The Holy See Search
back
riga

 

SYNODUS EPISCOPORUM
BOLETÍN

XIII ASAMBLEA GENERAL ORDINARIA
 DEL SÍNODO DE LOS OBISPOS
7-28 de OCTUBRE 2012

La nueva evangelizació para la transmisión de la fe cristiana


Este Boletín es solo un instrumento de trabajo para uso periodístico.
Las traducciones no tienen carácter oficial.


Edición española

05 - 08.10.2012

RESUMEN


- SEGUNDA CONGREGACIÓN GENERAL (LUNES 8 DE OCTUBRE DE 2012, POR LA TARDE)
- ERRATA CORRIGE

SEGUNDA CONGREGACIÓN GENERAL (LUNES 8 DE OCTUBRE DE 2018, POR LA TARDE)

- RELACIONES SOBRE LOS CONTINENTES
- INTERVENCIONES EN EL AULA (INICIO)

Hoy, a las 16:35, con la oración del Adsumus, en presencia del Santo Padre, ha comenzado la Segunda Congregación General, para la lectura de las Relaciones de los Continentes y para abrir las intervenciones de los Padres sinodales sobre el tema «La nueva evangelización para la transmisión de la fe cristiana».

Presidente Delegado de turno Em. R. Card. John TONG HON, Obispo de Hong Kong (CHINA).

A continuación un tiempo para intervenciones libres de los Padres sinodales.

En esta Congregación General, que concluyó a las 19:00 con la oración del Angelus Domini, estaban presentes 256 Padres sinodales.

RELACIONES SOBRE LOS CONTINENTES

- Por Europa: S. Em. R. Card. Péter ERDŐ, Arzobispo de Esztergom-Budapest, Presidente de la Conferencia Episcopal, Presidente del Consejo de Conferencias Episcopales Europeas (CCEE) (HUNGRÍA)
- Por África: S. Em. R. Card. Polycarp PENGO, Arzobispo de Dar-es-Salaam, Presidente del Simposio de las Conferencias Episcopales de África y Madagascar (S.C.E.A.M. - S.E.C.A.M.) (TANZANIA)
- Por América: S. E. R. Mons. Carlos AGUIAR RETES, Arzobispo de Tlalnepantla, Presidente de la Conferencia Episcopal, Presidente del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM) (MÉXICO)
- Por Asia: S. Em. R. Card. Oswald GRACIAS, Arzobispo de Bombay, Secretario General de la "Federation of Asian Bishops' Conferences" (FABC) (INDIA)
- Por Oceanía: S. E. R. Mons. John Atcherley DEW, Arzobispo de Wellington, Presidente de la Conferencia Episcopal, Presidente de la Federación de las Conferencias Episcopales de Oceanía (FCBCO) (NUEVA ZELANDA)

Publicamos a continuación las Relaciones sobre los Continentes:

- Por Europa: S. Em. R. Card. Péter ERDŐ, Arzobispo de Esztergom-Budapest, Presidente de la Conferencia Episcopal, Presidente del Consejo de Conferencias Episcopales Europeas (CCEE) (HUNGRÍA)

1. Europa debe ser evangelizada. Lo necesita. Al tema de Europa se han dedicado ya dos Asambleas especiales del Sínodo de los Obispos. La primera después de la caída del muro de Berlín, en un clima de entusiasmo. La segunda en 1999, en los albores del Gran Jubileo. Los frutos de esta última fueron resumidos en la Exhortación Apostólica “Ecclesia in Europa” del Beato Juan Pablo II. Pasaron ya casi trece años. ¿Se cumplieron las esperanzas? ¿Se resolvieron o, al contrario, se agravaron los problemas?
2. Entre los signos de preocupación, el gran Pontífice mencionaba la “pérdida de la memoria y de la herencia cristiana” (Ecclesia in Europa, 7). Tal proceso se hizo aún más evidente en los últimos años. En la mayor parte del continente, no obstante muchas felices experiencias, se está difundiendo la ignorancia acerca de la fe cristiana. Muchos medios de comunicación de masa divulgan una presentación de la fe cristiana y de la historia que a veces abundan en calumnias, desinformando al público, ya sea sobre el contenido de nuestra fe que a propósito de la realidad de la Iglesia. También nuestra actividad catequística, sobre todo la que se hace en forma conjunta con las instituciones del Estado presenta muchos límites. El Consejo de las Conferencias Episcopales de Europa promovió, hace unos pocos años, una encuesta en todos los países del continente sobre la situación jurídica, estadística, eclesial y cultural de la enseñanza de la religión. Los resultados revelan que en las escuelas públicas de muchos países es posible una enseñanza de la religión o de las religiones, pero no de la religión católica. Tal enseñanza de la religión, llamada neutral, sin embargo comporta más bien una educación al sincretismo o al indiferentismo.
3. La descristianización está acompañada por repetidos ataques jurídicos, y a veces físicos, contra la presencia visible de las manifestaciones de la fe.
Entre los signos preocupantes de hostilidad sistemática, el Observatorio europeo de cristianofobia registró muchos casos de discriminación y de violencia contra los cristianos en casi todos los países europeos. Con no poca frecuencia ocurre además que los tribunales rechacen la ayuda a las víctimas cristianas de dichos ataques. La gran mayoría de los casos de violencia y de discriminación debida a la pertenencia religiosa se cumple en Europa contra cristianos, sobre todo católicos.
4. La descristianización no es sólo un proceso espontáneo. Si la Exhortación Apostólica “Ecclesia in Europa” podía aún saludar “con satisfacción lo que se ha hecho para precisar las condiciones y las modalidades del respeto de los derechos humanos” (12), hoy debemos constatar con preocupación el surgimiento de lo que se llama “derechos humanos de tercera y cuarta generación”. Ellos no tienen vínculos más claros con la visión humana y cristiana del mundo, ni con la moralidad objetiva expresada también en las categorías del derecho natural. Su base, de este modo, con frecuencia es sólo de orden humano-positivo, como si el hombre con las propias opiniones y deseos fuese independiente también con respecto a la realidad misma.
“La pérdida de la memoria del cristianismo” va de par en par con los cambios antropológicos que son consecuencia de una cultura audio-visual, pero que debilitan los conceptos claros y el razonamiento lógico.
5. Dicho proceso implica un gran riesgo también para la sociedad civil. La “Ecclesia in Europa” (12) reconoce como fenómeno europeo positivo “la consideración dada al derecho”. Es necesario constatar lamentablemente que el estado de derecho se ha debilitado en los últimos años en varios países. La crisis financiera, sobre todo, ha obligado a los políticos a tomar medidas drásticas contrarias a la voluntad de los propios electores. La gente, frecuentemente, tiene la impresión de que la democracia tradicional está perdiendo su significado.
Se manifiestan además los signos de una ilusión según la cual es posible gobernar a la sociedad con los medios de comunicación de masa y la economía, renunciando completamente al derecho y la moralidad.
6. La gente en Europa, justamente por el descenso demográfico y el envejecimiento de la población, fenómeno estudiado por el CCEE hace dos años, por la crisis económica y el debilitamiento de la identidad cultural y religiosa, tiene hambre y sed de esperanza.
Las Jornadas Mundiales de la Juventud de Colonia y Madrid y las visitas pastorales del Santo Padre en varios países, han constituido un gran signo de esperanza y han tenido una eficacia misionera extraordinaria. El movimiento de masas, la participación de los medios de comunicación, las grandes celebraciones han tocado el corazón de la gente, particularmente sensible a este lenguaje de comunicación. Los efectos no son fugaces. En esas ocasiones diversos participantes han recibido hasta su vocación sacerdotal o religiosa. También algunos obispos volvieron profundamente conmovidos por estos encuentros.
La misión ciudadana organizada en muchos centros europeos ha tratado de dar relevancia a esta esperanza. “Quién nos mostrará la felicidad” (Sal 4, 7), decía el lema de la misión de París. “Hay esperanza para tu futuro” (Jer 31, 17), habíamos escuchado en la misión de Budapest. Estas misiones tuvieron resultados duraderos: además del múltiple contacto con la sociedad no creyente, dicha experiencia ayudó sobre todo a las parroquias a descubrir nuevamente su vocación para la misión hacia los no practicantes y también hacia los no creyentes. A partir del año pasado, cuando, con la ayuda del Pontificio Consejo para la Nueva Evangelización, organizamos nuevamente una gran misión en doce ciudades europeas, se constató con alegría el espíritu de iniciativa en muchas parroquias. Para responder a la crisis familiar, hasta fue posible visitar a todas las familias católicas en nombre de la parroquia con el encargo del Obispo. Muchos laicos reciben ahora la formación para esta misión.
7. Se observa también el papel valioso de algunos movimientos de espiritualidad, ya mencionados en la “Ecclesia in Europa” (15). Ellos son una verdadera bendición para la Iglesia, si logran evitar la tentación post moderna de conformarse con sentimientos y percepciones particulares. La presencia activa en la misión de personas provenientes de otros países y de otros continentes, estimula mucho a los fieles europeos.
8. Otro signo de los tiempos, particularmente prometedor en Europa, es el aumento del voluntariado en las parroquias, especialmente en la obra caritativa. Los jubilados, sobre todo de edad comprendida entre los 65 y los 75 años de edad, demuestran una generosidad conmovedora y contribuyen a reforzar la solidaridad entre las generaciones.
9. Siguen estando presentes en Europa, lamentablemente, tensiones nacionales y étnicas. Cuestiones irresueltas sobre los Balcanes, la situación precaria de los católicos de Bosnia y varios conflictos ligados al fenómeno de la inmigración en el Occidente europeo requieren un testimonio equilibrado y, a veces, un paciente servicio por parte de la Iglesia.
Agradecemos a la Divina Providencia porque en los últimos años prosiguió, no obstante los problemas mencionados, la reconciliación entre las naciones europeas. Estimulados por Su Santidad Benedicto XVI, las conferencias episcopales de Eslovaquia y de Hungría pudieron suscribir en el año 2006 un acto de reconciliación. Su gesto puede servir de ejemplo para la sociedad de ambas naciones. Otro evento valeroso se ha verificado hace pocos meses. El Patriarca ortodoxo de Moscú y de toda Rusia, Cirilo, firmó en Varsovia con el Presidente de la Conferencia Episcopal Polaca un acto de reconciliación. En él, las partes confirman además su común intención de defender y hacer que sean acogidos los valores humanos y cristianos en Europa.
10. En este contexto se insertan los resultados ecuménicos más recientes. Aunque algunas nuevas comunidades sean intensamente anticatólicas y que otros ambientes cristianos busquen reafirmar su identidad mediante ataques contra la Iglesia católica, la colaboración práctica general entre las iglesias y las comunidades cristianas en Europa está creciendo. Un signo de este hecho es el Forum Católico Ortodoxo Europeo que se ocupa de asuntos actuales de moral y de doctrina social. Los encuentros con los representantes de todas las Iglesias ortodoxas expresaron un amplísimo consenso acerca de la familia y la vida, de los criterios de las relaciones entre Estado e Iglesia y la crisis económica. Con las comunidades protestantes también está creciendo en Europa el espíritu de fraternidad y solidariedad.
11. Además de todo esto, crece entre los obispos católicos de rito latino y oriental la conciencia de unidad, fraternidad y verdadera comunión.
Pedimos pues la luz del Espíritu Santo para los trabajos de este Sínodo y para toda la nueva evangelización. ¡Santa María, Madre de la Iglesia, ruega por nosotros!

