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CONSEJO PONTIFICIO  PARA LOS LAICOS

NOTICIARIO 10/2004

 

 


 


El Presidente a los Lectores

Queridos Lectores:

Entre las actividades que han ocupado a nuestro Consejo en los últimos meses, y de las cuales les daremos información en este número, se cuentan dos acontecimientos que quiero señalar especialmente a su atención por el significado especial que tienen: la vigésimo primera Asamblea plenaria y el Encuentro internacional de preparación a la Jornada Mundial de la Juventud 2005.

Extraordinaria experiencia de comunión eclesial y de la catolicidad de una Iglesia preocupada por los hombres de nuestro tiempo, dondequiera que vivan, la Asamblea plenaria tuvo lugar del 25 al 28 de noviembre, 2004, con la participación de los Miembros y Consultores del Dicasterio: cardenales, obispos, sacerdotes y fieles laicos de distintos países, reunidos por el mismo amor a la Iglesia y por el mismo deseo de ponerse al servicio de su misión en el mundo.

La reflexión sobre el tema «Volver a descubrir el verdadero rostro de la parroquia» puso de relieve toda la importancia que tiene la comunidad —verdadera exigencia teológica para el cristiano— en la vida de los bautizados. Porque ser cristianos es un hecho esencialmente comunitario. Nos lo recuerda el mismo Concilio Ecuménico Vaticano II en la Constitución dogmática sobre la Iglesia Lumen gentium, al afirmar: «Fue voluntad de Dios el santificar y salvar a los hombres, no aisladamente, sin conexión alguna de unos con otros, sino constituyendo un pueblo, que le confesara en verdad y le sirviera santamente» (n. 9). En el mundo secularizado y masificado de hoy, que genera soledad y aislamiento, es, pues, más que urgente volver a proponer y a evaluar el papel de las comunidades cristianas como lugares privilegiados de coparticipación de la fe y de crecimiento en la fe, y como lugares de una sólida experiencia de pertenencia a la Iglesia. Sin el apoyo de una comunidad viva, el cristiano corre fácilmente el peligro de perder el significado de su propia identidad de miembro del pueblo de Dios. La función insustituible que sigue teniendo la parroquia en la vida de la Iglesia exige, sin embargo, en nuestro tiempo, una renovación que le devuelva su plena dimensión misionera y comunitaria. Una renovación que vaya mucho más allá del nivel meramente estructural o pragmático, dejando a un lado la ilusión de poder planificar alrededor de una mesa y mediante fórmulas mágicas las soluciones para cada problema. No sin razón, en las distintas ponencias que se escucharon durante los trabajos, se repitió la palabra « conversión», subrayando cómo todo verdadero cambio se realiza sólo si pasa a través de las personas. La renovación de la parroquia pasa, por tanto, a través de un proceso pedagógico, constante y exigente, de iniciación cristiana, que debe ayudar a los mismos bautizados a recuperar el significado del propio Bautismo y a vivir la vocación y misión que de él se desprenden en el mundo postmoderno, y bajo algunos aspectos postcristiano, de nuestros días.

Momento determinante de la Asamblea plenaria fue, como siempre, el encuentro con Juan Pablo II; en el discurso que dirigió a los participantes, a quienes recibió en audiencia el 25 de noviembre, les indicó en la Eucaristía la fuente, el camino y el método de toda renovación en la vida de la Iglesia y, por consiguiente, de la renovación de la parroquia, «comunidad de bautizados que expresan su propia identidad sobre todo a través de la celebración del Sacrificio eucarístico». «La Eucaristía — afirmó el Papa— es el corazón palpitante de la parroquia, fuente de su misión y presencia que continuamente la renueva». La reflexión que se llevó a cabo, y el debate que se abrió para trazar un panorama lo más amplio posible de la situación de la parroquia en la Iglesia universal, continuarán en la próxima Plenaria del Dicasterio, en la que se estudiarán varios proyectos de renovación actualmente en vías de realización en varias Iglesias locales, además de la aportación que las asociaciones y movimientos eclesiales pueden dar a las comunidades parroquiales.

El Encuentro internacional, que se celebró del 6 al 9 de enero, 2005, en Bensberg, antiguo seminario de la arquidiócesis de Colonia (Alemania), inició la última fase de preparación de la XX Jornada Mundial de la Juventud que se celebrará en el mes de agosto. Junto a los representantes de las Conferencias episcopales y a los responsables de la pastoral juvenil de unos 70 países de todos los continentes, tomaron parte también los delegados de 40 asociaciones internacionales de fieles, movimientos eclesiales y comunidades de jóvenes. El Encuentro sirvió para confirmar, una vez más, que en muchos países la participación en los encuentros mundiales de los jóvenes con el Papa y la preparación que les antecede han llegado a ser un elemento natural de la pastoral juvenil ordinaria. Un signo bastante positivo y alentador, porque las JMJ no son un fin por sí mismas: se proponen, precisamente, dar impulso al trabajo pastoral con los jóvenes a nivel diocesano y parroquial. De hecho, estas citas con el Sucesor de Pedro han contribuido enormemente al crecimiento de una nueva generación de jóvenes, esa « generación de Juan Pablo II» que ha descubierto a Cristo como Señor y Maestro que se debe seguir; que ha encontrado en el Evangelio un programa de vida fascinante, en la Iglesia una familia acogedora y en el Papa un amigo y un guía seguro en quien confiar. Y han contribuido a formar una nueva generación de agentes de pastoral juvenil, que ven en toda JMJ una oportunidad que no se debe perder, y en el método propuesto por el Papa un instrumento de evangelización del planeta de los jóvenes que tiene una extraordinaria eficacia. Para ellos —más que para cualquier otro— que viven en estrecho contacto con los jóvenes, la JMJ constituye una invitación a hacer un profundo reexamen personal, un desafío a las propias costumbres y a una rutina que corren el riesgo de apagar la creatividad, un estímulo formidable para volver a hallar la dimensión profética del trabajo pastoral con los jóvenes. Toda JMJ, en efecto, es la expresión de una profunda necesidad que los jóvenes llevan en sus corazones: la necesidad de encontrar guías seguros y auténticos, y maestros de fe y de vida convincentes. Al instituir la Jornada Mundial de la Juventud, el Santo Padre no hizo sino captar y acoger esta necesidad. A los veinte años del comienzo de esta extraordinaria aventura espiritual en la que, en el transcurso de los años, han participado millones de jóvenes cristianos del mundo entero, vale la pena recordar las palabras con las cuales, el 20 de diciembre de 1985, Juan Pablo II trazaba su programa y su objetivo: «Todos los jóvenes deben sentirse atendidos por la Iglesia: para ello, toda la Iglesia, en unión con el Sucesor de Pedro, ha de sentirse cada vez más comprometida, a nivel mundial, en favor de la juventud, de sus ansias y afanes, de sus aperturas y esperanzas, para corresponder a sus expectativas, comunicando la certeza que es Cristo, la Verdad que es Cristo, el amor que es Cristo, mediante una formación apropiada, que es forma necesaria y actualizada de evangelización».

Al solicitar sus oraciones por el Santo Padre y por todos los jóvenes que participarán en la JMJ 2005, los saludo cordialmente.

 

Volver a descubrir el verdadero rostro de la parroquia

La XXI Asamblea plenaria sobre el tema «Volver a descubrir el verdadero rostro de la parroquia » se celebró en Roma, en los días 24-28 de noviembre, 2004, con la participación de los Miembros y Consultores del Dicasterio: cardenales, obispos, sacerdotes y fieles laicos de distintos países de todos los continentes. El tema de la parroquia fue la culminación lógica de la reflexión sobre los sacramentos de la iniciación cristiana, realizada en las tres Plenarias anteriores. La parroquia, en efecto, es el lugar « natural » de dicha iniciación, ya sea por lo que se refiere a la administración de los sacramentos del Bautismo, la Eucaristía y la Confirmación, como por lo que atañe a la catequesis mistagógica que introduce al cristiano en la plenitud de vida del discípulo de Cristo. Determinante para el desarrollo de los trabajos fue el discurso que Juan Pablo II dirigió a los participantes al comenzar la Asamblea y en el que recordó que el corazón palpitante de la parroquia, fuente de su misión y presencia que la renueva continuamente, es la Eucaristía, camino y método de toda renovación en la vida de la Iglesia. Los trabajos, acompañados por la oración común y las celebraciones litúrgicas cotidianas, inaugurados por S.E. Mons. Stanisław Ryłko, se articularon en tres sesiones.

Durante el primer día, después de la ponencia del Prof. Guzmán Carriquiry sobre «Cuestiones cruciales en la situación actual del laicado», hablaron Mons. Sergio Lanza sobre « La parroquia en un mundo que cambia: los desafíos socio-culturales y religiosos»; el Rvdo. Prof. Denis Biju-Duval, sobre « El misterio de la Iglesia presente y operante en la parroquia », y el Rvdo. Prof. Antonio S. Sánchez-Gil, sobre «La institución parroquial: una perspectiva histórico-jurídico-pastoral». Siguieron un debate y una mesa redonda sobre la parroquia en la vida de los fieles laicos, en los varios contextos regionales.

El segundo día, el tema fue profundizado con las ponencias «Construir juntos la comunidad parroquial: consejos, ministerios, oficios, servicios y otras formas de colaboración, y corresponsabilidad de los laicos», del Rvdo. Prof. Libero Gerosa; y «La parroquia como “una comunidad de comunidades”», del Rvdo. Prof. Arturo Cattaneo. Un debate, una mesa redonda y los grupos de trabajo ilustraron después las experiencias y tareas de las asociaciones, movimientos y nuevas comunidades en la parroquia.

