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VIAJE APOSTÓLICO A BENÍN
8-20 DE NOVIEMBRE DE 2011

ENTREGA
DE LA EXHORTACIÓN APOSTÓLICA POSTSINODAL
A LOS OBISPOS DE ÁFRICA

ALOCUCIÓN DEL SANTO PADRE BENEDICTO XVI

Estadio de la Amistad, Cotonú
Domingo 20 de noviembre de 2011

 

Señores Cardenales,
Venerados hermanos en el episcopado y en el sacerdocio,
Queridos hermanos y hermanas

Durante esta solemne celebración litúrgica, hemos dado gracias a Dios por el don de la Segunda Asamblea especial para África del Sínodo de los Obispos, celebrada en octubre de 2009, sobre el tema La Iglesia en África al servicio de la reconciliación, la justicia y la paz: «Vosotros sois la sal de la tierra... Vosotros sois la luz del mundo» (Mt 5,13-14). Agradezco a todos los Padres sinodales su contribución a los trabajos de esta Asamblea sinodal. Mi gratitud se extiende también al Secretario General del Sínodo de los Obispos, Monseñor Nikola Eterović, por la labor desarrollada y por las palabras que me ha dirigido en vuesto nombre.

Después de haber firmado ayer la Exhortación apostólica postsinodal Africae munus, hoy tengo la dicha de entregársela a todas las Iglesias particulares por vuestro medio, Presidentes de las Conferencias Episcopales de África –tanto nacionales como regionales– y los Presidentes de los Sínodos de las Iglesias orientales católicas. Tras recibir el documento, comienzan las fases locales de asimilación y de aplicación de los contenidos teológicos, eclesiológicos, espiritual y pastorales de esta Exhortación. Es un texto que pretende promover, fomentar y consolidar las diversas iniciativas locales ya existentes. Y desea también inspirar otras más para la Iglesia católica en África.

One of the first missions of the Church is the proclamation of Jesus Christ and his Gospel ad gentes, that is the evangelization of those at a distance from the Church in one way or another. I hope that this Exhortation will guide you in the proclamation of the Good News of Jesus in Africa. It is not just a message or a word. It is above all openness and adhesion to a person: Jesus Christ the incarnate Word. He alone possesses the words of life eternal (cf. Jn 6:68)!  Following the example of Christ, all Christians are called to reflect the mercy of the Father and the light of the Holy Spirit.  Evangelization presupposes and brings with it reconciliation and it promotes peace and justice.

[Una de las primeras tareas de la Iglesia sigue siendo el anuncio de Jesucristo y su Evangelio ad gentes, es decir, la evangelización de quienes están alejados de la Iglesia de una u otra manera. Deseo que esta Exhortación os guíe en la proclamación de la Buena Nueva de Jesús en África. Esto no es sólo un mensaje o una palabra. Es sobre todo una apertura a una persona: Jesucristo, el Verbo encarnado. Sólo Él tiene palabras de vida eterna (cf. Jn 6,68). Siguiendo el ejemplo de Cristo, todo cristiano está llamado a reflejar la misericordia del Padre y la luz del Espíritu Santo. La evangelización supone e implica también la reconciliación, prometiendo la paz y la justicia.]

Amada Igreja na África, torna-te cada vez mais o sal da terra, desta terra que Jesus Cristo abençoou com a sua presença quando, nela, encontrou refúgio. Sê o sal da terra africana, abençoada pelo sangue de tantos mártires, homens, mulheres e crianças,  testemunhas da fé cristã até ao dom supremo da própria vida. Torna-te luz do mundo, luz da África que muitas vezes, no meio das provações, procura o caminho da paz e da justiça para todos os seus habitantes. A tua luz é Jesus Cristo, «Luz do mundo» (Jo 8, 12). Que Deus te abençoe, África bem amada!

[Querida Iglesia en África, sé cada vez más sal de la tierra en este territorio que Jesucristo ha bendecido con su presencia cuando ha encontrado refugio en él. Sé la sal de la tierra de África, bendecida por la sangre de tantos mártires, hombres, mujeres y niños, testigos de la fe cristiana hasta el don supremo de la vida. Hazte luz del mundo, luz de África, que muchas veces, a través de pruebas, busca el camino de la paz y la justicia para todos sus habitantes. Tu luz es Jesucristo, «luz del mundo» (Jn 8,12). Que Dios te bendiga, querida África.]



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