[00013-04.07] [NNNNN] [Texto original: italiano]

- Por África: S. Em. R. Card. Polycarp PENGO, Arzobispo de Dar-es-Salaam, Presidente del Simposio de las Conferencias Episcopales de África y Madagascar (S.C.E.A.M. - S.E.C.A.M.) (TANZANIA)

Hablo en nombre del Simposio de las Conferencias Episcopales de África y Madagascar (SECAM).
La evangelización se ha llevado a cabo en el continente africano desde los inicios de la Iglesia. El encuentro entre el Eunuco Etíope y el Diácono Felipe (cfr. Hch 8, 26-39) es un ejemplo que viene al caso.
Sin embargo, para la mayor parte del África subsahariana el deber de evangelizar es una tarea de reciente aparición, por lo que distinguir entre Antiguo y Nuevo Testamento es muy difícil. No obstante, parecería apropiado hablar de Nueva Evangelización para África empezando con el reto lanzado por el Papa Pablo VI en 1969: “Africanos, sed misioneros de vosotros mismos” (Pablo VI, Homilía para la Celebración Eucarística en Kampala al final del Simposio de los Obispos de África, Uganda, 31 de julio de 1969). Este reto implica que seamos verdaderamente africanos y verdaderamente católicos, lo que reclama una Iglesia madura para el continente.
Para responder a este reto, fue necesario establecer y reforzar las organizaciones pastorales a nivel nacional y regional. Siguiendo esta línea, en 1960 se estableció el SECAM con la intención de “preservar y fomentar la comunión, la colaboración y la acción conjunta entre todas las Conferencias Episcopales de África y las islas adyacentes” (http://www.uecon.org/SECAM.html). El establecimiento y el refuerzo de las organizaciones pastorales explica el espectacular número actual de obispos, sacerdotes, hombres y mujeres religiosos y catequistas africanos.
Es fundamental para la Nueva Evangelización en África el establecimiento de pequeñas comunidades cristianas. Éstas se han convertido, hoy en día, en los centros vivos de evangelización del continente.
Desde un punto de vista negativo, hay varios factores que impiden la necesaria profundización de la fe en África. Por ejemplo: la globalización introduce rápidamente valores extranjeros negativos que dificultan a los cristianos del continente su ser verdaderamente africanos. Esto conlleva que su fe cristiana sea lejana.
Algunos valores tradicionales, como el respeto a la vida y las relaciones sociales y familiares estrechas, son cada vez más difíciles.
Por otro lado, hay elementos culturales en África que impiden una evangelización apropiada. Entre éstos podemos mencionar los conflictos perennes con base tribal, las enfermedades, la corrupción, el tráfico de seres humanos, la atrocidad del abuso infantil y la violencia contra los menores y las mujeres.
Otro factor que constituye un reto, y que no debe ser obviado por la Nueva Evangelización en África, es el actual fundamentalismo islámico en el continente. A este respecto, los evangelizadores deben hacer frente al difícil diálogo con una amplia mayoría de buenos musulmanes que permanecen callados, pero también con los pequeños grupos fundamentalistas que no están preparados para aceptar ni siquiera una verdad objetiva opuesta a su postura preconcebida.
La Nueva Evangelización en África necesita también que los evangelizadores africanos vayan más allá de la petición del Papa Pablo VI: “Africanos, sed misioneros de vosotros mismos”. La Evangelización Africana significa, ahora, misioneros en las Iglesias de Occidente, como en las de los Estados Unidos de América y Europa. Si bien éste sea un hecho plausible, se debe mencionar un posible factor negativo: evangelizadores que busquen en primer lugar una ganancia material antes de una evangelización genuina, en detrimento de la Iglesia en ambos lugares. La Iglesia en África se privaría de los evangelizadores mejor cualificados y las Iglesias occidentales, materialmente ricas, recibirían evangelizadores cuyo principal objetivo sería el beneficio material.
Con todo esto en mente, podemos ver que el Sínodo para la Nueva Evangelización es un acontecimiento muy bien recibido. Tal como dijo Su Santidad el Papa Benedicto XVI, es un llamamiento para África: “Levántate, toma tu camilla y echa a andar” (ver Africae Munus, n. 148). Con fe renovada a través de este Sínodo, creo que África puede superar los profundos problemas enraizados a los que debe enfrentarse hoy en día.
A la sombra de las dos Exhortaciones Apostólicas Post-Sinodales: Ecclesia in Africa de 1995 y Africae Munus de 2011, como también del Catecismo de la Iglesia Católica y el Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia, la Iglesia en África espera, justamente, una cosecha abundante de este Sínodo.

[00010-04.10] [RC002] [Texto original: inglés]

- Por América: S. E. R. Mons. Carlos AGUIAR RETES, Arzobispo de Tlalnepantla, Presidente de la Conferencia Episcopal, Presidente del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM) (MÉXICO)