El tercer día estuvo dedicado a un intercambio de ideas sobre los programas futuros del Dicasterio, presentados por S.E. Mons. Josef Clemens, y a una reflexión sobre la aportación del Consejo a la XI Asamblea general ordinaria del Sínodo de los Obispos sobre el tema «Eucaristía, fuente y cima de la vida y la misión de la Iglesia ».

Como puso de relieve S.E. Mons. Stanisław Ryłko en sus palabras de clausura, la reflexión sobre la parroquia dio la posibilidad de constatar que es una especie de microcosmos en el que se concentran, se entretejen y se manifiestan los grandes problemas del hombre, del mundo y de la Iglesia de nuestros días; entre los mayores, el predominio de una cultura que promueve actitudes sumamente individualistas, en un proceso de masificación que aplasta y aísla a las personas, induciéndolas a relegar lo religioso en la esfera de la vida estrictamente privada. Pero la fe no se vive aisladamente, porque se debilita el sentido de la propia pertenencia eclesial, generando identidades cristianas frágiles y confusas. En nuestro mundo secularizado y masificado, es urgente, pues, valorar nuevamente el papel de las comunidades cristianas como lugares por excelencia de coparticipación de la fe y de crecimiento en la fe, sin los cuales el cristiano corre el peligro de perder el significado de la propia identidad de miembro del pueblo de Dios. Estructura fundamental de la pastoral de la Iglesia y ámbito privilegiado de la misión de los cristianos, la parroquia necesita, hoy, ser fortalecida y renovada. Una renovación que se realizará sólo a través de las personas. No sin razón, en las distintas ponencias se repitió la palabra «conversión». Sólo unos cristianos nuevos y auténticos pueden renovar el rostro de la Iglesia. Es urgente, pues, volver a proponer, en la Iglesia actual, nuevos caminos de iniciación cristiana también para los bautizados. Debería ser ésta, esencialmente, la prioridad de todo programa pastoral, tanto a nivel diocesano como parroquial. Es preciso comenzar desde el principio, partir del anuncio del kerigma, como en los Hechos de los Apóstoles. Redescubrir el nuevo rostro de la parroquia quiere decir, ante todo, hacer descubrir nuevamente a los fieles laicos el significado del Bautismo y el papel de la comunidad cristiana. Se debe ver, desde esta perspectiva, el papel de las asociaciones laicales, de los movimientos eclesiales y de las nuevas comunidades en la parroquia, que pueden contribuir en gran medida a su renovación como lugares de formación de personalidades cristianas maduras y firmes en la fe. La reflexión sobre la parroquia, comenzada por la XXI Asamblea plenaria, durante la cual se trató de trazar el panorama más amplio posible de la situación actual, continuará en la próxima Plenaria con el estudio de los distintos proyectos, en vías de realización, en varias Iglesias locales, que se proponen devolver a la parroquia su plena dimensión misionera y comunitaria.

 

Asociaciones Internacionales de fieles. Repertorio

«En estos últimos tiempos, el fenómeno asociativo laical se ha caracterizado por una particular variedad y vivacidad. La asociación de los fieles ha representado siempre una línea en cierto modo constante en la historia de la Iglesia, como lo testifican, hasta nuestros días, las varias confraternidades, las terceras órdenes y los diversos sodalicios. Sin embargo, en los tiempos modernos este fenómeno ha experimentado un singular impulso, y se han visto nacer y difundirse múltiples formas agregativas: asociaciones, grupos, comunidades, movimientos. Podemos hablar de una nueva época asociativa de los fieles laicos. En efecto, “junto al asociacionismo tradicional, y a veces desde sus mismas raíces, han germinado movimientos y asociaciones nuevas, con fisonomías y finalidades específicas. Tanta es la riqueza y versatilidad de los recursos que el Espíritu alimenta en el tejido eclesial; y tanta es la capacidad de iniciativa y la generosidad de nuestro laicado”» (Christifideles laici, n. 29).

El volumen «Asociaciones internacionales de fieles. Repertorio» tiene su origen en la invitación que Juan Pablo II, en el n. 31 de la Christifideles laici, hace al Consejo Pontificio para los Laicos, a que prepare «un elenco de las asociaciones que tienen la aprobación oficial de la Santa Sede». El Dicasterio, teniendo en cuenta la riqueza de los carismas, de las finalidades y de las formas que caracterizan la vida asociativa de los laicos en la Iglesia, hoy, ha decidido, para responder al deseo del Papa, publicar un Repertorio de las asociaciones internacionales de fieles que presente un cuadro —completo y actualizado, en la medida de lo posible— del fenómeno agregativo en el amplio y variado mundo del asociacionismo católico.

El proyecto comienza en abril del 2000, cuando el Dicasterio envía un formulario a las asociaciones internacionales de fieles que están en contacto con él, para que compilen una ficha de información sobre su propia asociación. Después de reunir las fichas enviadas por las asociaciones, que respondieron a la solicitud con distintas modalidades y tiempos, siguió la fase de una difícil obra de redacción, necesaria no sólo para colocar de modo homogéneo las informaciones recibidas, sino también para aclarar, precisar y completar los datos aportados. Se prestó particular atención a la descripción de los carismas que dieron origen a las distintas realidades eclesiales presentes en el Repertorio, así como a la salvaguardia de los conceptos y palabras clave que caracterizan cada experiencia.

El Repertorio, en el que figuran 123 asociaciones de fieles y cuya redacción estuvo a cargo del Dr. Roberto Ragusa y de la Sra. Anna Maria Federici, es la primera publicación del Consejo Pontificio para los Laicos que presenta de manera tan amplia y sistemática las formas agregativas del laicado católico contemporáneo, que van desde las más tradicionales hasta las más recientes de los movimientos eclesiales y de las nuevas comunidades. Leyendo las 300 —y algo más— páginas del volumen, se puede ver cuán articulado, complejo y creativo es el fenómeno que se describe: es posible llegar a millones de personas, en todos los países del mundo; son muy numerosos los campos de compromiso y de acción, incluso importantes obras de asistencia, de educación, culturales y sociales.

Teniendo en cuenta la variedad de las formas asociativas y los perfiles jurídico-estatutarios, es oportuno aclarar que en el libro aparecen asociaciones cuya difusión es internacional – que se distinguen de los institutos de vida consagrada y de las sociedades de vida apostólica – y en las que « los fieles, clérigos o laicos, o clérigos junto con los laicos, trabajando unidos, buscan fomentar una vida más perfecta, promover el culto público, o la doctrina cristiana, o realizar otras actividades de apostolado, a saber, iniciativas para la evangelización, el ejercicio de obras de piedad o caridad y la animación con espíritu cristiano del orden temporal » (Código de Derecho Canónico, can. 298, §1). Figuran, igualmente, asociaciones internacionales con una particular vocación ecuménica y/o interreligiosa, en las que prevalece el elemento católico. No aparecen, en cambio, las asociaciones que, incluso estando en contacto con el Consejo Pontificio para los Laicos, dependen jurídicamente de otros dicasterios de la Curia romana (como la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica, la Congregación para el Clero y la Congregación para la Evangelización de los Pueblos) y las formas agregativas que trabajan exclusivamente en el ámbito diocesano o nacional.

A cada asociación corresponde una ficha en la que figuran la denominación oficial, la eventual denominación corriente y sigla (junto a la que aparece, si es el caso, la denominación oficial en el idioma original), el año de fundación, la historia, la identidad, la estructura, la difusión, las obras, las publicaciones, la ubicación en Internet, la dirección de la sede central, el emblema. En las fichas se han eliminado las voces a las que no han respondido los interesados. Las fichas están en orden alfabético, según la versión italiana de las denominaciones oficiales, salvo raros casos en los que la traducción italiana hubiera resultado forzosa. El repertorio será traducido al inglés, al español y al francés. Además, para que siga el paso del dinamismo del fenómeno asociativo, se pondrá al día periódicamente.

El volumen está destinado a los pastores de la Iglesia: se les ofrece como instrumento para adquirir informaciones útiles, para que tengan un panorama de las distintas formas agregativas laicales y como ayuda práctica para el ejercicio de su ministerio. A las asociaciones de fieles, como estímulo para que haya un conocimiento recíproco más profundo, dentro de un espíritu de comunión eclesial. A todos los que quieren, de alguna manera, acercarse al mundo del asociacionismo católico y profundizar sus conocimientos al respecto.

El Consejo Pontificio para los Laicos confía en que esta publicación contribuya a dar a conocer mejor las «diversas realidades de asociación, que […] siguen dando a la Iglesia una viveza que es don de Dios» (Novo millennio ineunte, n. 46).

 

Los primeros pasos de la sección «Iglesia y Deporte»

La noticia de la creación, en nuestro Dicasterio, de una nueva sección «Iglesia y Deporte», se difundió poco antes de la inauguración de los Juegos Olímpicos de Atenas en 2004, despertando un vivo interés en todo el mundo. Desde entonces, recibimos casi diariamente reacciones muy positivas y animadoras, tanto por parte de los medios de información como de las personas, individualmente, y de las asociaciones pertenecientes o no pertenecientes a la Iglesia. La nueva Sección fue presentada con ocasión de la XXI Asamblea plenaria de nuestro Dicasterio. Muchos Miembros y Consultores dieron sus opiniones y ofrecieron sugerencias; las estamos teniendo muy en cuenta.

