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 Pontifical Council for the Pastoral Care of Migrants and Itinerant People

People on the Move - Supp. N° 93,  December 2003, pp. 240-245

Gitanos y escuela: 

problemas emergentes y propuestas educativas

Rev. Hna. Guadalupe ROMERO NAVAS

Directora nacional, España

Una mirada personal y de ámbito local

Yo llegué al mundo gitano, empecé a conocerlo y aprendí a quererlo hasta comprometerme con él, a través de la escuela.

Pertenezco a una Congregación religiosa, Hijas de Jesús, cuya opción por el mundo de los pobres había llevado a una comunidad de la que formaba parte, a la pequeña diócesis de Guadix, en la provincia de Granada, de la que su obispo decía que era “rica en todas clases de pobrezas”, la mayor de ellas era la de la numerosa población gitana que allí reside.

Llegué como profesora de la escuela pública a uno de esos pueblos a los que los funcionarios no desean ir. Eramos cuatro maestros, dos dedicados a los pequeños y dos a los mayores, el edificio de los primeros estaba a la entrada del pueblo, el de los mayores, al final, cuando la carretera se terminaba. Yo era maestra de los mayores. Frente a mi clase vivían varias familias gitanas, una de ellas con 6 niños de corta edad. Bien, todos los días observaba cómo no bajaban esos niños al lugar que les correspondía. Cuando intentaba convencerlos de que debían hacerlo e ir a la escuela tenía siempre la misma respuesta, que teniéndola tan cerca no iban a ir tan lejos.

No era precisamente la distancia, sino una gran desmotivación por parte de los padres y de los niños a integrarse en el sistema escolar.

Este hecho nos llevó a un proceso de reflexión y de compromiso. Evidentemente los más necesitados de la escuela en aquel lugar al que habíamos llegado, eran los gitanos. Nadie les impedía ir a la escuela, pero no iban.

Esta constatación nos movilizó para poner lo mejor de nosotras mismas al servicio de la educación del pueblo gitano. Empezamos a dar los primeros pasos en esta búsqueda de soluciones junto a la Asociación Gitana: “Villamos a Balquerar”, pues teníamos mucho que aprender antes de enseñar.

Junto a la desmotivación percibimos una serie de problemas que hacían difícil cualquier intervención: precaria escolarización, rechazo a una situación normalizada, desfase edad-conocimiento, grandes absentismos y deserciones tempranas y ausencias largas debido al temporerismo de las familias. Y por parte de la estructura educativa desinterés e inadaptación.

Hablo de una realidad en la que la mayoría está en situación empobrecida y marginal. 

Varias respuestas articulamos desde nuestra comunidad.

La opción por una sensibilización de domicilio en domicilio, convencidas de que el ámbito familiar era el más urgente de concienciar, junto con el trabajo serio por una escolarización regular.

Ante los desplazamientos de las familias, potenciar el acompañamiento, incluso en los lugares en el que el contingente era tan numeroso como para justificar nuestra itinerancia.

Con el apoyo del Ministerio de Educación y Ciencia, nos permitieron quedarnos con 30 niños gitanos durante las campañas de recogida de la aceituna, la uva y las hortalizas, de forma que no perdieran la escuela. Algunas de esas campañas duraban hasta 2 meses.

Ofrecer apoyo escolar y luchar para que en las escuelas se cambiaran las actitudes y prejuicios que existían y existen sobre los niños gitanos.

Nuestro interés por la escuela no ha decaído, con esperanza observamos que las cosas van cambiando poco a poco.

Una mirada desde la diversidad y de ámbito nacional

En los últimos 30 años se ha trabajado intensamente en España por escolarizar de modo generalizado a los niños y niñas gitanos. Pero la acogida en las escuelas y las respuestas de las familias gitanas han sido muy diferentes, por lo que nos encontramos, a nivel nacional, con situaciones muy diversas.

Y se ha trabajado en estos años siempre teniendo en cuenta dos elementos importantes:

  • el derecho y la necesidad de participar de los espacios educativos como cualquier ciudadano,
  • la necesidad y el derecho de defender el hecho diferencial, es decir, su cultura, como rasgo de identidad.

Podríamos decir que la situación actual respecto a la escolarización de los niños gitanos ha experimentado un gran impulso. No obstante, podríamos hablar de:

  • una asistencia y rendimiento normalizados en un amplio sector,
  • sectores con absentismo relativo y fracaso escolar serio,
  • casos todavía abundantes de absentismo extremo y abandono escolar prematuro,
  • también existe un pequeño grupo de desescolarizados.