El gran desafío: el cambio de época y la fractura cultural (1 Cfr. Instrumentum laboris para la XIII Asamblea General Ordinaria del Sínodo, n. 47.)
La V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano y del Caribe (2 Celebrada en Aparecida, Brasil en mayo de 2007.) se ubica a sí misma en la continuidad del Concilio Vaticano II (3 La V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano y Caribeño es un nuevo paso en el camino de la Iglesia, especialmente desde el Concilio Ecuménico Vaticano II. Ella da continuidad y, a la vez, recapitula el camino de fidelidad, renovación y evangelización de la Iglesia latinoamericana al servicio de sus pueblos. Documento de Aparecida (DA) n. 9.), y hace un llamado a repensar profundamente y relanzar con fidelidad y audacia la misión de la Iglesia en las nuevas y desafiantes circunstancias latinoamericanas y mundiales (4 Cfr. DA, n. 11.). Considera necesario salir del gris pragmatismo de la vida cotidiana de la Iglesia para recomenzar desde Cristo(5 Cfr. DA, n. 12.).
La Nueva Evangelización exige la Comunión Eclesial.
Para lograr la Nueva Evangelización y transmitir la fe a las nuevas generaciones la Iglesia debe plantearse con toda honestidad, un examen de conciencia sobre la manera de vivir la fe (6 La propuesta de un nuevo estilo de vida no es sólo para los Pastores, sino mas bien para todos los cristianos que viven en América. A todos se les pide que profundicen y asuman la auténtica espiritualidad cristiana. "En efecto, espiritualidad es un estilo o forma de vivir según las exigencias cristianas, la cual es "La vida en Cristo" y "en el Espíritu", que se acepta por la fe, se expresa por el amor y, en esperanza, es conducida a la vida dentro de la comunidad eclesial". Ecclesia in America (EIA), n. 29.). Es necesario examinar la vida eclesial (7 Cfr. Instrumentum laboris para la XIII Asamblea General Ordinaria del Sínodo, n. 95.) y el testimonio de ella en la sociedad actual (8 La pastoral de la Iglesia no puede prescindir del contexto histórico donde viven sus miembros. Su vida acontece en contextos socioculturales bien concretos. Estas transformaciones sociales y culturales representan naturalmente nuevos desafíos para la Iglesia en su misión de construir el Reino de Dios. De allí nace la necesidad, en fidelidad al Espíritu Santo que la conduce, de una renovación eclesial, que implica reformas espirituales, pastorales y también institucionales. DA, n. 367.).
Ecclesia in America afirma: Ante un mundo roto y deseoso de unidad es necesario proclamar con gozo y fe firme que Dios es comunión, Padre, Hijo y Espíritu Santo, unidad en la distinción, el cual llama a todos los hombres a que participen de la misma comunión trinitaria ... Esta comunión, existente en la Iglesia y esencial a su naturaleza, debe manifestarse a través de signos concretos (9 EIA, n. 33.).
Aunque indispensable no basta la organización institucional de la Iglesia (10 Gran parte de la humanidad de hoy no encuentra en la evangelización permanente de la Iglesia el Evangelio. La Nueva Evangelización, conferencia del cardenal Joseph Ratzinger durante el jubileo de los catequistas y profesores de Religión celebrado el 10 de diciembre de 2000 en Roma. L 'Osservatore Romano", 19 de enero de 2001 (NEJR).), es necesario el testimonio de una espiritualidad de la comunión (11 Cfr. Novo Millennia Ineunte (NMI), n. 43.) que sea perceptible en la vida eclesial; para ello, es menester la participación y la comunión de los distintos miembros de la Iglesia en los diferentes niveles y desde las propias responsabilidades (12 La conversion pastoral requiere que las comunidades eclesiales sean comunidades de discípulos misioneros en torno a Jesucristo, Maestro y Pastor. De allí, nace la actitud de apertura, de diálogo y disponibilidad para promover la corresponsabilidad y participación efectiva de todos los fieles en la vida de las comunidades cristianas. Hoy, más que nunca, el testimonio de comunión eclesial y la santidad son una urgencia pastoral. DA, n. 368.), dando testimonio del arte de vivir (13 Por eso, hace falta una nueva evangelización. Si se desconoce el arte de vivir, todo lo demás ya no funciona. Pero ese arte no es objeto de la ciencia; sólo lo puede comunicar quien tiene la vida, el que es el Evangelio en persona. NE. JR.).
La toma de conciencia para generar la comunión eclesial arranca con la conversión pastoral (14 La conversión pastoral es la clave para una evangelización nueva en su ardor), entendida como la aceptación de la llegada del Reino de Dios y el compromiso de incorporarse como discípulo de Cristo para darlo a conocer en el Mundo (15 Mc 1,15.), compromiso que exige la conversión personal (16 La conversion personal despierta la capacidad de someterla todo al servicio de la instauración del Reino de vida. Obispos, presbíteros, diaconos permanentes, consagrados y consagradas, laicos y laicas, estamos llamados a asumir una actitud de permanente conversión pastoral, que implica escuchar con atención y discernir "10 que el Espiritu esta diciendo a las Iglesias" (Ap 2,29) a traves de los signos de los tiempos en los que Dios se manifiesta. DA, n. 366.) permanente (17 La conversión en esta tierra nunca es una meta plenamente alcanzada: en el camino que el discípulo está llamado a recorrer siguiendo a Jesús, la conversión es un empeño que abarca toda la vida. EIA, n. 28.).
El camino incipiente y esperanzador de la Nueva Evangelización en América.
La renovación pastoral en América, iniciada como respuesta al Concilio Vaticano II, ha dinamizado la vida interna de la Iglesia, se han multiplicado los agentes de pastoral, se ha intensificado la formación en la fe, ha crecido la participación y la comunión eucarística de los fieles en la misa dominical, son muchos y variados los aspectos positivos de la renovación pastoral de la Iglesia (18 Cfr. DA, n. 99); sin embargo dicho crecimiento no ha sido proporcional al crecimiento demográfico de nuestros pueblos, por ello se constata enormes sectores de católicos distantes y tibios en su identidad cató1ica, pero ciertamente creyentes (19 Cfr. DA, n. 100, a).).
La religiosidad sigue viva y es la gran reserva potencial de nuestros pueblos (20 Una característica peculiar de América es la existencia de una piedad popular profundamente enraizada en sus diversas naciones. Está presente en todos los niveles y sectores sociales, revistiendo una especial importancia como lugar de encuentro con Cristo para todos aquellos que con espíritu de pobreza y humildad de corazón buscan sinceramente a Dios (cf. Mt 11,25). EIA, n. 16.). Ella, cuando ha sido guiada por la Palabra de Dios (21 "Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida" (in 14,6). Con estas palabras Jesús se presenta como el único camino que conduce a la santidad. Pero el conocimiento concreto de este itinerario se obtiene principalmente mediante la Palabra de Dios que la Iglesia anuncia con su predicación. EIA, n. 31.) logra disponer el corazón del creyente y descubrir a Cristo (22 Cfr. Instrumentum laboris para la XIII Asamblea General Ordinaria del Sínodo, n. 21. Anunciar a Dios es introducir en la relación con Dios: enseñar a orar. NE. JR.), dejándose seducir por el Señor de la Vida (23 El encuentro con el Señor produce una profunda transformación de quienes no se cierran a El. El primer impulso que surge de esta transformación es comunicar a los demás la riqueza adquirida en la experiencia de este encuentro. EIA, n. 68.) y aceptando incorporarse con mayor conciencia a la Iglesia como miembro de una comunidad de discípulos misioneros, que practica una espiritualidad cristiana (24 El seguimiento de Cristo tiene una meta mucho más elevada: identjficarse can Cristo, es decir, lIegar a la unión con Dios. NE.JR.), que permite la santificación de sus miembros por la comunión con Dios Padre en el Espíritu Santo (25 La santidad es la meta del camino de conversión, pues esta "no es fin en sf misma, sino proceso hacia Dios, que es santo. Ser santos es imitar a Dios y glorificar su nombre en las obras que realizamos en nuestra vida (cf. Mt 5,16)".EIA, n. 30.).
Las pequeñas comunidades relacionadas entre sí van aprendiendo la conveniencia de la comunicación y comunión. La Parroquia se renueva manifestando un nuevo rostro de Iglesia que crece y se desarrolla con fuerza (26 Cfr. Instrumentum laboris para la XIII Asamblea General Ordinaria del Sínodo, nos. 80 y 107.), cuando la Parroquia se relaciona orgánicamente con las demás y juntas son conducidas como Diócesis bajo la guía de su Obispo (27 Una clave de renovación parroquial, especialmente urgente en las parroquias de las grandes ciudades, puede encontrarse quizás considerando la parroquia como comunidad de comunidades y de movimientos. EIA, n. 41.). Esta dinámica de comunión eclesial es más urgente e indispensable en las ciudades y en las grandes zonas urbanas de las metrópolis (28 Cfr. DA, n.517 y 518.).
La vida de la Iglesia expresada como comunidad de comunidades, en comunión y unidad, permite a cada cristiano descubrir que en el Siglo XXI es posible vivir como discípulo de Cristo en una comunidad de discípulos del Senor Jesús, y tomar conciencia como discípulo misionero de la urgente necesidad de dar testimonio creíble y confiable de la fe en el mundo actual (29 Anuncianda la conversión debemos ofrecer también una comunidad de vida, un espacio común del nuevo estilo de vida. No se puede evangelizar sólo con palabras. EI Evangelio crea vida, crea comunidad de camino. Una conversión puramente individual no tiene consistencia. NE. JR.).
Los procesos pastorales de planeación diocesana van abriendo los espacios para la formación del discípulo misionero y la misión continental. La pastoral orgánica descrita en el Plan Diocesano de Pastoral va haciendo realidad lo indicado en NMI: En las Iglesias locales es donde se pueden establecer aquellas indicaciones programáticas concretas -objetivos y métodos de trabajo, de formación y valorización de los agentes y la búsqueda de los medios necesariosque permiten que el anuncio de Cristo lIegue a las personas, modele las comunidades e incida profundamente mediante el testimonio de los valores evangélicos en la sociedad y en la cultura (30 NMI, n. 29.).
Por ello, me atrevo a expresar que la Nueva Evangelización, que se abre camino en América, parte. del encuentro con Cristo que la Iglesia ofrece alas fieles cristianos (31 Jesucristo es la "buena nueva" de la salvación comunicada a los hombres de ayer, de hoy y de siempre; pero al mismo tiempo es también el. primer y supremo evangelizador. La Iglesia debe centrar su atención pastoral y su acción evangelizadora en Jesucristo crucificado y resucitado. "Todo lo que se proyecte en el campo eclesial ha de partir de Cristo y de su Evangelio ".EfA, n. 67.) y lIega al descubrimiento y vivencia apasionada y comprometida de la vida discipular (32 EI anuncio de Dios lleva a la comunión can Dios en la comunión fraterna, fundada y vivificada por Cristo. NE.JR.), expresión de la espiritualidad de la comunión.
De esta manera la vida diocesana y parroquial se acerca a la vida familiar (33 Cfr. Instrumentum laboris para la XIII Asamblea General Ordinaria del Sínodo, nos. 110 -113.), Iglesia doméstica (34 Para que la familia cristiana sea verdaderamente "iglesia doméstica", está lIamada a ser el ámbito en que los padres transmiten la fe, pues ellos "deben ser para sus hijos los primeros predicadores de la fe, mediante la palabra y el ejemplo". EIA, n. 46.), fortaleciéndose mutuamente, y ayudando a poner bases para afrontar la emergencia educativa de nuestro tiempo (35 Lineamenta para la XIII Asamblea General Ordinaria del Sínodo, n. 20.).