En esta fase inicial, la sección « Iglesia y Deporte » está recogiendo y elaborando los datos proporcionados por varias Conferencias Episcopales de todo el mundo, siguiendo un cuestionario sobre la situación de la pastoral deportiva en los respectivos países que les fue presentado a su debido tiempo. Dichas informaciones ayudarán ciertamente a establecer objetivos a largo plazo.

Además, siempre con el objeto de adquirir conocimientos y profundizar en las reflexiones sobre la relación entre la Iglesia y el mundo del deporte, nuestro Dicasterio ha pensado en organizar un Seminario de estudio, en Roma, en el próximo otoño. El Seminario tendrá que dar una visión panorámica de las distintas problemáticas del mundo del deporte que pueden interesar de alguna manera a la nueva Sección.

Ante todo, se piensa tener en cuenta el tema del deporte en el Magisterio de la Iglesia, examinando las intervenciones de los últimos Pontífices, especialmente los discursos de Juan Pablo II. El objeto de la reflexión es delinear los rasgos fundamentales de una visión cristiana del deporte.

En segundo lugar, se quieren contemplar algunas de las cuestiones éticas más importantes, en particular la excesiva comercialización de los deportes profesionales, que tiende a menoscabar la verdadera imagen del deporte, generando graves desviaciones como el dopaje y la violencia en los estadios. El análisis nos permitirá establecer un estudio sistemático y profundo de estos fenómenos, gracias a las aportaciones de expertos del sector. En fin, el Seminario se propone estudiar el papel de formación que tiene el deporte en la pastoral juvenil, afrontando preguntas concretas como «¿Cuáles son los medios más apropiados que ofrece el deporte para llegar hasta los jóvenes? » «¿De qué manera puede presentarse el deporte para formar a la virtud?» «¿Cuáles son las iniciativas que se han revelado más eficaces?» «¿Cómo apoyar y promover un testimonio cristiano en el mundo del deporte profesional?»

En esos días se reunirán sacerdotes, religiosos y laicos comprometidos en la pastoral del deporte con representantes de varias asociaciones católicas vinculadas a ese mundo; confiamos no sólo en descubrir los elementos esenciales para nuestro proyecto, sino también en que todos los que están comprometidos en la pastoral juvenil a través de la práctica deportiva puedan hallar apoyo y estímulo. El Seminario será también una oportunidad privilegiada para que surjan nuevas iniciativas que puedan contribuir activamente a la evangelización del mundo del deporte.

 

Redescubrir la Eucaristía

En noviembre de 2004, el Consejo Pontificio para los Laicos publicó en un volumen titulado «Redescubrir la Eucaristía» las Actas de la XX Asamblea plenaria, celebrada dos años antes. Pocos días después, del 24 al 28 del mismo mes, se celebraba la XXI Asamblea plenaria de nuestro Dicasterio sobre el tema «Volver a descubrir el nuevo rostro de la parroquia». Mientras tanto, en el mes de octubre, con el Congreso Eucarístico de Guadalajara, se había inaugurado el Año de la Eucaristía, por deseo del Santo Padre, como « consecuencia natural de la dirección pastoral» que él mismo había imprimido a la Iglesia universal, « especialmente a partir de los años preparatorios del Jubileo », hasta el momento (cf. Mane nobiscum Domine, 4). Estos acontecimientos, que pueden parecer desvinculados si se observan con una mirada superficial, están, en cambio, estrechamente unidos, si se leen enfocando el centro mismo del magisterio pontificio que se está desarrollando con rectitud y coherencia, respondiendo admirablemente a las necesidades de la Iglesia y del mundo entero.

Es bueno recordar, ante todo, que el libro sobre la Eucaristía no se debe considerar como una aportación aislada ni siquiera en el contexto del trabajo de nuestro Dicasterio, sino que constituye el punto culminante de un camino de reflexión y de propuesta comenzado con la Asamblea plenaria de 1997, sobre el Bautismo, y continuado con la Asamblea plenaria de 1999, sobre la Confirmación. En el transcurso del quinquenio que coincidió con la celebración del Gran Jubileo del 2000, pudimos profundizar, pues, el significado de los sacramentos de la iniciación cristiana. La elección de este tema nace de la naturaleza misma de las tareas del Consejo Pontificio para los Laicos, llamado a colaborar con el « Sucesor de Pedro, en su ministerio pastoral, para prestar servicio a la realidad amplia y diversificada del laicado católico », como nos dijo el Santo Padre con ocasión de la Asamblea sobre el Bautismo.

La recta comprensión de los sacramentos de la iniciación cristiana, es decir, su unidad y el camino de formación que suponen, constituye una parte importante del magisterio católico, a partir de las propuestas del Concilio (cf. p. ej., Sacrosanctum Concilium, 64). El Santo Padre, durante todo su pontificado, ha subrayado la importancia de la formación cristiana, volviendo a descubrir las potencialidades que encierra un camino correcto a los sacramentos de la iniciación como respuesta adecuada a los problemas que caracterizan la vida de muchos fieles laicos de nuestro tiempo (cf. en especial, Catechesi Tradendae, 28 y Christifideles laici, 61; cf. también el Directorio general para la catequesis, de la Congregación para el Clero). En efecto, lo que más impresiona de las dificultades que encuentran los cristianos, hoy, es la crisis de identidad ante los modelos de cultura dominantes, que se traduce en una evidente ruptura entre la pertenencia religiosa y las opciones de vida, dictadas con demasiada frecuencia por una actitud moral relativista que nace de una profesión de fe subjetiva y ambigua; por otra parte, las circunstancias actuales exigirían, precisamente, un testimonio claro, para el bien mismo de la persona y de toda la comunidad humana. Los males que de esto se derivan son tan evidentes, que parece superfluo enumerarlos; es suficiente recordar la crisis de la familia, que trae consecuencias perversas en cadena para los individuos y para la sociedad.

El eclipse de la cristiandad, entendida como ambiente social formativo por sí mismo, por lo menos para el Occidente, inspiró a los padres conciliares la búsqueda de nuevos caminos de evangelización, nuevos instrumentos para forjar la identidad y la conciencia del cristiano del tercer milenio, y esa búsqueda ha desembocado, precisamente, en el redescubrimiento del valor del camino de iniciación cristiana. La antigua praxis de la Iglesia, denominada catecumenado, responde perfectamente, en sus líneas fundamentales, a las nuevas exigencias de vivir el cristianismo en un mundo siempre más secularizado; la fe católica, recibida y madurada a través de la escucha obediente a la Palabra de Dios, se realiza de modo cabal mediante opciones existenciales concretas, a menudo necesariamente de ruptura con la cultura dominante; la constitución de realidades comunitarias concretas, donde se aprende a compartir la auténtica amistad cristiana con un espíritu de comunión, y la participación en ellas, es el fruto principal de los sacramentos de la iniciación, en particular de la Eucaristía (cf. Ecclesia de Eucharistia, especialmente los nn. 38-46); la pertenencia explícita a la comunidad cristiana ayuda a superar no sólo las debilidades y las contradicciones personales, sino sobre todo el individualismo reinante, hoy, que tiende a limitar la opción religiosa únicamente a la dimensión intimista y subjetiva.

La publicación «Redescubrir la Eucaristía» se debe colocar, pues, dentro de esta perspectiva: la Eucaristía como punto culminante de la formación cristiana y, al mismo tiempo, fuente de vida de los hijos de Dios, capaces de estar presentes en este mundo sin confundirse con él. Las aportaciones reunidas en el volumen van desde las consideraciones históricas —pasando por la propuesta de directrices pastorales que ayuden concretamente a la catequesis de las Iglesias particulares y de la misma familia cristiana, iglesia doméstica, llamada a ser el primer anillo de la cadena de la transmisión de la fe— hasta subrayar el carácter central del domingo como día de celebración del misterio cristiano, siguiendo el magisterio pontificio expresado en la Carta apostólica Dies Domini.

La Eucaristía, correctamente celebrada y adorada, trasciende, pues, una actitud gazmoña y devota meramente formal; en ella, por el contrario, Cristo mismo acompaña la vida de la Iglesia y de todo discípulo (cf. Mane nobiscum Domine, 2). En la relación con su Señor, el fiel laico puede descubrir la verdadera « senda de la vida, el gozo en su presencia y la felicidad eterna a su derecha» (Sal 16,11). Juan Pablo II ha indicado en la Encíclica Ecclesia de Eucharistia las coordenadas fundamentales para la renovación de la vida cristiana en la relación con Cristo-Eucaristía, y ha inaugurado el Año de la Eucaristía precisamente para que la doctrina eucarística pueda encarnarse en la vida de la Iglesia universal. El ciclo de las Asambleas plenarias sobre los sacramentos de la iniciación ha sido nuestra aportación a la renovación promovida por el Santo Padre.

