugerencias presentadas por los asistentes, y que son publicados a continuación. El Presidente del PCPMI, el Cardenal Renato Raffaele Martino clausuró el Congreso expresando su agradecimiento generalizado, sobre todo dirigido a los organizadores locales que no habían escatimado ningún esfuerzo para convertir este Congreso en un acontecimiento “trascendental”.

Todos los participantes zarparon entonces en barco para celebrar la “Fiesta del Mar” polaca, durante la cual el Congreso participó en la bendición de una flota pesquera y en la Eucaristía presidida por el Arzobispo Tadeusz Goclowski.  

Conclusiones

Inspirados por el tema En solidaridad con la Gente del Mar, testigos de Esperanza por la Palabra de Dios, la Liturgia y la Diaconía”, y después de haber reflexionado y rezado durante el XXII Congreso Mundial del A.M. en Gdynia (Polonia), los delegados creen que, en cuanto A.M., están llamados a introducir en el mundo marítimo un “humanismo cristiano de Esperanza”, a través de su presencia y testimonio en las comunidades marítimas y pesqueras.

La Esperanza es el ancla segura y firme del alma. Esta Esperanza, para nosotros cristianos, posee un nombre: Jesucristo, el Señor Resucitado. Conscientes de los desafíos a los que se enfrentan la comunidad marítima y sus ministros, se recordó a los delegados que sus carencias no son un obstáculo para la Esperanza. Por consiguiente, parte de la misión del A.M. es llevar este mensaje de Esperanza a la comunidad marítima, siendo también voz de aquéllos que no tienen voz. Es necesario respetar la dignidad de cada persona,locuol es de hecho es la base para el diálogo interreligioso. Repitiendo las palabras del Papa Benedicto (Deus Caritas est, 34), las actividades del A.M. “resultan insuficientes si en ellas no se puede percibir el amor por los hombres con los que trabajan, un amor que se alimenta con el encuentro con Cristo”. Dios nos ama, así que nosotros podemos amar a los demás.

La Esperanza y la solidaridad, entonces, hablan a través de nosotros cuando reafirmamos nuestro compromiso con las triples responsabilidades que constituyen el ser y la especificidad de todo nuestro compromiso pastoral:

• El papel de la proclamación de la Palabra de Dios en el A.M.;

• La celebración de los Sacramentos como fuente y “raison d’être” de nuestro cuidado pastoral;

• El servicio, “diaconía” para todos, especialmente para los más pobres.

Las conclusiones atañen los siguientes aspectos: 

El desarrollo del A.M.

El apoyo de las Conferencias Episcopales y de los Obispos Promotores es esencial para el buen funcionamiento y desarrollo del A.M.

El Obispo Promotor, en calidad de Obispo del mar, posee un papel profético en la proclamación del interés por todo el ambiente marítimo.

Algunos capellanes del puerto tienen demasiadas responsabilidades fuera del puerto, y esto no les permite llevar a cabo adecuadamente su ministerio pastoral. Algunos son reasignados con demasiada rapidez, antes de haber podido proporcionar una continuidad en el servicio a los marinos, bloqueando así el desarrollo del ministerio local.

Las mujeres poseen un importante papel y oupan un lugas relavante a la hora de traer la Buena Noticia a bordo del barco, y de reunir a las esposas y a las familias de los marinos en tierra a nivel local, nacional e internacional.

Una buena cooperación y relaciones personales entre el A.M. y las autoridades portuarias locales mejoran la posibilidad de que los marinos puedan encontrar asistencia y ayuda. 

Los diáconos permanentes

La presencia de diáconos permanentes en el A.M. ha aumentado regularmente en los últimos años, pues asumen responsabilidades a nivel local, nacional e internacional.

Mientras siguen llevando una vida familiar y profesional, los Diáconos, por su ordenación, están llamados a un ministerio de servicio, que es constitucionalmente adecuado para proclamar la Palabra, para celebrar la Liturgia prevista y para ejercer la caridad entre los marinos y los pescadores. 

Merece la pena notar que tantos diáconos, comprometidos con el A.M., han sido o todavía son marinos, y por consiguiente son considerados por la gente del mar como parte de ellos. 