Los protagonistas de la Nueva Evangelización.
La influencia de la fe en la sociedad para que la levadura del Evangelio permee y le dé sentido y sabor a la vida humana, depende en gran parte de la acción de los laicos. Por ello EIA afirma que son principalmente ellos los protagonistas de la nueva evangelización: La renovación de la Iglesia en América no será posible sin la presencia activa de los laicos. Por eso, en gran parte, recae en ellos la responsabilidad del futuro de la Iglesia (36 EIA, n. 44.).
La vocación y misión propia y específica de los fieles laicos es la transformación de las estructuras temporales, para que la conducta social esté sustentada en los valores evangélicos (37 Cfr. Lumen gentium (LG), n. 31; EIA, n. 27.). De aquí deriva la importancia de la conciencia y formación laical para que acorde a su identidad, y de manera personal y comunitaria, exprese el testimonio de una vida coherente alas convicciones de fe en los propios ambientes de vida y laborales (38 Los ámbitos en los que se realiza la vocación de los fieles laicos son dos. El primero, y más propio de su condición laical, es el de las realidades temporales, que están llamados a ordenar según la voluntad de Dios. En efecto, “con su peculiar modo de obrar, el Evangelio es llevado dentro de las estructuras del mundo y obrando en todas partes santamente consagran el mismo mundo a Dios". Gracias a los fieles laicos, “la presencia y la misión de la Iglesia en el mundo se realiza, de modo especial, en la diversidad de carismas y ministerios que posee el laicado. La secularidad es la nota característica y propia del laico y de su espiritualidad que lo lleva a actuar en la vida familiar, social, laboral, cultural y política, a cuya evangelización es llamado. EIA, n. 44.).
Por ello es indispensable disponer de instancias para la promoción de la vocación laical y para el acompañamiento en su formación y misión en el mundo (39 Cfr.lnstrumentum laboris para la XIII Asamblea General Ordinaria del Sínodo, n. 118.).
La Nueva Evangelización y el diálogo con el mundo y las religiones.
En pleno Concilio el Papa Paulo VI afirmó en su primera Encíclica: La Iglesia debe ir hacia el diálogo con el mundo en que le toca vivir. La Iglesia se hace palabra; la Iglesia se hace mensaje; la Iglesia se hace coloquio (40 Ecclesiam Suam (ES), n. 27.).
Hoy día, en un mundo cada vez más plural, el diálogo se abre camino en diferentes ámbitos, los temas que aborda el diálogo en América son entre otros: la Palabra de Dios, la Dignidad Humana, la Familia, la Vida, la Educación, la Ética, la Economía, el Desarrollo de los Pueblos, la Movilidad Humana y en particular las Migraciones, la Solidaridad, la Ecología, la Justicia y la Paz. En todos los temas la brújula es la Verdad (41 La fidelidad al hombre exige la fidelidad a la verdad, que es la única garantía de libertad (cf. in 8,32) y de la posibilidad de un desarrollo humano integral. Por eso la Iglesia la busca, la an uncia incansablemente y la reconoce allí donde se manifieste. Para la Iglesia, esta misión de verdad es irrenunciable. Caritas in Veritate, n.9.).
Las instituciones educativas (42 En el proyecto global de la nueva evangelización, el campo de la educación ocupa un lugar privilegiado. Por ello, ha de alentarse la actividad de todos los docentes católicos, incluso de los que enseñan en escuelas no confesionales. Así mismo, dirijo un llamado urgente a los consagrados y consagradas para que no abandonen un campo tan importante para la nueva evangelización .... La familia es el primer espacio educativo de la persona. EIA, n. 71.), sociales y culturales han sido estratégicamente instancias propicias para promover, coordinar y articular la participación de los laicos en el mundo.
Puntos medulares de la Nueva Evangelización.
Principal desafío de la Nueva Evangelización.
Anunciar a Jesucristo con el lenguaje y las formas culturales de las nuevas tecnologías de la comunicación social (43 Cfr.lnstrumentum laboris para la XIII Asamblea General Ordinaria del Sínodo, nos. 59 - 62.).
El eje teológico pastoral de la Nueva Evangelización.
Asumir la misión de la Iglesia como la prolongación del dinamismo del misterio de la Encarnación (44 En el misterio de la Encarnación están las bases para una antropología que es capaz de ir más allá de sus propios límites y contradicciones, moviéndose hacia Dios mismo, más aún, hacia la meta de la "divinización", a través de la incorporación a Cristo del hombre redimido, admitido a la intimidad de la vida trinitaria. NMI, n. 23.) en el espíritu de la Gaudium et spes (45 Cfr. Gaudium et spes (GetSp), n. 1 y 4.) y según lo señalado en la NMI (46 MNI, n. 3.): Cada Iglesia local, congregada en torno al propio Obispo, en la escucha de la Palabra, en la comunión fraterna y en la “fracción del pan” (cf. Hch 2,42), está “verdaderamente presente y actúa la Iglesia de Cristo, una, santa, cató1ica y apostólica". Es especialmente en la realidad concreta de cada Iglesia donde el misterio del único Pueblo de Dios asume aquella especial configuración que lo hace adecuado a todos los contextos y culturas. Este encarnarse de la Iglesia en el tiempo y en el espacio refleja, en definitiva, el movimiento mismo de la Encarnación.
Responsabilidad de los agentes de pastoral:
1. Conversión pastoral(47 Cfr.lnstrumentum laboris para la XIII Asamblea General Ordinaria del Sínodo, n. 88.) y cambio de mentalidad en el Clero, en la Vida Consagrada y en los agentes de pastoral, especialmente promovida por la conciencia de los actuales desafíos sociales y culturales (48 Vivimos un cambio de época, cuyo nivel más profundo es el cultural. Se desvanece la concepción integral del ser humano, su relación con el mundo y con Dios. DA, n. 44.), y acompañada por la asidua lectura y meditación de la Palabra de Dios (Lectio Divina) (49 Esta lectura de la Biblia, acompañada de la oración, se conoce en la tradición de la Iglesia con el nombre de Lectio divino, práctica que se ha de fomentar entre todos los cristianos. Para los presbíteros, debe constituir un elemento fundamental en la preparación de sus homilías, especialmente las dominicales. EIA, n.31.).
2. La preparación y celebración de la Eucaristía (50 La Eucaristía continúa siendo el centro vivo permanente en torno al cual se congrega toda la comunidad eclesial. Los diversos aspectos de este sacramento muestran su inagotable riqueza: es, al mismo tiempo, sacramento-sacrificio, sacramento-comunión, sacramento-presencia. La Eucaristía es el lugar privilegiado para el encuentro con Cristo vivo. EIA, n. 35.), de los todos servicios cultuales (51 Cfr. Instrumentum laboris para la XIII Asamblea General Ordinaria del Sínodo, n. 97.) y de las prácticas religiosas de la piedad popular para que sean espacios e instancias de encuentro con Jesucristo y con los hermanos (52 Cfr. EIA, n. 12.).
3. Pastoral orgánica en participación y comunión en las Diócesis (53 La Diócesis, presidida por el Obispo, es el primer ámbito de la comunión y la misión. Ella debe impulsar y conducir una acción pastoral orgánica renovada y vigorosa, de manera que la variedad de carismas, ministerios, servicios y organizaciones se orienten en un mismo proyecto misionero para comunicar vida en el propio territorio. Este proyecto, que surge de un camino de variada participación, hace posible la pastoral orgánica, capaz de dar respuesta a los nuevos desafíos. DA, n. 169.) y en las Provincias Eclesiásticas (54 Cfr. EIA, n. 36 y 37.).
Responsabilidad de la comunidad de fieles:
1. Asumir el Catecismo de la Iglesia Católica y el Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia como fundamento de la formación de los fieles (55 Ante los graves problemas de orden social que, con características diversas, existen en toda América, el católico sabe que puede encontrar en la doctrina social de la Iglesia la respuesta de la que partir para buscar soluciones concretas. Difundir esta doctrina constituye, pues, una verdadera prioridad pastoral. EIA, n. 54.).
2. Expresar la vida cristiana comunitaria en la vida discipular de pequeñas comunidades en participación y comunión (56 La vocación al discipulado misionero es con-vocación a la comunión en su Iglesia. No hay discipulado sin comunión ... La fe nos libera del aislamiento del yo, porque nos lleva a la comunión. Esto significa que una dimensión constitutiva del acontecimiento cristiano es la pertenencia a una comunidad concreta, en la que podamos vivir una experiencia permanente de discipulado y de comunión con los sucesores de los Apóstoles y con el Papa. OA, n. 156.).
3. Definir y programar los procesos de formación cristiana (57 Cfr. EIA, n. 34 y 69.) para pedagógicamente conducir alas fieles en los caminos mistagógicos que permiten al creyente entrar en la experiencia del Misterio de Dios (58 Cfr. NMI, n. 32-34.).
Responsabilidad de los laicos en el Mundo:
1. Asociarse y apoyarse para que en sus propios ámbitos de vida social influyan dando testimonio (59 Cfr. Instrumentum laboris para la XIII Asamblea General Ordinaria del Sínodo, n. 158.) activo y pasivo de las convicciones de fe y de su identidad católica (60 Por consiguiente, "los fieles laicos -por su participación en el oficio profético de Cristo- están plenamente implicados en esta tarea de la Iglesia", y por ello deben sentirse llamados y enviados a proclamar la Buena Nueva del Reino. Las palabras de Jesús: "Id también vosotros a mi viña" (Mt 20, 4) deben considerarse dirigidas no sólo a los Apostoles, sino a todos los que desean ser verdaderos discípulos del Señor. EIA, n.66.).
2. Procurar el diálogo con las instituciones públicas y privadas para colaborar en la búsqueda del bien común y para generar una cultura (61 Mi predecesor Pablo VI, can sabia inspiración, consideraba que “la ruptura entre Evangelio y cultura es sin duda alguna el drama de nuestro tiempo". Por ello, los Padres sinodales han considerado justamente que "la nueva evangelización pide un esfuerzo lúcido, serio y ordenado para evangelizar la cultura ". EIA, n. 70.) fundamentada en la dignidad humana (62 Conviene recordar que el fundamento sobre el que se basan todos los derechos humanos es la dignidad de la persona. EIA, n. 57.).
3. Utilizar las nuevas tecnologías de comunicación para dar a conocer la vida y misión de la Iglesia y para el diálogo con el mundo (63 Es fundamental para la eficacia de la nueva evangelización un profundo conocimiento de la cultura actual, en la cual los medios de comunicación social tienen gran influencia. Es por tanto indispensable conocer y usar estos medios, tanto en sus formas tradicionales como en las más recientes introducidas por el progreso tecnológico. EIA, n. 72.).
4. Aprovechar las redes sociales para ofrecer el pensamiento católico y sus respuestas actuales a los desafíos culturales, especialmente con las nuevas generaciones (64 En realidad, son muchos los jóvenes americanos que buscan el sentido verdadero de su vida y que tienen sed de Dios ... La sensación de frustración que experimentan ... los hace abandonar frecuentemente la búsqueda de Dios. Ante esta situación tan compleja, "la Iglesia se compromete a mantener su opción pastoral y misionera por los jóvenes para que puedan hoy encontrar a Cristo vivo". EIA, n. 47.).
La Conversión Pastoral se prolonga en la Misión Continental, compromiso asumido en Aparecida por el Episcopado Latinoamericano y del Caribe. Por eso en América, la Nueva Evangelización se identifica con la Misión Continental.