La conclusión del ciclo sobre los sacramentos de la iniciación no debe hacer pensar que nuestro discurso ha terminado; más bien, estimula a una ulterior reflexión sobre el lugar que ocupa, realmente, la iniciación, en las estructuras de la Iglesia. Por eso se ha resuelto concentrar la atención del Consejo Pontificio para los Laicos en la parroquia, que sigue siendo el camino más cercano a las casas de los hombres para llegar a la fe y, por tanto, el lugar natural para el itinerario de formación cristiana. El Papa mismo, al clausurar la Asamblea sobre la Eucaristía, había indicado que la reflexión sobre la parroquia era el resultado natural del redescubrimiento del valor de la iniciación cristiana: «La reflexión sobre los sacramentos de la iniciación cristiana lleva naturalmente la atención hacia la parroquia, comunidad en la que se celebran estos grandes misterios. La comunidad parroquial es el corazón de la vida litúrgica; es el lugar privilegiado de la catequesis y de la iniciación en la fe. En la parroquia se desarrolla el itinerario de la iniciación y de la formación de todos los cristianos. ¡Cómo es de importante redescubrir el valor y la importancia de la parroquia, como lugar en el que se transmiten los contenidos de la tradición católica!». La XXI Asamblea plenaria, según las indicaciones del Santo Padre, ha puesto las bases para un trabajo progresivo sobre la aportación de los fieles laicos a la renovación de la parroquia, que está llamada, cada vez más, a valorizar los dones eclesiales que el Espíritu Santo ha suscitado entre los fieles laicos en las últimas décadas. En efecto, muchos elementos propios del itinerario de iniciación cristiana, que culmina en la Eucaristía, están ya sorprendentemente presentes y, además de vivirse en las formas tradicionales del asociacionismo católico, se viven también en numerosos movimientos eclesiales y en las nuevas comunidades, por las cuales el Consejo Pontificio para los Laicos se ha preocupado mucho. En ellos, el problema de la identidad cristiana se resuelve con el fuerte sentido de pertenencia eclesial, que nace de un auténtico redescubrimiento de la fe. Las modalidades de transmisión de esta gracia a todos los fieles, a través del medio al cual se accede más fácilmente, que es la parroquia, es una tarea que se plantea, hoy, con urgencia, a la reflexión de nuestro Dicasterio y de toda la Iglesia.

 

El Encuentro internacional de Bensberg en preparación a la JMJ 2005

El segundo Encuentro internacional de preparación a la JMJ tuvo lugar en la Kardinal Schulte-Haus de Bensberg, antiguo seminario de la diócesis de Colonia y hoy cómoda casa de acogida y de reuniones. El Encuentro, celebrado del 6 al 9 de enero, 2005, contó con la participación de más de 250 representantes de las Conferencias episcopales de todo el mundo —las naciones representadas eran unas 70— de los movimientos, asociaciones y comunidades eclesiales y de las diócesis alemanas, en gran parte agentes de pastoral juvenil. Presidían el Encuentro S.E. Mons. Stanisław Ryłko, Presidente del Consejo Pontificio para los Laicos; S.Em. el Card. Joachim Meisner, Arzobispo de Colonia, y S.Em. el Card. Karl Lehmann, Presidente de la Conferencia episcopal alemana. Muchos eran los temas en el Orden del día, desde la preparación espiritual hasta la logística.

Se dio la prioridad, naturalmente, al camino espiritual, a la oración, a los contenidos profundos; el Santo Padre desea que éstos sean el núcleo del encuentro con los jóvenes. En su saludo de apertura, S.E. Mons. Ryłko manifestó gran esperanza para la JMJ, pues «de una Iglesia joven puede salir un nuevo impulso en la sociedad»; dirigiéndose a los participantes, comentó: «Vuestra presencia es el signo de que las Jornadas Mundiales de la Juventud han entrado en lo más profundo de la pastoral juvenil en todo el mundo y son un elemento vital de ella. Las Jornadas Mundiales de la Juventud, en efecto, no están finalizadas a sí mismas; están vinculadas a la pastoral ordinaria de las diócesis y de las parroquias». Mons. Heiner Koch, Secretario general de la Oficina alemana de la JMJ 2005, subrayó, por su parte, la importancia de la fe, que es « la gran alternativa de vida en la época de la prisa ». En su ponencia sobre el tema «El camino espiritual hacia la JMJ de Colonia», Mons. Koch comenzó constatando que « la búsqueda de Dios es la búsqueda por excelencia del hombre y de la humanidad». «Muchos dicen: “¡No veo a ningún Dios! ” —explicó el prelado— pero tras esta declaración se pueden expresar muchos comportamientos de los hombres frente a Dios. Por eso las primeras palabras del tema de la Jornada Mundial de la Juventud 2005 en Colonia tienen para nosotros un significado particularmente profundo: “Hemos venido”. Por consiguiente, durante la Jornada Mundial de la Juventud queremos recibir el aliento de Dios y de su Mensaje, ir hacia Él ». «Durante la Jornada Mundial de la Juventud —terminó Mons. Koch— en todo el mundo las personas, no por últimas las que dicen “ no veo a ningún Dios ”, podrán ver a miles de jóvenes que se postrarán, adorarán y proclamarán con los tres Reyes Magos llegados de Oriente: “Hemos venido a adorarle ” (Mt 2,2). La Jornada Mundial de la Juventud 2005 en Colonia tendrá que ser un encuentro de peregrinos y de adoración; serán éstos sus dos polos espirituales». Don Ulrich Hennes, Secretario adjunto de la Oficina alemana de la JMJ 2005, presentó luego la versión internacional del himno oficial de la XX Jornada Mundial de la Juventud, del compositor Gregor Linßen, de Neuss. En la tarde, los participantes fueron recibidos por el alcalde Fritz Schramma en el Palacio Municipal de Colonia. En su saludo de bienvenida, el alcalde de Colonia subrayó cómo «El hecho de que se celebre precisamente en Colonia la Jornada Mundial de la Juventud 2005 no es algo casual. Ha contribuido, de manera considerable, la presencia de las reliquias de los Reyes Magos».

El día de trabajo terminó con la santa misa en la catedral, presidida por S.E. Mons. Stanisław Ryłko, quien tomó, para la homilía, un versículo de Isaías: « Levántate y brilla, Jerusalén, que llega tu luz » (Is 60,1). «En su largo viaje, los Magos se dejaron guiar por la estrella. En nuestra vida, Dios habla de distintas maneras. Nos habla a través de los signos: en su Palabra, que leemos y observamos; en los sacramentos, en los momentos de oración, pero también a través de las personas con quienes nos encontramos; a través de los eventos y experiencias que se nos presentan en la vida». Mons. Ryłko subrayó luego: «La celebración de la fiesta de la manifestación del Señor tiene, este año, y aquí en la catedral de Colonia, un carácter muy especial, porque abre la última y decisiva etapa de preparación del camino hacia la próxima Jornada Mundial de la Juventud. La Iglesia de Colonia se prepara para acoger a la gran multitud de jóvenes procedentes de todo el mundo que, en agosto, responderán a la llamada de Juan Pablo II». Palabras profundas también las de S.E. Mons. Franz-Josef Bode, obispo de Osnabrück y Presidente de la Comisión para la juventud de la Conferencia episcopal alemana, quien celebró la santa misa de apertura del segundo día de trabajo: «El que se acerca a Dios no puede quedarse como es, debe seguir adelante por otro camino, o regresar a su país. Como los Reyes Magos (cf. Mt 2), debe dejarse transformar en su manera de pensar, sentir y actuar».

El programa de los trabajos, bastante intenso, destacó distintos aspectos de la Jornada Mundial de la Juventud y permitió así que los participantes captaran las distintas facetas del acontecimiento: desde las catequesis (ponencias de S.E. Mons. Stanisław Ryłko y de Don Ulrich Hennes), hasta la organización logística general (Hermann-Josef Johanns, Director ejecutivo de la Oficina alemana de la JMJ 2005); desde el Festival de la Juventud, hasta las Jornadas de encuentro en las diócesis alemanas (Don Georg Austen); desde la liturgia (Don Ulrich Hennes), hasta la organización de los voluntarios (Christoph Wild, responsable del sector correspondiente). Dirigieron el debate Mons. Heiner Koch y Mons. Francis Kohn, responsable de la Sección Jóvenes del Consejo Pontificio para los Laicos. Entre los momentos principales, la ponencia del arzobispo de Colonia, Cardenal Joachim Meisner, quien explicó, en la mañana —en su reflexión sobre el tema de la XX Jornada Mundial de la Juventud « Hemos venido a adorarle»Â— el significado de la Adoración. «Es muy bueno que los jóvenes vengan aquí a celebrar la Jornada Mundial de la Juventud, para que aprendan de los Reyes Magos a postrarse delante de Cristo y adorarlo», dijo el cardenal Meisner. «Cuando Dios se acerca, llama a una decisión. Los Magos parten, siguen la estrella y siguen buscando a Jesús hasta que Lo encuentran ». «El primer deber hacia Dios consiste en reconocerlo por lo que es —como Dios, es decir, infinito, eterno, inaprensible— y reconocer que nos anonada. Un hombre de rodillas delante de Dios es algo grande. Quien adora está en lo justo, tiene el sentido de las proporciones y medidas de la realidad. Admite que no es nada y que Dios es todo. Esta es la pura verdad y justicia. La Adoración —exclamó el cardenal— es el comienzo de toda verdadera oración. Cuando el hombre no se arrodilla para adorar, no llega a la altura de la mirada de Dios, desaparece de su vista: el sol se oculta, se acerca el gran frío interior (…). Si el hombre, en cambio, se pone de rodillas en Adoración, es ennoblecido y sube de nivel. El dominio de Dios no oprime: levanta a los humildes. Toda persona que puede dirigirse a Dios 'tuteándolo', debe admitir: “ Ha hecho en mí grandes cosas el Poderoso ” (Lc 1,49) ». Por la tarde, S.E. Mons. Josef Clemens, Secretario del Consejo Pontificio para los Laicos, presidió las Vísperas. Comentando la lectura breve de la Segunda carta de Pedro (1, 3-4), subrayó cómo ella recuerda «los grandes dones que hemos recibido con el llamamiento de Dios» y cómo «ellos abren a promesas aún más grandes». «Esta certeza constituye la base y el punto de referencia para todo nuestro vigor en la fe y en nuestra vida», agregó.

