The Holy See
back up
Search
riga

Gastó toda su vida por los demás, anhelando las alas de la contemplación 

"Recibí con ánimo lleno de alegría tu deseada carta, y por su tono entendí mejor que aprovechando día a día y de virtud en virtud mereciste el premio de la milicia del claustro. Subiste al monte del sacrificio; yo vivo aún en el valle de la preocupación por los demás y por ellos he gastado casi toda mi vida. Tú, tomando las alas de la contemplación, trasciendes todas estas cosas; en cambio a mí la liga de las preocupaciones ajenas me tiene tan encolado y sujeto que no puedo volar. ¡Ay de mí, tanto tiempo desterrado! (Sal 119, 5: Vulgata) Quien me diera alas de paloma para volar y posarme. Por todas partes busqué descanso,(Si 24, 11) en todas partes encontré tristeza y angustia.(Sal 144, 4: Vulgata). No hay descanso sino en la heredad de los santos, de la que está escrito: Ésta es mi mansión por siempre. (Sal 131, 14) Pero yo no puedo contemplar como quisiera y como deseo la libertad de los hijos de Dios, ni aspirar su perfume. 

Ayúdame con tus oraciones, querida hermana: mis días han pasado, según las palabras de Job (17, 11).En el camino por donde avanzo no hay regreso. No estoy lejos de la meta fijada a toda carne; ya vemos las canas mensajeras de la hora final. Así pues, dulcísima hermana, ora y allí en el secreto de tus lágrimas recuérdate de mí cuando las pongas en la presencia del Hijo de Dios. Sé que mucho puede la súplica asidua de un justo, (St 5, 16) y que lo que las propias súplicas no obtienen lo logra la intercesión ajena. 

Has sido elegida por Cristo, amadísima hermana, como servidora, para que le sirvas con el ministerio de la oración, para que hagas a tus hermanas aceptables al Señor y amantes de las buenas obras (Tt 2, 14), formándolas con la palabra y con el ejemplo de una vida de oración. Depuesta toda vanidad, procura cumplir con tus costumbres ese ministerio, y revístete de la santidad para que te dediques con esfuerzo al devoto servicio del Santo de los santos. Te pido que seas justa en la administración de los bienes; modesta en la conversación; amable en el mandar; solícita en ayudar; prudente en el aconsejar; circunspecta en el responder y longánime en la paciencia. Muéstrate reverente con las mayores, indulgente con las jóvenes, benigna con las de tu edad, intransigente con las soberbias, suave con las humildes, misericordiosa con las arrepentidas, inflexible con las obstinadas. Cuanto más alto es el título de tu oficio, tanto más glorioso te será si superas a los demás en santidad. 

Queridísima hermana, decidí animarte a estas cosas con mi exhortación no porque necesites de mis admoniciones, sino para que corras más apresuradamente al premio y al galardón divino y te apresures a entrar en la mansión de Dios y de san Pedro con las queridísimas hermanas tuyas y mías; así, cuando yo vuelva del capítulo a vosotras, tendré pleno consuelo de vuestro comportamiento y vida religiosa." 

Carta de san Pedro mártir a la priora de San Pedro in Campo Santo de Milán. (Ed. A. Dondaine: AFP 23, 1953, pp. 91-93).  

 

Oración: 

Oh Dios, que nos has creado para tu gloria, no permitas que las cosas del mundo nos alejen de Ti, para que podamos gustar ya en esta vida la contemplación de tu rostro en la persona de tu Hijo. Que vive y reina contigo, por los siglos de los siglos. Amén.   

Preparado por la Pontificia Universidad Urbaniana, 
con la colaboración de los Institutos Misioneros

      

top