[00011-04.17] [RC003] [Texto original: español]

- Por Asia: S. Em. R. Card. Oswald GRACIAS, Arzobispo de Bombay, Secretario General de la "Federation of Asian Bishops' Conferences" (FABC) (INDIA)

Asia es un continente que está experimentando las esperanzas y las alegrías de un continuo renacimiento en el Espíritu (Ecclesia in Asia). Todos sabemos que el 60% de la población del mundo vive en Asia. Se trata de un continente joven con una mayoría de población joven. Por lo tanto, de muchas maneras, Asia es fundamental para el futuro del mundo. India y China, que cuentan con el 37% de la población mundial, están emergiendo como actores principales en numerosos campos del escenario internacional.
Hay poca uniformidad en el escenario asiático, y por lo tanto es difícil definir qué significa ser asiático. Vemos un alto nivel de desarrollo económico en algunos países como Japón, Corea del Sur, Taiwan; un desarrollo en aumento en otros países; y algunos que luchan contra la pobreza. Asia ha sido bendecida con la riqueza de culturas antiguas y sumamente desarrolladas. Es además la cuna de numerosas religiones del mundo. ¿Será debido a la profunda naturaleza espiritual radicada en el alma asiática, que busca constantemente lo Absoluto? .
Las Iglesias de Asia han identificado tres áreas para nuestro trabajo, debido a los tres grandes desafíos con los cuales nos enfrentamos. Por lo tanto necesitamos entablar un diálogo con las culturas, con los pobres y con las religiones: para estudiar lo que significa para nosotros el mandato del Evangelio en nuestra relación con estas tres grandes realidades.
La Globalización es una tendencia sumamente generalizada que impacta todos los aspectos de la vida asiática. Se trata de un proceso continuo, inexorable, complejo y ambivalente que repercute en todas las esferas de nuestra vida y de nuestra actividad. Comenzó como un proceso económico que llevó a la libre competición, a veces en detrimento de los países más pobres y ahora se ha convertido en un fenómeno cultural. Afecta valores culturales asiáticos fundamentales, trayendo consigo materialismo, individualismo, consumismo y relativismo. La juventud es especialmente vulnerable a sus efectos.
Los resultados de la globalización afectan totalmente nuestro sistema de valores. Valores asiáticos tradicionales, culturas y preciadas tradiciones están sufriendo su impacto y están siendo erosionadas. Al embarcarnos en el gran proyecto de la Nueva Evangelización, me permito identificar algunos de ellos:
1. Como he mencionado anteriormente, el espíritu de secularismo y materialismo se está haciendo más predominante. La población asiática es religiosa por naturaleza, cientos de miles de personas visitan templos y lugares de oración para recibir la bendición divina durante festividades especiales. Actualmente, algunos ven que Dios está siendo desplazado desde el centro de sus vidas hacia la periferia. Desde nuestra perspectiva Cristiana, nuestras Iglesias aún reciben grandes congregaciones, pero nos preguntamos si esta situación continuará. El Año de la Fe nos presentará el desafío de comunicar el mensaje de Fe de una manera atractiva, pertinente, y que dé una respuesta a las cuestiones de nuestro tiempo.
2. Los lazos familiares que en el pasado eran muy importantes y estaban profundamente arraigados en todos los hogares asiáticos, están sufriendo un lento deterioro. Los ataques a la santidad del matrimonio están conectados con esto. El divorcio, que en el pasado se consideraba como un tabú ya no es tan poco común. Se escuchan voces débiles que hablan de matrimonios del mismo sexo. No se trata aún de un movimiento de grandes dimensiones pero está ganando terreno lentamente en nombre de la libertad.
Están surgiendo muchos movimientos familiares en la Iglesia de Asia. Este apostolado ha dado abundantes frutos, dado que se acepta la familia como la célula básica de la sociedad, como el ambiente en el cual se obtienen la felicidad, el éxito y la misión vivificadora. Nuestro desafío es encontrar nuevas maneras de preservar la sacralidad de la familia y del hogar.
3. Movimientos contra la vida - si bien el alma asiática considera importante todos los aspectos de la vida, al mismo tiempo están aumentando las amenazas a la vida que, de diversas maneras, son alarmantes. Los conflictos étnicos, la supresión violenta de diferentes grupos religiosos; la trágica amenaza a la vida de los desamparados; de los niños aún no nacidos, el feticidio femenino practicado en algunas zonas, dado que las niñas se consideran una maldición divina y una carga financiera.
El alma asiática en sí tiene un gran respeto por la vida. En algunas tradiciones religiosas, los animales y las plantas son considerados sagrados y tratados con sumo respeto. En estos ambientes el mensaje del Evangelio en favor de la vida va a ser fácilmente aceptado.
4. El alma asiática busca la comunidad. También esto está siendo afectado por el individualismo que se está introduciendo a hurtadillas, con su falta de respeto por el prójimo, su indiferencia por sus necesidades, y falta de hospitalidad, lo cual era tradicionalmente importante en todas las sociedades. La Iglesia de Asia ha elegido el método de base de la Comunidad Cristiana como su nueva manera de ser Iglesia. Esto ha tenido un éxito considerable en algunos lugares y ha llevado a la participación de los laicos en la Iglesia, a la formación laical y a alcanzar al otro. Ha dado un sentido de pertenencia a muchos que se sentían abandonados.
5. Por desgracia también estamos viendo un creciente número de ataques a la religión. En algunos países la persecución de los Cristianos está aumentando. La oposición proviene de una religión dominante y, a veces, de una orientación ideológica que desea imponer una autoridad política a los grupos religiosos. En algunos lugares las comunidades Cristianas se sientes débiles e indefensas, pero hemos visto casos de testimonio heroico en medio del sufrimiento.
Las grandes ideas del Vaticano II en Nostra Aetate hoy siguen siendo pertinentes. Para nosotros, en Asia, el diálogo es una necesidad, no un lujo. Hoy, el diálogo de vida es algo en lo que todos nosotros estamos comprometidos. En Asia representamos sólo un 3% de la población total, con una mayoría Cristiana sólo en dos países, Filipinas y Timor del Este. Los fundamentalismos religiosos se están haciendo sentir en nuestro continente. Estos incidentes, si bien esporádicos, son suficientes para causar alarma. Confiamos en que el Año de la Fe nos va a permitir comprender más profundamente nuestra fe, vivirla más auténticamente y predicarla con mayor confianza.
Para finalizar menciono otros dos elementos del escenario asiático: Para nosotros la religión consiste más en un discipulado que en la observancia de una doctrina o en la obediencia de una serie de reglas. La persona de Jesús es sumamente atractiva: Su mensaje y Su vida, Su pasión, muerte y resurrección. La observancia de la doctrina surge como el fruto del discipulado a un maestro. Así es como los primeros Cristianos proclamaron la Buena Nueva.
Además, la mentalidad asiática haya más significativa la oración contemplativa que la meditación discursiva. Estas son las riquezas sobre las que podemos construir y que podemos compartir con el mundo. Nuestras liturgias son fundamentales para nuestra fe Cristiana, pero si, al menos en un servicio paralitúrgico, es posible centrarse en la contemplación, ello brinda una gran satisfacción a nuestra gente, que siente la presencia de Dios y se siente fortalecida por Él.
Los desafíos ante los cuales nos encontramos son inmensos, pero las oportunidades son enormes. La Nueva Asia ha sido bendecida con un boom en las comunicaciones que no tiene precedentes. Esto no se ve como una amenaza sino como un gran don de Dios que se puede usar para difundir la Buena Nueva. Nuestra misión es preparar en particular a la juventud para que use estos nuevos medios y para que se beneficie con ellos.
Que la Virgen María, estrella de la nueva Evangelización, nos guíe en nuestro camino.