Durante el tercer día de los trabajos, se siguió discutiendo sobre algunos aspectos importantes del Encuentro mundial de los jóvenes con el Papa, partiendo del significado de la JMJ para Alemania (ponencia de S.Em. el Card. Karl Lehmann), hasta llegar a los temas de la comunicación (Matthias Kopp, responsable del sector) y a la descripción de los lugares donde se desarrollará el acontecimiento (Hermann-Josef Johanns, Director ejecutivo de la Oficina alemana para la JMJ 2005). En su ponencia sobre el tema « Bienvenidos a Alemania: qué significa, para el país, acoger la JMJ», el Cardenal Lehmann, obispo de Maguncia y Presidente de la Conferencia episcopal alemana, subrayó la importancia de la Jornada Mundial para el país, porque ofrecerá a los alemanes la oportunidad de aprender mucho, gracias al contacto con los jóvenes de otros países: «Todos podemos aprender de los demás. En efecto, es un signo distintivo de los católicos la apertura a los otros y el encuentro con todas las personas ». El cardenal recordó luego la tragedia del maremoto en Asia, poniendo de relieve el impacto profundo, también para la JMJ: si, por un lado, la catástrofe ha demostrado que ante eventos de ese tipo todos los seres humanos son pobres e indefensos —y, por tanto, constituyen una « comunidad unida por el destino»Â— por el otro, iniciativas como la JMJ pueden servir de « plataforma » para promover una mayor solidaridad y corresponsabilidad entre las naciones, llamando a las jóvenes generaciones a construir, mediante el coraje de la fe, una «comunidad unida por la esperanza». Muy interesante también la ponencia de S.E. Mons. Franz-Josef Bode sobre la peregrinación de la Cruz de la JMJ por todas las diócesis de Alemania. El obispo de los jóvenes alemanes habló de esa experiencia extraordinaria: un camino luminoso en el cual el misterio de la Salvación se enfrentó con «las cruces del pasado, con las intensas experiencias de las cruces y del sufrimiento en la vida de las personas, hoy, y sobre todo de los jóvenes». Mons. Francis Kohn, al comunicar la próxima salida de un DVD sobre el camino de la Cruz del Año Santo en más de veinte años de historia, anunció que ha llegado el momento de enviar la Cruz también a África. Se están llevando a cabo conversaciones preliminares para que sea posible trasladar la Cruz a ese continente inmediatamente después de la JMJ de Colonia. Por la tarde, visita a Marienfeld, donde se celebrarán la Vigilia y la Misa de clausura de la Jornada Mundial de la Juventud, en los municipios de Frechen y Kerpen, cuyos alcaldes se reunieron luego con los delegados. Fue muy apreciado el rato de esparcimiento ofrecido por el cardenal Meisner: una cena con platos típicos de Colonia, navegando en un buque en el Rin; momento de fiesta y de fraternidad donde no faltaron la música y el canto.

El día de la conclusión, domingo 9 de enero, comenzó con la recitación de los Laudes, presidida por S.E. Mons. Josef Clemens con una reflexión sobre la JMJ como ocasión para construir puentes hacia los hombres, con la mirada fija en Cristo. «En un mundo en el que se abren siempre nuevas tensiones y conflictos —dijo él, entre otras cosas— se necesitan pontífices, constructores de puentes que necesitan cimientos sólidos y bien arraigados. Este fundamento es el Ungido y el Enviado del Señor: Jesucristo ». «El Papa Juan Pablo II —continuó Mons. Clemens— reconoció, hace veinte años, la necesidad de ese puente y dibujó el “proyecto de construcción”, cuyo cemento es la Buena Nueva. Estamos firmemente convencidos de que el año 2005 apenas comenzado llegará a ser, con la ayuda de Dios, un año de gracia para muchos jóvenes, pero también para muchos adultos, en todas las partes del mundo». Los delegados se trasladaron luego a la catedral de Altenberg para la Misa solemne celebrada por el Arzobispo de Colonia, S.Em. el Card. Joachim Meisner. En la homilía, dijo: «La población de Colonia se ha considerado siempre conciudadana de los Reyes Magos; ellos son cosmopolitas y han hecho de Colonia una ciudad abierta al mundo». El arzobispo de Colonia exhortó a que se profesara una fe auténtica «que no se deje confundir o falsificar por el espíritu del tiempo». «Nos toca a nosotros, ahora, seguir las huellas de los Magos para poder hallar a Cristo. Hagámoslo hoy y en las próximas semanas, como responsables de la juventud de todo el mundo, para encontrar al Señor, partiendo de este sitio».

El día anterior, durante la visita a Marienfeld, los delegados de todas las naciones habían depositado tierra de su patria en el terreno donde será construido el altar papal para la Vigilia y la Misa de clausura de la XX Jornada Mundial de la Juventud. Ahora, en Marienfeld, cerca de Colonia, se encuentra también tierra de Egipto, Burundi, Venezuela, India, y de muchos otros estados. Al terminar la celebración eucarística en la catedral de Altenberg, el Cardenal Meisner saludó a los representantes de la juventud del mundo, subrayando la importancia simbólica de ese gesto: «A través de la tierra que habéis dejado en Marienfeld, podemos contar con vosotros y os lo agradecemos. Vuestra disponibilidad es nuestra esperanza». La máquina organizativa puede, pues, seguir funcionando, afrontando las urgencias de los próximos meses, con la seguridad de que ya se ha hecho mucho.

 

Las catequesis de la JMJ de Colonia

Tendrán lugar, como siempre, durante tres mañanas. Del miércoles al viernes, en las iglesias y en las numerosas salas de la arquidiócesis de Colonia, centenares de obispos procedentes de distintos países del mundo, impartirán las catequesis en más de 30 idiomas. Los temas de las catequesis nacen del tema de la Jornada Mundial: «Hemos venido a adorarle» (Mt 2,2). Prolongación directa del tema de 2004 —«Queremos ver a Jesús» (Jn 12,21)— el tema de la JMJ de Colonia tiene un carácter fuertemente cristocéntrico y está vinculado a la antigua tradición de la veneración de las reliquias de los Reyes Magos en la catedral de Colonia.

Cada día, la temática de la catequesis será ilustrada con un versículo del segundo capítulo del Evangelio de Mateo, en el que se narra el episodio de los Magos. Eso permite establecer una estrecha relación entre la catequesis de la Palabra de Dios y el tema general de la JMJ 2005, que se irá desarrollando, día tras día, en sus múltiples aspectos. He aquí, pues, los temas de las catequesis:

  • Miércoles 17 de agosto: Buscar la verdad, sentido profundo de la existencia humana «¿Dónde está el Rey de los judíos que ha nacido? Vimos su estrella en el Oriente» (Mt 2,2)

  • Jueves 18 de agosto: Encontrarse con Cristo en la Eucaristía «Vieron al niño con María su madre, y postrándose le adoraron» (Mt 2,11)

  • Viernes 19 de agosto: Vivir en el mundo como verdaderos adoradores de Dios «Se retiraron a su país por otro camino» (Mt 2,12)

Para que la experiencia de la peregrinación sea concreta, en el programa del triduo se incluirá también una catequesis itinerante, a saber: durante estos tres días, por turnos, los grupos harán una peregrinación a la catedral de Colonia, siguiendo en el camino una meditación sobre el tema: «Peregrinar con los testigos de la fe». Cada grupo tendrá, pues, la posibilidad de tomar parte sólo en dos de las tres catequesis tradicionales, sin poder asistir a aquella prevista para el día en que hará la peregrinación a la catedral. Sin embargo, también la catequesis itinerante es parte integrante del esquema general de las catequesis, que invita a los jóvenes a participar de manera activa y personal en un itinerario espiritual dinámico y coherente, a través del cual están llamados a peregrinar, buscar, encontrar y vivir, como los Magos, siguiendo una única meta: Cristo.

 

Nuevos nombramientos

En el mes de octubre, Juan Pablo II nombró los siguientes Miembros del Comité de Presidencia del Consejo Pontificio para los Laicos: S.Em. el Card. Paul Poupard, Presidente del Consejo Pontificio para la Cultura; S.Em. el Card. Camillo Ruini, Vicario General de Su Santidad para la diócesis de Roma; S.Em. el Card. Angelo Scola, Patriarca de Venecia; S.Em. el Card. Julián Herranz, Presidente del Consejo Pontificio para los Textos Legislativos. La primera reunión con el nuevo Comité tuvo lugar el 22 de noviembre.

