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COMUNICADO CONJUNTO*
DE LA SANTA SEDE Y DEL GOBIERNO DE SU MAJESTAD ISABEL II

 

1. Los días 14 y 15 de febrero de 2012 el secretario para las Relaciones con los Estados de la Santa Sede, monseñor Dominique Mamberti, acogió las conversaciones entre la Santa Sede y una delegación ministerial del Gobierno británico encabezada por la baronesa Warsi. La visita a Roma de la delegación sigue a la exitosa visita realizada por Su Santidad el Papa Benedicto XVI en septiembre de 2010, y marca el 30° aniversario del establecimiento de las plenas relaciones diplomáticas entre el Reino Unido y la Santa Sede, en el año de la visita del Papa Juan Pablo II a Gran Bretaña, la primera de un Pontífice reinante.

2. La delegación, además, se encontró con el secretario de Estado, cardenal Tarcisio Bertone, y fue recibida por Su Santidad el Papa Benedicto XVI.

3. La Santa Sede y el Gobierno de Su Majestad se han mostrado de acuerdo en la necesidad urgente de una acción encaminada a reforzar el compromiso universal en favor de la libertad religiosa, como derecho humano fundamental, y a su aplicación práctica, con el fin de promover el respeto de todas las religiones en todos los países. La Santa Sede y el Gobierno británico desean trabajar juntos para combatir la intolerancia y la discriminación fundada en la religión, dondequiera que se manifieste.

4. La Santa Sede y el Gobierno de Su Majestad han reafirmado la necesidad de promover un desarrollo global integral y sostenible, basado en la centralidad de la persona humana y fundado en el principio de la dignidad humana y del valor propio de toda persona. En los últimos diez años se han realizado muchos progresos para mejorar la salud y el bienestar de muchas personas. Sin embargo, persisten algunas lagunas y desafíos significativos en el largo y complejo camino orientado a garantizar el desarrollo humano integral para todos. Demasiadas personas sufren todavía hambre, demasiadas no tienen acceso a la instrucción y a un trabajo digno, demasiadas mujeres mueren durante el parto. A la luz de estos desafíos reconocemos una obligación compartida de realizar un contexto internacional financiero y comercial justo. Y nos comprometeremos por un futuro mejor para toda la humanidad, prestando atención especial a las personas más pobres del mundo.

5. Con vistas a la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el desarrollo sostenible en Río de Janeiro en junio de este año, y del proceso de aplicación de la Convención marco de la ONU sobre los cambios climáticos, compartimos la convicción de que, para realizar un desarrollo global sostenible y centrado en el hombre, es necesario seguir reforzando la integración de sus pilares económicos, sociales y ambientales, que son interdependientes y se refuerzan mutuamente, al igual que el vínculo entre la lucha contra la pobreza y la gestión de los cambios climáticos.

6. La Santa Sede y el Gobierno de Su Majestad comparten el compromiso de trabajar en el ámbito de las Naciones Unidas y de otras sedes para reforzar la atención internacional hacia la prevención de los conflictos, el desarme, el control de armamentos y la no proliferación, con el fin de proteger la vida humana y construir un mundo más respetuoso de la dignidad humana. Como parte de ese esfuerzo, deseamos resultados positivos de las negociaciones finales, previstas para el próximo mes de julio, para concordar un eficaz Tratado sobre comercio de armas con un amplio campo de aplicación, y de la segunda Conferencia de revisión del Programa de las Naciones Unidas sobre el comercio ilícito de armas ligeras y de armas pequeñas.

7. Por lo que concierne a los cambios que se han producido en el norte de África y en Oriente Medio, la Santa Sede y el Gobierno de Su Majestad han subrayado la importancia de emprender verdaderas reformas en los ámbitos político, económico y social, para garantizar mejor la unidad y el desarrollo de cada nación, acogiendo las legítimas aspiraciones de muchas personas a la paz y a la estabilidad. En este contexto, se ha hecho referencia al papel que los cristianos pueden desempeñar y a la importancia del diálogo interreligioso. La Santa Sede y el Gobierno de Su Majestad han expresado la esperanza de una reanudación de las negociaciones, de buena fe, entre israelíes y palestinos, para conseguir una paz duradera. Además, han renovado su llamamiento a que de inmediato se ponga fin a la violencia en Siria, y han subrayado la necesidad de una cooperación para superar la actual crisis y trabajar por una convivencia armoniosa y unida.

8. Al acercarse la Conferencia de Londres sobre Somalia, la Santa Sede y el Gobierno británico alientan a la comunidad internacional a sostener una estrategia coherente en Somalia, para poner fin a la crisis, indicando como prioridad la protección y el bienestar de la población del Cuerno de África.

9. El Gobierno de Su Majestad ha acogido con favor el apoyo prestado por Su Santidad el Papa Benedicto XVI al proceso de reconciliación actual en Irlanda del norte, a la creación de instituciones políticas estables e, incluso, a los esfuerzos encaminados a construir un futuro pacífico, estable y próspero para todos los componentes de la comunidad. El Gobierno de Su Majestad y la Santa Sede han convenido en que el uso de la violencia con fines políticos es deplorable, y se debe eliminar en favor de un diálogo constructivo para el bienestar de toda la comunidad.

10. Mientras el Reino Unido se prepara para acoger los Juegos Olímpicos y Paralímpicos de Londres, y a festejar el jubileo de diamante de Su Majestad la Reina, ambas partes esperan que sea un año caracterizado por el espíritu de la Carta olímpica y de la tregua olímpica: al servicio del desarrollo armonioso del hombre, con el fin de promover una sociedad pacífica interesada en la salvaguarda de la dignidad humana.

11. Asimismo, se ha tenido un buen intercambio de opiniones sobre una amplia gama de cuestiones sociales, económicas, políticas y culturales, entre ellas la promoción de la colaboración del Reino Unido con los Museos Vaticanos. Ambas partes han reconocido el papel particular de la fe y de la educación para el desarrollo de una cultura de responsabilidad social y el reforzamiento de una sociedad sana. En este contexto, se ha manifestado aprecio por la importante contribución que han proporcionado y siguen proporcionando la Iglesia católica, y los cristianos en general, con vistas al bien de la sociedad británica. La Santa Sede ha subrayado la necesidad de garantizar que las instituciones vinculadas a la Iglesia católica puedan actuar en conformidad con sus propios principios y convicciones, y ha reafirmado la necesidad de tutelar la familia fundada en el matrimonio, la libertad religiosa y la libertad de conciencia. Ambas partes desean poder reforzar ulteriormente sus relaciones, trabajando juntas, a través de sus respectivas redes y organismos globales, incluida la Commonwealth de las Naciones, para promover el bien común.

 

*[Publicamos nuestra traducción del comunicado conjunto difundido al final de las conversaciones entre la Santa Sede y una delegación ministerial del Gobierno británico que tuvieron lugar en el Vaticano. (L'Osservatore Romano, Edición en Lengua Española, 29 de enero de 2012)].

 

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