[00012-04.15] [RC004] [Texto original: inglés]

- Por Oceanía: S. E. R. Mons. John Atcherley DEW, Arzobispo de Wellington, Presidente de la Conferencia Episcopal, Presidente de la Federación de las Conferencias Episcopales de Oceanía (FCBCO) (NUEVA ZELANDA)

1. Aquí, en esta Aula, en el Sínodo para Oceanía de 1998, el Padre Timothy Radcliffe, entonces Prior General de los Dominicos, acuñó la bella frase “Islas de Humanidad” al hablar de Oceanía. Estas “Islas de Humanidad” se reflejaron en la Exhortación Post-Sinodal “Ecclesia in Oceania”, que el Papa Juan Pablo II tenía que haber proclamado durante su visita pastoral a Nueva Caledonia. Sin embargo, su frágil salud no lo hizo posible, por lo que “Ecclesia in Oceania” se convirtió en el primer documento importante del Vaticano en ser lanzado electrónicamente. Oceanía, que cubre un tercio de la superficie de la tierra, lejos del centro tecnológico del universo, ¡se benefició de las comunicaciones electrónicas! La Exhortación fue una llamada para que toda la población de Oceanía centrara de nuevo su vida en Jesucristo: seguir su camino, decir su verdad y vivir su vida.
La Exhortación introdujo a muchos también al nuevo término: “Nueva Evangelización”. “Es la evangelización la misión de la Iglesia de proclamar al mundo la verdad de Dios revelada en Jesucristo... Hoy es precisa una nueva evangelización, para que cada uno pueda escuchar, comprender y creer en la misericordia de Dios, destinada, en Cristo Jesús, a todos los pueblos.” (EO 18). Ese “hoy” es el “hoy” bíblico: “Si hoy oyes su voz...”. Hoy, la Iglesia en Oceanía está invitada a oír de nuevo la invitación de Jesucristo a seguir su camino, decir su verdad y vivir su vida bajo las constelaciones de la Cruz del Sur que ilumina el cielo nocturno en toda Oceanía. ¿Cuáles son las islas de humanidad que reconocemos en las diócesis y países de nuestras cuatro Conferencias Episcopales, que constituyen la Federación de las Conferencias de Obispos Católicos de Oceanía?
La Conferencia Episcopal del Pacífico (CEPAC). Desde el Sínodo para Oceanía ha nacido más del 30% de la población de esta vasta región. Vemos por todas partes la vitalidad de los jóvenes: el gran número que participó en la Jornada Mundial de la Juventud de Sydney en 2008; las celebraciones anuales Téné en Nueva Caledonia; el festival de la juventud de Samoa a principios de este año; las vocaciones al sacerdocio y la vida religiosa con un alcance misionero más allá de la zona de la CEPAC. En esta gente joven vemos un búsqueda sincera, y a veces dolorosa, de un significado y una espiritualidad que tienda un puente entre los valores culturales tradicionales y la exaltación de la era tecnológica con el afán de poseer un Ipad o un smartphone. A veces es difícil para ellos resistir a las falsos atractivos de unos medios de comunicación y una industria de entretenimiento agresivos. La publicación por parte de la CEPAC del Catecismo de la Iglesia Católica y el YouCat, tanto en francés como en inglés, se han demostrado un instrumento valioso para la formación de los jóvenes.
En NUEVA ZELANDA hemos sido testigos de una nueva vitalidad de la vida católica a través de la diversidad étnica, como resultado de la migración de la población. La población más numerosa proviene de las Islas del Pacífico y las Filipinas con un pequeño, pero significativo, número de católicos -y catecúmenos-; de Oriente Medio, India, Corea, China y Sudán. Gente que trae su fe y espiritualidad católica... pero también sus experiencias de guerra, pobreza y desplazamiento, las cuales han forjado su fe. Nueva Zelanda tiene también una fuerte base bicultural que se fundamenta en el Tratado de Waitangi, firmado por la Corona Británica y la población Maorí en 1840. Este Tratado proporciona “la base moral para la presencia de todas las poblaciones en Aotearoa-Nueva Zelanda” (NZCBC Statement, Adviento, 1989).
En AUSTRALIA hay un fuerte compromiso con la sociedad a través de la educación de los adultos y las nuevas formas de liderazgo laico en la Iglesia. Australia es el más avanzado de los países de la Federación en lo referente a medios de comunicación y tecnología, que ha compartido generosamente, por ejemplo, sosteniendo la red de radios católicas en las Islas Salomón, y con su disponibilidad sigue compartiendo los recursos electrónicos para la evangelización, la educación y la formación pastoral. En los últimos dos años, la diócesis de Broken Bay ha ofrecido conferencias vía internet que se han emitido online a través del mundo. En la primera de estas conferencias vía internet, en la que yo participé desde Wellington, Nueva Zelanda, estaba fascinado viendo a los anfitriones australianos, en conexión vía satélite, dando la bienvenida y hablando con participantes de muchos países del Pacífico, de las Islas Salomón, de Filipinas, la India e incluso de países lejanos como Canadá y Reino Unido. Esta nueva tecnología es un agente vital de la Nueva Evangelización.
PAPÚA NUEVA GUINEA y las ISLAS SALOMÓN son los líderes en la búsqueda e inculturación práctica del Evangelio, tal como fomenta la Exhortación Post-Sinodal Ecclesia in Oceania (n. 16-17). Su cultura refleja los valores del Evangelio sobre la sacralidad de la vida humana y la hospitalidad. Varias congregaciones religiosas internacionales - clericales y laicas - han establecido sus programas de formación en Papúa Nueva Guinea y las Islas Salomón debido a la solidez de sus estudios superiores y su disponibilidad en la formación a la inculturación. Hay una parte significativa de la población en esos países que están oyendo el mensaje del Evangelio por primera vez, como, por ejemplo, los más de 60 bautizados en una parte de las Islas Salomón la Semana Santa pasada.En cada una de nuestras cuatro Conferencias, las escuelas católicas trabajan bien y son una parte integral de la vida parroquial. Nuestras escuelas son un terreno fértil para la “nueva evangelización”, y ofrecen la oportunidad de volver a comprometer a las familias en la vida de la Iglesia.
San Pedro Luís María Chanel está reconocido como el protomártir de Oceanía, y se ha pedido su intercesión durante muchos años. Hace dos años, la canonización de Santa María de la Cruz MacKillop despertó mucho interés en Australia y en el Pacífico en general. El interés de los medios de comunicación fue intenso y la canonización aportó maravillas a la Iglesia. Modelos de tal santidad siguen siendo de inspiración: el Beato Peter to Rot de Papúa Nueva Guinea y el Beato Pedro Calungsod, de Guam, el “santo adolescente” que será canonizado en breve durante este Sínodo. En Nueva Zelanda esperamos noticias sobre la causa de Suzanne Aubert. Estos ejemplos harán más por la Nueva Evangelización de lo que imaginamos, pues los medios de comunicación están interesados en ellos y capturan la imaginación de la gente.
2. Estas “islas de humanidad”, sin embargo, están construidas en una cadena volcánica de placas tectónicas inestables, que de vez en cuando explotan en la superficie como “islas de inhumanidad”.
CEPAC: hace 50 años que todos los países de la región CEPAC son independientes del dominio colonial, o han conseguido una forma de autogobierno interno. Sin embargo, algunos aún están luchando para elegir una forma de gobierno que refleje tanto su unicidad cultural como el deseo de una democracia moderna, como pueden ser lo casos de Fiji y Tonga. Esta continua inestabilidad política a veces desemboca en la violencia, incluso con pérdida de vidas humanas.
Varios de estos países / diócesis están seriamente afectados por el cambio climático, como por ejemplo, las islas bajas de Kiribati, Tuvalu, Tokelau, Rotuma, Islas Cook del Norte y Polinesia Oriental. “Mar y tierra, agua y suelo ... con su esplendor y belleza” (EO 6) están bajo seria amenaza, y mucho más a los que para vivir dependen de los dones de esta tierra y este mar. La preocupación por los pobres y los más vulnerables tendrá que incluir las necesidades particulares de unos posibles “refugiados ambientales”.
En NUEVA ZELANDA reconocemos que el saeculum está donde “los creyentes y no creyentes interactúan y comparten una humanidad común “ (IL 54). El “Atrio de los Gentiles” es un lugar privilegiado de evangelización. Este es el lado positivo de la secularización. Sin embargo, un secularismo agresivo y un fracaso en la aceptación de la trascendente dignidad de la persona humana a menudo bloquea el diálogo con la sociedad en clave bioética o sobre cuestiones sociales, como, por ejemplo, la eutanasia, el aborto y la definición de matrimonio. Este secularismo también presenta un desafío para el número creciente de creyentes de otros credos que han hecho de Nueva Zelanda su hogar, a saber: musulmanes, hindúes, budistas y sijs. A menudo vienen de un encuentro mucho más positivo con los cristianos de su país de origen, y se escandalizan por lo que ven en lo que ellos pensaban que era “un país cristiano”.
PAPÚA NUEVA GUINEA y las ISLAS SALOMÓN: en una región con tanta diversidad étnica y social, hay cuestiones serias sobre la justicia social: la ruptura de los valores culturales tradicionales y la fragmentación social, la alta incidencia de SIDA, la pobreza y corrupción opresiva, la tensión en cuanto a los recursos naturales, la rápida urbanización, el frecuente recurso a la violencia, las disputas fronterizas con Indonesia sobre Papúa Occidental. La solidez de la inculturación mencionada antes será puesta a prueba en la respuesta que se dé a estos ámbitos de justicia social.
AUSTRALIA: la vasta “tierra del sur del Espíritu Santo” tiene también unos desafíos importantes en la tarea de la Nueva Evangelización: el diálogo con una sociedad cada vez más securalizada, conseguir que disminuya la brecha entre ricos y pobres, promover la dignidad de las poblaciones indígenas y de las personas que buscan asilo político, así como las mismas cuestiones bioéticas y sociales a las que se tiene que enfrentar Nueva Zelanda. Australia a menudo sufre a causa de la devastación de fuegos en el monte, con grandes pérdidas de vidas y propiedades. Estos fuegos son uno de los efectos del cambio climático. Mientras los desastres naturales en Oceanía son a menudo pequeños a escala global, tienen por otro lado un enorme impacto en las naciones más pequeñas y en las economías frágiles.
3. La Nueva Evangelización en este contexto.
El Instrumentum laboris (78) nos recuerda los tres requisitos básicos para la Nueva Evangelización:
- La capacidad de discernir... dentro de las presentes circunstancias, convencidos de que también en estos tiempos es posible anunciar el Evangelio...
- La capacidad de vivir la fe cristiana;
- Una clara y explícita relación con la Iglesia.
Estos requisitos son una llamada a la conversión en el contexto de la Nueva Evangelización en Oceanía. “Hoy es precisa una nueva evangelización, para que cada uno pueda escuchar, comprender y creer en la misericordia de Dios, destinada, en Cristo Jesús, a todos los pueblos” (EO 18).
a. “La evangelización significa que tenemos que hablar sobre los evangelizadores”. La formación, y su continuidad, de todos los involucrados en la misión evangelizadora de la iglesia debe ser nuestra prioridad. Esto significa descubrir de nuevo el don y la vocación del Bautismo, encontrar a Jesús Resucitado en las escrituras y la comunidad eclesial reunida alrededor de la Eucaristía, un renovado compromiso con la oración y la contemplación, los estudios bíblicos y la lectio divina, un servicio generoso y valiente a la comunidad eclesial y la sociedad, la defensa y promoción de la vida familiar y los valores;
b. necesitamos recuperar la tradición del Kerygma Católico, “para proclamar la palabra de Dios con valor, a tiempo y a destiempo”, recuperar la voz profética de la Iglesia, para discernir los signos de los tiempos que llaman a una Nueva Evangelización y para comprometerse proclamando y viviendo una respuesta cristiana a estos signos de los tiempos.
Recemos con las palabras de Ecclesia in Oceania para que la Iglesia en Oceanía “tenga la fuerza de seguir fielmente el camino de Jesucristo, de proclamar con valentía la verdad de Jesucristo, de vivir gozosamente la vida de Jesucristo”.