 

En memoria

El Consejo Pontificio para los Laicos recibió con dolor la noticia de la muerte del querido amigo Jean Larnaud, el 20 de noviembre, 2004. Su luminosa personalidad cristiana dejó una marca indeleble en las actividades y relaciones humanas, en nuestro Dicasterio, desde sus orígenes hasta nuestros días. Toda la vida de Jean Larnaud llevó el sello de su vocación, su testimonio de amor a Cristo y fidelidad a la Iglesia, su competencia de laico a nivel internacional y su caridad cristalina, que se manifestaba con su característica amabilidad y un sutil sentido del humor que todos pudimos apreciar. Jean Larnaud fue una de las figuras más destacadas del laicado católico de la segunda mitad del siglo XX. Su compromiso a nivel internacional revela la solidez humana y cristiana de su personalidad. Fue fundador, luego secretario general y, en fin, animador, durante 50 años, del Centro Católico Internacional de Cooperación con la Unesco. Su presencia fue decisiva para la puesta en marcha y la orientación de la Conferencia Internacional de las Organizaciones Internacionales Católicas. Estableció una estrecha colaboración con el Comité Permanente de los Congresos Internacionales para el Apostolado Seglar y fue uno de los protagonistas del período preconciliar de promoción del laicado. Pablo VI lo nombró « auditor » del Concilio Ecuménico Vaticano II.

Jean Larnaud es el único que ha desempeñado los cargos de Miembro y Consultor del Consejo Pontificio para los Laicos sin interrupción, desde que fue creado nuestro Dicasterio hasta nuestros días. Participó en los grupos de trabajo establecidos por el Papa durante las sesiones del Concilio para estudiar la posibilidad de constituir el nuevo «organismo», consagrado por los padres conciliares en el art. 26 del Decreto Apostolicam Actuositatem. Se puede decir que Jean Larnaud asistió al nacimiento de nuestro Dicasterio, proporcionando, desde entonces, útiles sugerencias acerca de su perfil, su composición y su finalidad. Desde la creación del Consilium de Laicis, con el Motu proprio Catholicam Christi Ecclesiam del 6 de enero, 1967, Jean Larnaud fue uno de sus primeros miembros hasta que terminó el período experimental. Después de la adopción de la nueva estructura del Consejo Pontificio para los Laicos, decretada mediante el Motu proprio Apostolatus Peragendi del 10 de diciembre, 1976, Juan Pablo II lo nombró miembro, y luego consultor del Consejo Pontificio para los Laicos.

Otros dicasterios de la Curia fueron favorecidos por sus consejos e intervenciones. En muchas circunstancias formó parte de las delegaciones de la Santa Sede, sobre todo ante la Confederación General de la Unesco, así como ante muchas otras instituciones internacionales. La Secretaría de Estado encontró en él un punto de referencia para pedirle consejo en momentos difíciles.

Jean Larnaud fue un verdadero amigo de los Papas. Pablo VI apreciaba mucho su obra y sus intervenciones en el Concilio Vaticano II, y aún más durante la renovación y la crisis postconciliar. Karol Wojtyła, en esa época obispo de Cracovia, fue consultor del Consilium de Laicis durante varios mandatos y tuvo la oportunidad de establecer con él relaciones de profundo aprecio y de sincera amistad. Todas las veces que venía a Roma, Jean Larnaud se encontraba con su viejo amigo Juan Pablo II. En estos últimos años, durante las cenas con los superiores de nuestro Dicasterio, el Santo Padre preguntaba siempre, con atento cariño, por Jean Larnaud.

Estamos agradecidos con este hermano nuestro y adoloridos por la pérdida de un amigo y leal colaborador tan valioso; nos consuela la esperanza de poder contar con un nuevo amigo en el cielo. El grato recuerdo de nuestro Dicasterio va también a la memoria del Rvdo. Don Giovanni Fornero, Director de la Oficina de Pastoral Social del Trabajo de la arquidiócesis de Turín y Consultor del Consejo Pontificio para los Laicos desde 1966, fallecido el 4 de junio. En muchas ocasiones pudimos apreciar sus austeras dotes humanas y su profunda espiritualidad. Don Fornero colaboró con el episcopado italiano y con el Consejo Pontificio para los Laicos, especialmente en el campo tan delicado de la pastoral obrera. Comenzó como sacerdote obrero, contribuyendo al desarrollo de la JOC desde 1977, cuando fue encargado de la formación de los grupos juveniles obreros de la diócesis de Turín. Su trabajo competente se fue afirmando en el transcurso de los años, hasta volverse un punto de referencia apreciado en todos los ambientes; se impuso, con sencillez y autoridad, por su equilibrio, perspicacia, serenidad y profundidad.

Recordamos, en particular, la participación, discreta pero significativa, de Don Fornero, en el primer Congreso de los laicos católicos de Europa del Este, celebrado en Kiev del 8 al 12 de octubre, 2003, en el que pudimos valernos de su sólida experiencia.

 

Visitas «ad limina»

El Consejo Pontificio para los Laicos recibió a las siguientes delegaciones de obispos llegados a Roma para la visita «ad limina»: algunos grupos de obispos de Francia, que completaron la visita comenzada el año pasado; los obispos de Holanda y de Australia; algunos grupos de obispos de los Estados Unidos de América; dos grupos de obispos de Colombia, los obispos de Nueva Zelanda y el Océano Pacífico; los obispos de Angola, São Tomé y Príncipe, y los obispos del Océano Índico.

Los encuentros tuvieron como resultado un fructuoso intercambio de informaciones e ideas con los prelados procedentes de situaciones muy distintas, con frecuencia por varios motivos no fáciles. Además, pusieron de relieve, ante todo, la comunión y la caridad eclesial alrededor de la persona y del magisterio del Papa. Entre los problemas que surgieron, y que son comunes en todas las situaciones contempladas, está la creciente tendencia de los fieles laicos a vivir la fe, limitándose a la esfera privada, sin dar especial importancia a la vida social y a veces sin que la fe influya en las opciones morales personales. A este respecto, uno de los temas que se tocaron fue precisamente la búsqueda de criterios adecuados para una formación cristiana. Se subrayó también el hecho de que el compromiso de la Iglesia, hoy, no se puede limitar a la preparación de agentes en el interior mismo de la Iglesia —aunque sean indispensables, como los catequistas, los ministros laicos y otras figuras semejantes— sino que debe estar dirigido, en primer lugar, a la formación cristiana del pueblo de Dios, para que éste pueda dar un fiel testimonio del Evangelio en todos los campos del contexto cultural en los que está presente, mediante opciones de vida en armonía con la fe y además, si es posible, a través de la palabra y la iniciativa social.

La preparación de la Jornada Mundial de la Juventud, que se celebrará en Colonia, Alemania, en 2005, fue un tema común en todas las visitas de los obispos, en las que se puso de relieve la importancia que han tenido para el anuncio de la fe entre los jóvenes estos encuentros queridos por Juan Pablo II, cuyos frutos de conversión logrados en las anteriores Jornadas Mundiales se han podido constatar, como lo han afirmado los mismos obispos.

Otros temas fueron aquellos relacionados con las nuevas formas de agregación, movimientos y nuevas comunidades, en el tejido eclesial tradicional. Se consideró oportuno subrayar que estas nuevas expresiones de la vida cristiana se han de entender, no como problemas, sino como dones y oportunidades que se deben valorizar, precisamente con miras a un fortalecimiento de la identidad del pueblo de Dios, en un contexto cultural que parece haberse secularizado en todas partes del mundo.

 

Reconocimientos jurídicos y aprobaciones estatutarias

El Consejo Pontificio para los Laicos, en el marco de la definición del estatuto jurídico de las Organizaciones Internacionales Católicas según las normas canónicas vigentes, ha emanado los decretos de aprobación de la nueva versión de los estatutos del Movimiento Internacional de Apostolado de los Medios Sociales Independientes (MIAMSI) y de la Coordinación Internacional de la Juventud Obrera Cristiana (CIJOC). El Consejo Pontificio para los Laicos, con decreto del 15 de agosto, 2004, ha reconocido como asociación internacional de los fieles a Encounters of Married Couples, aprobando sus estatutos «ad experimentum». Con decreto del 15 de agosto, 2004, ha dado la aprobación definitiva de los estatutos de la asociación Opera di Nàzaret. Con decreto del 20 de octubre, 2004, ha otorgado la personalidad jurídica al Camino Neocatecumenal. Con decreto del 1º de diciembre, 2004, ha dado la aprobación definitiva de los estatutos de la asociación Fraternité Charles de Foucauld. Actualmente, el Dicasterio está examinando las solicitudes de reconocimiento canónico de las siguientes agregaciones laicales: Les maisons d'adoration, World Apostolate of Fatima, Alliance of the Holy Family International, Apostolate for Family Consecration, Communauté Fondacio, Comunità Cattolica d'Integrazione, Servizio Missionario Giovani (SER.MI.G.), Families of Nazareth Movement, Comunità Cattolica Shalom, Comunitá dei Figli di Dio.

 

Contactos con asociaciones y movimientos

  • El 9 de julio, S.E. Mons. Josef Clemens tuvo un encuentro con el Asistente eclesiástico general de la Acción Católica Italiana (ACI), S.E. Mons. Francesco Lambiasi, acompañado por la Presidenta, Dra. Paola Bignardi.

  • El 21 de julio, S.E. Mons. Josef Clemens recibió al Praeses general de la Obra Kolping Internacional, Mons. Axel Werner.

  • El 29 de julio, Mons. Miguel Delgado Galindo tuvo un encuentro con el Rvdo. Don Geremia Murphy, SAC, nuevo Secretario general de la Unión del Apostolado Católico (UAC).

  • El 31 de julio, S.E. Mons. Stanisław Ryłko recibió al Sr. Mario Berti, del Grupo Promotor del Movimiento por un Mundo Mejor.

