The Holy See
back up
Search
riga

De la “Carta a los fieles” de San Francisco de Asís

"Debemos también ayunar y abstenernos de los vicios y pecados (cf Sir 3, 32) y del exceso de comidas y bebida y ser católicos. También debemos visitar las iglesias frecuentemente y venerar a los clérigos y reverenciarlos, no sólo por ellos, si fueren pecadores, sino por el oficio y administración del santísimo cuerpo y sangre de Cristo, que sacrifican en el altar y reciben y administran a los otros.Y sepamos firmemente todos que nadie puede salvarse, sino por las santas palabras y la sangre de nuestro Señor Jesucristo, que los clérigos pronuncian, anuncian y administran.Y ellos solos deben administrar y no otros. Y especialmente los religiosos, que renunciaron al siglo, están obligados a hacer más y mayores cosas, pero sin omitir éstas (cf Lc 11, 42). 

Debemos tener odio a nuestros cuerpos con los vicios y pecados, porque dice el Señor en el Evangelio: Todos los males, vicios y pecados salen del corazón (Mt 15, 18 s.; Mc 7, 23). Debemos amar a nuestros enemigos y hacer el bien a los que nos tienen odio (cf Mt 5, 44; Lc 6, 27). Debemos observar los preceptos y consejos de nuestro Señor Jesucristo. Debemos también negarnos a nosotros mismos (cf Mt 16, 24) y poner nuestros cuerpos bajo el yugo de la servidumbre y de la santa obediencia, como cada uno prometió al Señor.Y ningún hombre esté obligado por obediencia a obedecer a alguien en aquello en que se comete delito o pecado. Pero aquel a quien ha sido encomendada la obediencia y que es tenido como mayor, sea como menor (Lc 22, 26) y siervo de los otros hermanos. Y para cada uno de sus hermanos haga y tenga la misericordia, que querría se le hiciese a él, si estuviera en caso semejante.Y no se irrite contra el hermano por el delito del hermano, sino que con toda paciencia y humildad benignamente lo amoneste y soporte. No debemos ser sabios y prudentes según la carne (1Cor 1, 26), sino que más bien debemos ser sencillos, humildes y puros.Y tengamos nuestros cuerpos en oprobio y desprecio, porque todos, por nuestra culpa, somos miserables y podridos, hediondos y gusanos, como dice el Señor por el profeta: Yo soy gusano y no hombre, oprobio de los hombres y desecho de la plebe (Ps 21, 7). Nunca debemos desear estar sobre los otros, sino más bien debemos ser siervos y sujetos a toda humana criatura por Dios (1 Pe 2, 13).Y todos aquellos y aquellas mientras hicieren tales cosas y perseveraren hasta el fin, descansará sobre ellos el Espíritu del Señor (Is 11, 2) y hará en ellos habitación y morada (cf Jn 14, 23).Y serán hijos del Padre celestial (cf Mt 5, 45), cuyas obras hacen. Y son esposos, hermanos y madres de nuestro Señor Jesucristo (cf Mt 12, 50). Somos esposos, cuando por el Espíritu Santo se une el alma fiel a Jesucristo.Somos ciertamente hermanos, cuando hacemos la voluntad de su Padre, que está en el cielo (cf Mt 12, 50); madres, cuando lo llevamos en el corazón y en nuestro cuerpo (cf 1Cor 6, 20) por el amor y la conciencia pura y sincera; lo damos a luz por la santa operación, que debe iluminar a los otros con el ejemplo (cf Mt 5, 16)." 

 

Oración:

Tú eres santo Señor Dios único, que haces maravillas (Sal 76, 15). Tú eres fuerte, tú eres grande (cf. Sal 85, 10), tú eres altísimo, tú eres rey omnipotente, tú Padre Santo (Jn 17, 11), rey del cielo y de la tierra (cf. Mt 11, 25). Tú eres trino y uno, Señor Dios de dioses (cf. Sal 135, 2), tú eres el bien, todo bien, el sumo bien, Señor Dios vivo y verdadero (cf. 1 Thes 1, 9). Tú eres amor, caridad; tú eres sabiduría, tú eres humildad, tú eres paciencia (Sal 70, 5), tú eres belleza, tú eres mansedumbre, tú eres seguridad, tú eres descanso, tú eres gozo,tú eres nuestra esperanza y alegría, tú eres justicia, tú eres templanza, tú eres toda nuestra riqueza a satisfacción. Tú eres belleza, tú eres mansedumbre, tú eres protector (Sal 30, 5), tú eres custodio y defensor nuestro; tú eres fortaleza (cf. Sal 42, 2). Tú eres refrigerio. Tú eres esperanza nuestra, tú eres fe nuestra, tú eres caridad nuestra, tú eres toda dulzura nuestra tú eres vida eterna nuestra: Grande y admirable Señor, Dios omnipotente, misericordioso Salvador.

Preparado por la Ponticia Facultad “San Bonaventura” (Seraphicum)

    

top