En relación con las familias gitanas hay que decir que la valoración hacia la escuela está experimentando cambios significativos. Muchas familias gitanas han dado un paso de cercanía a lo que siempre ha sido para ellas “la escuela de los payos”.

La asiduidad con la que envían y se interesan ahora por enviar a sus niños a la escuela significa que han comprendido lo importante que es la formación de los mismos. Incluso se da el caso, de que gitanos que han alcanzado niveles universitarios, es motivo actualmente de prestigio en el entorno social gitano.

Saben muchas familias gitanas que salir de la pobreza, y ante todo de la marginación, pasa por ir y permanecer en la escuela

En relación con los niños y niñas gitanas, siguen existiendo problemas en su incorporación. Llegan, a veces, con edades superiores a las del comienzo de la enseñanza obligatoria, ya que la mayor parte de ellos no han cursado el pre-escolar. Es manifiesto también el desinterés de muchos hacia lo que se les quiere enseñar y el rechazo a la permanencia durante horas en un lugar cerrado, callados y haciendo actividades que les resultan monótonas y que no comparten ni pueden compartir en el ambiente familiar. Se dan muchos casos en los que no encuentran un hogar adecuado para realizar sus deberes, ni una atención en el mismo.

Pero se constata también un amplio sector en el que los niños y niñas gitanas han llegado a sentirse a gusto en la escuela, la sienten como suya y el ser gitano/a, ya no es sinónimo de absentismo, de fracaso, de indisciplina, de necesidad de apoyo, sino una forma diferente de valorar y de interpretar la vida, que puede enriquecer la de los demás.

Y en relación con el sistema educativo, siguen existiendo problemas para que la cultura gitana encaje dentro de un sistema tan homogéneo. Siempre se ha partido de una situación de desventaja, debido a la propia historia, a las tradiciones mantenidas y el rechazo del entorno. Son precisas acciones positivas que a la vez que compensen los déficits, tengan en cuenta la diversidad cultural.

Hay escuelas que constatan todavía incidencias en:

  • la asistencia diaria a la escuela,
  • el éxito en el aprendizaje,
  • la permanencia en la misma hasta conseguir los objetivos propuestos en cada etapa,
  • la relación normalizada con los compañeros,
  • las expectativas de los propios padres.

Desde la conciencia de que la escolarización es vital si luchamos por el pueblo gitano, hay que reconocer los esfuerzos y dedicación de algunos colectivos que han conseguido logros importantes: profesionales de la educación con dedicación exclusiva al pueblo gitano, elaboración de materiales educativos, programas de educación compensatoria etc.

Propuestas emergentes

El 40% de la población gitana es menor de 16 años, por lo que invertir en educación es preparar para ella un futuro mejor.

En un corto período de tiempo se ha pasado de ser una cultura mayoritariamente analfabeta, al dominio de la lecto-escritura, lo que ha modificado notablemente su manera de interpretar la vida.

Dada todavía la desigualdad en la que se encuentra buena parte de la población infantil gitana, es imprescindible que se le dedique una atención preferente. 

De ahí estas propuestas, recogidas la mayoría de ellas de la Evaluación llevada a cabo por la Fundación Secretariado General Gitano, en su trabajo: “Evaluación de la Normalización Educativa del Alumnado Gitano en Educación Primaria” y confrontadas con la propia experiencia.

1. En relación con el refuerzo del proceso de escolarización:

  1. Privilegiar el acceso a la educación infantil y a guarderías, dada la importancia que tiene la incorporación al proceso educativo cuanto antes y el que los padres vayan rompiendo las resistencias a desprenderse de la compañía de sus hijos.
  2. Evitar la concentración de alumnos gitanos en algunos colegios o en algunas aulas, de forma que no se repitan experiencias del pasado y se den de nuevo escuelas guetto.
  3. Debería darse un acceso equilibrado de niños gitanos tanto a la escuela pública, como a la escuela concertada, mayoritariamente llevada por órdenes religiosas. Para ello, la escuela concertada debería eliminar todas aquellas barreras que pueden impedir el acceso a la presencia de los gitanos a la misma.
  4. Facilitar todo tipo de recursos: material pedagógico, transporte escolar, servicios de comedor al conjunto de la comunidad educativa. Si se aglutinan en un número determinados de centros se concentraría la población marginada en esos lugares.