  • El 19 de agosto, S.E. Mons. Josef Clemens participó en la Asamblea general del Movimiento Internacional de la Juventud Agrícola y Rural Católica (MIJARC), celebrada en Hardehausen, Alemania.

  • S.E. Mons. Stanisław Ryłko participó en la Convivencia de envío a la misión de los presbíteros del Camino Neocatecumenal, que se llevó a cabo en los días 24-30 de agosto en el centro internacional « Domus Galilaeae », levantado en el monte de las Bienaventuranzas, cerca de Korazim (Israel).

  • Del 31 de agosto al 5 de septiembre se celebró el Congreso sobre el tema «¡Duc in altum, Acción Católica, ten el valor del futuro! », organizado por el Forum Internacional de la Acción Católica (FIAC) y por la Acción Católica Italiana (ACI), bajo el patrocinio del Consejo Pontificio para los Laicos. Participaron en los trabajos S.E. Mons. Stanisław Ryłko, que pronunció una ponencia «La Acción Católica, don del Espíritu para la Iglesia de nuestro tiempo»; S.E. Mons. Josef Clemens, quien presidió la sesión de clausura; el Prof. Guzmán Carriquiry, quien habló de «El Consejo Pontificio para los Laicos y el FIAC». Al terminar los trabajos en la Domus Pacis de Roma, los participantes salieron en peregrinación hacia Loreto, donde, el domingo 5 de septiembre, durante una solemne celebración eucarística presidida por Juan Pablo II, asistieron a la beatificación de tres miembros de la AC: Alberto Marvelli, Pina Suriano y Pere Tarrés i Claret.

  • El Prof. Guzmán Carriquiry tomó parte en el Encuentro internacional «Religiones y culturas: el coraje de un nuevo humanismo», promovido por la Comunità di Sant'Egidio y que tuvo lugar en Milán del 5 al 7 de septiembre. Durante la manifestación participó en una mesa redonda sobre «Las fronteras de América Latina».

  • El 7 de septiembre, S.E. Mons. Stanisław Ryłko se reunió con los responsables de la Unión Internacional Guías y Scouts de Europa – Federación del Escultismo Europeo (UIGSE-FSE).

  • El 1º de octubre, S.E. Mons. Stanisław Ryłko, Mons. Francis Kohn y la Dra. Lucienne Sallé se reunieron con el Sr. Gérard Testard, Presidente de Fondacio. Chrétiens pour le monde.

  • El 1º de octubre, Mons. Miguel Delgado Galindo recibió a Don Edgardo Arellano, Asistente espiritual de la Alliance of the Holy Family International.

  • El 15 de octubre, S.E. Mons. Stanisław Ryłko tuvo un encuentro con la Prof. Loreto Ballester, Directora de la Institución Teresiana.

  • El 16 de octubre, S.E. Mons. Stanisław Ryłko participó en la conmemoración del 50º aniversario de la fundación de Comunione e Liberazione, que 45.000 miembros del movimiento celebraron con una peregrinación a Loreto, donde el Presidente del Consejo Pontificio para los Laicos leyó el mensaje que el Papa Juan Pablo II envió al fundador, Don Luigi Giussani, con esa ocasión.

  • El 18 de octubre, S.E. Mons. Josef Clemens, el Prof. Guzmán Carriquiry, Mons. Miguel Delgado Galindo y la Dra. Lucienne Sallé se reunieron con el Sr. Patricio Rodé, Presidente, el Sr. Paul Ortega, secretario, y el P. Antoine Sondag, asistente eclesiástico del Movimiento Internacional de Intelectuales Católicos (MIIC-Pax Romana).

  • El 19 de octubre, Mons. Francis Kohn recibió a algunos responsables de la Coordinación Internacional de la Juventud Obrera Cristiana (CIJOC), acompañados por el asistente eclesiástico, P. John Marsland.

  • El 20 de octubre, S.E. Mons. Stanisław Ryłko tuvo un encuentro con el Sr. Luis Fernando Figari, fundador del Movimiento de Vida Cristiana.

  • El 21 de octubre, S.E. Mons. Josef Clemens y la Dra. Lucienne Sallé recibieron al P. Bernard Michon, responsable de los Foyers de Charité, a quien acompañaban el P. René Wolfram y la Srta. Jacqueline Motte.

  • El 22 de octubre, S.E. Mons. Stanisław Ryłko tuvo una reunión con los responsables de la Asociación Católica Internacional al Servicio de la Joven (ACISJF).

  • S.E. Mons. Josef Clemens pronunció una ponencia titulada «El apostolado de los laicos a los cuarenta años del Concilio Vaticano II: desafíos de nuestro tiempo», en el X Seminario de estudio sobre Europa, organizado en Schmochtitz- Dresde (Alemania) los días 25-26 de octubre por la Federación Internacional de Hombres Católicos (FIHC-Unum Omnes).

  • El 25 de octubre, S.E. Mons. Stanisław Ryłko recibió a los responsables de la Fraternidad de Agrupaciones Santo Tomás de Aquino.

  • El 29 de octubre, S.E. Mons. Josef Clemens, Mons. Miguel Delgado Galindo y la Dra. Lucienne Sallé recibieron al Sr. Daniel Guerry, presidente, y al P. James Schianchi, asistente eclesiástico del Movimiento Internacional de Apostolado en los Medios Sociales Independientes (MIAMSI)

  • El 29 de octubre, S.E. Mons. Josef Clemens, Mons. Miguel Delgado Galindo y la Dra. Lucienne Sallé recibieron a la Sra. Brigitte Ndong, secretaria, y al P. Marcel Cloet, asistente eclesiástico del Movimiento Mundial de Trabajadores Cristianos (MMTC).

  • El 30 de octubre, S.E. Mons. Stanisław Ryłko participó en la XI Conferencia internacional de la Fraternidad Católica de las Comunidades y Asociaciones Carismáticas de Alianza, que tuvo lugar en Fiuggi en los días 29 de octubre – 2 de noviembre.

  • El 6 de noviembre, el Prof. Guzmán Carriquiry recibió a Don Serafino Tognetti, moderador de la Comunità dei Figli di Dio, fundada en Florencia en la década de 1950 por Don Divo Barsotti.

  • El 12 de noviembre, S.E. Mons. Stanisław Ryłko tuvo un encuentro con el Prof. Matteo Calisi, presidente de la Fraternidad Católica de las Comunidades y Asociaciones Carismáticas de la Alianza.

  • El 29 de noviembre, S.E. Mons. Josef Clemens participó en la audiencia concedida por el Juan Pablo II a la Asociación «Comunità Papa Giovanni XXIII», con ocasión de su reconocimiento definitivo como asociación internacional de fieles de derecho pontificio.

  • El 29 de noviembre S.E. Mons. Stanisław Ryłko recibió al Sr. Antonio G. Pires, presidente de la Organización Mundial de los Exalumnos y Exalumnas de la Enseñanza Católica (OMAAEEC).

  • El 30 de noviembre, S.E. Mons. Stanisław Ryłko tuvo un encuentro con el presidente de la Unión Mundial de Maestros Católicos (UMEC), Sr. Mark Philpot.

  • Por invitación del fundador del Movimiento de Vida Cristiana, Sr. Luis Fernando Figari, S.E. Mons. Stanisław Ryłko viajó a Lima, Perú, donde, del 5 al 13 de diciembre, participó en la II Asamblea plenaria del Movimiento; visitó centros y obras nacidos de esa iniciativa, y tuvo encuentros con el arzobispo primado, S.Em. el Card. Juan Luis Cipriani Thorne, y con el Nuncio apostólico, S.E. Mons. Rino Passigato. Durante su estadía, pudo también tener contactos con los miembros de la Fraternidad de Comunión y Liberación, del Camino Neocatecumenal, del Movimiento de los Focolares y de la Comunidad Misionera de Villaregia, realidades eclesiales efectivamente presentes en ese país.

  • El 7 de diciembre, S.E. Mons. Josef Clemens recibió al Sr. João Scognamiglio Clá Dias, Presidente general de los Heraldos del Evangelio.

  • El 10 de diciembre, S.E. Mons Josef Clemens y el Prof. Guzmán Carriquiry se reunieron con los nuevos miembros del Secretariado internacional del Forum Internacional de la Acción Católica (FIAC), acompañados por el Asistente eclesiástico, S.E. Mons. Francesco Lambiasi.

  • Por invitación del fundador de la Asociación «Comunità Papa Giovanni XXIII», Don Oreste Benzi, el 26 de diciembre S.E. Mons. Stanisław Ryłko presidió la solemne celebración litúrgica del « día del reconocimiento », etapa final del camino de recuperación de la drogadicción de los jóvenes huéspedes de la Comunidad.

  • El 29 de diciembre, S.E. Mons. Stanisław Ryłko recibió a la nueva presidenta de la Opera di Nàzaret, Srta. Maria Paola Azzali.

 

Otras citas

  • El 5 de julio, S.E. Mons. Josef Clemens recibió a la Sra. Chantal Götz y a la Sra. Henriette Birrer-Götz, responsables de la Fidel Götz Stiftung de Liechtenstein.

  • El 9 de julio, S.E. Mons. Josef Clemens recibió a Mons. Josef Sayer, secretario general de la Obra de los obispos alemanes Misereor.

  • El 23 de julio, S.E. Mons. Josef Clemens recibió al Dr. Norbert Wagner, director de las sedes de Roma y París de la Fundación Konrad Adenauer.