Las relaciones ecuménicas

Las relaciones ecuménicas entre los capellanes y las otras denominaciones cristianas son generalmente buenas. La encíclica Deus Caritas est puede ser útil para esto; las personas estarán más dispuestas a cooperar con los cristianos, sabiendo que respetan sus creencias. Una señal de Esperanza para los marinos es el espíritu ecuménico que ven cuando los visitadores de barcos trabajan juntos ecuménicamente. La relación del A.M. con la ICMA (Asociación Marítimo Cristiana Internacional) mejora y promueve una gran fuerza positiva en beneficio de la comunidad marítima y del apostolado. Donde las relaciones ecuménicas son difíciles, se tiende a localizar el problema con individuos y personalidades. Al mismo tiempo, se reconoce que algunas sectas proselitistas que no tienen ninguna relación con la ICMA, crean tensiones entre los ministros del puerto, y crean confusión en las mentes y en los corazones de los marinos. 

El diálogo interreligioso 

La mayoría del trabajo del A.M. se lleva a cabo en un mundo que se está convirtiendo, cada vez más, en un mundo religiosamente pluralista, y la pregunta que nos debemos hacer es: ¿cómo puede el A.M. ser testigo ahora de la Esperanza en un contexto interreligioso? El propósito del diálogo interreligioso consiste en que los cristianos se esfuercen por conocer y apreciar a las personas de otras religiones, y que los creyentes de otras religiones, a su vez, lleguen a conocer y a estimar la doctrina y la vida cristiana. La reciprocidad, en esto, es esencial. El A.M., en calidad de Obra católica, tiene que construir relaciones sinceras, amistosas, respetuosas con los seguidores de otras religiones, creyendo que la base del diálogo interreligioso es el respeto de la dignidad humana.   

Las condiciones de la Comunidad Marítima

Los visitadores de barcos y los capellanes encuentran a menudo un fuerte espíritu de amistad a bordo y entre los marinos, indicando así que el Evangelio está vivo y se está viviendo. Los Programas Regionales de Bienestar de la Fundación de Marinos de la Federación Internacional de Trabajadores del Transporte (ITF-ST) y del Comité Internacional para el Bienestar de los Marinos (ICSW) son fuerzas positivas y manantiales de Esperanza para muchos, y un beneficio para la región, pues tienen un potencial para mejorar considerablemente la calidad de los servicios de bienestar de los marinos.

La globalización ha cambiado la forma de hacer negocios. La demanda logística de “sólo lo necesario, justo a tiempo” crea dificultades para los miembros de la tripulación, incluyendo el aislamiento, la tensión adicional, la fatiga y un mayor tiempo sobre el barco. Las vidas de los marinos siguen cambiando, y se complican debido a las malas prácticas de operadores poco escrupulosos.

Los capellanes y visitadores de barcos  han advertido: una disminución de la seguridad y un aumento de los accidentes y lesiones a causa del exceso de trabajo y fatiga; el abandono de marinos a menudo lejos de casa; la retención injusta e innecesaria de salarios, incluso a través de una doble contabilidad; algunos contratos son demasiado largos; el acoso en el lugar de trabajo, la carencia de seguridad en el puesto de trabajo y de justicia social, el malestar social, la guerra y la piratería; un aumento de la violencia a bordo, horas más largas de trabajo, contratos más largos con la misma paga, breves periodos de carga y descarga, falta de permisos para bajar a tierra, dificultad para conseguir una compensación económica para la familia en caso de muerte o desaparición en el mar; los marinos sumidos en la pobreza están a menudo indefensos ante la explotación y el acoso; las drogas y el alcohol, el VIH/SIDA y otros problemas relacionados con la salud; la presión del trabajo en el puerto, las frecuentes inspecciones, y la ferviente entrada en vigor del Código Internacional de Protección del Barco y de la Instalación Portuaria (ISPS) limitan el tiempo en tierra firme.

El Cuestionario del A.M. Internacional de 2006, confirmado por la Encuesta sobre el Bienestar de los Marinos de 2007 del ITF, reveló una creciente necesidad de presencia y cuidado pastoral, debido a un deterioro del ambiente emocional, espiritual y físico. La adopción de los dos nuevos Convenios de la OIT (Convenio sobre el Trabajo Marítimo, 2006 y Convenio sobre el Trabajo en el Sector Pesquero, 2007) sobre el trabajo marítimo y la industria pesquera, constituyen una señal de esperanza y deberían motivar mayormente las comunidades públicas y marítimas a comprometerse. El A.M. denuncia las prácticas discriminatorias y corruptas, y el ostracismo de los marinos, en particular cuando se les niega un empleo debido a sus creencias.  

