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 Pontifical Council for the Pastoral Care of Migrants and Itinerant People

People on the Move

N° 107, August 2008

 

 

REFUGIADOS, PRÓFUGOS Y SUS FAMILIAS EN COLOMBIA 

 

Cardenal Pedro Rubiano Saenz

Arzobispo de Bogotá

Colombia

 

1. La Sección de Movilidad Humana del Secretariado Nacional de Pastoral Social, con cerca de 30 años de experiencia en el tema de las Emigraciones y Refugiados, ha venido trabajando con la Agencia del ACNUR que implementa el programa de refugiados en Colombia.

Desde Bogotá se coordinan todos los programas a favor de quienes solicitan asilo y de quienes han obtenido la condición de refugiados. Se brinda asesoría legal y financiera con el apoyo de abogados especializados que acompañan todo el proceso, además se brinda asistencia psico-social en articulación con instituciones nacionales.

El Ministerio de Relaciones Exteriores de Colombia da el reconocimiento de la condición de refugiados y la Sección de Movilidad Humana acompaña y orienta a los refugiados en la consecución de vivienda, asistencia médica, escolarización para niños y en la búsqueda de soluciones duraderas para lograr su integración local, social y laboral, que les permita su sostenibilidad.

Estos servicios que el Programa de Refugiados de Pastoral Social presta son de acogida, acompañamiento profesional y apoyo, en los siguientes aspectos:

Asistencia para necesidades domésticas y ayuda para vivienda y se atiende excepcionalmente a los que solicitan asilo cuyo trámite se gestiona ante el Ministerio de Relaciones Exteriores.

Asistencia para que los solicitantes recién llegados puedan legalizar su situación y garantizar la protección de sus derechos.

  • Presentación de la Solicitud de Reconocimiento de la Condición de Refugiados ante el Ministerio de Relaciones Exteriores de Colombia.
  • Asesoría jurídica a los solicitantes de la Condición de Refugiado en Colombia.
  • Orientación y acompañamiento en los trámites de solicitud y renovación de las Visas, Salvoconductos, Solicitudes de Asilo.
  • Asistencia para consolidar soluciones duraderas en asentamiento local, acceso a los servicios sociales y económicos.
  • Asistencia e inclusión en el Sistema Nacional de Salud (Sisben).
  • Asistencia a los niños en el Sistema Educativo
  • Asistencia para cursos de capacitación vocacional técnica.
  • Orientación y apoyo para el trámite de la convalidación de títulos de educación superior y homologación de certificados de estudios.
  • Atención y orientación para buscar soluciones dirigidas a garantizar su sostenibilidad con proyectos productivos o consecución de trabajo.
  • Orientación y asistencia para trámite de procesos de Naturalización.

2. Desplazamiento forzado y crisis humanitaria

A nivel mundial, la situación de desplazamiento forzado ha venido aumentado en los últimos años. E así que, Colombia, Irak y Sudan encabezan la lista de las naciones donde más personas han dejado sus hogares para huir de la violencia.

Según informes recientes de organismos internacionales, entre los tres países se concentran casi la mitad de los refugiados internos en el mundo. Las cifras del desplazamiento en Sudán alcanzaron los 5,8 millones. Colombia en segundo lugar con 4 millones; seguida de Irak, donde la cifra aumentó vertiginosamente y, a finales del 2007, llegó a los 2,5 millones de desplazados, para un numero global de 26 millones de personas, cifra registrada como una de las mas altas en la historia.[1] Teniendo en cuenta que el contexto de la violencia y conflicto armado que vive Colombia es una realidad en la grave crisis humanitaria que afecta al país, el desplazamiento forzado interno es una de las expresiones más tangibles de la grave situación.

Es así que el conflicto armado interno se configura como un gran obstáculo para el desarrollo del país; las partes involucradas, legales e ilegales, cometen continuas infracciones al DIH y la crisis de derechos humanos es persistente. Si bien es cierto que las cifras de homicidios y secuestros continúa disminuyendo[2], el fenómeno del desplazamiento interno forzado continúa, las desapariciones forzadas, las detenciones arbitrarias y con ellos las torturas y los tratos crueles e inhumanos. De hecho con las "pruebas de supervivencia" entregadas por las FARC fueron confirmadas las terribles condiciones de supervivencia que deben enfrentar los secuestrados en manos de los grupos terroristas y generó un rechazo total no sólo en Colombia sino en el mundo entero.