[00014-04.17] [RC005] [Texto original: inglés]

INTERVENCIONES EN EL AULA (INICIO)

Después intervinieron los siguientes Padres:

- S. Em. R. Card. Angelo SODANO, Decano del Colegio Cardenalicio (CIUDAD DEL VATICANO)
- S. E. R. Mons. Salvador PIÑEIRO GARCÍA-CALDERÓN, Arzobispo de Ayacucho, Presidente de la Conferencia Episcopal, Ordinario Militar para el Perú (PERÚ)
- S. Em. R. Card. Stanisław RYŁKO, Presidente del Pontificio Consejo para los Laicos (CIUDAD DEL VATICANO)

Publicamos a continuación el resumen de las intervenciones:

- S. Em. R. Card. Angelo SODANO, Decano del Colegio Cardenalicio (CIUDAD DEL VATICANO)

El Papa invita a esta Asamblea a profundizar un tema que afecta al corazón de nuestra misión pastoral al inicio de este Tercer Milenio cristiano. Por su parte, el Sucesor de Pedro ya ha comenzado un estudio en profundidad al respecto, como resulta evidente en numerosas intervenciones suyas. Una síntesis de estas intervenciones ya se ha publicado en la última parte del reciente volumen del Consejo Ponticio para la Promoción de la Nueva Evangelización, con el título: “Enchiridion de la nueva evangelización (Librería Editora Vaticana, 2012).
En un reciente discurso a un grupo de Obispos franceses que vinieron a Roma en visita ad limina
el Papa dijo explícitamente: “Los desafíos de una sociedad ampliamente secularizada invitan ahora a buscar una respuesta con valentía y optimismo, proponiendo con audacia e inventiva la novedad permanente del Evangelio” (L’Osservatore Romano, edición en lengua española, 30 de septiembre de 2012).
“Con valentía y optimismo”: este es el deseo que expreso también de mi parte a todos los presentes , pese a reconocer las grandes dificultades que existen en la situación actual. A veces también a nosotros nos viene la tentación que tuvieron los Apóstoles, que en el lago de Galilea le decían a Jesús por boca de Simeón: “Maestro, hemos estado bregando toda la noche y no hemos pescado nada; pero, por tu palabra, echaré las redes” (Lc 5, 5). Y vino la pesca milagrosa.
Ciertamente, la nueva evangelización a la que ahora estamos llamados no quiere ser sólo un eslogan o una técnica nueva, como sucede hoy con la llamada nueva alfabetización, cuyo objetivo es enseñar a usar los métodos de comunicación on line. Se trata, en cambio, de una evangelización nueva en el sentido que nos han indicado los últimos Romanos Pontífices, para afrontar los desafíos que la Iglesia encuentra hoy, venciendo toda forma de escepticismo y confiando en la ayuda del Señor. Por lo demás, este es un tema recurrente en la historia de la Iglesia, llamada a sacar de su arca “nova et vetera” (Mt 13, 52), cosas nueva y cosas viejas.
Es evidente que estamos frente a una empresa grandiosa, en la que participan el cielo y la tierra, una obra misteriosa por la intervención anticipada y concomitante de la gracia de Dios. La misma formulación de la segunda parte del tema de este Sínodo, es decir, la frase “para la transmisión de la fe” no parece que sea del todo adecuada, porque como sabemos muy bien, la fe no la transmitimos nosotros, al provenir de la gracia de Dios, sino que el hombre decide acoger ese don. Y precisamente para invocar dicha gracia la Iglesia siempre nos propone el apostolado de la oración acompañado del apostolado de la acción.
Por mi parte, he tratado de prepararme a esta Asamblea releyendo atentamente durante los últimos meses los Hechos de los Apóstoles. Allí ya se ve claramente que la obra evangelizadora de la Iglesia era fruto de varios factores, tanto de las palabras y las iniciativas prácticas de los Apóstoles, como de la intervención continua de la gracia de Dios, que abría los corazones a la aceptación de la Buena Nueva. Allí vemos que Pedro, después de Pentecostés, toma la iniciativa y presenta con santo ardor a Jesús de Nazaret como único Salvador (Hch 2, 14ss).
Debo confesar, sin embargo, que tras la lectura consoladora de los Hechos de los Apóstoles, me he detenido en el libro del Apocalipsis y he reflexionado de este modo sobre la realidad del mal en el mundo, al igual que sobre el misterio de la libertad del hombre, que aunque vea la luz a veces prefiere permanecer en tinieblas. Asimismo, he querido meditar sobre las páginas del Apocalipsis que nos describen la presencia devastadora del Maligno en la historia humana. Pero siempre es consolador leer en el mismo Apocalipsis como al final el poder victorioso de Cristo resplandece sobre todas las miserias humanas.
Ahora querría concluir con una llamada que siento que debo hacer, no tanto como Decano del Colegio cardenalicio, sino como Decano por ancianidad de los Obispos aquí presentes. Es una llamada a fin de que todos llevemos adelante nuestro trabajo de evangelización con gran humildad, sabiendo que no somos los primeros que trabajamos en la viña del Señor ni seremos los últimos. No somos los primeros porque otros, durante dos mil años, nos han precedido en esta labor pastoral. Tampoco somos los últimos porque vendrán otros después de nosotros que llevarán adelante esta obra, hasta el fin de la historia humana, cuando tengamos un cielo nuevo y una tierra nueva (Ap 21, 1).