Los pescadores

Los pescadores tienden a trabajar y actuar individualmente, por lo tanto, a menudo no se oyen sus voces a nivel nacional ni en las Organizaciones ni en el Foro internacional. Con respecto a los permisos para bajar a tierra y el acceso a las instalaciones de bienestar situados en la costa, los pescadores a bordo de embarcaciones que navegan por alta mar tienen los mismos problemas que los marinos mercantes.

Aunque existan millones de pescadores que trabajan de manera responsable y que merecen todo nuestro respeto, no podemos sin embargo ignorar que: la pesca ilegal, no declarada y no reglamentada (IUU), es una problemática tanto para la salud de los pescadores, cuanto para el medioambiente; en algunas áreas, la sobrepesca hará desaparecer, en un futuro próximo, la pesca en alta mar; los accidentes son demasiado comunes y las consecuencias de los mismos son dramáticas, no solo para las víctimas sino también para los que dependen de ellas y para sus comunidades; millones de pescadores tradicionales y costeros dependen de su trabajo para subsistir, por lo tanto es necesario proteger y convertir en sostenibles sus zonas pesqueras. 

El ministerio pastoral para barcos de crucero

Reafirmamos nuestro compromiso y apoyo pastoral al bienestar de la tripulación. En el medioambiente social particular del barco de crucero, el capellán ejerce su ministerio pastoral a través de un testimonio de esperanza y caridad.

Reconocemos las experiencias de algunos A.M. nacionales en respuesta a los desafíos del ministerio para barcos de crucero. 

La navegación de recreo

Los ministros del puerto deberían estar preparados para proporcionar cuidado pastoral tambien a las personas que navegan en yates.

En este campo, se reclutan marinos bajo la promesa de buenos salarios, comida, y alojamiento, pero a veces ellos son abandonados en puertos extranjeros. Padecen problemas similares a los marinos mercantes. 

La página web del A.M. Internacional

La página web del A.M. Internacional y el Extranet pueden ser una fuente de conocimiento y una conexión con los recursos para proclamar la Palabra de Dios. Posee el potencial para ser una herramienta pastoral muy eficaz, también a la hora de manifestar solidaridad a los marinos y pescadores. Además, puede reflejar la realidad actual de la vida del marino, tanto buena, cuanto mala. El asesoramiento y la guía sobre asuntos pastorales están fácilmente disponibles, aun respetando las diversidades nacionales. El contacto regular con las familias y otros centros de marinos, también a través del Sitio Web del A.M. Internacional, tranquiliza y expresa una esperanza compartida, mientras construye una comunidad pastoral activa.  

En general

El desarrollo económico de China y de otros países asiáticos y del Medio Oriente ha provocado cambios en la industria marítima y en el personal, y ha desplazado el énfasis sobre la importancia de varios puertos.

El A.M. siente el desafío de desarrollar instalaciones y servicios con sus agencias hermanas en la ICMA, para satisfacer las necesidades de los marinos en este fenómeno emergente.  

Recomendaciones

Durante la puesta en común y los debates del Congreso, se manifestaron numerosos signos de esperanza en el mundo marítimo, y estas recomendaciones son señales que animan nuestros esfuerzos colectivos para hacerlas realidad a nivel local, regional e internacional. No obstante, conscientes también de las duras condiciones en las que trabajan los marinos y los pescadores, creemos que, a través de la debilidad, Dios da el regalo de la Esperanza, que llega a las personas mediante su mirada, misericordiosa y acogedora (cf. 2 Co. 11, 23-30). 

Las recomendaciones abarcan los siguientes aspectos:  

El desarrollo del A.M.

Es necesaria la asistencia de los Obispos Promotores y de los Obispos Diocesanos para el nombramiento oportuno de capellanes, y para proporcionar apoyo financiero. Es importante que el A.M. establezca un vínculo con las comunidades parroquiales para la oración y la ayuda práctica, y para reclutar nuevos voluntarios para este ministerio (siendo conscientes que en algunos países ser voluntario de una organización cristiana representa una amenaza para el propio empleo). Para comprometer a las personas, puede ser de ayuda llevar a cabo campañas informativas en las feligreses del puerto local, para desarrollar una cooperación más estrecha, manteniendo reuniones individuales con el clero y los parroquianos, alcanzando así una porción más amplia de la comunidad, a través de los centros existentes. Se recomienda vivamente el establecimiento de equipos de voluntarios que visiten los barcos en los puertos periféricos menores y en las comunidades pesqueras. Las unidades móviles pueden proporcionar una presencia visible del ministerio en aquellos puertos periféricos que carecen de un centro establecido. Es importante que el A.M. dé su apoyo a los grupos de mujeres, así como a otras organizaciones marítimas profesionales, siempre que los objetivos sean similares o complementarios, sin perder su propia identidad. 