El narcotráfico, la corrupción y manifestaciones generalmente ilegales sostienen la llamada "economía de guerra" que provee de fondos continuos a los grupos armados ilegales. Esta situación se ve agravada por la crisis social que se hace evidente sobre todo en las zonas rurales y que lleva a muchos campesinos a buscar nuevas opciones para lograr su diario sostenimiento entre las cuales se presenta, bien por opción o por coerción, la siembra de cultivos ilícitos.

En medio del panorama anterior, el desplazamiento forzado interno continua siendo expresión de la crisis humanitaria del país, la cual exige no solo de la Iglesia y de todos los sectores sociales y políticos del país una respuesta integral humanitaria que responda a la superación de este fenómeno agravado en los últimos años.

En la Iglesia Católica, sentimos con especial dolor, cómo el desplazamiento forzado más que de individuos es de hogares completos. El mayor número de desplazados lo constituyen las mujeres y los niños.

Podríamos considerar algunos elementos concernientes al desplazamiento. El motivo principal del desplazamiento es la protección de la vida seriamente amenazada.

Las personas desplazadas no sólo quedan desarraigadas sino necesitadas de protección y asistencia de tal manera que puedan responder a sus necesidades básicas: seguridad, techo, comida, vestido, trabajo. Las familias requieren no sólo una ayuda en términos de derecho sino de hecho.

Si el desarraigo es doloroso, tanto en su aspecto ecológico como social y cultural, no menos lo es el encarnarse en una nueva tierra, en una nueva forma de vivir y de trabajar, si es que el desplazado encuentra esta posibilidad.

El drama de los desplazados requiere soluciones duraderas y de largo plazo. La Iglesia sigue trabajando y acogiendo a los desplazados que recurren a nosotros en búsqueda de orientación, de apoyo y de consuelo. De ahí que sea un gran desafió responder con efectividad y creatividad al llamado a la solidaridad que brota de la fe y a las exigencias de la verdad en torno a este drama, que ha sido definido como problema de humanidad, estado de emergencia social y tragedia nacional.

La Sección de Movilidad Humana de la Conferencia Episcopal de Colombia se constituye en vigía permanente, que sigue con su mirada atenta el drama de los desplazados y los desafíos que nos lanza a la Iglesia, al Estado, a la nación entera y a la comunidad internacional.

El Papa Benedicto XVI, en su Mensaje para la Jornada Mundial de la Paz del 2006, lo ha señalado:

"La paz se presenta de un modo nuevo: no como simple ausencia de guerra, sino como convivencia de todos los ciudadanos en una sociedad gobernada por la justicia, en la cual se realiza en lo posible, además, el bien de cada uno de ellos. La verdad de la paz llama a todos a cultivar relaciones fecundas y sinceras..." 

3. Conflicto armado y crisis humanitaria

La persistencia, expansión e intensificación del conflicto armado interno y otras formas de violencia se constituye como principal contexto generador de la crisis humanitaria ligada a los procesos de desplazamiento forzado.

Entre 1995 y 2005 cerca de tres millones de personas han sido expulsadas de sus lugares habituales de residencia o trabajo en el marco del conflicto armado interno.

Entre 1995 y 2005 el gobierno reconoce que alrededor de 1.772.000 personas en situación de desplazamiento han sido obligadas a abandonar sus lugares de origen.

El desplazamiento forzado interno implica la negación de derechos civiles y genera consecuencias lesivas en el plano económico, social y cultural. Además, conlleva la negación de la ciudadanía política.

La población desplazada entre 1995 y 2003 fue forzada a abandonar al menos 4.8 millones de hectáreas. 

4. Impacto sociodemográfico de la migración forzada

El desplazamiento forzado sigue generando un proceso violento de transformación demográfica y recomposición territorial con graves consecuencias económicas, políticas, sociales, culturales y ambientales.

Las ciudades grandes e intermedias siguen siendo el principal lugar de llegada de la mayoría de la población en situación de desplazamiento que busca protección y atención integral.

Los desplazamientos individuales y unifamiliares constituyen el mayor porcentaje de los casos, lo cual influye en la relativa invisibilidad de la problemática, dado que la respuesta tiende a concentrarse en los casos de desplazamientos masivos. 

