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 Pontifical Council for the Pastoral Care of Migrants and Itinerant People

People on the Move - N° 91-92, April - August 2003, p. 451-453

Misión en Cuba*

El 24 de junio de 1999, frente a los Miembros del Pontificio Consejo que participaban en la XIV Asamblea Plenaria del Dicasterio, S.E. Mons. Stephen F. Hamao, Presidente, declaró en su informe acerca de las actividades desarrolladas en los últimos años, que en el futuro se habría reservado particular atención al trabajo de promoción del A.M. en aquellos países marinos en los que aún no existe, especialmente en Europa del Este y en Cuba.

Dos años más tarde, del 15 al 18 de mayo del 2001, se realizó en Odessa el primer Seminario del Apostolado del Mar en Ucrania, bajo los auspicios de S. E. el Cardenal Lubomir Husar, Arzobispo Mayor de Lviv.

A distancia de dos años del Seminario de Odessa, en mayo del 2003, he regresado de una visita de diez días a Cuba con una carta en la que se informa a nuestro Presidente que los arzobispos de La Habana y Santiago de Cuba y el Obispo de Cienfuegos han decidido poner en marcha el A. M. en los puertos de sus respectivas diócesis, habiendo nombrado como encargado de la pastoral marítima en La Habana al Diácono permanente Juan Ríos, al P. John Jairo en Cienfuegos y al P. Valentín Sanz, cm, en Santiago de Cuba.

Todo inicia el año pasado cuando la Conferencia de los Obispos Católicos de Cuba (COCC) decide enviar como delegado al XXI Congreso Mundial de Río de Janeiro, al Dr. Rolando Suárez Cobián, Secretario Ejecutivo de la Comisión Episcopal de la Movilidad Humana, quien regresó a Cuba decidido a promover el A.M. en su país. Sin él, mi misión no habría sido posible. El me ha acompañado durante toda mi permanencia en Cuba; la había preparado con un amplio programa que ha previsto todos los encuentros necesarios, durante los cuales a menudo ha tenido que ser mi intérprete.

He llegado a la Habana la noche del lunes 19 de mayo. Al día siguiente ha tenido lugar nuestro primer encuentro con el Ing. Joaquín León, responsable del sector pastoral, y luego con Mons. Félix Riera, Secretario Ejecutivo de la COCC. Por la tarde nos ha recibido Su Eminencia el Cardenal Jaime L. Ortega Alamino, Arzobispo de La Habana y Presidente de la COCC, y con él hemos mantenido una larga conversación, fraterna y muy instructiva. En esta visita, se ha unido a nosotros el Diácono permanente nombrado para el A.M. Entre las dos visitas, he aceptado con placer la invitación para almorzar con S.E. Mons. José Luis Robles, Nuncio Apostólico, quien, además, ha puesto generosamente a nuestra disposición un automóvil, con chofer, para dirigirnos al día siguiente a Cienfuegos en la costa sur de la isla.

El miércoles ha sido, pues, un día dedicado a Cienfuegos, donde hemos sido recibidos cordialmente por S.E. Mons. Emilio Aranguren Echeverría, que es también Secretario de la COCC, y por el P. John Jairo Sierra, párroco de la Catedral.

Los días jueves y viernes hemos estado en Santiago de Cuba, como huéspedes del Arzobispo Mons.Pedro Meurice Estiú.Para iniciar nuestra visita en esa ciudad, estaba previsto un encuentro con S.E. Mons. Carlos Baladrón, Obispo de Guantánamo y Presidente de la Comisión Episcopal para la Movilidad Humana de la COCC. Durante nuestra permanencia hemos encontrado al P. Valentín Sanz, cm, Director de la Iglesia de San Francisco de Asís, situada cerca al puerto, y a la Srta. Mercedes Ferreiro, responsable de los programas pastorales de la Archidiócesis, que ha organizado para nosotros una visita a la bahía en un automóvil Plymouth (¡modelo 1949!), a la catedral y a esta ciudad histórica. Hemos visitado también el Santuario de Nuestra Señora de la Caridad del Cobre. 

Finalmente, el día 28 hemos realizado una visita de cortesía al responsable de la Oficina para los Asuntos Religiosos del Comité Central del Partido Comunista de Cuba, en presencia de su asistente para la Iglesia católica.

Con el fin de hacer conocer la pastoral marítima al amplio público, se colocará el logo de A.M. en las pizarras de avisos de las tres Catedrales, en las Iglesias de Nuestra Señora del Carmen en Casablanca (La Habana) y de San Francisco de Asís en Santiago de Cuba, donde se lanzará esta pastoral.

En calidad de Secretario Ejecutivo de la Comisión para la Movilidad Humana de la COCC, el Dr. Rolando Suárez Cobián creará contactos con las capellanías de los varios puertos del mundo de donde provienen los barcos que llegan a Cuba, con el fin de lograr un intercambio de informaciones y para facilitar la orientación de profesionales del mar, cuando lleguen a la isla. Ciertamente, pronto recibirán sus noticias los colegas del Apostolado del Mar de Barcelona, Marsella, Vigo, Rotterdam, Tampico, Veracruz, Puerto Cabello y Haina.

En La Habana se tomará contacto con el «Historiador» de la ciudad para explorar la posibilidad de crear un Centro de acogida para los marinos en la parte vieja de la ciudad. El puerto de la diócesis de Cienfuegos es visitado por cruceros y algunos barcos comerciales cuyas tripulaciones comienzan a ir a la catedral. En Santiago de Cuba, el P. Valentín ya ha visitado algunos barcos cruceros, y ha podido celebrar la Misa a bordo, aunque cada vez después de largas negociaciones. Le agradaría recibir misales en lengua inglesa y francesa, por ahora sólo puede “tomar en préstamo” uno en inglés.

Los nuevos responsables del A.M. desean acoger, en nombre de la Iglesia y de la sociedad locales, a los marinos y a los profesionales del mar que llegan a sus puertos, a fin de ofrecerles un ministerio pastoral que comprenda los sacramentos y los consejos espirituales, si se les solicita, informaciones sobre la ciudad, los habitantes, los servicios de interés, y eventualmente la posibilidad, si subsisten las condiciones, de comunicar con su familias o tener acceso a los periódicos y a las informaciones sobre su país de proveniencia. Para los comandantes de los barcos no debe existir el temor de solicitar a las autoridades marítimas o del partido que permitan la celebración de la Santa Misa a bordo de sus barcos.

Comenzando con un mínimo de servicios, se espera desarrollar Centros Stella Maris que en un futuro lleguen a ser independientes o formen parte de alguna institución ya existente en algunos puertos, cuyos marinos sean acogidos, se pongan en comunicación con su familia, coman algo y tengan un lugar donde reposarse o dormir.

Será necesario proveer al transporte desde y para el puerto. Es claro que el argumento principal para toda solicitud de ayuda a eventuales sponsors será aquel de citar el número de marinos que serán beneficiados por los servicios del A.M. en dicho puerto.

Oremos para que el Espíritu de Pentecostés refuerce la red del A.M. en la zona del Caribe donde, estoy convencido, desarrollará un papel importante la Iglesia de Cuba. ¡Nuestra Señora de la Regla, Nuestra Señora del Carmen, Nuestra Señora de la Caridad del Cobre, ¡ruega por nosotros!

* Informe de la visita a Cuba del P. Gérard Tronche, Encargado del Sector “Apostolatus Maris” en este Pontificio Consejo (19-28 de mayo de 2003)
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