Los equipos de la capellanía

La práctica de la caridad, de la solidaridad y de la esperanza está en el corazón de la espiritualidad del A.M., basada en la fe que se nutre del encuentro con Cristo. Los equipos de la capellanía del A.M. son llamados a ser testigos de la Esperanza cotidianamente, sobre todo proclamando la Palabra de Dios.

Los Coordinadores Regionales y los Directores Nacionales deben tener tiempo y recursos adecuados para llevar a cabo las visitas regulares y apoyar a los equipos de la capellanía en los puertos. Los capellanes designados y los agentes pastorales necesitan tener una idea clara de su misión y de sus obligaciones, junto con el tiempo apropiado para cumplir con sus obligaciones pastorales hacia todas las personas necesitadas. En lo posible, todas las capellanías deberían tener acceso a instalaciones de comunicación, fáciles y viables. La fuerza del A.M. está en su red, nadie debería trabajar aisladamente. 

La educación y la formación de capellanes, de agentes pastorales y de voluntarios debe ser pertinente y disponible. La importancia de la oración, de la formación del corazón, de la experiencia del Sacramento de la Reconciliación y de la enseñanza que la Eucaristía es la fuente del amor, son componentes esenciales de dicha formación. La formación profesional basada en una apreciación de las diferentes culturas y de la psicología humana es también importante. El Director Nacional, en comunión con el Obispo Promotor, llevar a cabo y debe vigilar dichos programas.

Los voluntarios, además de una educación pastoral específica y de una formación basada en el nuevo Manual del A.M. para Capellanes y Agentes Pastorales, necesitan apoyo y reconocimiento, a todos los niveles, para su dedicación.

La mayoría de los recientes análisis sobre las necesidades demuestran que los servicios más necesitados por los marinos son: visitas de barcos, cuidado pastoral y asesoramiento espiritual, celebraciones religiosas, medios de transporte y comunicación con sus familias.

Es necesario considerar un incremento en el número de los equipos que visitan los barcos, cuando es requerido, para cubrir las demandas variables de la industria; los equipos deberían reunirse y rezar juntos con regularidad, y también antes y después de las visitas a los barcos.

Las capellanías del A.M. están llamadas a apoyar los esfuerzos para formar Comités de Bienestar del Puerto, en aquellos puertos en los que no existen actualmente.

Es una prioridad del A.M. identificar a los líderes laicos y educarlos para formar pequeñas comunidades eclesiales a bordo del barco. Es necesario nombrar personas adecuadas, ministros extraordinarios de la Eucaristía.

Los feligreses locales, especialmente los jóvenes llenos de entusiasmo y de amor de Dios, deberían ser reclutados y animados a emplear los dones que Dios les ha concedido para la comunidad marítima.

Las Universidades locales y las ONGs, sobre todo aquéllas enfocadas al mundo de los marinos, pueden ser de ayuda y de enriquecimiento.

Los capellanes y voluntarios hallarán una mejoría en su trabajo si hablan el inglés; El ofrecer un curso de inglés puede ser una recompensa por su buena voluntad.

La participación de los católicos de Rito Oriental en el A.M. comporta nuevas posibilidades y desafíos: un número cada vez mayor de marinos viene de las Iglesias católicas de Rito Oriental; el personal de la Iglesia Latina tiene que ajustar su pensamiento y prácticas, para así responder a la cultura y al Rito Oriental.

Las iniciativas pastorales son la misión de cada Stella Maris y centro asociado. Las dificultades económicas y de otra naturaleza no deben desviar la Misión.

La industria marítima, a menudo, es dominada por las consideraciones económicas que se anteponen a la preocupación por el bienestar de los marinos. Debemos apoyar y animar los actuales esfuerzos para que pongan “el factor humano” en el centro de los esfuerzos y preocupaciones de la industria.  

Se recomienda la realización de talleres nacionales y locales dedicados a la encíclica Deus Caritas est. 