[00024-04.05] [IN001] [Texto original: italiano]

- S. E. R. Mons. Salvador PIÑEIRO GARCÍA-CALDERÓN, Arzobispo de Ayacucho, Presidente de la Conferencia Episcopal, Ordinario Militar para el Perú (PERÚ)

En mi quehacer sacerdotal siempre fui párroco y descubrí que el lugar privilegiado para educar la fe, es la celebración del domingo porque los creyentes escuchamos a Jesús y celebramos el triunfo de su cruz, para vivir el mandato del Arnor. Cada semana aprendemos palabras y gestos del Maestro que hay que vivirlos en la familia, en los barrios, en los centros de trabajo y estudio.
El domingo día del Señor y de la Iglesia debemos en la jomada Eucarística, la gratitud al Padre de bondad y misericordia que nos da la vida pero sobre todo la fe de Jesucristo, de comunión con los hermanos, especialmente con los que necesitan y nos esperan porque estan envueltos en el dolor, pobreza y marginación.
Este recorrido semanal lo realizamos en el sistema pedagógico del Año litúrgico que inspirado en Jn. 16, 28, nos hace centrar la mirada en la navidad y en la pascua, preparando estos acontecimiento y celebrándolos en la alegría de la salvación.
Una debida preparación de la liturgia y de los signos celebrativos es la mejor catequesis para nuestros fieles por ello la proclamación biblica, los cantos, nos deben llevar a una participación consciente, activa y fructuosa (SC 11) que nos llena del espíritu para la misión. El altar es la cumbre y la fuente del trabajo eclesial (SC 10).
Hay que intensificar en la acción pastoral de nuestras Diócesis y parroquias los equipos litúrgicos que reflexionen, preparen y animen este lugar privilegiado de evangelización.
Si la teología se hace pastoral en la liturgia, debemos cuidar la formación en los sacerdotes y catequistas para que se profundicen sus contenidos y se promuevan metodologías para los niños y jóvenes.
Al lado de las celebraciones oficiales está la religiosidad popular, tan marcada en nuestros pueblos latinoamericanos, donde muchos fieles manifiestan sus ilusiones y quieren hacer un homenaje a Jesucristo, la Virgen María y los santos.
Gracias a la EN, el magisterio del Siervo de Dios Pablo VI nos descubre el valor de la piedad popular, por ello debemos acompañar esta búsqueda de Dios, insistiendo en las catequesis y
programaciones, para que estos eventos signifiquen en las comunidades compromisos de transformación social que contribuyan al bienestar de los más necesitados.
No podemos olvidar esta plegaria sencilla de grandes mayorías que en santuarios y fiestas patronales expresan su devoción y lamentablemente sienten poca acogida y acompañamiento.

[00025-04.05] [IN002] [Texto original: español]

- S. Em. R. Card. Stanisław RYŁKO, Presidente del Pontificio Consejo para los Laicos (CIUDAD DEL VATICANO)

En el n. 115 del Instrumento laboris leemos: “El florecimiento en estas décadas, en modo frecuentemente gratuito y carismático, de grupos y movimientos dedicados prioritariamente al anuncio del Evangelio es otro don de la Providencia en la Iglesia.”
El Magisterio de los últimos Pontífices ha confirmado en muchas circunstancias esta naturaleza providencial de la “nueva estación agregativa de los fieles laicos”, evidenciando la estrecha relación con el “renovado Pentecostés” del Concilio Vaticano II. En concreto, el Beato Juan Pablo II no ha dejado de subrayar el dinamismo misionero de los movimientos y las nuevas comunidades que “representan un verdadero don de Dios para la nueva evangelización y para la actividad misionera propiamente dicha. Recomiendo, por lo tanto, difundirlos y usarlos para volver a dar vigor, sobre todo entre los jóvenes, a la vida cristiana, a la evangelización, en un visión pluralista de los modos de asociación y expresión”. El Papa Benedicto XVI, a su vez, ha confirmado que un “instrumento providencial para un renovado impulso misionero son los movimientos eclesiales y las nuevas comunidades; acogedlos y promovedlos en vuestras diócesis”. Y en otra ocasión ha animado a los obispos a acogerlos “con mucho amor”.
Sin embargo, los movimientos y nuevas comunidades siguen siendo aún un recurso no plenamente valorizado en la Iglesia, un don del Espíritu y un tesoro de gracias aún escondidos a los ojos de muchos Pastores, quizás atemorizados por la novedad que aportan a la vida de las diócesis y de las parroquias. El Santo Padre es muy consciente de esta dificultad, por lo que exhorta a los Pastores a “no apagar los carismas, a estarles agradecidos aunque sean incómodos”. Se exige, por lo tanto, una verdadera “conversión pastoral” de los obispos y de los sacerdotes, llamados a reconocer que los movimientos son, sobre todo, un don valioso más que un problema.
El empuje misionero de las nuevas realidades, de hecho, no deriva de un entusiasmo emotivo y superficial, sino que surge de experiencias muy serias y exigentes de formación de los fieles laicos a una fe adulta, capaz de responder adecuadamente a los desafíos de la secularización. La novedad de sus acciones, por lo tanto, no hay que buscarla en sus métodos, sino en la capacidad de reafirmar la centralidad de Dios en la vida de los cristianos, una cuestión fundamental en las enseñanzas del Santo Padre Benedicto XVI. También para la tarea de la nueva evangelización es válido el antiguo adagio escolástico: operari sequitur esse, porque nuestra acción expresa siempre lo que somos. La evangelización no es sólo, y no es tanto, una cuestión de “saber hacer”, sino que es sobre todo una cuestión de “ser”, es decir, de ser cristianos verdaderos y auténticos.
Por otra parte, los métodos de evangelización que los movimientos y las nuevas comunidades adoptan son en apariencia muy distintos, verdaderamente multiformes, pero todos reconducibles a las “tres leyes de la nueva evangelización” que el entonces Cardenal Ratzinger formuló para catequistas y profesores de religión con ocasión del Jubileo del año 2000: antes que nada, la “ley de la expropiación”, es decir, no hablar en nombre propio sino en nombre de la Iglesia, manteniéndose firme en el hecho de que “evangelizar no es simplemente una forma de hablar, sino una forma de vivir”: a saber, la clara consciencia de pertenecer a Cristo y a Su Cuerpo (¡Iglesia!) que transciende el propio yo. La segunda es la “ley de la semilla de mostaza”, es decir, la valentía de evangelizar con paciencia y perseverancia, sin pretender obtener resultados inmediatos, y recordando siempre que la ley de los grandes números no es la ley del Evangelio. Es una actitud que podemos reconocer, por ejemplo, en la obra de evangelización emprendida por los movimientos y nuevas comunidades en las zonas más secularizadas de la tierra. La tercera “ley” es la del germen de trigo, que para dar la vida debe morir, debe aceptar la lógica de la cruz. En estas leyes se encierra el secreto más profundo de la eficacia del compromiso evangelizador de la Iglesia en todos los tiempos.

[00026-04.03] [IN003] [Texto original: italiano]

ERRATA CORRIGE

Las correcciones publicadas en la Errata Corrige del Boletín N° 4 han sido efectuadas directamente en los respectivos Boletines publicados en estas páginas Internet.

 
Retornar a:

- Índice Boletín Synodus Episcoporum - XIII Asamblea General Ordinaria - 2012
  [Plurilingüe, Alemán, Español, Francés, Inglés, Italiano]

- Índice Oficina de Prensa de la Santa Sede
  [Alemán, Español, Francés, Inglés, Italiano, Portugués]

 

top