5. Población más afectada

Las mujeres, niños, personas discapacitadas y adultos mayores sufren las peores consecuencias del desplazamiento. No obstante, los hombres también afrontan serias dificultades para la inserción laboral y la generación de ingresos estables en los lugares y entornos de asentamiento.

En el momento del desplazamiento el 50% de la población afectada es menor de 15 años.

Los pueblos indígenas y las comunidades afrocolombianas se encuentran dentro de los grupos poblacionales que en mayor medida han sido sometidos al desplazamiento y al despojo.

6. Educación

Sólo la mitad de la población en situación de desplazamiento accede a algunos cursos de educación básica primaria, y entre el 13% y el 21% alcanzan el nivel secundario. 

7. Salud

Más de una tercera parte de las personas (37%), indistintamente entre hombres y mujeres, informó sobre el padecimiento de enfermedades en el momento de la entrevista o durante el desplazamiento.

Se registran preocupantes cifras de embarazos y maternidad prematuros.

Las condiciones de desprotección de servicios de salud afectan aproximadamente a la mitad de la población. 

8. Actividad, ocupación e ingresos

Cerca del 36% de las personas en situación de desplazamiento perdieron su trabajo. 

9. Consumo de alimentos

Según los estándares nutricionales internacionalmente establecidos, la dieta de la población en situación de desplazamiento es inadecuada e insuficiente, lo cual incrementa los niveles de vulnerabilidad y debilidad manifiesta de estas personas.

Los Bancos de Alimentos, creados por la Iglesia, prestan un gran servicio a los sectores más pobres donde se ubican los desplazados. 

10. Tenencia y superficie de la tierra abandonada

Las familias desplazadas tenían una relación con la tierra como elemento central de los sistemas de sustento familiar. Su desplazamiento no sólo tiene implicaciones relacionadas con el despojo y pérdida de activos patrimoniales, sino también con profundas transformaciones en las formas de vida y supervivencia de significativos grupos y sectores sociales, en particular de las comunidades campesinas mestizas, indígenas y afrocolombianas. En muchos casos estas características culturales y demográficas dificultan aún más la adaptación de estos grupos a entornos urbanos a los que se llega sin bienes, sin medios de subsistencia y sin relaciones significativas.

La Arquidiócesis de Bogotá creó y sostiene el Centro de acogida a los desplazados y refugiados. Desde 1994 a 2007, allí se han acogido y acompañado 144.707 personas. Y en el Centro de pastoral y de capacitación, se brinda apoyo integral a las personas desplazadas en procesos de aprendizaje con énfasis en formación personal y capacitación técnica. 

11. Marco Normativo e institucional

Colombia es uno de los pocos países en conflicto que cuenta con una ley específica para la protección y atención integral a la población en situación de desplazamiento (Ley 387/97).

Colombia es el único país del mundo en el cual los Principios Rectores de los Desplazamientos Internos de las Naciones Unidas tienen rango constitucional, y por ende fuerza vinculante.

En Colombia la legislación penal vigente contempla el desplazamiento forzado interno como un delito de lesa humanidad y un crimen de guerra.

Frente a uno de los temas estructurales en la prevención de los desplazamientos y la mitigación de sus consecuencias, resulta de especial importancia el Decreto 2007 de 2001, que establece la protección de bienes patrimoniales de la población en riesgo y en situación de desplazamiento - tierras, territorio y bienes muebles - por medio de la puesta en marcha de mecanismos administrativos y sociales. 

12. Avances en la respuesta social

El desplazamiento forzado ha venido ocupando paulatinamente un lugar cada vez más relevante en las agendas de la comunidad internacional. Esto se expresa en la presencia activa en Colombia de un número significativo de entidades, organizaciones e instituciones de la comunidad internacional, algunas de ellas con mandato y misión concretos.

13. La Iglesia, con la espiritualidad del Buen Samaritano, acompaña y asiste a las personas y grupos en movilidad, specialmente a los desplazados y refugiados, brindando acogida para contribuir a su dignificación y a la reconstrucción del tejido social.


 

[1] Tomado de www.ElTiempo.com/internacional/europa fecha:18 de abril de 2008.

[2] Según el Fondo Nacional para la Defensa de la Libertad Personal del Ministerio de Defensa Nacional, en el país el secuestro extorsivo ha disminuido en un 21.09% respecto del año 2006. Asimismo la extorsión ha disminuido en un 40% respecto del mismo periodo.

 

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