Los diáconos permanentes

El A.M. debería animar, tanto a nivel nacional cuanto internacional, el nombramiento de diáconos permanentes para el Apostolado del Mar, y promover nuevas vocaciones al diaconado entre las personas vinculadas con el mar, en comunión con los respectivos Obispos, conscientes también de la necesidad del ministerio de sacerdotes.  

La Comunidad Marítima

Se recomienda la participación en los Comités de Bienestar del Puerto, puesto que puede ser un medio para el apoyo financiero, la formación y el reconocimiento de la labor llevada a cabo por todas las Misiones. También puede facilitar el acceso a las instalaciones portuarias y a los barcos.

Los impuestos portuarios pagados por los barcos para el bienestar de los marinos, en verdad, deberían ser devueltos a las agencias de bienestar de los marinos por su apoyo.

Se anima la colaboración entre el marino y la fraternidad del trasporte marítimo en tierra, abarcando así todos los implicados en una única visión del bienestar portuario. Una ayuda es la presencia de un capellán del puerto designado, que mantenga una comunicación con las autoridades portuarias, los sindicatos, los armadores y los agentes.

Se recomienda a los agentes pastorales del A.M. que se interconecten con las instalaciones de formación marítima.

Las relaciones ecuménicas

Se recomienda, cuando sea práctico, trabajar con otras agencias compartiendo los recursos limitados disponibles, pero por encima de todo dar testimonio de unidad, aun cuando todavía no es plena, unidad deseada por el propio Cristo para sus discípulos. La palabra clave para la cooperación ecuménica es “respeto”, pero debe ser apoyada por actos concretos. Respeto por las personas y también por la identidad de cada Iglesia y Comunidad Eclesial.  

El diálogo interreligioso

Los agentes pastorales del A.M. no deben intentar conseguir la paz, a cualquier precio, apuntando al mínimo común denominador entre las religiones, sino deben respetar las diferencias fundamentales entre ellas.

Hay muchas formas de diálogo. Se anima a los agentes pastorales del A.M. a que practiquen el diálogo de la vida que implica la preocupación, el respeto, la sensibilidad y la hospitalidad hacia los demás.

Asistir a las personas de otras religiones a través del diálogo es una oportunidad para dar testimonio de la fe en Cristo. En este diálogo, es importante que el católico esté arraigado en su fe, mientras asiste a los demás.

El A.M., a través del diálogo y la colaboración con los seguidores de otras religiones, está llamado a construir confianza a través de las fronteras religiosas.  

Los pescadores

El ministerio pastoral para con los pescadores, sobre todo para aquéllos artesanos y tradicionales, debería estar bien organizado bajo la dirección del Obispo Promotor y del Director Nacional. Los pescadores y sus familias son una parte integrante de la comunidad cristiana local, y sería oportuno diseñar un plan pastoral sostenido para sus diferentes necesidades específicas. Muchos de los contactos con los pescadores se mantienen a través de las parroquias locales. El A.M. tiene potencialmente un importante papel de coordinación/recurso, y puede ayudar a incrementar esta conciencia en las parroquias mediante una red de contactos de la parroquia, y promoviendo las celebraciones del Domingo del Mar.

Es necesario llevar a cabo una integración del específico cuidado pastoral y territorial. Los planes pastorales para los pescadores se pueden compartir a nivel regional, para ayudar al desarrollo de una perspectiva internacional del A.M., en el contexto del Comité Internacional de Pesca del A.M., ya existente.

La tensión entre los intereses ecológicos y las necesidades de trabajo de los pescadores debe resolverse razonablemente. El A.M. Internacional (Consejo Pontificio para la Pastoral de los Migrantes e Itinerantes) puede ser de ayuda, apoyando políticas equilibradas de pesca sostenible, que tengan en cuenta ambos factores, medioambientales y humanos.  

Conforme a su propia naturaleza, el Comité Internacional de Pesca del A.M. debería tomar un papel activo promoviendo la aplicación del Convenio sobre el Trabajo en el Sector Pesquero, 2007. Es importante continuar la promoción del bienestar y la dignidad de los pescadores también en el ambito internacional a través de la ICMA. 

El ministerio pastoral para barcos de crucero

La presencia de un capellán a bordo de un barco de crucero puede ser una oportunidad para la oración, la celebración de la Liturgia y la evangelización. Durante el viaje los pasajeros y la tripulación pueden sentir el deseo de reconciliarse con Dios y con la Iglesia, y el uno con el otro.

El A.M. Internacional puede mantener en general un diálogo con la industria del crucero, planificar y mejorar los programas de apoyo pastoral para los marinos en el mar.