  • El 28 de julio, S.E. Mons. Stanisław Ryłko recibió al Dr. Santiago de la Cierva, director de Romereports, agencia de televisión internacional especializada en la información sobre el Papa y la Santa Sede, que trabaja sobre todo al servicio de las emisoras católicas que no tienen corresponsales en Roma.

  • El Prof. Guzmán Carriquiry participó en la XXV edición del Meeting para la amistad entre los pueblos, cuyo título era «Nuestro progreso no consiste en jactarnos de que hemos llegado, sino en aspirar continuamente a la meta», celebrado en Rimini, en los días 22-28 de agosto.

  • El 15 de septiembre, Mons. Miguel Delgado Galindo recibió al P. Jacques Servais, S.J., rector de la Casa Balthasar, instituto de educación e instrucción para jóvenes aspirantes a la vida consagrada, fundado en Roma por la asociación Lubac- Balthasar-Speyer.

  • El 20 de septiembre, S.E. Mons. Stanisław Ryłko se reunió con los responsables de la Conferencia Episcopal Mexicana.

  • El 6 de octubre, S.E. Mons. Stanisław Ryłko recibió a los responsables de la Oficina Internacional del Trabajo.

  • El 8 de octubre, S.E. Mons. Stanisław Ryłko presidió una celebración eucarística en la iglesia de San Ambrosio y San Carlos en la Vía del Corso (Roma), a la que asistieron más de 300 participantes en el primer Encuentro europeo de los Grupos Juveniles de Adoración Eucarística, celebrado en la Pontificia Universidad Lateranense en los días 6-10 de octubre.

  • El 8 de octubre, S.E. Mons. Josef Clemens tomó parte en la reunión organizada por el Consejo Pontificio para la Pastoral de los Emigrantes e Itinerantes sobre la Instrucción Erga migrantes caritas Christi.

  • El 14 de octubre, S.E. Mons. Stanisław Ryłko recibió al Nuncio apostólico en la República Bolivariana de Venezuela, S.E. Mons. André Dupuy.

  • El 18 de octubre, S.E. Mons. Stanisław Ryłko recibió la visita de S.E. el Sr. James R. Nicholson, Embajador de los Estados Unidos de América ante la Santa Sede.

  • El 21 de octubre, la Dra. Lucienne Sallé recibió a la Sra. Marie-Thérèse Mulanga, vicepresidenta del Consejo del apostolado de laicos en el Congo.

  • El 23 de octubre, S.E. Mons. Stanisław Ryłko tuvo un encuentro con S.E. Mons. Pierre Raffin, Obispo de Metz (Francia), acompañado por un grupo de jóvenes sacerdotes.

  • El 30 de octubre, el Prof. Guzmán Carriquiry recibió al P. Pablo Issler, Coordinador de Evangelizzazione 2000.

  • El 6 de noviembre, S.E. Mons. Stanisław Ryłko guió la Peregrinación de los novatos 2004 a Asís, organizada por la Oficina de Pastoral Universitaria del Vicariato de Roma sobre el tema «Vivir la vida como un don».

  • El 10 de noviembre, S.E. Mons. Josef Clemens tuvo un encuentro con el fundador de la Catholic Family Land (EE.UU.), Sr. Jerry Coniker.

  • S.E. Mons Josef Clemens participó en el encuentro organizado por el Consejo Pontificio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos en los días 11-13 de noviembre en Rocca di Papa (Roma), con ocasión del 40º aniversario de la promulgación del decreto conciliar Unitatis redintegratio.

  • S.E. Mons. Stanisław Ryłko pronunció la ponencia «El laicado europeo: situación y perspectivas», en la clausura del Congreso del apostolado seglar organizado por la Conferencia Episcopal Española en Madrid, en los días 12-14 de noviembre.

  • S.E. Mons. Josef Clemens participó en la Asamblea plenaria del Consejo Pontificio para la Familia, que tuvo lugar en los días 18-20 de noviembre.

  • El 2 de diciembre, S.E. Mons. Josef Clemens asistió en el Capitolio (Roma) a la presentación de la edición 2005 del Meeting para la amistad de los pueblos, titulado: «La libertad es el mayor bien que el cielo ha dado a los hombres ».

  • El 13 de diciembre, S.E. Mons. Josef Clemens dio una conferencia sobre la preparación de la Jornada Mundial de la Juventud 2005, a los Ministros Consejeros de las representaciones diplomáticas europeas ante la Santa Sede.

  • El Presidente, S.E. Mons. Stanisław Ryłko, participó en las sesiones ordinarias y plenarias de la Congregación para los Obispos.

  • En el marco de la preparación de la XX Jornada Mundial de la Juventud, que se celebrará en Colonia, Alemania, en los días 16-21 de agosto, 2005, S.E. Mons. Stanisław Ryłko, S.E. Mons. Josef Clemens, el Prof. Guzmán Carriquiry y Mons. Francis Kohn, responsable de la Sección Jóvenes, se reunieron en Roma con los responsables del Comité organizador alemán, el 10 de septiembre, el 28 de septiembre y el 8 de noviembre.

  • Mons. Francis Kohn recibió, el 1º de julio, al P. Régis Rolet, profesor del Seminario de Caen (Francia), quien presentó el proyecto de una jornada de estudio sobre las JMJ, que tendría lugar en el Centro de estudios teológicos de Caen en enero 2005. En los días 14- 15 de julio, participó en el primer Encuentro del Secretariado general de los jóvenes católicos del Oriente Medio, celebrado en Alepo (Siria), bajo la presidencia de S.E. Mons. Georges Scandar, obispo emérito de Zahleh de los Maronitas (Líbano) y con la participación de S.E. Mons. Jean- Clément Jeanbart, obispo greco- católico de Alepo, de S.E. Mons. Joseph Jules Zerey, obispo greco-católico de El Cairo (Egipto), así como de sacerdotes y laicos de Jordania, Kuwait y Líbano. En los días 15-17 de julio, siempre en Alepo, tomó parte en el primer Encuentro de jóvenes cristianos de Siria, en el que participaron delegaciones de jóvenes de Egipto, Jordania y Líbano, en presencia de S.B. Gregorios III Laham, Patriarca de Antioquía de los greco-melquitas, de S.B. Ignace Pierre VIII Abdel-Ahad, Patriarca de Antioquía de los Sirios, y de S.E. Mons. Giovanni Battista Morandini, Nuncio apostólico en Siria. El 31 de agosto, tuvo un encuentro con Sor Magdalene Okorie, secretaria de la Comisión para los Laicos de la Conferencia Episcopal Nigeriana. El 6 de septiembre, recibió a S.E. Mons. Jorge Eduardo Lozano, obispo auxiliar de Buenos Aires. El 7 de septiembre, tuvo un encuentro con el P. Robert Simon, director regional del Tamilnadu Catholic Youth Movement de India. El 14 de septiembre, con ocasión de la visita « ad limina » de los obispos de Nueva Zelanda, tuvo un encuentro con S.E. Mons. Patrick James Dunn, obispo de Auckland, y con S.E. Mons. John Atcherley, obispo auxiliar de Wellington. El 14 de septiembre, recibió a la Sra. Madeleine Farah, responsable de la Pastoral juvenil en el Consejo de los Laicos de la Conferencia de los Obispos del Líbano. En los días 23-26 de septiembre, participó en el Encuentro europeo de los delegados nacionales de pastoral universitaria celebrado en Viena. El 29 de septiembre, recibió al P. Michel Remery, quien está trabajando en la preparación de la JMJ en los Países Bajos. El 30 de septiembre, recibió a S.E. Mons. Bernard-Emmanuel Kasanda, obispo auxiliar de Mbujimay (Rep. del Congo). El 1º de octubre, recibió a S.E. Mons. Ismael Rueda Sierra, obispo de Socorro y San Gil, responsable de la Comisión episcopal para los laicos y de la pastoral juvenil en la Conferencia Episcopal Colombiana. El 19 de octubre, recibió a los sacerdotes y seminaristas del Seminario de Utrecht (Países Bajos). El 21 de octubre, tuvo un encuentro con S.E. Mons. Giacinto-Boulos Marcuzzo, obispo auxiliar del Patriarca de Jerusalén. El 27 de octubre, recibió a Don Celestino Prevedello, responsable de la pastoral juvenil en Sudán.

 


CONSE,IO PONTIFICIO PARA LOS LAICOS

S.E. Mons. Stanisław RYŁKO, Presidente
S.E. Mons. Josef CLEMENS, Secretario
Prof. Guzmán CARRIQUIRY, Subsecretario
 

PUBLICACIONES

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PUBLICACIONES EN CURSO DE ELABORACIÓN

  • REPERTORIO DE LAS ASOCIACIONES INTERNACIONALES DE FIELES LAICOS.
  • VOLVER A DESCUBRIR LA EUCARISTÍA
    Actas de la XX Asamblea Plenaria, Roma, 21-23 de noviembre, 2002
  • HOMBRES Y MUJERES: RECÍPROCA COMPLEMENTARIEDAD
    Actas del Seminario de estudio. Roma, 30-31 de enero, 2004
  • «Los jóvenes y la universidad: testimoniar a Cristo en el ambiente universitario»
    Actas del VIII Forum Internacional de Jóvenes, Rocca di Papa, 31 de marzo – 4 de abril, 200
  • VOLVER A DESCUBRIR EL VERDADERO ROSTRO DE LA PARROQUIA
    Actas de la XXI Asamblea Plenaria, Roma, 25-27 de noviembre, 2004

 

 

 

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