2. En relación con la asistencia y la prevención del abandono escolar.

  1. Elaborar un plan continuado y estable de apoyo y seguimiento escolar que tenga como objetivo reducir las tasas de absentismo.
  2. Implicar a las instituciones educativas, servicios sociales, iniciativas particulares y familia, en una actuación coordinada en este seguimiento.
  3. Garantizar la continuidad del proceso educativo en los casos de los niños que falten grandes períodos de tiempo, debido a la movilidad laboral de sus padres. Por ejemplo: coordinación entre los colegios de partida y el de llegada.
  4. Organizar actividades socioeducativas que favorezcan la interacción entre niños gitanos y no gitanos, que hagan más atractivo el centro educativo a los primeros. Así como el apoyo y la sensibilización a los profesores para que lleguen a un acercamiento a la cultura gitana y a un trato más individualizado.

3. En relación con el refuerzo y acompañamiento de la familia a lo largo del proceso educativo

  1. Desde las instituciones educativas:
    • Estableciendo con las familias una relación fluida y cercana, que les lleve a conocer la situación real de cada una de ellas.
    • Cuidar los medios de convocatoria y la acogida. Por ejemplo: no recriminando siempre su falta de responsabilidad, no utilizar una circular escrita si los padres tienen dificultades de lectura...
    • Organizar encuentros y actividades en las que los padres conozcan más directamente lo que hacen sus hijos y vean sus progresos.
    • Integrar a los padres en comisiones específicas: de fiestas, de excursiones...
  2. Desde otros programas de apoyo:
    • Hacer un esfuerzo especial por mantener informadas a las familias de todo lo relacionado en el centro.
    • Valorar todas las iniciativas e incentivar a la participación.

4. En relación con una escuela con planteamientos más interculturales

El perfil de los niños que actualmente van a la escuela está cambiando a causa del fenómeno migratorio y del creciente acceso de los niños gitanos que acceden a la misma. Esto exige, por una parte, avanzar en una educación compensatoria para nivelar las desventajas y desigualdades que tienen parte de los niños gitanos, no por el hecho de ser gitanos, sino por sus condiciones de vida.

Y en atención a la diversidad, respetar las distintas culturas de los alumnos que llegan a los centros, de forma que se convierta en riqueza para todos y no en motivo de enfrentamiento.

  1. Requiere que la escuela debe estar más abierta al entorno social en el que está ubicada, ser una realidad significativa para el barrio y no una isla en medio de él. (abrir los centros en horarios no escolares, ponerlos a disposición..)
  2. Contar con mayores recursos y apoyo específico para los profesores
  3. Que tanto las programaciones del aula en los sitios en los que hay niños de minorías étnicas, sino también en los proyectos educativos, se tenga en cuenta la diversidad cultural. Los libros de texto y los diversos materiales escolares deberían incluir claras y positivas referencias a la cultura gitana: su historia, literatura, su itinerancia...
  4. Introducir en los proyectos y en las distintas programaciones métodos de aprendizaje y técnicas de trabajo adaptadas a contextos educativos heterogéneos. No se deberían evaluar los logros escolares sin tener en cuenta las variables que los condicionan. Por ejemplo, la medida del éxito o del fracaso escolar debería tener en cuenta otros criterios en el sistema de evaluación.

Y todo esto desde el convencimiento de que solamente desde la educación, se dignificará la condición gitana y tendrán la oportunidad de llegar a ser auténticos ciudadanos en una sociedad tan plural como la nuestra.

BIBLIOGRAFÍA

ABAJO. J.E (1998). “La escolarización de los niños y niñas gitanas: El desconcierto de los mensajes doble-vinculantes y la apuesta por los vínculos sociales y afectivos”. Madrid: M.T.A. S.

ASOCIACIÓN SECRETARIADO GENERAL GITANO (2000): “La comunidad gitana y la

educación”.  Gitanos. Pensamiento y cultura, nª 7-8 y 11.

CONVENIO DE ESCUELAS PUENTE (1978). “Convenio entre el Apostolado Gitano”. Comisión Episcopal de Migraciones y el Ministerio de Educación y Ciencia sobre transformación y promoción de unidades puente para niños gitanos. Madrid.

FERNÁNDEZ – ENGUITA, M. (1999) “Alumnos gitanos en la escuela paya: Un estudio sobre las relaciones étnicas en el sistema educativo”. Barcelona: Ariel Practicum.

FUNDACIÓN SECRETARIADO GENERAL GITANO: Evaluación de la Normalización Educativa del alumnado Gitano en Educación Primaria. Ed. FSGG. Madrid, 2002

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