Se está estudiando el ministerio en barcos de crucero en Europa y en Norteamérica. Sería oportuno realizar un seguimiento continuado de las recomendaciones regionales ya hechas.

Deberían existir cursos de formación prácticos para todos los sacerdotes que sirven en barcos de crucero.

Debería existir un curso estandarizado, internacionalmente reconocido, para los sacerdotes que sirven en barcos de crucero, basado en la acreditación, la formación, la idoneidad y la buena salud.

Es necesario trabajar sobre el borrador del Código de Práctica para el Ministerio del Mar (Barcos de Crucero). Debería existir una colaboración entre los capellanes embarcados y las parroquias en el puerto de llegada.

Es crucial que el capellán o el sacerdote del barco de crucero tenga una visión de toda la comunidad del barco, la tripulación y los pasajeros, sin distinción de religión, raza, cultura o sexo. 

Es necesario que el capellán del puerto realice visitas pastorales a bordo de barcos de crucero cuando no hay un capellán a bordo.  

Las autoridades marítimas

Los nuevos Convenios de la OIT (CTM, 2006 y el Convenio sobre el Trabajo en el Sector Pesquero, 2007) son una ocasión para renovar los esfuerzos del A.M. a la hora de abogar en favor de su adopción y asegurar su aplicación. Los miembros del A.M. deben ser conscientes de la posición de su gobierno, y deben hacer campaña para su veloz ratificación y aplicación.

Cada región tiene que considerar la posibilidad de establecer un plan estratégico que se encajará en los programas regionales de desarrollo del bienestar del ICSW.

El A.M. debe recordar y dar testimonio a un mayor número de la comunidad que la tripulación es más valiosa que la carga. 

Publicaciones

Para ayudar a los marinos a desarrollar su fe es necesario poder disponer fácilmente de un apropiado material impreso. Es necesario también que todo material especifique el lugar de origen. El material destinado a representar el A.M., nacionalmente o internacionalmente, debe ser aprobado respectivamente por el Director Nacional o por el A.M. Internacional. El mismo principio se aplica a las imágenes de Nuestra Señora, Estrella del Mar. 

Proyectos e iniciativas

Establecer un diálogo con el país de origen de los marinos católicos que nos visitan.

Animar y desarrollar cursos para los líderes laicos y los ministros a bordo del barco, consultando el A.M. Internacional cuando vayan más allá de la responsabilidad del Director Nacional.

Se recomienda la participación en los Cursos de Formación de Bienestar para los Visitadores de Barcos, en el programa de Formación para el Ministerio de los Marinos de ICMA, de Houston, y en otras propuestas de formación.

Desarrollar el A.M. en los países en los que no se le considera una prioridad. Se debe analizar el intercambio de personal y el hermanamiento. Puesto que este esfuerzo va más allá de las fronteras nacionales, se exige la comunión concreta con el A.M. Internacional, también para salvaguardar el principio de equidad y el bien común.

Se ve la urgencia de una puesta en práctica de programas de lucha contra el VIH/SIDA y de otros de concienciación sobre la salud e higiene, sin descuidar los principios éticos.

Hacer publicidad, entre los marinos embarcados, de la celebración regular de Misas, particularmente las dedicadas a los marinos y sus familias en las parroquias.

Identificar y apoyar los líderes de abordo puede ayudar a reclutar y formar a los ministros extraordinarios de la Eucaristía.

Consolidar las recientes iniciativas con respecto al ministerio para barcos de crucero, el establecimiento de una red, la página web del A.M. Internacional, la comunicación y el seguimiento de barcos.

Desarrollar proyectos de información sobre la página web para la Iglesia, y formar a los miembros del A.M. para su uso como a las familias del marino. 

Un humanismo marítimo

En conclusión, nos empeñamos en permanecer en solidaridad con la Gente del Mar como testigos de la Esperanza, a través de la Proclamación de la Palabra, la Liturgia y la Diaconía, y en defender un consecuente humanismo marítimo. Puesto que el A.M. también se esfuerza por construir la paz, en justicia, libertad, verdad y solidaridad, renovamos nuestro compromiso con la promoción humana y la evangelización; un evangelización que es “nueva en su ardor, en sus métodos, y en su expresión” (Juan Pablo II, Discurso a la Conferencia Episcopal Cubana, 9 de junio de 1998), recordando las palabras de Benedicto XVI “Es amor que da la vida”.  

 

 

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